38. ACUERDOS REALES

2179 Words
A la mañana siguiente ella me dice que saldremos para hacer una visita, así que nos arreglamos me aseguré de abrigarla bien y nos vamos en el auto hasta un edificio donde tomamos el elevador para llegar al último nivel, lo que me desconcierta un poco. —¿A dónde vamos? —Te dije que tenía a algunos de mis hombres en sus tropas ¿recuerdas? —me guiña un ojo en lo que toma mi mano para dirigirnos al helicóptero que espera por nosotros. En menos de diez minutos despegamos y al cabo de unos cuantos minutos más llegamos a otro edificio en el centro de Londres donde otro auto esperaba por nosotros en la entrada, ingresamos y nos trasladan al Palacio de Buckingham para una reunión exclusiva con la persona que menos me imaginé vería en este viaje. Cuando llegamos nos dirigen hasta un despacho muy amplio y sonrío al darme cuenta de que ella en realidad detestaría vivir en un lugar así, apenas y puede con la mansión en Nueva York (y solo cuando estamos todos reunidos), ahora mucho menos toleraría una jaula de oro gigante como esta. Llegamos con la reina quien ya esperaba por nosotros con ese porte tan propio de ella, luego de las formalidades tomamos asiento y Rag le entrega un folder cuyo contenido es desconocido para mí, pero basta con ver el rostro de esa mujer para saber que no es nada bueno lo que hay entre esos documentos. —¿Qué desea hacer al respecto con esto jovencita...? —Jhonson, Ragnar Jhonson, y no se deje engañar por la edad porque tengo toda la capacidad del mundo para tratar el tema que sea necesario como puede ver. —Muy bien, la escucho señorita Jhonson. —Quiero inmunidad en sus dominios dentro y fuera de Gran Bretaña sin importar los asuntos a tratar al igual que mis hombres, solo mi mano podrá juzgar sobre sus vidas y también necesitaré que desmantelen todas las propiedades y cuentas de Oliver Wilkinson, si llega a haber trampas o excepciones, entonces esa información será divulgada y la corona se verá gravemente afectada. —¿Cree que puede venir aquí y amenazarme como si nada? —No es una amenaza, es un acuerdo y usted está en su derecho de negarse si así lo considera mejor, pero mis hombres están listos para una guerra que a usted no le conviene y como entenderá, es mejor no involucrar al parlamento en esto porque también tengo una lista de cosas por decir de cada uno de ellos. Ella queda bastante tensionada ante las palabras de Rag, al parecer esta partida será de ella. —De acuerdo, ¿algo más que desee? —Todos los detalles de lo que exijo están en el contrato al final del folder, puede leerlo hoy y darme una respuesta a más tardar en dos días. —Debe entender algo señorita Jhonson, si permito esta solicitud sin consultarlo con el parlamento, entonces podría darse una disputa entre ellos y la corona. —Sé de qué habla y puedo asegurarle que si necesita ayuda yo se la brindaré ante el parlamento, usted y yo somos mujeres con mucho poder que harían lo necesario con tal de mantener el orden, aun cuando los hombres no comprendan o aprecien el valor de nuestra labor. —¿Por qué está dispuesta a tanto solo por un hombre? —Porque ese mismo hombre amenazó las vidas de los que me importa, ultrajó la mía hasta llevarme al borde de la muerte y estuvo cerca de provocar una tercera guerra mundial donde usted también se habría visto muy mal en la situación, por eso le solicito que lea la información completa y ya luego me dará una respuesta. —Lo haré, gracias por venir directamente conmigo para entregarme esto. —Es un placer colaborar con la corona y espero que tome la decisión más adecuada para todos, con permiso majestad. —Que tenga buen día señorita Jhonson, señor. Ambos nos levantamos dejando una leve reverencia y salimos del lugar, con todo lo que hay que caminar me preocupa que llegue a agitarse, la levanto entre mis brazos y ella oculta su rostro en mi cuello sin importarnos nada ni nadie, nos dirigimos al auto donde la acomodo y así como vinimos, así mismo nos devolvimos a la casa que queda en el centro de Londres. —Creí que volveríamos a Birmingham. —Todavía no, hay mucho por hacer aquí antes de volver, pero igual hablé con Travis para avisarle y que no se preocupara por nada, así como mandaré a buscar por los Müller para que se queden con nosotros en este lugar. —Te mueves bastante rápido cuando se trata de trabajo. —No me gusta perder tiempo en tonterías, soy más directa con todo para no tener que lidiar con imbéciles y asegurar mis victorias siempre, eso lo aprendí de ti y de Livi. No dije nada más y me limité a tomar su mano en silencio para llegar a la recámara, cada uno se dio un baño y nos pusimos más cómodos en lo que llegaba la tarde para atender a los hermanos. Me había quedado esta vez en su alcoba para monitorearla todo el tiempo, estaba sentado frente a la ventana con Jack analizando todo lo ocurrido en estos últimos días y escucho sus pisadas acercándose a mí, ella queda detrás rodeando mi cuello con sus brazos y deja descansar su cabeza en mi hombro mientras admiramos la lluvia londinense. —¿No quieres saber qué había en el folder que le entregué? —Será más interesante averiguarlo en el camino, si es que es posible. —Lo será, por ahora solo resta esperar las próximas cuarenta y ocho horas —bebo otro trago del vaso y acaricio uno de sus brazos sintiendo la suavidad en este. Me alegra saber que pude salvarla a tiempo para seguir disfrutando de estos momentos a su lado, no imagino cómo sería si estuviera con ella en esos viajes cuando trabaja, pero de alguna u otra forma quería averiguarlo, quería conocerla en todos los ámbitos de su vida. —¿No estarías más cómoda sentada? —Sí, pero desde aquí puedo ver la lluvia y a ti al mismo tiempo. Giro mi rostro quedando nuestros labios a solo un par de centímetros y ambos sonreímos suavemente sin perder el contacto visual. —Además de Travis, tú eres lo mejor que he tenido en mi vida Rag. —Y tú eres lo que necesitaba en la mía, solo entre locos podemos comprender esta penumbra en la cual nacimos y vivimos. Dejo una caricia en su mejilla y abro sus brazos para separarla un poco de mí. —Ven conmigo pequeña que estás muy lejos. La atraigo dejándola sentada en mi regazo y la abrazo perdiéndome de nuevo en todo su gélido y exquisito ser, paseo mis manos bajo sus prendas para recorrer su cintura y espalda mientras ella abre los botones de mi camisa para acariciar mi pecho con delicadeza. No sé qué tiene esto que lo hace tan narcótico, pero no hay nada igual en el mundo. Después de mediodía saqué las muestras para hacer las pruebas y las envié para que me entregaran los resultados lo antes posible, nos cambiamos para atender a los Müller y la veo con unos botines, jean y camisa sin mangas, todo n***o, se hace una cola alta en el cabello con algunas ondas en las puntas y viste una campera de cuero roja como toque final. —Te ves soberbia mi pequeña. —Es solo para trabajar y la campera me la regaló Livi, pensaba usarla en Suecia o Dinamarca, pero tengo otros planes en mente. —Me encanta cómo luces. Acaricio y beso su mejilla para luego tomar su mano, tocan la puerta dando el anuncio de que los hermanos ya están aquí y nos dirigimos al despacho encontrándonos con ellos quienes se ven bastante tensos al notar su presencia, y es que ella ahora tiene una mirada mucho más fría y lúgubre a la de hace unos minutos, me recuerda a aquella noche cuando salió de esta misma casa con aquel vestido azul. Los hermanos se presentan con mucha formalidad ante ella dando cada uno su mano para ser estrechadas y luego pasamos a sentarnos en un sofá que se encuentra en el despacho, una de las mucamas trae café con algunos pasabocas dulces y salados para todos y luego se retira quedando solo los cuatro nuevamente. —Señorita Jhonson, mi hermano y yo queremos ofrecerle una disculpa por todo lo ocurrido, sé que no fuimos los causantes directos, pero sí debí estar más atento a las acciones que haría Oliver o cualquier otra persona con mi armamento para evitar situaciones como estas —dice Ares. Noto que ambos la analizan bastante, pero Adler pareciera estar más intrigado con ella, pues en su mirada veo curiosidad. —Es mejor dejar eso en el pasado Ares y pueden llamarme Ragnar, igual le agradezco a ambos que decidieran ayudar a Oz con el antídoto en tan poco tiempo, es por todo lo que hizo cada uno de ustedes que sigo con vida y eso dice mucho al respecto. —Sé que esto no compensará el daño que le fue ocasionado, pero hemos hablado y tenemos una oferta para hacerles a usted y Marcus, una alianza para ser más exacto. —Antes que hablemos de eso es importante que entiendan algo, mi padre no está al tanto de la situación y cuando lo haga se vendrán muchos problemas para todos, también deben saber que por mi propia mano ejerceré contra Alemania y más específicamente contra los Müller, esto no será de parte de la familia Jhonson sino bajo mi propia firma. —Supongo que al decirnos esto es porque también tiene una oferta para nosotros. —Supones bien Adler, es por eso que permanecerán en Londres unos días más y vivirán con nosotros en esta casa durante ese tiempo. Ella se pone de pie buscando unas carpetas negras que estaban en el escritorio y regresa para entregarle una a cada uno de los hermanos. —Por ahora les pido que lean bien ese documento, debatan en las próximas veinticuatro horas sobre la decisión que vayan a tomar y si aceptan, entonces firmen al final de ambos documentos, lo único que varía es el nombre de cada uno y por lo demás poseen los mismos términos, pero pueden leerlos con sus abogados en caso de que así lo requieran. —Disculpe, pero no podemos permanecer tanto tiempo en Londres, dependiendo de los resultados de hoy deberemos abandonar el país para hacernos cargo de otros asuntos. —Todos sus asuntos ahora me competen y como descendientes de la nobleza en la familia Müller, ustedes poseen un deber que no pueden evadir y lo saben bien, así que, hasta que la reina Elizabeth no tenga una respuesta a mi solicitud, ustedes no podrán salir de aquí o estarán evadiendo su responsabilidad como marqueses. Quién diría que esa pequeña aprendería a moverse tan bien entre la nobleza y la realeza ¿Acaso Marcus sabe de esto? Espero que no o me enojaré bastante con él por no habérmelo dicho antes. —¿Qué solicitud hizo a la reina y por qué estamos involucrados en eso? —Tengo la protección de la corona británica y al haber recibido un atentado directo por parte de Alemania, entonces esto puede ir más lejos provocando una guerra entre países y no solo entre mafias. Ellos quedan bastante sorprendidos ante el magnífico jaque en el que ella los ha puesto. —Está bien, nos quedaremos unos días más, leeremos el acuerdo que nos propone y quedaremos a la espera de esa respuesta, pero queremos saber todo lo ocurrido. —Así será, igual no pretendía guardarme nada y es importante que ustedes estén al tanto de todo, así que si me permiten su oferta la leeré también para tomar una decisión hoy mismo y mañana en la mañana nos reuniremos todos para ejecutar el siguiente movimiento. Ellos entregan su propuesta y luego se retiran siendo acompañados por una de las mucamas que los trasladará hasta sus habitaciones, mientras mi pequeña y yo quedamos en el despacho. —No sabía que los mafiosos se involucraran con la realeza y la nobleza. —No todos lo hacen, pero pude abrirme campo hace un tiempo sin que Marcus se enterara y obtuve buenos contactos por medio de algunos favores que les hice, es así como conseguí toda la información de ellos y la reunión con la reina. —Y de paso pudiste involucrar a tus hombres entre sus tropas, tan astuta como siempre mi pequeña. Ella levanta un hombro restando importancia, pero a su vez con una cara llena de orgullo mientras saborea los aperitivos con su café. Mi pequeña no conquista al mundo porque no quiere, o quizás ya lo está haciendo en las sombras; lo que le da más poder que a cualquier otra persona.
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