Capítulo 2

1284 Words
Narra Amelia: Han pasado cuatro años desde la profecía de Nora, aunque he estado sola y no ha pasado nada, esas palabras aún está en mis pensamientos, lo que me tiene confundida es que dijo encontrarás a tu pareja y los únicos que encuentran a su pareja destinada por la Diosa Luna son los hombres lobo por eso han vivido por cientos de años. Los hombres lobo viven en manadas en el área boscosa alejados de las ciudades, consiguen parejas ya sea de su misma especie o humanas y se reproducen, así conservando a su manada, he estado cerca de los territorios de las manadas, pero estoy segura que si pido el paso jamás me lo darán, si lo hacen, eso significa aceptar a las brujas como aliadas y una guerra contra los vampiros, los lobos jamás se involucran en una guerra que no sea suya, es como una de sus reglas, son fuertes, ágiles y siempre están en grupo, su misión individual es proteger a su manada y nada más. La vida de una bruja en este tiempo es muy difícil, debemos mantenernos ocultas de lo vampiros, alejadas de los territorios de los lobos y alejadas de otras brujas, no podemos confiar ni en nuestra propia especie porque serían capaces de traicionarse para sobrevivir, me movilizó cada cierto tiempo lejos de mi pequeña cabaña para que no me puedan detectar, quedarse en un solo lugar mucho tiempo puede ser riesgoso. Por el momento me quedo en mi pequeña cabaña, algunas brujas tenemos lugares donde refugiarnos para realizar nuestros hechizos y descansar. Gracias a los hechizos de protección a los vampiros les cuesta identificarnos, pero de cualquier forma no podemos quedarnos mucho tiempo en ese lugar, utilizo este lugar para hacer mis pociones, parece que perteneció a una familia antes, estaba deshabitada en aquel entonces, pero quedaba un poco de ropa y algunos juguetes que tiré, seguramente eran brujos que huyeron; después de limpiar, me instalé aquí porque hay un río cercano donde he sembrado algunas hierbas que puedo utilizar para mis hechizo, solo hago lo necesario para sobrevivir. * Es un hermoso día con el sol resplandeciente en el cielo despejado, decidí salir a los alrededores y al pequeño río que está a un par de kilómetros donde llenó las botellas de agua y recolecto hierbas para traerlas a mi pequeña cabaña en el bosque, me veo al espejo para arreglar mi cabello castaño y me quedo por un momento viendo mis ojos gris plata… soy una bruja… si no fuera una bruja tan poderosa podría vivir con los humanos y no sufrir alejada de todo. Dí un suspiro y tomé mi capa negra con una capucha para cubrir mi cabeza y dirigirme al río. Siempre he soñado con ir al territorio humano, muchas brujas que tienen sangre humana han ido ahí y tienen una vida relativamente normal, olvidan su mitad sobrenatural y los vampiros no las pueden detectar, algo que yo no puedo hacer porque mis dos padres eran brujos. Observé que no hay nadie alrededor, evitó todo contacto, ya he perdido demasiadas personas en mi vida y no creo poder soportar otra muerte que no sea la mía, bajé mi pequeña maleta negra y saque las botellas vacías, tengo agua en la cabaña, pero el agua del río contiene mejores propiedades para realizar mis hechizos, comencé a llenar una por una, intente recordar algunos momentos de mi vida, ni siquiera recuerdo cuándo fue la última vez que ví a alguien. ¿Qué clase de vida es está? Solo me ocultó de todo y todos, encerrada en mis pensamientos pasando los días. Escuché un ruido entre los árboles que me hace salir de mis pensamientos, me levanto y utilizó el hechizo para controlar el agua lista para atacar. –¿Quién está ahí? –Alce la voz viendo a todos lados, no puede ser un vampiro porque es de día, tampoco otra bruja porque sentiría su poder, un humano tan adentro del bosque... Tal vez. Puede ser que estoy exagerando, pero no me arriesgaré a nada. De pronto un chico sale de los árboles, es un poco alto lleva unos pantalones verdes y una camisa negra sin mangas que hace notar sus músculos, es de tez morena y cabello azabache con ojos color azul grisáceo logró ver que en su espalda lleva un arma que parece una guadaña, al verlo y sentir su energía me doy cuenta que es un hombre lobo, está parado sin decir una palabra. ¿Qué hace un hombre lobo tan lejos de su manada? –Solo eres un cachorro –mencioné bajando el agua al río. Me sigue viendo y no dice nada. Los lobos no son una amenaza, ellos no atacan brujas aunque tampoco nos ayudan. –¿Qué haces aquí sin tus amigos, cachorro? –pregunté. Es extraño ver a un lobo solo, siempre andan en manadas y cuando están lejos de su territorio están en grupos, los he visto en algunas ocasiones, son inofensivos y al verme solo siguen su camino sin cruzar palabras conmigo, pero este chico está ahí parado cerca del árbol viéndome, es incómodo. –Pareja... tú eres mi pareja –respondió finalmente el cachorro. En ese momento recordé la profecía que dijo Nora antes de morir y aunque tenía mis dudas este pobre chico está destinado para mí. –Lo siento, cachorro – comenté, me di la vuelta, pero sigue sin decir más, así que me detuve otra vez y lo ví –. Entonces dilo. –¿Qué cosa? – ladeo su cabeza, parece tierno y muy expresivo. –Rechazame y lo aceptaré, como lo hacen ustedes. En los años que he vivido, aprendí una o dos cosas de los lobos, al encontrar a su pareja destinada por la Diosa Luna pueden estar juntos para siempre con una marca en el cuello, pero si deciden no estar juntos se pueden rechazar, sabía que él debía decir unas palabras y yo diría acepto tu rechazo. –No te rechazaré –comentó moviendo su cabeza en negativa. Me detengo un momento para observarlo incrédula ante lo que acaba de decir, sabe que no soy de su especie ¿Qué le pasa? ¿Se habrá golpeado la cabeza por ahí? Se lo aclararé de todas formas. –Si sabes que soy una bruja y que conmigo no te espera nada, solo alejarte de tu manada y muchas desgracias –expliqué alzando la voz, pero él mantiene un semblante sereno sin que le afecte lo que acabo de decir. –Sé que eres una bruja desde que sentí tu olor, pero no te rechazaré –repitió el cachorro que parece sonreír, ¿por qué sonríe? No lo entiendo. –Cómo quieras –escupí y seguí llenando mis botellas de agua ignorando su presencia. Al terminar, recolecte algunas hierbas que necesito, lo empaqué todo en mi bolsa y al levantarme me di cuenta que el cachorro seguía sentado viéndome, lo observé por un momento y cubrí mi cabeza con mi capucha negra, comencé a caminar y sentí su presencia cerca, me esta siguiendo, decidí no darle importancia y seguí mi camino hacia mi cabaña. Llegué a mi cabaña y el cachorro pasó con facilidad el hechizo de protección que tengo alrededor, pensé que no podría entrar, es un hechizo poderoso, pero supongo que tiene que ver con el vínculo de pareja que le llaman ellos, entré a mi cabaña y al dejar mis cosas en el suelo, ví por la ventana, él está en un árbol sentado, no sé qué pretende con todo esto, pero está loco si cree que le voy a dirigir la palabra de nuevo, solo espero que se vaya pronto.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD