Capítulo 7

2810 Words
Parpadeo un par de veces, ¿en serio? ¿me está aceptando? ¿me ama?, creo que me voy a desmayar, yo solo puedo sollozar, esto es más de lo que hubiera esperado, él solo me abraza protectoramente —Tranquila, Nath, llora todo lo que necesites, aquí estoy pequeña, estoy para ti, no te dejaré nunca, entiéndelo, mi dulce Nathalie, mi chica especial, me tienes jodidamente enamorado y con eso te juro que te cuidaré siempre y cuando me lo permitas— Inhalo su aroma y me separo un poco de él lo miro a los ojos y él acuna mi rostro tomándome por las mejillas —No quiero que te veas forzada a decirme que sientes lo mismo que yo por ti, tomate tu tiempo, yo te daré todo lo que tengo, me voy a esforzar para que te convenzas de que eres una mujer genial, una muy hermosa, solo acepta quedarte conmigo esta noche, te daré mi habitación yo dormiré en una para invitados, quiero que estés cómoda, pero sobre todo quiero que estés segura, ovejita— —¡Oh Andrew! — Sollozo y acerco mi rostro al suyo besándolo con desesperación, él me corresponde marcando el ritmo, lo cual agradezco, es suave, pausado, un beso liberador, uno que comienza a relajarme poco a poco con cada roce, es la primera vez en estos nueve años que me siento bien, ni uno de mis tantos terapeutas me dio paz, solían encararme para que enfrentara mi trauma y terminaba con ataques de pánico, ninguno me escuchaba como lo ha hecho Andrew esta noche, incluso puedo decir que siento que el peso sobre mis hombros se vuelve cada vez más y más liviano, como si con sus besos me liberara de mi trauma, al sentir que el aire me falta, rompo el beso y pego mi frente a la suya —Nathalie, ¿Qué me has hecho? Eres perfecta— —Si quiero ser tu novia— —¿De verdad? — —Si, vaquero, mi novio, mi jefe guapetón que me vuelve loca— —Mi chica, mi Harper Nathalie Collins, tú también me vuelves loco en más de mil maneras— —Creo que ahora sí puedo decir que me beso con mi jefe— —O que tu jefe es tu novio— Suelta y nos separamos un poco, al abrir los ojos lo veo ahí con una sonrisa coqueta, en definitiva me vuelve loca —Me siento muy cansada— —Es normal, liberaste mucha energía al sacar todo eso, pude notar tu aura como se iba inquietando de hecho tienes una habilidad muy asombrosa, tanto que hiciste que mi demonio interior quisiera salir— —Y ¿Qué habilidad se supone que tengo? Solo te dije lo que me pasó— —Me transmitiste todo lo que sentiste, pude sentir tu miedo, tu ira, todo Nath, eso es maravilloso, fue como si te conectaras conmigo, pero en definitiva me desarmas, no ha habido nadie en este mundo que saque mi lado demoniaco de esa manera, en verdad estaba enfadado y de no tenerte encima de mi ten por seguro que hubiera ido tras el tipo para desmembrarlo lenta y dolorosamente— —¡wow! eso suena un tanto perturbador— —Puedo llegar a ser muy malo si me lo propongo— —¿Ya has matado a alguien? — —Eres una ovejita muy curiosa, no creo que sea un buen tema para antes de dormir, pero se lo que es que te dejen con la curiosidad, así que te responderé, sí, he matado a bastantes personas y seres paranormales, pero no entraré en muchos detalles, ahora, cierra los ojos, nos apareceré en mi habitación— Asiento y hago exactamente lo que me pide, siento que la piel de mi nuca se eriza, ya es tan familiar que creo me acostumbraré rápido, siento como besa mi frente provocándome un suspiro —Ya puedes abrir los ojos, Nath— Parpadeo un par de veces y miro a mi alrededor, nos apareció sobre la cama, aun sigo encima de él que me sujeta como si fuese un bebé, su habitación es bastante amplia, una cama bastante grande con un cobertor azul marino con toques dorados bastante elegante, la pared frente a esta está pintada del mismo color azul y empotrada en ella una pantalla enorme, noto dos puertas en uno de los costados de la habitación otra puerta más y los burós a los costados de la cama, un espejo de cuerpo entero y un diván, el resto de las paredes son claras haciendo contrastar la obscura y logro ver unas cortinas que cubren lo que pareciera un acceso hacia un balcón —¡wow! esto es enorme, creo que mide lo que mi apartamento entero— —Algo así, me gusta tener mi espacio, ahora, señorita, de pie que debo mostrarte un poco de lo que tenemos por aquí— Sonrío y me pongo sobre mis pies permitiendo que él pueda levantarse —¿Qué son esas puertas? — —Es lo que te mostraré— Se acerca hacia la derecha y lo sigo, abre la primera puerta y me maravillo al ver un baño equipado al máximo, esto pareciera más un spa que un baño común —¡Carajo! Es enorme— —Te seré sincero, nunca he tenido tiempo para disfrutar la tina, lo único que uso es la ducha, siempre tengo cosas que hacer o uso el mal hábito de postergar las cosas, así que ahí está como nueva— —¿Crees que pueda usarla alguna vez? — —Claro, quiero que te sientas bien estando aquí, que estés cómoda y que uses todo lo que hay a tu antojo, ahora déjame mostrarte la otra puerta— Cierra la puerta del cuarto de baño y nos encaminamos a la otra, al abrirla veo un vestidor enorme con bastantes repisas, cajones y espacios donde se encuentran colgadas las americanas de Andrew y demás sacos formales junto a las chaquetas —Nunca he podido llenar este lugar, creo que si exageré en cuanto el tamaño de esto, pero quizás algún día logre convencerte para que lo compartas conmigo, sería interesante entrar aquí y toparme con tus tacones y demás ropa— —En verdad ¿quieres que me mude contigo? — —Me encantaría que lo hicieras, pero vuelvo a aclarar que no te presionaré— —Gracias, solo déjame pensarlo ¿ok? Creo que estoy pasando por muchos cambios que necesito procesar poco a poco, ahora necesito saber ¿Qué usaré de pijama? ¿no puedes hacer ese truco tuyo para aparecer en mi apartamento y traerme ropa? — Pregunto arqueando una ceja, el solo sonríe y niega con la cabeza —No me tomes a mal, Nathalie, sé que estás bien y que eres una chica fuerte, pero por mi comodidad no quiero dejarte sola, así que esta noche usarás algo mío para dormir — —Tu ropa me quedará enorme— —Tengo el mal hábito de postergar las cosas, así que debido a ese hábito aun no me deshice de un par de camisas que me quedaron chicas y unos interiores que también no eran de mi talla, que si bien no te quedarán al cuerpo, por lo menos no estarán tan grandes, como el resto de mi ropa— Me explica mientras se acerca a uno de los cajones buscando, luego se pasa a otro de ellos y se acerca de nueva cuenta a mi entregándome una camisa y unos boxers —Ahora ve a ducharte, hay toallas en el gabinete del lavamanos, al igual que tú también las guardo ahí— —Hasta eso tenemos en común— —Si, ahora ve y dúchate, yo lo haré en el baño de la habitación de al lado y luego vendré por mi antitranspirante y mi cepillo de dientes— —Duerme conmigo— Suelto en voz un tanto suplicante, él me da una cálida sonrisa y me acaricia la mejilla con sus nudillos —Eres mi tentación, ovejita, pero seré tan directo como siempre, si me acuesto contigo en la misma cama, me volverás loco y voy a tocarte toda la noche— —¿Qué tienen de malo un par de caricias? — —Eres muy inocente, cariño, no solo te voy a acariciar, puedo ser capaz de provocarte un orgasmo con una sola mano— —¡oh! Que grafico— —Si duermo contigo me será muy difícil mantenerme quieto y no quiero forzarte a nada, es por eso que prefiero darte tu espacio hasta que estés lista— —Te comportas como todo un caballero— —Lo seré para ti, ahora, anda, preciosa, ve a ducharte que ahorita vendré a darte tu beso de buenas noches— Sonrío y cuando estamos por salir del vestidor me da un azote en el culo provocándome un sonrojo, eso no me lo esperaba y se sintió increíblemente bien, es ¿caliente? Creo seria la palabra ideal —Pervertido— —Mucho— Ríe y cuando me giro en mis talones para encararlo, ya no está en la habitación, ya hizo ese truco suyo, ruedo los ojos y me encamino a la ducha, necesito un momento para relajarme, estoy cansada.       *************                       ***********     Parpadeo un par de veces, logro ver la claridad a través de las cortinas, debo aceptar que es la primera vez en tanto tiempo que duermo tan tranquila y esta cama es increíblemente cómoda, me estiro desperezándome y es ahí que escucho unos golpecitos contra la puerta —Nath, ¿Puedo pasar? — —Adelante, vaquero— Respondo con mi voz aun pastosa, la puerta se abre enseguida y este hombre con cuerpo de dios griego hace su entrada, con pies descalzos y vistiendo solo boxers, me sonrojo al instante, creo que mi pulso se ha disparado al máximo y no por llegar a tener un ataque de pánico como antes, sino por el deseo que puede provocar en mí, su cabello despeinado y rizado lo hacen lucir relajado, pero esa sonrisa suya me llena el corazón junto a sus ojos centellando en color esmeralda —Buenos días, ovejita— —Buenos días, vaquero, ven a la cama— Digo palmeando justo a mi lado, él se acerca y se sienta para después acomodarse a mi lado, lo abrazo, me encanta sentirlo y él me corresponde —¿Dormiste bien, pequeña? — —De las mejores noches de mi vida, aunque tengo curiosidad por dormir contigo— —Quizás será pronto, aunque de verdad eres todo una tentación, te ves sexy en esa camisa, y tus piernas me hacen delirar— —¡Andrew! — —¿Qué? Solo soy honesto, me gustas mucho, solo mira lo que provocas— Me separo un poco de él que con una mano me señala para que vea justo hasta ese punto de su anatomía, una enorme erección es contenida por esos boxers ¡Santo Jesús! En definitiva me iré al infierno por pecadora, me muerdo el labio al instante —¡Wow! es grande— —Prometo que seré todo un caballero y no te lastimaré, lo vas a disfrutar— —Eres un pervertido, nene— —Tú también tienes cierto grado de perversión— —¿Ah sí? — Pregunto divertida, él me sonríe y sé que está por decir o hacer alguna ocurrencia, me abraza y nos hace girar sobre la cama quedando arriba de mí, no puedo evitar reír, pero me quedo admirada de ver esa mirada tan tierna y cálida mientras acaricia mis mejillas —Eres hermosa, el sonido de tu risa es lo más bello que he escuchado en milenios, de verdad eres perfecta— —Tú eres perfecto, aunque estás algo loco o quizás mal de la vista— Ahora es él quien rompe a carcajadas contagiándome, se acerca a mi rostro y me da un suave beso —Eres todo un desastre con esto de los momentos románticos, yo te entrego mi corazón y tu sales con tus bromas espontaneas, pero no tienes idea de lo feliz que me haces sentir— —Te quiero, Andrew, en verdad no sabes lo que significas para mí, si bien no serás mi primero, desearía que fueras mi único —  Su expresión se vuelve seria y sus ojos centellean de color esmeralda, su mirada se vuelve profunda, ¿lo habré cabreado?, se acerca de nueva cuenta a mis labios y comienza a besarme, es lento al principio, pero poco a poco puedo sentir ese fuego, su lengua roza mis labios y es la señal para profundizar el toque, nuestras lenguas se unen en una danza y luego abandona mi boca dejando un reguero de besos que van desde ese punto hasta mi cuello, bajando por toda la curva hacia la clavícula, da una suave mordida que me hace gemir, mis manos viajan a su espalda y logro sentir cada uno de sus músculos, es increíble, abro mis piernas permitiendo que se acomode perfectamente sobre mí, vuelve a mis labios y ahora el beso es más desesperado, más necesitado, una de sus manos se cuela por debajo de la camisa y acaricia mi cintura, sube hasta tomar uno de mis pechos, me da un leve apretón y me estremezco ante el toque tan íntimo, pero no lo detengo, el beso continua al igual que sus caricias, mis uñas se encajan en su espalda, se siente tan bien y eso que solo me está acariciando, siento como mi intimidad reacciona empapando los interiores al sentir su erección contra mí, que aunque está contenida en sus boxers logro percibir su firmeza ¡Oh Lucifer! Me vuelves loca, ¡salve Satán!, su mano abandona mi pecho y me decepciono por un instante, pero me sorprendo al sentir como juega con el elástico de mi improvisada ropa interior, su mano se cuela hasta tocar mi intimidad por encima de la tela, rompo el beso con un gemido —Te haré sentir en más de mil maneras, Nath— Suelta en voz ronca y yo apenas puedo mantener mis ojos abiertos al sentir tanto placer, sus ojos centellean esmeralda y uno de sus dedos se cuela por debajo de la tela, el toque directo hace que arquee mi espalda y mis caderas cobran vida propia, sus labios van a mi cuello besándome, mis manos se aferran a su espalda y siento como sus músculos se tensan, pareciera disfrutar tanto como yo y eso que no estoy haciéndole nada, quisiera corresponderle, pero mi mente se centra en el ritmo que sus dedos están tomando sobre mi intimidad estimulándome el clítoris haciéndome sentir al borde de la locura —¡Andrew! — Gimo su nombre, sé que pronto explotaré, esto es tan nuevo para mí que pareciera prohibido, su nariz recorre la sensible piel de mi clavícula y luego da otra suave mordida al mismo tiempo que introduce un dedo en mí, mi espalda se arquea de nueva cuenta mientras gimo, estoy empapada, acalorada, no lo puedo describir con claridad, él solo sigue con su dulce tortura llena de lujuria ahora introduciendo dos dedos acelerando su ritmo, no puedo más, voy a morir de placer —Dámelo, Nathalie, necesito que me lo entregues todo— Dice con una voz profunda y más pronto que tarde siento esa explosión dentro de mí —¡Andrew! — El cuatro de julio se queda corto, siento como me contraigo apretando sus dedos en mi interior, aprisionándolos, él se detiene aun sin sacarlos, acerca su rostro al mío dejando cierta distancia para verme, mi respiración es agitada, mis labios están entreabiertos, creo que estoy boqueando tal y como lo hace un pez, esto fue intenso, sublime y él me lo dio todo sin esperar placer para él a cambio, me sonríe de forma picara y saca sus dedos haciéndome estremecer, pero mi sorpresa es aún más grande cuando veo como se los lleva a la boca chupándolos, cierra los ojos como si estuviese disfrutando de mi sabor, ¡carajo! Es tan excitante —Sabes tan bien, ovejita— Trago en seco, acabo de experimentar mi primer orgasmo proporcionado por el hombre perfecto —Andrew, quiero…— Interrumpe mi frase poniendo su pulgar sobre mis labios silenciándome —¡Sht! Tu placer es el mío y estuviste sublime, pero créeme, pronto te tomaré, te haré mía y será tan increíble que me harás sentir como toco el cielo, preciosa— Dice y se acerca para besarme, sonrío contra sus labios, esto de sentirse como una persona común y corriente que disfruta de su novio y del contacto humano es verdaderamente increíble, quiero más de estos momentos llenos de deseo y lujuria, quiero darle todo de mi a este hombre demonio, mi Lucifer.             *********               *********  
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD