Capítulo 10: “Tras las Ruedas del Destino”

1012 Words
La tensión en el aire era palpable, y las palabras de Diego resonaban en mi mente como campanas que marcaban el compás de un peligro inminente. Sentía que la brisa del mar traía consigo un sabor salado, pero también el eco de las decisiones difíciles que debía tomar. La luz del sol, que había comenzado a elevarse, ahora vertía su luz dorada sobre nuestros rostros, iluminando las realidades que no podía ignorar. Diego me miró con una mezcla de sorpresa y desprecio. Finalmente, después de un silencio que se sintió interminable, dio un paso atrás y cruzó los brazos, evaluando la situación. —Eres más valiente de lo que pensé —dijo con un tono que no estaba seguro si era de aprobación o desdén. Volteé a ver a Lucas, quien me ofreció una sonrisa de aliento; su presencia era un ancla en un océano de incertidumbre. A pesar de la amenaza implícita de Diego, algo dentro de mí se negaba a flaquear. Había llegado tan lejos, estaba decidida a seguir adelante. —No voy a ser una marioneta más en tu juego —respondí con voz firme, sintiendo cómo la determinación crecía en mi interior. La expresión de Diego se endureció. Había cruzado una línea, pero no importaba. Era el momento de actuar y, fueran cuales fueran las consecuencias, debía estar dispuesta a enfrentarlas. —Eso es audaz. Pero la valentía sin sentido puede ser peligrosa. —Lo sé y estoy lista —contesté. El temblor en mi voz se había transformado en seguridad. Diego se acercó un poco más, su mirada penetrante. —Si te mantienes aquí, debes seguir nuestras reglas. —No seguiré reglas que no elija —respondí. por primera vez desde que había comenzado a navegar en este mundo oscuro. Las palabras salieron firmes, como una promesa silenciosa a mí misma y a Lucas. Diego se echó a reír, pero su risa era fría, carente de humor. —Tienes mucha confianza, pero la confianza no te protegerá. Las decisiones aquí tienen consecuencias reales. La presión en el aire aumentaba, y el ambiente se cargó de una tensión palpable. Sentía que cada segundo se estiraba, y la incertidumbre se convertía en un peso en mi pecho. —Quizás no tengas idea de quién soy —dije, dejando que el desafío en mi voz resonara. El momento que había temido había llegado; estaba enfrentando a un hombre que no dudaba en utilizar a otros para conseguir lo que quería. «Pero hoy no me moveré», pensé con fuerza. Diego frunció el ceño. —No te equivoques. No estás en control aquí. Este no es un juego, y la línea entre aliado y enemigo es delgada. Afronté su mirada. En mis manos, sentí la decisión latente; no iba a dejar que el miedo me controlara. —No estoy aquí para ser un enemigo. Estoy aquí para encontrar mi camino. Si se interpone en eso, seré lo que necesites. —Veremos lo que pasa con esa actitud. Considere esto un aviso, Alejandra. La próxima vez que te cruces conmigo, no seré tan comprensivo. Diego dio media vuelta, dejando una sombra de amenaza en el aire. A medida que se alejaba, la liberación y la ansiedad chocaron en mi interior. Aún podía sentir la tensión vibrando en el ambiente mientras luchaba por mantener la calma. Con el corazón acelerado, giré hacia Lucas, quien observaba con una mezcla de preocupación y admiración. Era un momento decisivo; había puesto un pie en el terreno de la resistencia. —¿Te diste cuenta de lo que acaba de decir? —preguntó Lucas, sus ojos llenos de intensidad. —Sí, y eso significa que debo estar más alerta —respondí, respirando profundamente para tranquilizarme. La lucha que había comenzado no solo sería por sobrevivir, sino también por tener el control de mi futuro. A la distancia, podía oír los murmullos de los demás, el ruido del puerto despertando a su propia realidad. Las decisiones que haría a partir de ahora determinarían mi camino, así como las alianzas que elegiría. Había cruzado un umbral, y no había vuelta atrás. —Esto apenas comienza —dije, sintiendo la determinación burbujear en mi interior. Había tomado el primer paso hacia la independencia, pero sabía que el precio de esa elección podría ser alto. Mientras me preparaba para enfrentar lo que estaba por venir, una oleada de determinación llenó mi ser. Sentía cómo mi corazón latía con fuerza, la adrenalina corriendo por mis venas, y un hormigueo en mis dedos me recordaba que estaba viva. La tensión en mis músculos era palpable, lista para el desafío. Aquel nudo de ansiedad en mi estómago se convertía en energía pura, impulsándome a no dejar que nadie me detuviera. La lucha apenas comenzaba, y sabía que estaba lista para lo que vendría. *** Mientras el murmullo del puerto se convertía en un fondo distante, y las sombras se alargaban con la luz del atardecer, sentí la decisión gestándose dentro de mí. No podía dar marcha atrás. Elegí quedarme, y eso significaba aceptar las complejidades que venían con Lucas a mi lado. Su presencia era un misterioso enigma. Había momentos en que sus ojos brillaban con un entendimiento profundo, y en otros, parecían ocultar secretos que no estaba lista para descubrir. La tensión entre nosotros era palpable, un hilo invisible que nos unía a pesar de la realidad caótica que nos rodeaba. —¿Estás seguro de que quieres seguir en esto? —le pregunté, mirando sus facciones, tratando de leer sus pensamientos. Lucas se volvió hacia mí, una chispa de desafío en su mirada. —No hay vuelta atrás para ninguno de nosotros —respondió, su voz firme, pero con un matiz de vulnerabilidad que resonó en mí. Al instante, me di cuenta de que quedarme con él no solo significaba unirse a su lucha, sino también la oportunidad de descubrirme a mí misma a través de la curiosidad que él despertaba. La pregunta no era si estaba lista para lo que vendría, sino cuán profundamente estaba dispuesta a sumergirme en este mundo nuevo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD