Capítulo 3

1565 Words
El cachorro se quedó afuera el resto de la tarde, es inquieto, salía por momento a la ventana a verlo y de pronto ya no lo ví, pero luego volvió a aparecer con algo de leña y unas frutas, es extraño como ocupo ese lugar donde tengo la vista perfecta hacía él, como si quisiera que lo observará. Cuando llegó la noche me preocupó un poco, eso es lo que me desagrada de la compañía, he perdido mucho el tiempo al verlo, podría haber hecho otras cosas más importantes, ya era tarde cuando lo ví acomodarse en el suelo y quedarse dormido, era extraño ver como estaba ahí tan tranquilo durmiendo, yo no podía hacerlo, no recuerdo cuando fue la última vez que dormí bien en mi vida, solo lo hacía si era necesario, tenía que estar alerta y aún estando bajó este hechizo de protección estaba alerta de los vampiros. Parte del poder de la oscuridad que manejaba me advertía cuando estaban cerca, era una habilidad que solo yo tenía, pero aún así, mi temor me mantenía alerta, en cambió el chico estaba ahí durmiendo en suelo, tranquilo, como si el bosque lo protegiera de todo. ¿Tendrá frío? ¿Estará cómodo? Lo dudé un instante, pero no iba a dejarlo entrar, aún no le tenía confianza, pero la noche empezaba a ser fría y no podía dejar que se enfermerá, si es que los lobos se enfermaban. Fui a la habitación y busque una sábana limpia, también quería verificar el hechizo de protección y hacerlo un poco más fuerte, no quería que ningún animal entrará a lastimarlo, al abrir la puerta lo ví moverse y la cerré de inmediato volviendo a entrar a la casa. –¿Estás bien? –escuché su voz a lo lejos. Soy una tonta, debí imaginarlo, tiene un buen sentido del oído, no es que esté durmiendo tranquilamente. –Eh... sí, solo quería ver que todo estuviera en orden. Abrí un poco la puerta y lo ví estirar las manos hacía arriba, sus musculos se tensaron y trate de quitar la mirada cuando me di cuenta que lo estaba viendo demás, controlé los latidos de mi corazon y volví a salir. –¡Toma! –le lancé la sábana y él la atrapo –. No quiero lidiar con alguna enfermedad. –Gracias. Lo ignoré y fui verificar el hechizo me detuve al sentir a unos vampiros, estan lejos y parece que van al lado Norte, creo que ahí hay un pueblo de humanos, lo que sea, no es mi problema. –Deberías ir a casa, cachorro. –Si quieres que me vaya, lo haré –mencionó. No le respondí, estar aquí fue decisión de él, que no quiera hecharme la culpa de estar aquí ahora. Por la mañana lo ví con la manta que le dí, estaba durmiendo profundamente, fui a la cocina y empecé a trabajar en unas posiones, necesitaba algo nuevo, tenía que recoger unas plantas de alrededor, así que salí de la cabaña, el chico no se movió del lugar hasta que me vio alejarme un poco, toma su distancia y no me habla, solo está ahí observando lo que hago, yo tampoco le dirijo la palabra, espero que se vaya pronto, vuelvo a entar a la casa y él se queda de nuevo en su lugar, salgo a ver a la ventana cuando siento un olor muy rico y veo que tiene algo en una pequeña fogata, solo espero que no destroce mi jardín. ¿Cuánto tiempo más estará aquí? * Ha pasado una semana desde que conocí al cachorro en el río, desde entonces ha estado afuera de la cabaña sin decir una palabra o querer acercarse a mi. Voy una vez por semana al río, en ocasiones salgo a los alrededores a tomar aire y hacer un recorrido para asegurarme que no hayan vampiros cerca; el día que salí a los alrededores me siguió, no le digo nada porque no me molesta su compañía, incluso de alguna manera me agrada aunque no cruzamos palabras. Por momentos desaparece supongo que debe salir a conseguir algo de comida, lo veo encender esa pequeña fogata como si nada y a veces huele muy bien, mi estómago tiene mucha curiosidad por probar lo que cocina, pero mi orgullo es más fuerte. Observó por la ventana al cielo y sé que lloverá, cansada de estar en la ventana viendo que hace y preocupándome por él, salí a la puerta. –¡Cachorro! –grité y él volteo a verme –. Entra a la cabaña o te mojaras. –Aquí estoy bien –respondió. –Entra ahora, después no te dejaré entrar mojado –le advertí, se levantó y caminó hacia la cabaña. –Estás segura que va a llover, solo mira el sol en el cielo –señalo arriba. –Entra –le ordené. Así lo hizo, no sabía muy bien que hacer así que le señalé el único sofá que había para que tomará asiento, no habló o preguntó nada, tiene una expresión curiosa, me gustan sus expresiones, son tan transparentes. Una hora después comenzó una fuerte lluvia con relámpagos. –No volveré a dudar de ti –mencionó viendo con asombro a la ventana. –Soy una bruja que no se te olvide, cachorro –le recordé dándole una taza de té de hierbas. –Gracias, soy Ethan –sonrió parece que lo hace mucho, yo no recuerdo cuándo fue la última vez que sonreí. –Amelia –hablé –. ¿Tu manada no está preocupada por ti? –Me comuniqué con mi Alpha y le dije que estaría fuera unos días –respondió. Lo he visto aquí todo el tiempo y no creo que su líder esté cerca, no le pregunté como se supone que se comunico con su Alpha, supongo que es algo similar a los mensajes de las brujas. –Bien, no tengo otra habitación así que puedes dormir aquí, te traeré ropa de cama –señalé el sofá. Qué suerte que la cabaña tenía un sofá aunque lo usaba en muy raras ocasiones. –Está bien, gracias. Fui al dormitorio, tomé una almohada de la cama y unas sábanas, las lleve hacia el cachorro y se las di, las tomó acomodándose en el sofá, decidí dejarlo ahí y me voy a la habitación, no quiero hablar con él. Jamás había tenido a alguien aquí, es un poco incómodo, estoy acostumbrada a vivir sola. Ethan: El Alpha nos llamó para una misión de explorar más allá del territorio de la manada, al parecer han ocurrido ataques de vampiros muy seguidos y quiere asegurarse que no tengan un lugar cercano a la manada. Desde que el antiguo Rey Vampiro comenzó la guerra con las brujas ha estado fortaleciendo su ejército y se escuchan rumores de una guerra con los hombres lobo, estoy cerca de un río cuando Damus mi lobo siente la presencia de nuestra pareja, decido dejar que me guíe sin reclamo, pero al acercarme siento un olor a flores silvestres y hierbas, este es el olor típico de las brujas, al pasar los árboles escucho su voz preguntando quien esta ahi, salgo y al verla me quedo sin palabras, está utilizando una especie de energía para controlar el agua del río, definitivamente es una bruja es tan hermosa con su cabello castaño, sus ojos plateados y pálida piel, lleva unos jeans y una capa negra encima que cubre la mitad de su cuerpo, Damus está emocionado y seguro que es ella y yo estoy sorprendido por su belleza, me pide que la rechace de inmediato y me doy cuenta que su corazón es bueno a pesar de que no sabe quién soy se preocupa por mí. –Alpha –hablé a través del enlace mental mientras estoy sentado observando a la bruja cuando recolecta unas hierbas. –¿Encontraste algo Ethan? –preguntó el Alpha inmediatamente. –Aun no, pero no llegaré pronto a la manada –comenté. –¿Pasó algo? –dudó. –No, solo... Creo que encontré a mi pareja y necesito tiempo –expliqué sin dar más detalles. –Excelente Ethan, tomate tu tiempo, recuerda que tu descendencia es importante para nuestra manada –mencionó el Alpha y se concluyó el mensaje. Cuando termine el mensaje note que guardo todo en su pequeña maleta y comenzó a caminar, aunque no se a donde va, si ella me lo permite la seguire, no puedo separarme de ella y necesito saber más, caminé detrás de ella y llegamos a una pequeña cabaña, no quiero molestarla así que busco un lugar cerca de un árbol y me quedo ahí, llegará el momento en donde salga a hablar conmigo, es muy fácil estar aquí y por momentos dejó que Damus salga a cazar algún animal para cocinar y comer. He leído sobre las brujas y su historia es muy triste, incluso han llegado a evitar cualquier contacto con alguien más por miedo a ser descubiertas, ellas solo sobreviven en estos tiempos, le daré tiempo a la chica para que sepa que no le haré ningún daño. Escuché su voz llamándome pidiéndome que entre a su cabaña, pero no siento que sea correcto hasta que prácticamente me amenaza, al parecer las brujas pueden predecir el clima porque sus palabras tienen sentido cuando comienza una tormenta… Su nombre es Amelia.
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