En la mansión Martinoli.
Dos días después.
- señor Martinoli, ya tiene su prometida.- dice mi asistente muy alegre
- ok, sabía que no me defraudarias, y cuando la conoceré.- la verdad no tengo muchas ganas pero no me queda de otra.
- mañana vendrá para que platiquen sobre la mentira que le dirán a su abuelo.- se que Natanael es muy inteligente, tengo que hacer una buena historia para que mi abuelo no nos agarre en la mentira,.
- está bien , nos vemos en dos días, hoy voy a ir a un bar.- el me interrumpe
- señor, no creo que esté bien, en ir aún bar, ya sabe lo que pasa, y sí lo ven con una mujer no le creerán que está muy enamorado de su prometida.
- eso déjamelo a mí, nadie sabrá, estamos.
En un bar de la ciudad.
Hoy el habiente aquí está aburrido, le digo a mi mejor amigo Daniel.
- este lugar ya se puso muy aburrido desde que le abren la puerta a cualquiera, perdio el encanto.
- lo dices por qué no has encontrado con quién c***r .- me dice un poco divertido y tiene razón ni guna mujer se me antoja .
- no creo que hoy se me haga, no tengo ganas de eso, eh estado pensado, en como le voy hacer para que no me case, pero creo que ya no puedo echarme para tras ya que ya firmé mi contrato.- este dice que si quiero romper el contrato no puedo por qué tengo que pagar mucho dinero y eso no me lo puedo permitir.
- mira esas chicas se ven muy buenas.- me dice levanto la barbilla, señalando hacia dos chicas que por detrás se ven bien buenas.
- mira y aprende.- me dirijo hacia una de ellas, es un poco agraciada, pero no se ve mal, tienes un buen c**o y unos buenos pechos.
- hola.- le digo sonriente, ella me ignora.
- disculpa solo quería preguntarte por la hora.- esto no fallara.
- son las 11 de la noche.- dice mirando su reloj y acercándose un poco a mis oídos, ya que la música está muy fuerte, huele como ella, a sandía, me alejo.
- gracias.- me voy con mi amigo, el estar así cerca de ella me quema y me causa un dolor, llegó con mi amigo
- no se te hizo, verdad.- me dice burlón
- me voy, mañana tengo cosas que hacer.- antes de irme miró hacia donde estaba la chica y no la encuentro, donde está, pero que me importa .
Voy saliendo, cuando chocó con alguien, más bien la empujó, no se quita por dios tengo prisa, voltea y me da un ligero empujón que no me mueve ni un centímetro.
- quita tus sucias manos de mi espalda.- me dice la chica, no puede ser es ella la de la hora.
- ni quién te quiera tocar, fue sin querer.- ok se va a poner raro esto
- no te hagas, segun tu me pides la hora y ahora vienes y me tocas, no lo vuelvas hacer si no quieres acabar muy mal amigo.- me dice enojada ya levantando su puño.
- chica, no pienso pelear contigo eres una mujer y no pienso tocarte.- le digo pasando junto a ella y me despido.
- a dios.- ella solo me ve mal.
Voy en mi auto, pensado en ella, es bonita y tiene un cuerpo bien formado se le veía bien ese vestido azul pegado a su cuerpo, pero lo que no me gustó es el perfume que lleva puesto, a sandía, y no es que ese olor no me guste, al contrario es uno de mis favoritos pero me trae malos recuerdos.
En la mansión.
Entro a mi despacho, tomo una botella de tequila, bebo un buen trago en un vaso, no puedo sacarme este dolor del alma, como le haré, por más que la busco no la encuentro, llevo casi dos años buscándola pero nada.
Son casi las tres de la mañana cuando me voy a dormir, bebi mucho, solo así o el tomarme mi medicamento hace que que me olvide, que olvide lo que ocurrió hace dos años.
A la mañana siguiente estoy bien despierto, dormi cuatro horas, voy a mi despacho a terminar unos asuntos que deje pendientes, hoy es sábado no voy a mi empresa.