—Nath, cariño, tranquila, vas a estar, bien, vamos a estar bien, siento haberme alterado así, ovejita no pude contenerme—
Suelta en voz suave mientras yo solo hipo sobre su pecho, el latido de su corazón se vuelve más tranquilo, ya pierde aceleración con cada respiro, me incorporo lentamente quedando sentada sobre el suelo, pero agacho la cabeza, mechones de cabello caen por mi rostro cubriéndolo, aun siento lágrimas corriendo, una de sus manos se cuela por debajo de mi barbilla haciendo que alce la mirada, noto su cálida sonrisa acompañada de una dulce mirada de ojos esmeralda centellantes
—Amo esa habilidad que tienes para hacerme sentir, creo que ahora es más intensa, ¿los orgasmos los podré sentir aún más fuertes? —
—¡ANDREW! ¡dios! Esto es serio—
Respondo escandalizada mientras é
