37. DE VUELTA EN SUS BRAZOS

2546 Words
Al cabo de un par de horas he retirado todo dejándola con los monitores necesarios, inyecto las últimas mezclas que hemos preparado y para este punto llevamos el sesenta por ciento de su organismo limpio. No veo la hora de terminar con esto para dormir varios días con ella en mis brazos. —¿Oz? Su voz es suave y se nota que está un poco seca su garganta, traigo un vaso de agua en lo que ella termina de abrir esos luceros para mí y tomo de nuevo su mano. —Buenas noches mi pequeña, bebe un poco antes de hablar. Así lo hace y luego la ayudo a acomodarse para quedar sentada. —¿Cuánto tiempo ha pasado? —Dos días desde que ingresaste al hospital. —¿Tuviste muchos problemas? —Algunos, pero nada con lo que no pudiera lidiar ¿cómo te sientes? —Siento el cuerpo muy débil y tensionado, el dolor es tolerable, pero las voces y las pesadillas son insoportables. —Tranquila, por ahora todo va muy bien y de seguir así podrás salir de aquí pronto. —Necesito que me saques ahora mismo de aquí Oz, no quiero estar un minuto más en el hospital. —Pequeña debemos monitorearte y en caso de que algo ocurra tendríamos aquí todo lo necesario. —No me importa, solo sácame de aquí Oz, esto me recuerda a una de las habitaciones en ese lugar, no quiero estar aquí. Sentí que esas palabras estrujaron mi alma al imaginarla en un sitio así, pero solo eso me bastó para querer sacarla lo antes posible. —También necesito que me comuniques con José de inmediato ¿Marcus sabe lo ocurrido? —No pequeña, pero Livi sí, ella se está haciendo cargo de Marcus para darnos algo de tiempo y tenemos cinco días antes de que él se entere de todo. Ragnar Oz me entrega el móvil con la llamada en curso hasta que al segundo timbre contestan del otro lado y él se retira para darme más privacidad. —Estaba a punto de llamarlo, estamos en St. Ives, lo encontramos en una mansión junto a otras personas en una especie de celebración, pero en realidad es una fachada para efectuar sus crímenes. Ya estamos viendo la mejor manera de atraparlo y poder salir con él lo antes posible. —Manténgalo en la mira, pero saca a nuestros hombres del perímetro, si llegan a descubrirlos allí van a asesinarlos sin preguntarles nada. —Señorita Ragnar, ¿se encuentra bien? ¿cómo se siente? —me pregunta entre preocupado y feliz. —Estoy viva y es lo único importante, haz lo que digo José, no quiero una masacre en ese lugar o las cosas se pondrán peor para nosotros, llamaré a alguien que tengo interno y luego te diré qué hacer. —Sí señorita, estaré esperando y me alegra saber que está bien. —Gracias, también me alegra saber que mis hombres siguen firmes a pesar de todo. —Siempre seremos leales a usted, estaremos a la espera de sus órdenes. Colgué la llamada y realizo otra contactándome con un aliado. No me gusta que nos relacionen con este tipo de personas, pero siempre es bueno tener a alguien dentro del círculo para obtener información y hoy me cobraría un favor. Según dijo mi fuente, Oliver lleva un par de días con ellos desfogándose y alardeando de haber acabado conmigo mientras usaba a los Müller como chivo expiatorio, de esa forma no lograrían detectarlo y se generaría una guerra contra Alemania en la cual él sacaría un gran provecho. Preparé una trampa muy apetitosa para ese perro sarnoso y solo restaba esperar a que mi fuente hiciera su parte para llevarlo a la red, él caería y mis hombres lograrían tomarlo sin necesidad alguna de salir heridos o muertos, además de que contaría con un apoyo extra bastante importante. Luego de todo eso veo que Travis va ingresando con unas bandejas de comida y me regala su bella sonrisa acompañada de un sonrojo. Es bueno seguir con vida para ver esos rostros conmigo. —Hola chiquita, ¿cómo te sientes? —dice en lo que deja un beso en mi frente. —Espero mejorar con el postre que trajiste. —Te traje tres para que no te aburras, pero antes debes comer adecuadamente o llamaré a mamá para que te obligue a comer. —Trav, no tienes que amenazarme con ella cuando sabes que me porto bien. Oz regresa a la habitación y nos saluda para luego tomar asiento a mi lado e inyectar otro coctel como hace unas horas, sea lo que sea que tengan esas jeringas me ha ayudado demasiado, pero no veo la hora de que amanezca para hacer el traslado. Pasamos un par de horas comiendo y hablando los tres juntos, me preocupa que ellos no han dormido bien, sobre todo Oz que lleva varios días sin dormir, no quiero ni imaginarme cómo estarán sus voces martirizándolo desde que todo esto empezó. Eran alrededor de las once de la noche cuando Trav sale de la habitación rumbo a la universidad, no quiero que se descuide en su vida e igualmente tengo a Oz para acompañarme. Nos despedimos de él y me quedo a solas con Oz, presiono su mano para llamar su atención y él me da una sonrisa un poco triste, acaricia mi cabello hasta que vuelvo a quedarme dormida, no era lo que quería, pero tampoco pude evitarlo. A la mañana siguiente me dan el alta y nos trasladamos a una vivienda cerca del hospital, en caso de que las cosas se compliquen al menos tendríamos lo necesario cerca de nosotros. Llegamos al lugar y Oz me levanta de la silla de ruedas para acomodarme como tanto nos gusta, me lleva a una habitación con un gran ventanal y me acuesta dejando un beso en mi mejilla. —Prepararé todo para que puedas descansar pequeña, más tarde vendrá alguien que nos está ayudando con otra parte del antídoto y esperemos que sea el último para que puedas recuperarte del todo. —¿Por qué no vienes a dormir conmigo? —Estoy bien pequeña, solo me importas tú en este momento. —Estás muy lejos y he tenido muchas pesadillas; así que ven a dormir conmigo Oz, aunque no sea como nos gusta; quiero tenerte a mi lado. Me muevo lo suficiente para hacerle espacio y él entra conmigo cubriéndonos con una enorme cobija, me acomoda con mucho cuidado entre su pecho y sus brazos y de nuevo siento el aroma de su piel. Por estar tan ocupado conmigo no ha podido cuidarse y se siente mucho el aroma del hospital en nuestros cuerpos, es desagradable, pero al menos sé que es él quien me acompaña. —Oz, prométeme que después de todo esto seguiremos con nuestro viaje. —No tengo que prometerte nada porque eso es justo lo que haremos y ya tengo nuestro destino escogido. —¿A dónde iremos? —Nos perderemos en Escocia, recorrí algunas zonas hace años, pero sé que contigo a mi lado, ese viaje será como si nunca hubiese estado ahí. —Solo asegúrate de que no tendremos más este olor a hospital y viajaré contigo a donde sea. Él me mira con una sonrisa más amplia y acaricia mi mejilla como suele hacer. —Si quieres puedo encargarme de eso antes de dormir. Asiento con mi cabeza y en la siguiente media hora él toma un baño para después ayudarme, se encarga de que el olor a hospital desaparezca por completo de nosotros y manda a cambiar las sábanas en las que estábamos para no sentir ningún rastro de ese lugar, luego cierra la puerta con seguro, las cortinas y se acuesta a mi lado como tanto nos gusta estar, entonces, entre esa cálida penumbra, nos quedamos dormidos profundamente sintiendo el aroma del otro. (…) Oz Despierto y una ligera luz se asoma por un angosto espacio entre las cortinas, está lloviendo un poco fuerte, me hallo algo desubicado en ese lugar y siento algo pesado en mi brazo, entonces miro con más atención y la veo durmiendo muy tranquila sobre mí, me aseguro de ver los movimientos en su pecho indicándome que sigue del todo a mi lado y una sensación de paz me invade por completo. Me muevo suave para quedar frente a ella y la apego más a mi piel, es tan hermosa mi pequeña. Un mechón de cabello cae en su frente y lo acomodo detrás de su oreja, ella como siempre despierta de a poco con ese gesto obsequiándome el segundo detalle más bello después de su existencia. —Buenas tardes pequeña. —Buenas tardes Oz. —¿Cómo te sientes? —Deberías decirle a tu visita que venga al amanecer para seguir durmiendo un poco más. —Lo haría, pero tú eres más importante, si quieres duerme y yo los atenderé rápido para volver contigo, ya mañana hablarás con ellos. —Está bien, pero quédate un poco más conmigo. —Hasta el último día de mi vida. Ella oculta su rostro en mi cuello y yo acaricio su cabello azabache impregnándome otra vez de ella, de esto tan nuestro que tenemos y nos alegra tanto la vida. Al cabo de un rato me alisto dejándola aún dormida y me dirijo a la sala para atender a los hermanos, Ares había tomado el primer vuelo en cuanto terminó con todos sus asuntos en Nueva York y ha estado muy al pendiente para ayudarnos. Como retribución, ellos dijeron que no cobrarían nada, aunque eso me tiene sin cuidado con tal de que ella esté viva y a salvo. —Un placer conocerte al fin Oz, soy Ares Müller. Estrechamos nuestras manos al igual que hice con Adler para saludarlo y nos dirigimos a un despacho que queda en la casa para hablar en privado. Es increíble ver cuánto talento hay oculto en personas tan jóvenes, ellos se notan que todavía no llegan a la mayoría de edad, pero con sus trajes, la forma de ser y su apariencia, logran pasar desapercibidos por personas entre los dieciocho y veinte años sin ningún problema. —Sé que mi hermano ya lo hizo Oz, pero igual quiero ofrecerles una disculpa, no suelo tomar pedidos de esa forma y la verdad es que me dejé llevar por la ambición, sé que eso no justifica nada y es por eso que me encargué de trabajar en esto mientras estuve por fuera. Él abre un maletín enseñándome una ficha técnica con el antídoto que había creado, además de dos muestras listas para ser inyectadas, reviso bien cada documento y por lo visto sí hizo su tarea con juicio en todas estas horas. —Como le dije a Adler, no me importan las disculpas siempre y cuando ella esté bien, espero que de ahora en adelante seas más cauteloso con lo que suministras. —Aprendí la lección y ahora me pondré más estricto con las ventas y los requisitos, de igual forma me gustaría hablar con los Jhonson para darles una disculpa y un acuerdo el cual mi hermano y yo hemos preparado como compensación. —Por ahora eso no será posible, mi hermano Marcus está ocupado con algunas cosas y Ragnar se encuentra un poco indispuesta, tal vez mañana que se practiquen los exámenes puedan hablar con ella. —Espera, jamás me dijiste que esa niña era Ragnar Jhonson —dice Adler y ambos hermanos quedan muy sorprendidos al escuchar su nombre. —¿Entonces quién creíste que era? —No lo sé otro familiar de los Jhonson, pero no específicamente Ragnar ¿Cómo pasó eso? —Es un asunto que no tiene sentido explicar, lo hecho, hecho está y ahora debemos asegurarnos de que ella esté bien ¿acaso eso cambia en algo las cosas? Los hermanos se miran entre sí como debatiendo el siguiente movimiento y yo tomo el maletín con su contenido. —Será mejor que lo discutamos mañana en la tarde con ella, porque esto puede cambiar todo el panorama —dice Ares —Mañana vendremos sobre las tres para hacer las pruebas y hablar de varias cosas con ella, gracias por atendernos —dice Adler estirando su mano para retirarse. Luego de despedirme de los hermanos preparé algo rápido para comer y llevé todo a la habitación, creí que quizás estaría durmiendo, pero la encontré de pie frente a la ventana con una de mis camisas. Me encantaba tener esas visiones de ella con su cuerpo de mujer, eran un deleite para mí en muchos sentidos porque me hacía pensar que ella tendría un buen futuro, aun si no fuese a mi lado. Dejo la bandeja en una mesa y voy hacia la ventana quedando detrás de ella, el panorama de la lluvia se volvía relajante para nosotros. —Mañana te harán más pruebas para saber si esta última inyección eliminará todo lo que queda en tu cuerpo o serán necesarias más. —¿Cómo has estado con las voces en estos días? —Desde que te desmayaste en el lobby han estado silenciosas. —¿Qué se siente escuchar ese silencio todo el tiempo? —Estoy tan acostumbrado a las voces, que ahora se me hace más ensordecedor el ruido de mi entorno que sus gritos. —Entonces debería dejar de tomar la medicación para que ellas se mantengan el resto de tu vida en silencio. Presiono fuerte su hombro en lo que tomo mi cabeza con fuerza al escuchar un grito al unísono de todas ellas diciendo un rotundo -¡NO!- ella se gira para verme con esa cara de travesura y niego con mi cabeza. —Al parecer solo hacía falta motivación —dice tan bella e inocente que me hace reír. —No la necesitaban, pero gracias, ahora tendré que lidiar otra vez con ellas. —Para eso estoy aquí, así no tendrás que vivir solo con ellas —¿y cómo no amarla por eso? —Me alegra saber que estás bien. —Y a mí que cumplas tu promesa de cuidarme siempre, disculpa por no decirte lo de Oliver, pero no quería que cargaras con ese peso. —No pequeña, yo noté las señales y aun así no te di la prioridad que merecías, pero eso no volverá a pasar porque nos apoyaremos más de ahora en adelante, solo me intriga saber si sabías o no acerca de ese elixir que él te dio. —No exactamente, sospecho que debió hacerlo mientras me violaba ya que nunca recibí ninguna bebida de él, si llegué a sentir algo diferente en un momento, pero con el dolor que él me provocaba y el ardor en la penetración todo se tornaba confuso en mi cuerpo. —Comprendo, por ahora lo importante es que salgas por completo de este peligro y que puedan atraparlo para darle su merecido. —No te preocupes que luego haré la siguiente parte de mi plan y lograremos tenerlo en nuestro poder. El resto de esa tarde y la noche estuvimos en la cama hablando, ella organizó a su personal quienes estaban ansiosos por tener a ese infeliz en sus manos y descansamos un poco más para que ella recuperara energía.
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