El comienzo de una enemistad. 2

4484 Words
Edith llego al restaurante una media hora antes de la que había citado a aquel hombre que llevaba varias semanas insistiendo en una reunión a solas con ella, no le gustaba mucho la idea de reunirse con un agente de la Interpol y su idea de citarlo en ese restaurante fue para su propia seguridad pues aclimató todo el lugar para su seguridad más personal. Yuri estaba con ella esperando pacientemente a que el agente llegara, tanta seguridad apostada afuera no hizo que la llegada de un Nissan Sentra de color rojo pasará desapercibida y cuando el hombre bajo fue revisado de forma minuciosa por la seguridad principal, uno de los meseros lo llevó a la segunda planta del restaurante que era el lugar que tenía la vista más espectacular y en la esquina de esa amplia terraza estaba sentada Edith con su inseparable mejor amigo. – Señorita Doménico, buenos días, muchas gracias por atender mi llamado. – estiro la mano hacia ella en un saludo. – Espero que esta cita no sea alguna burda trampa porque entonces vamos a tener serios problemas... – Edith respondió el saludo – Él es mi mejor amigo Yuri Biel y se quedara con nosotros durante toda la reunión ¿Desea algo de beber? – levanto la mano llamando la atención del mesero. – Un café estaría bien. – Ovidio vio al chico, era el mismo que lo había llevado con ella. – Un café, una malteada de fresa y un jugo de naranja con zanahoria. – Edith fue quien hizo todo el pedido en una demostración de que era ella quien tenía el mando. – En seguida les traigo su orden. – el hombre se retiró y otro mesero llegó. – Entonces señor Colson... – Edith sonrió – ¿Por qué me quería ver con tanta insistencia? – vio los ojos del hombre. – Me encuentro en una situación muy apretada y mi trabajo no me da ciertos beneficios, mi esposa está muy grave... – no pudo sostenerle la mirada – Mi sueldo no me alcanza y necesito un préstamo, la opción de ir a un banco seria morir con los intereses. – confeso por fin. – Es una pena que su esposa esté enferma, pero yo no realizo préstamos señor, eso debería hablarlo con mi padre. – se encogió de hombros mientras veía a Yuri. – Francis Carranza me dijo que usted podría ayudarme, dijo que usted era la mujer a la que yo podía asistir si necesitaba un préstamo grande y ya no sé qué más hacer porque nadie más quiere ayudarme, no tengo amigos que tengan esa cantidad. – levanto la mirada conteniendo las lágrimas de desesperación. – ¿Cuánto necesita? – Edith volteo a ver al mesero llegar con las cosas. – Dos millones de euros, eso cubre todo el tratamiento de mi esposa y me da para seguir guardando. – puso los ojos en ella nuevamente. – Le daré ocho millones a cambio de los expedientes de todos los agentes infiltrados en diferentes organizaciones de la mafia, rutas incautadas, jefes principales de Interpol, documentos que valgan la pena. – su pedido sorprendió hasta a Yuri quien se limitó a verla mientras bebía su malteada. – ¿Cuánto tendré que devolverle? – el hombre estaba muy desesperado. – Cero, si me da lo que le pido no tendrá que devolverme nada, pero si solo quiere un préstamo mi taza de interés es del diez por ciento mensualmente y le daría un plazo de dos años para que lo pague todo. – Edith solo le iba a dar dos opciones y para nada benevolentes. – ¿Puede darme la mitad y cuando le de la información me da el resto? – Ovidio iba a hacerlo. – Claro, pero sabe lo que va a pasar si falla su palabra. – llevo la pajilla a sus labios para beber el jugo sin quitar sus oscuros iris de él. – Lo se señorita, pero estoy con mi esposa desde que tenemos quince años y quiero seguir con ella hasta la vejez, deme una semana para conseguir esa información. – la vio asentir. – Bien, le daré un millón ahora y el resto cuando me de lo que le he pedido, espero que sea información real porque conmigo no se juega, este tipo de préstamos no llevara un contrato que nos ate legalmente, pero yo soy seria con las cosas. – vio a Yuri quien sacó un fajo de billetes. – He hecho de todo para conseguir hablar con usted, le juro que no voy a fallarle porque es la única oportunidad para salvar a mi esposa. – se le iluminó el rostro con esperanza. – Yo también estoy contratando infiltrados, un ingreso extra sería un bálsamo para su bolsillo, la mensualidad es de cinco mil euros. – bebió un poco más de jugo. – No sé si daría el ancho señorita, yo prefiero hacerlo una sola vez en mi vida. – Ovidio bajo la cabeza de nuevo. – Comprendo eso y me parece muy bien su decisión, pero la oferta queda en pie. – acaban de darle dinero a un agente corrupto de la Interpol. – Gracias por el préstamo y yo cumpliré mi parte del trato señorita... – Ovidio se puso en pie y estrecho la mano de Edith – Tengo que ir con mi esposa para pagar su tratamiento. – tomo la mano de Yuri y después se fue corriendo del lugar. Yuri era un hombre precavido y sobre todo iba a proteger a la mujer que le pagaba un jugoso sueldo aparte de que era su mejor amiga, investigo al hombre completamente y sabían que su historia de ese momento era completamente real, por eso es que Edith ya llevaba en mente conceder ese préstamo y de paso podría utilizar al hombre para su propio beneficio, nadie la iba a interrogar por sus decisiones. – ¿Qué vamos a hacer ahora? – pregunto él revolviendo la malteada. – Volver a casa no es una opción por el momento, el anuncio de André fue que se ha comprometido con Laura y eso a mí no me interesa. – vio al pobre Yuri atragantarse. – ¿Se comprometieron? – cuestiono con los ojos muy abiertos. – Si, eso significa que yo voy a pasar a un segundo plano porque él es hombre. – Edith puso los ojos en blanco. – Quizás eso beneficie un poco tu situación, el mando de tu padre también es algo muy bueno, no tiene que ser solo el de Antoni. – hasta cierto punto Yuri era un poco conformista. – Veremos qué pasa cuando me lo cuenten a mí y cuando hayan tomado una decisión final, solo espero que papá no planee dejarme como la sombra de André porque entonces si tendríamos problemas. – se terminó de beber todo el jugo. – Hay que esperar entonces... – dejo caer sus hombros – Oye ¿Qué hay en la genética de los Alenkov que producen hijos varones tan altos? Dios, el tipo que acompañaba a Jonathan era enorme. – ese comentario la hizo reír. – ¿De verdad no te acuerdas de Yura? cuando éramos niños te gustaba mucho pedirle que te cargara a caballito y hoy te vi saludarlo bien fríamente. – entrecerró los ojos mientras lo veía. – Te juro que no. – Yuri se encogió de hombros. – Se ha puesto bastante guapo con el paso de estos años y yo con mi debilidad por los hombres altos. – se mordió el labio inferior. – Ahí si comparto tu opinión, Yura está bastante guapetón, pero esa cara de culo también espanta un poco. – esta vez fue Edith quien se atragantó. – Solo a ti se te ocurre decir semejante cosa. – Edith soltó una risotada escandalosa. – No me culpes por decir la verdad... – se encogió de hombros como si nada – Oye ¿Qué vas a hacer con los tratados de paso por Francia? ahora que Jonathan está aquí me imagino que querrá reafirmarlos de nuevo y no le vas a poder dar el avión. – ambos se vieron a los ojos. – Me ofende que me hagas esa pregunta llevando veinte años de amistad y siendo tu quien mejor me conoce. – Edith termino su jugo. – Yo sé que tu idea es no firmarlos para darle un golpe bajo en cualquier momento, pero sabes también que tenemos un amplio repertorio ruso a quien podríamos aliarnos. – Yuri sabía por dónde es que ella quería llevar los negocios. – Es verdad y si te soy honesta me interesa más una alianza con Otabek Tkachenko. – ladeo la cabeza jugando con la pajilla. – Edith, es j***r a Jonathan, no causarle un infarto a Raymundo y medio mundo uniéndote al principal rival de Ivana en San Petersburgo, te recuerdo que fue el padre de Otabek quien le declaro la guerra a los Alenkov y esa declaración sigue en pie hasta esta fecha. – Yuri sintió que eso era demasiado. – Mientras siga unida a papá no voy a poder hacer ningún movimiento tan arriesgado como ese, necesitaría que alguno de los tres jefes me exilie. pero si te cuento un secreto, el padre de Beka desapareció hace un tiempo y su c*****r fue encontrado, la declaración de guerra se extinguió con esa muerte, salvo que nadie lo sabe. – Edith no era ingenua y había estado analizando cada una de sus posibilidades, además de cada punto débil donde podría golpear y desestabilizar a Jonathan. – Dudo mucho que alguien te mande al exilio teniendo bajo tu mando un país tan importante como Francia bajo tu dominio, Dios, hasta el presidente te invita a sus cenas familiares, todos conocen a Edith Doménico, pero nadie conoce a André. – la vio reír. – Sin saberlo papá cometió un gravísimo error y además de eso creo un monstruo que es capaz de destronarlo. – giro su cabeza hacia un lado viendo la belleza del lago desde tanta altura. – Destronar a las doce cabezas de los acuerdos de Sicilia y sin arruinarte la manicura. – se rasco la mejilla algo incómodo porque nunca se había puesto a considerar seriamente que su mejor amiga fuera tan esencial y a la vez tan subestimada en todo eso. – ¿Sabes que sería bueno? – Edith se mordió el labio inferior con una sonrisa – Montar mi propia fábrica de armas en el medio oriente lejos del radar de papá. – su fuerte era ese, armamento, mientras que el de su hermano eran las sustancias ilegales. – Necesitarías aliados para hacer algo como eso. – Yuri se emocionó un poco. – No aliados inversionistas, necesitaría compradores porque tengo el dinero suficiente para montarla. – froto su barbilla pensando en que se le estaban yendo las cabras hacia el monte con todo eso. – Estados Unidos es un mercado hambriento de armamento, tienes a Cerbero, podrías colarte entre otros mafiosos e ir consiguiendo compradores, en j***n tenemos al hijo de Saetang quien está a nuestro favor, esos serían los dos compradores más importantes. – ella sintiendo que estaba mal y Yuri dándole fortaleza a esas locuras. – Llama a Abasi Mostafa, quiero hacerle un par de preguntas con referencia a eso y si mi idea es posible. – se levantó de la silla con intenciones de irse. Edith tenía una cantidad de contactos absurda para la edad que tenía y cada uno de esos contactos estaba endeudado con ella de cierto modo, iban desde abogados de prestigio hasta figuras tan importantes como el presidente de Francia al que le financio la mayor parte de su campaña yendo en contra de las opiniones de su padre con respecto al candidato, pero todo eso lo fue haciendo bajo la mesa, solo para no generar fricciones entre la familia. Del restaurante fueron directo a uno de los hoteles al otro lado de la isla ya que Edith necesitaba un lugar tranquilo donde trabajar, lo malo es que ahí estaban personas fieles a su padre que seguramente ya le habrían informado donde estaba, en Cerdeña no se podía moverse sin que su padre lo supiera y eso era un tanto molesto. Permaneció en Carbonia hasta las dos de la tarde que fue un tiempo prudente y que aprovecho para reunirse vía videoconferencia con el señor Mostafa quien avalo su idea de la fábrica, incluso le dio las ideas para comprar algunas fábricas que estaban a la venta, el hombre se vio tan emocionado con esa idea que hasta se comprometió en buscar la mejor de todas para que llevara a cabo esa idea y es que una fábrica de ese calibre seria el repunte para las mafias de Egipto. Durante su regreso a Alguer recibió un mensaje por parte de Lloyd, su segundo mejor amigo y guardaespaldas de completa confianza al que su padre no apreciaba mucho ya que solo lo había dejado como un mensajero de muerte, a Edith no le gustaba mucho que James lo usara de esa forma, por eso la mayor parte del tiempo ella lo tenía trabajando en hoteles de Francia. En la casa del abuelo todos estaban en sus propios asuntos, los hombres en su lado y las mujeres por otro ya que a ellas no les importaban mucho los negocios que hicieran, en especial Sophie que estaba en los sillones bajo el árbol viendo a Eva, Layla y Sasha jugar con sus muñecas a los pies de ella mientras podía disfrutar de una taza con té de frutos rojos, a ella se le unió Ivana y Laura comenzando una conversación animada de cosillas de mujeres, ese cotilleo de señoras mayores al que Laura se unió alegremente y después de un buen rato Jonathan y Yura; aquella platica de señoras se vio interrumpida por la música a todo volumen que salía de uno de los autos que entro a la propiedad. Edith tenia influencias de muchas partes del mundo por sus relaciones amistosas y una de esas amistades, la más fuerte en el extranjero, le había mostrado un género musical que solo tenía dos opciones, o te gustaba mucho o lo odiabas, en su caso le gustaba y disfrutaba bailarlo entendiendo perfectamente sus letras en español. Edith bajo del auto sin esperar que nadie le abriera la puerta, lo hizo cantando, con el cabello suelto porque la coleta le molesto y sin el saco porque estaba acalorada, Elena que no estaba muy lejos aprovecho el estilo de su hermana para sacarle unas cuantas fotografías ya que era su pasatiempo favorito, pasatiempo aprendido del tío Adam y de su hijo Thomas. – Esta criatura cambia de bocinas cada mes. – comento Ivana viéndola darles órdenes a sus hombres. – Y esto que no la has visto montando fiesta, casi revienta los vidrios de la casa. – Sasha se rio viendo a su hermana mayor. – Edith ¿Posas para mí? – Elena se acercó con cámara en mano. – Claro que si foquitos locos... – era el apodo que le puso a Elena, foquitos locos – ¡No me importa que usted sea mayor que yo! – canto en voz alta haciendo que Yuri se le quedara viendo con extrañeza. – Esa fue una indirecta bien directa. – comento el hombre. – ¿Indirecta de qué? – Edith solo estaba siguiendo la música, no había visto quienes estaban afuera. – Jonathan está tomando el té con la suegra y su madre bajo el árbol, con ellos también esta Yura. – movió la cabeza para que viera. – ¡Aahh una cucaracha! – grito viendo hacia Jonathan, pero Yuri alcanzo a cubrirle la boca. – Nos van a pelar a los dos, estúpida. – ella se soltó a reír como loca. – Ustedes dos si están dementes y tú te estas ganando una buena tunda... – Elena empujo suavemente a su hermana – Que papá te escuche ofendiendo a su sobrino consentido y te va a levantar a regañones ¿Ya te conto mamá que el tonto se comprometió con Laura? – pregunto curiosa. – Si ya me conto, nos jodio la r**a ese matrimonio. – Edith los hizo reír. Elena estaba del lado de su hermana y desconfiaba de los primos rusos a pesar de que cuando eran niños todos jugaban juntos, quizás la única persona que estaría del lado de André seria su propio padre porque las féminas Doménico se apoyaban entre ellas a capa y espada al grado de ser capaces de recibir castigos que no les tocaban solo por proteger a la culpable. Después de estarse riendo un buen rato Edith y Yuri posaron para la cámara de Elena que siempre les buscaba los mejores ángulos, mientras eso pasaba Edith alcanzo a ver a las mellizas que iban caminando de forma sospechosa hacia las caballerizas y trato de terminar la sesión con su hermana para seguirlas porque en ellas no les creía ni los buenos días e imagino que intentarían hacerles algún daño a sus caballos solo por joderla. – ¡Lo escuche y no me lo puedo creer! – Mónica se cubrió la boca con una mano. – Tú crees que yo sí, saber que Edith fue concebida solo para hacerle el favor a la tía Ivana de traer a Jonathan y Laura de Rusia no es algo que pueda creerse así de simple. – Nanava estaba igual de sorprendida. – No... – su hermana lo pensó por unos segundos – No creo que solo por eso haya embarazado a la tía Sophie. – se cruzó de brazos. – De seguro que no porque tienen seis hijos, pero el mismo tío lo dijo, que Edith es la oportunidad para que Jonathan vuelva y papá dijo que le prometió a Edith su puesto con esas mismas intenciones. – las dos se vieron a los ojos. – Pobre tonta, se cree la gran cosa y cuando lo sepa se va a dar tremendo golpe contra el suelo. – Mónica soltó una carcajada. – Es que mamá bien lo dijo, una mujer no puede formar parte de esa mesa porque todos se la comerían viva y por el físico de Edith seria mucho peor, no hay nadie que la respete, bueno, nadie de los viejos porque los demás le tienen miedo. – Nanava se sentó en una paca de heno. – Podríamos hacer que Jonathan se enamore de Cristina, así sacamos definitivamente a Edith de todo esto, de todos modos, ellos se llevan bien. – froto sus manos como si fuera una mosca. – Para que meternos si papá ya dijo que no le iba a dar su puesto a ella y el tío James se lo dará a André ahora que va a casarse con Laura. – se encogió de hombros. – Porque el idiota de Jonathan está enamorado de ella, si ellos dos se casan Edith tendrá parte del poder, pero me da un poquito de pena porque papá solo la uso para asegurar una buena esposa para Jonathan. – Mónica arrugo la nariz. – Mamá ya ni se diga, porque todo ese plan fue entre ella y el tío James. – hasta cierto punto la lastima de Nanava era sincera. – Lo que importa es que el plan les salió bien, nuestros hermanos van a volver solo que Edith y André serán los tontos que usarán para eso. – Mónica no le tenía ninguna lastima a nadie más que a ella misma y a su hermana. – ¿Crees que el enamoramiento de Jonathan sea falso? que diga eso solo para atontar a Edith. – Nanava planteo un buen punto que hizo que a su hermana casi se le salieran los ojos de sus cuencas. – ¡Es verdad, así como es de sádico seguramente este jugando con ella, la está manipulando como manipulo a la madre de su hijo! – dio un salto con emoción. – Ahora me da mucha más lastima, los adultos están usando a Edith y ahora Jonathan, se convertirá en el juguete de todos después de esto. – negó con la cabeza de forma lastimera. Su madre llamándolas hizo que se cortara la plática y ambas salieron de las caballerizas corriendo hacia ella para comer la merienda sin saber que toda su conversación había sido grabada por Edith que las había seguido y se escondió en un buen lugar para escuchar todo, la verdad es que las siguió por un motivo diferente, pero enterarse de esa forma que todo su esfuerzo no valdría para nada en un futuro fue recibir una cachetada con un ladrillo y más doloroso aun enterarse que su tío Antoni había jugado con ella prometiéndole un puesto que jamás pensó en darle, salió de las caballerizas en busca de Yuri. – ¿Por qué tienes esa cara? – pregunto Ivana al verla agarrar del saco a Yuri y levantarlo del asiento. – Que te importa. – gruño entre diente alejándose con él. – ¿Qué pasa contigo? eso te costara un duro regaño por parte del tío James. – Yuri se espantó mucho porque si él la escucho, la mujer también. – Escucha primero y después preocúpate por los regaños. – le entrego su celular. Las malas costumbres también se aprenden y aunque se veía terriblemente mal que una mujer fumara, Edith lo hacía cuando estaba al borde de un ataque de ira y de ansiedad, estaba tan enojada por sentirse usada que saco la cajetilla de cigarrillos que Yuri siempre cargaba para ella y sin importarle tener a su madre enfrente encendió uno. – No sabía que Edith fumara. – comento Laura que los estaba viendo. – Si, eso es culpa de James. – Sophie ni volteo porque ya sabía. – Parece que está muy enojada, su lenguaje corporal dice que quiere golpear a alguien. – el comentario de Yura hizo que todos voltearan justo en el momento en que Edith lanzo una mesa de cristal al suelo. – ¡ME IMPORTA UNA REVERENDA MIERDA! – grito Edith a todo pulmón. – No puedes hacer un pancho aquí, sabes bien que te van a someter y aunque les expongas esto te van a dar el título de la loca del año. – Yuri se estaba esforzando por calmarla. – Ve a mi cuarto y arma una maleta con las cosas más importantes, arma la tuya y llama a Lloyd, nos vamos de la isla. – dejo escapar la bocanada de aire. Edith creció en medio de la modernización tecnológica más grande de la era, su rama fuerte eran las finanzas, pero también tenía conocimientos en informática y alta tecnología, su casa tenía un sistema de seguridad que dejaba en pañales al que su padre tenía y uso ese mismo sistema para llamar a todos sus hombres, las luces del borde que rodeaba la casa cambiaron a un color rojo y eso fue para que todos se movilizaran al frente en filas de cinco como si fuesen soldados. – Jefa, estamos todos. – dijo el jefe de escoltas. – Ve por mi saco al auto y me lo traes... – le comento a un hombre joven – Cinco filas de atrás hacia adelante se quedan en la propiedad en sus labores normales. – vio al chico correr y ayudarla a ponérselo. – ¿El resto de las filas? – pregunto el hombre. – Tres filas más se van de la casa llevándose cinco camionetas, las dos filas restantes se arman, quiero tiradores en el techo y escondidos, sedantes para caballos en sus armas y le disparan a cualquier ruso que se me acerque a más de seis metros. – con esas órdenes giro su cabeza hacia el grupito bajo el árbol que no habían escuchado nada. – ¡Ya escucharon a la señora, a moverse! – grito el jefe de escoltas moviendo a todos. Con el revoltijo de hombres que se formó nadie vio hacia donde se fue Edith y para Sophie fue un poco preocupante ver a hombres armados movilizarse a sus puestos de defensa, no paso mucho tiempo para James y los hermanos Giuseppe salieran de la casa alertados por tanto movimiento, fueron testigos del momento en que la rampa bajo dejando salir cinco camionetas blindadas del estacionamiento subterráneo que la casa tenia, James tenia túneles, Edith un bunker blindado con sus respectiva red de tunes para un escape seguro. – ¿A qué se debe todo eso? – pregunto Antoni viendo a la seguridad ya en sus lugares. – A mí también me gustaría saber porque mi hija ha activado toda su seguridad. – Sophie se levantó del sillón viendo a su esposo. – Yo no tengo idea, no me veas de esa forma. – James se encogió de hombros. – No hemos recibido amenazas de nadie para que se ponga en ese plan. – Jace levanto la cabeza escuchando como las ventanas del tercer y cuarto piso eran cerradas. – Pues algo debió haber pasado para que esté haciendo todo esto. – Jonathan se levantó con intenciones de ir a buscarla notando entonces que los tiradores fijaban sus ojos en él. Las dos familias se tuvieron que quedar en la mesa de la terraza ya que las puertas de la casa se habían cerrado por dentro, Yuri les explico que era solo una actualización del sistema inteligente que tenía la casa y que era algo temporal, fue tan convincente que todos se sentaron en la mesa del comedor esperando a que eso terminara y se pusieron a platicar sobre todas las remodelaciones que ella le había hecho a esa casa, pero Jonathan no formaba parte de la plática porque estaba inquieto con lo que Edith estaba haciendo y más porque sentia las miradas de todos los tiradores sobre él. – Jefe... – Yura acerco su silla a él – Nos están apuntando desde arriba. – susurro para que nadie más los escuchara. – Si ya me di cuenta, todos los tiradores tienen sus ojos sobre nosotros. – movió el frutero de metal usándolo como espejo. – ¿Qué hicimos mal para que nos pusiera bajo la mirilla? – Yura vio hacia el lado del mar. – No sé, pero procura no moverte bruscamente cuando ella salga que algo me dice que si nos van a disparar. – el sonido hizo que Jonathan volteara. James levanto un poco la cabeza centrando su atención en el helicóptero que cada vez se iba acercando más a la propiedad, solo había una persona que podía hacer esa estrambótica llegada y por eso mismo le restó importancia, pero esa llegada era porque su hija la pidió y si Edith se iba a ir de esa casa, al menos lo haría con estilo y maldad porque sabía que las mellizas eran unas envidiosas de primera, que mejor idea para encenderlas en cólera que demostrar una pequeña parte de lo que tenía.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD