Capítulo 1 Una nueva vida

4642 Words
Abrí los ojos cuando el capitán anunció que íbamos aterrizar, no sé en qué momento me quedé dormida pero realmente estaba muy cansada, sentía los hombros como si hubiera soltado una carga muy pesada, tanto, que era ya imposible sostener. Era 14 de febrero día del amor y la amistad y justo el día de ayer había recibido mi acta de divorcio, fue un proceso rápido y de común acuerdo, pero no por eso fácil de asimilar, no para mí que hasta hace poco más de un mes vivía creyendo que tenía un matrimonio perfecto, pero yo no era la clase de persona que lucha por un hombre que simplemente dejó de amarme y no solo eso,  sino que se enamoró y embarazó nada menos que a mi mejor amiga, así que decidí tragarme mi amor y mi dolor por la doble traición, ¡Y aquí estaba! en el paraíso tropical del mar caribe dispuesta a olvidar y comenzar de nuevo. El plan era muy sencillo, renté por Internet una hermosa cabaña enclavada en una zona selvática junto al mar, con mis ahorros podría vivir cómodamente durante seis meses tiempo en el que tendría que hacer todo lo posible por conseguir trabajo, pero no cualquier trabajo, debía ser uno bueno con el que pudiera costear el nivel de vida que deseaba tener, vivir en el caribe en una casa como la que elegí no debía ser nada barato así que en cuanto me instalara tendría que iniciar con la búsqueda; al final siempre quedaba la opción de mudarme a un lugar más económico y por último podría regresar a la ciudad a la casa de mis padres, ¡ hay no! solo de pensar en la última opción me daba escalofríos, estaba a dos semanas de cumplir 33 años y tras un fracaso matrimonial vivir con mis padres nuevamente definitivamente  era la última opción. Bajé del avión y recogí mis maletas, ¡Toda mi vida estaba en dos maletas!, no necesitaba nada más, pensé que entre menos recuerdos trajera conmigo más fácil sería olvidar. En cuanto salí del aeropuerto sentí ese calor húmedo tan característico de la costa, respiré profundamente para llenar mis pulmones con olor a mar, que diferente era comparado con el smog de la ciudad, debía tomar un taxi para que me llevara, así que use mi teléfono para pedir un Uber, así me sentiría más segura. Estaba esperando absorta en mis pensamientos cuando la voz de un anciano me trajo a la tierra nuevamente, era un anciano muy extraño, era muy pequeño, pero sin llegar a ser enano, tenía el cabello totalmente blanco y vestía ropa de manta con un estilo indígena, yo había visto personas vestidas como él en un viaje a la sierra Tarahumara en el norte del país, pero posiblemente solo era ropa parecida, yo realmente no soy experta en vestimentas indígenas. -          Puedo ver el 33 en tu frente – me dijo – El bien y el mal lucharán por apoderarse de tu alma, la línea entre la luz y la oscuridad es muy delgada, escucha tu corazón y el amor que hay en ti liberará al cautivo, pero ten cuidado porque no todo es lo que parece y la maldad tratará de engañarte y usar tu poder para su beneficio – Yo me quedé muda, el anciano tomó mi mano y puso sobre ella una piedra y luego me cerró la mano con fuerza. -          Esto te protegerá – continuó – llévala siempre contigo y no tomes decisiones solo con la cabeza, usa siempre el corazón – Pensé que lo único que quería era impresionarme para que le diera dinero así que busqué en mi bolsa y saqué unas monedas, pero me sorprendí al darme cuenta que el anciano había desaparecido, lo busqué con la mirada a todo mi alrededor, pero nada; simplemente desapareció. ¡Qué extraño! pensé, pero lo olvidé inmediatamente en cuanto llegó mi Uber, el conductor era un hombre joven y muy guapo, subió mis maletas a la cajuela del coche y me abrió la puerta con una sonrisa deslumbrante. -          ¡Bienvenida a la Riviera Maya! – exclamó con tal entusiasmo que me contagió su alegría y jovialidad, - tardaremos aproximadamente cincuenta minutos en llegar a su destino señorita – continuó – Desea mantener una conversación, o prefiere viajar en silencio – Le sonreí, lo que le dio la pauta para seguir hablando -          ¿De dónde nos visita? ¿Está de vacaciones? o viene por negocios. -          Vengo de la ciudad de México y espero quedarme por una muy larga temporada – le dije- -          A vaya, que bien, ¿Rentó una cabaña en la reserva? Dicen que es un lugar muy bonito con cenotes y una de las playas más espectaculares de la región, pero lamentablemente es propiedad privada y muy pocas personas conocen el predio por dentro. – en su voz escuché cierto tono de decepción y curiosidad-. -          Pero hoy lo conocerás porque supongo que no me vas a dejar a borde de calle ¿verdad? Pero… ¿Por qué dices que nadie puede entrar? ¿No se supone que las playas son federales? ¿Y cómo es que se puede cercar una extensión tan grande de tierra? -          Por lo que veo es la primera vez que viene a este lugar ¿verdad? en realidad se trata de una pequeña península, la colindancia sobre la carretera federal es como de ochocientos metros y sí, aunque no lo crea, ¡Está amurallada! Tiene una entrada increíble resguardada por personal de vigilancia y la propiedad se extiende hacia el mar, a la playa únicamente se puede llegar nadando porque ningún barco o lancha puede acercarse mucho ya que se trata de un terreno muy irregular, rocoso y coralino que forma parte del gran Arrecife maya; la propiedad cuenta también con una zona alta y una hermosa casa sobre el acantilado, realmente parece que los propietarios no quieren que nadie los moleste en su paraíso privado. -          ¡Vaya! Exclamé no sabía que había rentado una cabaña en un lugar tan exclusivo, en la página de Internet no menciona nada de esto ¿Y sabes algo de los dueños? -          Únicamente que son médicos, y que hacen una gran labor social ayudando a las comunidades más pobres de la región, tienen una clínica en el centro y a pesar de ser dueños de una gran extensión de tierra han conservado la flora y la fauna de su propiedad con construcciones ecológicas, aunque también se dice que son muy raros. -          ¿A qué se refieren con «raros»? pregunté con mucha curiosidad después de todo eran mis «caseros» -          Pues es que son dos hermanos y viven solos, pero se dice que nunca nadie los ha visto juntos, la doctora atiende la clínica durante el día y el doctor durante la noche y ninguno de los dos está casado ni se les ha conocido alguna relación, aunque ambos son muy atractivos. -          Bueno eso no es raro – contesté pensando para mí - mis padres son médicos y esa era la historia de su vida con horarios diurnos y nocturnos que tal parece que viven bien únicamente porque nunca se ven. Continuó manejando por un lapso de una hora aproximadamente, hacía mucho calor, pero a mí nunca me ha gustado el aire acondicionado así que bajé la ventanilla del auto y cerré mis ojos para disfrutar el aire. -          Hemos llegado ¿ve esa cerca de lado izquierdo? Aquí inicia «La Reserva» – me dijo- y abrí los ojos para conocer mi nuevo territorio. ¡Realmente era una muralla! la barda de piedra construida al estilo de las ruinas arqueológicas no era muy alta pero claramente se podía ver la cerca electrificada sobre el muro y algunos letreros de advertencia para no traspasar la propiedad privada, aproximadamente cada 10 metros se levantaba una columna tallada en cantera, eran una especie de monolitos que asemejaban guardias gigantes resguardando la propiedad. Después de avanzar unos minutos más llegamos a la entrada, era espectacular; parecía la entrada a un gran complejo turístico, en cada lado se levantaban unos enormes monolitos  de piedra pero éstos a diferencia de los de la muralla tenían forma humana, pero portaban máscaras de animales y pude notar incrustaciones de jade en los ojos, al centro había una caseta de vigilancia y un portón de  herrería  para entrar y un portón de madera para salir, se me hizo raro que los portones no fueran del mismo material, sin embargo el contraste hacia la vista mucho más interesante aunque un poco extravagante; definitivamente los doctores debían tener mucho dinero como para ser dueños de una propiedad así. En cuanto el auto giró para indicar que entraríamos dos guardias armados le marcaron el alto, Iván (el chofer) asomó la cabeza por la ventanilla y dijo dirigiéndose al guardia que se acercaba… -          La señorita rentó una cabaña aquí yo sólo entraré a dejarla y saldré- El guardia lo ignoró y de inmediato se dirigió hacia mí que asomaba por la ventanilla también. -          ¿Es la señorita Miriam Fernández? ¿Me permite una identificación? -          ¡Claro! – contesté – me pareció excelente porque a pesar de mi edad era la primera vez que viviría sola y saber que nadie podía entrar a «la reserva» sin autorización me dio mucha seguridad. -          ¡Señorita Miriam bienvenida!, la doctora Lol la está esperando –continuó diciendo el guardia -esta es una reserva ecológica y no está permitido entrar con auto, bajaremos sus maletas y la llevaremos en un carrito de golf a partir de aquí – Pude ver la cara de decepción de Iván, baje del auto y el enseguida bajó mis maletas, cuando lo tuve enfrente para agradecerle sus atenciones vi que realmente era un hombre muy guapo, no era tan joven como lo vi en el primer momento y durante el viaje trate de evitar contacto visual pero ahora lo tenía frente a frente, tendría aproximadamente entre treinta y treinta y cinco años, su piel morena con un bronceado perfecto hacía resaltar su blanca sonrisa y su ojos color miel, que a la luz del sol resplandecían como los de un felino salvaje. -          ¡Gracias! Por el viaje y por la conversación – le dije- siento que no hayas podido saciar tu curiosidad de conocer «La Reserva» por dentro- -          No lo sé, tal vez volvamos a vernos y me invites a tu casa, supongo que si soy tu amigo podrías invitarme a pasar… Miriam, la favorita de Dios – coqueteó al decir mi nombre- -          Tal vez… Iván el terrible– le dije sonriendo y me di la vuelta rápidamente sin darme cuenta que mi bolsa lo golpeaba en un brazo. -          ¡Auch! – Exclamo - que cargas en esa bolsa que me dio una descarga eléctrica. -          Jajaja –reí- es solo un poco de electricidad estática, maneja con cuidado- me despedí y caminé hacia la entrada. Cuando atravesé el portón pude darme cuenta del porqué no permitían la entrada de autos, efectivamente era como internarse a la selva, de lado derecho pude ver lo que parecía un garaje con cajones de estacionamiento como para 10 autos y de lado izquierdo había otra área de estacionamiento con seis o siete autos estacionados había camionetas y deportivos únicamente de marcas premium; pero indiscutiblemente los autos no podían ir más allá dentro de la propiedad. Subí al carrito de golf donde ya estaban mis maletas y el guardia comenzó a conducir a través del sendero por entre la selva, era un camino empedrado donde solamente cabía el carrito de golf, realmente era un lugar hermoso, pude ver algunas guacamayas volando en total libertad, lo primero que pensé fue que también habría serpientes y arañas y un hueco se me hizo en el estómago cuando vi correteando un par de iguanas gigantescas, la vegetación era sin duda exuberante, hermosa, definitivamente paradisíaca. El guardia se dio cuenta de mi asombro y sonriendo me preguntó -          ¿Es la primera vez que nos visita señorita? -          Si … -  conteste sin poder evitar el tono nervioso -          No se preocupe – me dijo con voz alentadora – éste lugar le va a encantar y no se preocupe por los animales, son inofensivos las iguanas huyen al ver a los humanos y los monos no se acercan mucho a las cabañas a menos que deje fruta en la terraza se acercaran para robarla, en general los animales están habituados al movimiento de los seres humanos y créame nos temen más ellos a nosotros. -          Pensaba en las serpientes –dije temerosa -          Protección animal realiza inspecciones periódicamente para re-ubicar las serpientes venenosas y ya han pasado tres inspecciones sin encontrar ninguna, en cuanto a las boas no se preocupe no son venenosas y mantienen el equilibrio de la fauna, solo comen roedores si llega a ver una muy cerca de su cabaña avise a seguridad y vendremos a ocuparnos de ella y antes de que me pregunte, las cabañas son fumigadas periódicamente para que las arañas y los insectos rastreros no se acerquen más de la cuenta- sonrió al ver mi cara de alivio. Mis ojos se abrieron como platos al llegar a un claro entre la selva, era un jardín hermoso había un pequeño estanque con patos, cisnes, garzas y demás aves que yo nunca había visto más que en televisión y una hermosa casa de adobe con grandes ventanales enmarcados en madera, era de dos plantas con una terraza que daba hacia el poniente y entonces lo vi, el terreno estaba en declive podía ver las copas de los árboles, las palmeras y un poco más allá el maravilloso mar atlántico con sus diferentes tonos azules. -          Hemos llegado a su cabaña señorita Miriam-dijo el guardia mientras estacionaba el carrito junto a la puerta – Esta será su casa de hoy en adelante, ¡que la disfrute! – me dijo con una sonrisa – bajando por ese sendero – continuó- encontrará la playa aproximadamente a cuatrocientos metros, pero si no quiere caminar nos llama y con gusto la llevaremos. El sendero que está junto a aquélla banca a la derecha, llega directamente a la casa de la doctora Lol son alrededor de doscientos cincuenta metros de distancia y más o menos cien metros antes de llegar a la playa hay un sendero hacia la izquierda que llega directo a la casa del acantilado, esa es la casa del doctor Maximiliano, es la más apartada de la propiedad. Las cabañas de los demás inquilinos están del lado derecho de la entrada principal, pero son totalmente ajenas a estos jardines, no cuentan con acceso a esta sección de la selva, ni a esta playa, tienen entrada propia hacia la carretera y están cerca de la playa federal. -           Cierto, ahora recuerdo en la página de Internet donde renté la cabaña mencionaba que era una cabaña independiente cerca de la playa en un fraccionamiento cerrado – le comenté y pude ver el asombro en su cara – -          De hecho, es la primera vez que rentan esta cabaña, desde que yo trabajo aquí-contestó – Entramos en la casa, no lo podía creer, estaba decorada con un exquisito gusto muy elegante y al mismo tiempo rustico y cómodo, tal y como yo siempre había soñado tener una casa. La sala era color crudo en contraste con cojines en tonos marrón y café era muy fresco y olía a madera y barro, también podía percibir un aroma a incienso, el olor me era familiar pero no podía recordar el nombre; la sala era muy amplia, había un comedor para seis personas una isla con una estufa eléctrica integrada y una cocineta maravillosa con una amplia ventana por donde podía ver hacia el jardín mientras lavaba los platos. Subí las escaleras tras el guardia que llevaba mis maletas a la habitación, la escalera conducía directamente a la terraza donde había una sala de estar, una hamaca tradicional y una vista maravillosa, tenía literalmente a mis pies el jardín del paraíso, una franja de la selva tropical y el mar con todo su esplendor, no podía esperar a ver mi primer amanecer allí; -          La cabaña cuenta con dos habitaciones, esta es la habitación principal, es la más grande, cuenta con un amplio vestidor y un baño con tina, puede bañarse con tranquilidad, aun cuando el baño tiene esa gran ventana para que disfrute de la vista, el vidrio polarizado no permite la visión de afuera hacia adentro –me dijo sonriendo – La dejo, para que se instale,  desde cualquier teléfono de la casa puede marcar el número cero y se comunicará con el puesto de vigilancia si necesita que vengamos por usted en el carrito o requiere ayuda para algo. La doctora Lol me pidió que en cuanto esté lista la lleve a su casa, la invita a cenar para darle la bienvenida. -          Perfecto- dije- porque ¡Muero de hambre! pensé – me daré un baño rápido y en diez minutos estaré lista, no se preocupe por venir por mí, caminaré hasta la casa de la doctora. ¿Cuál es su nombre? – pregunté – -          Mi nombre es Salvador señorita, los demás guardias son: Javier, Ramiro, Gonzalo, Arturo y Juan, trabajamos por parejas y siempre cambiamos turno cada doce horas,  a las siete de la noche y a las siete de la mañana; ya nos irá conociendo, nuevamente le doy la bienvenida señorita Miriam ha por cierto, el Dr. Max tiene un perro y a veces se escapa de la casa del acantilado y le gusta correr por la playa y por los jardines si lo ve no se asuste, es inofensivo si se le acerca solo acarícielo lo único que busca es que alguien juegue con él – Se dio la vuelta y se fue. Abrí mi maleta y saqué unos pescadores y una camiseta ligera me di un baño rápido, la regadera era realmente increíble, me habría encantado un baño de tina, pero no debía hacer esperar a mi anfitriona y a mi estómago que gruñía de hambre. Eran ya las cinco de la tarde yo consideraba que era muy temprano para cenar, pero no había comido nada desde el aeropuerto en la ciudad de México antes de abordar el avión y no podría ir de compras hasta el día siguiente. Salí y comencé a caminar admirando los jardines y las aves, fue entonces cuando vi al perro, era un perro hermoso parecía un lobo con el pelo en tonos plateados, a mí siempre me gustaron los perros, pero nunca pude tener uno, cuando era niña metí de contrabando un perro callejero a mi casa y casi mato a mi madre de una alergia y cuando me casé con Juan Carlos le propuse que adoptáramos un cachorro y nunca estuvo de acuerdo porque a él simplemente le desagradaban los animales; Me habían dicho que era inofensivo, pero no pude evitar ponerme nerviosa, al fin y al cabo, yo era una desconocida y él estaba en su territorio. Me miró fijamente con curiosidad y de pronto salió corriendo y se internó en la selva, como si hubiera huido de mí y yo me sentí aliviada. Seguí caminando por el sendero y después de diez minutos apareció frente a mí otro claro, con un jardín hermoso como en el que estaba mi cabaña sólo que éste era mucho más grande y ésta no era una cabaña, ¡era una mansión! una construcción totalmente ecológica, adobe, madera, cantera; al igual que la cabaña la vista principal era hacia el mar y desde éste punto el mar se veía mucho más cerca. Atravesé el jardín admirando cada detalle fue entonces cuando salió a mi encuentro, la doctora Lol,  yo la había imaginado como una persona mayor y me llevé una gran sorpresa al ver que aproximadamente tendría la misma edad que yo, incluso quizás era más joven, además era una mujer muy hermosa; inmediatamente la visualicé como una princesa maya, su piel bronceada y su cabello castaño claro parecían tener destellos dorados, usaba un vestido típico que asemejaba una túnica con  detalles bordados en el pecho y aberturas que dejaban ver sus largas piernas bronceadas y unas sandalias de piel con detalles de plumas de ave dejaban ver una pedicura perfecta sin esmalte, sin maquillaje, no los necesitaba. -          ¡Miriam! bienvenida a «La Reserva» –dijo con una melodiosa voz en un tono tan amable que inmediatamente me inspiró confianza, como si la conociera de hacía mucho tiempo. -          Usted debe ser la Doctora Lol - le dije- -          Nada de doctora, llámame simplemente Lol, si somos casi de la misma edad y además presiento que seremos buenas amigas, pasa por favor estás en tu casa – Me saludó con un beso en la mejilla y sentí que realmente era sincera, me invitó a pasar y su casa era como de otro mundo, la decoración era totalmente diferente a la cabaña, era un estilo muy bohemio, con mucha madera tallada y sobre todo con muchos artículos de origen indígena como tapetes, bambú, arcos flechas; totalmente acorde con la personalidad tan mística de la propietaria. El olor era maravilloso olía a café, a cacao, a incienso y a comida. -          Cuéntame, como te fue en el viaje ¿todo bien? ¿encontraste este lugar sin contratiempos? - Me interrogó -          Si todo estuvo perfecto, pedí un Uber e inmediatamente me trajo hasta aquí con la ubicación que me enviaron en la página donde renté la cabaña. -          ¡Ha! por cierto – me interrumpió – una disculpa por haber cambiado la cabaña que elegiste, mi hermano la rentó sin avisarme; espero que no tengas inconveniente en quedarte en esta propiedad y no en el fraccionamiento de al lado. Normalmente no rentamos esta cabaña, es más bien un alojamiento para huéspedes, pero no podíamos cancelar, y como te dije en cuanto enviaste tus datos y tu identificación supe que seríamos buenas amigas a veces me siento muy sola en este lugar tan grande. -          No tienes que disculparte- le dije sinceramente – realmente estoy encantada con éste lugar y a mí me pasa lo mismo creo que nos vamos a llevar muy bien. Pasamos al comedor y la mesa estaba maravillosamente dispuesta, ensaladas, carnes, vino y todo estaba delicioso, terminamos de comer y una mujer entró a recoger la mesa Lol le dijo que se diera prisa y que ya podía retirarse a descansar; la mujer asintió con la cabeza y se fue ya no volví a verla supuse que salió por una puerta posterior. -          Debes estar muy cansada por el viaje – me dijo – te voy a preparar un té, es maravilloso yo lo tomo todas las noches y me ayuda a descansar y además es buenísimo para la digestión porque es depurativo, no te asustes mañana cuando vayas al baño, - me advirtió- este té desintoxica y purifica tu cuerpo, además de ayudarte a dormir y descansar; soy  médico y tengo una especialidad en medicina naturista tradicional así que puedes confiar en mí y tomarlo con confianza. -          Gracias – le dije – creo que es justo lo que necesito, dormir sin pensar en nada porque hace tiempo que no logro conciliar el sueño; quizás alguna vez  te contaré mis motivos para estar aquí. Me sirvió el té y ella también se sirvió uno, seguimos platicando un rato y me contó de su clínica y de cómo su hermano y ella se turnaban para atender a los enfermos ella durante el día y él durante la noche, de pronto como si algo la hubiera asustado dio un salto y exclamó. -          Es tardísimo, el tiempo se me pasó volando, te he quitado mucho tiempo y ya deberías irte a descansar, yo tengo que salir a ver un paciente y lo había olvidado. Ya tendremos tiempo de seguir platicando en otra ocasión. -          Claro no te preocupes – le dije sorprendida por su reacción ya que prácticamente me empujó hacia la puerta, sin duda le urgía deshacerse de mi - Me dirigí a la puerta y me despidió rápidamente con un beso en la mejilla, estaba oscureciendo el sol era ya sólo destellos morados y naranjas en el cielo y comencé a caminar por donde había llegado, mi corazón se aceleró al ver aquella oscuridad eran aproximadamente doscientos metros entre la casa y la cabaña y el camino no era en línea recta así que había un gran tramo en el que no veías ni la casa de Lol ni la cabaña. Nunca me he caracterizado por ser asustadiza, pero esto era la selva con animales nocturnos y ruidos que yo jamás había escuchado, volteé la cabeza para preguntarle a Lol si podía llamar al guardia para que me llevara, pero ella había desaparecido… Comencé a caminar para atravesar el jardín y tomar el sendero hacia mi cabaña, tenía un poco de miedo, bueno quizá más que un poco, pero tenía que acostumbrarme ya que tendría que vivir aquí por lo menos durante seis meses, cerré los ojos y respiré profundamente para armarme de valor; a medida que avanzaba pequeñas lámparas a la orilla del sendero se encendían, eso me tranquilizó un poco; supongo que tenían sensores de movimiento parecían pequeños destellos danzantes titilando para iluminar mi camino. Miré hacia el cielo y me quedé maravillada con su esplendor, casi sentía que podía alcanzar las estrellas, en la ciudad no se apreciaban de esta manera por lo denso de la contaminación, busqué la luna, pero estaba escondida tras una nube negra; pero aun así el cielo lucía esplendoroso lleno de estrellas. Estaba tan embobada mirando hacia arriba que tropecé y caí al suelo, mis manos y mis rodillas estaban sangrando, estaba sola en medio de la oscuridad y me senté en medio del camino a llorar como una niña, no sé si esta caída fue el pretexto para sacar ese sentimiento que tenía guardado en mi pecho, no había llorado en ningún momento al enterarme de la traición de mi exesposo y de mi «amiga», ni durante el divorcio; ni siquiera cuando le conté a mi madre el motivo de mi separación. Ahora estaba sola nadie podía verme, lloré, grité, y juré que sería la primera y última vez que lo haría. Realmente deseaba que lograran ser felices, a pesar de su traición no podía evitar sentir un gran cariño por ambos y ese bebé, que estaba por llegar no tenía la culpa de nada, incluso sentía que lo quería, después de todo era el hijo del hombre que amaba y de mi mejor amiga y en otras circunstancias, seguramente habría sido su madrina. No podía guardarles rencor, el amor es así, simplemente llega y se va cuando menos te lo esperas; Yo siempre he creído en Dios y algo dentro de mí me decía que todo pasaba porque él tenía destinado algo mejor para mí.  Mis lágrimas hicieron que los ojos se me irritaran, quise limpiarlos y mis manos llenas de sangre y tierra solo empeoraron la situación, las luces titilantes a la orilla del camino comenzaron a bailar a mi alrededor como si quisieran consolarme, no eso era imposible, el dolor me estaba volviendo loca, sacudí mis manos y limpié la sangre con mi pantalón ya había llorado suficiente no sé cuánto tiempo permanecí sentada en el suelo me levanté y continúe con mi camino. Cuando llegué al jardín de la cabaña la nube que cubría la luna había desaparecido, la tenue luz que irradiaba me hizo sentir como en un cuento de hadas, podía imaginar al cisne convertirse en princesa a la orilla del estanque ¿dónde estarán todos los animales que vi a mi llegada?, no podía ver a ninguno, supongo que durante la noche se resguardan en algún lugar; al fin llegué a casa, no estuvo tan mal al final de cuentas,  mi temor se disipó con mi caída- ¿ya viste? no hay nada que temer – me dije a mi misma. Entré a la cabaña y el olor de incienso que antes se me hizo familiar era citronela, ahora recordaba el nombre, es una planta utilizada para ahuyentar mosquitos y yo acostumbraba comprar un repelente natural hecho a base de esta planta. Miré a mi alrededor, era la primera noche que pasaba en mi nueva casa, era la primera noche de mi nueva vida…
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