75. NO SOMOS NADA

2019 Words
Ismael Ya era cerca de las nueve de la noche, era hora del último biberón de Travis y quise hacerme cargo de este para que los demás descansaran, así que fui al cuarto de Oz encontrándolo profundamente dormido y por la expresión de su rostro es evidente que el dolor y las voces lo están torturando en sueños, lo que me sorprende es que una de sus manos sostiene con fuerza la almohada como si quisiera destrozarla, mas la otra que reposaba en la espalda de Travis estaba tensionada y al mismo tiempo la mantenía lo más quieta posible, casi como evitando despertarlo o lastimarlo aun cuando está dormido. No es la primera vez que veo reacciones de ese tipo en él, pero sí la primera que veo al dormir con su hijo. Traté de tomar a Travis lentamente, pero él, como si pudiera verme, rodea el pequeño cuerpo resguardándolo de todo peligro. —Déjalos —me sobresalté al escuchar la voz de Livi salir de la nada. —Maldita sea Livi, no hagas eso —rechisté, pero ella me hizo una señal de silencio y me indicó que saliéramos. —Cuando están así es mejor dejarlos dormir —menciona una vez cierra la puerta. —¿Es habitual? —No, por lo general Oz no está a esta hora en casa ya que suele llegar en la madrugada, pero en las pocas veces que ocurre preferimos dejarlos dormir juntos para que sientan la cercanía del otro. —Supongo que cualquiera estaría igual que él ante la situación de su hijo. —Creo que no, aun si Benji no estuviera enfermo, estoy convencida de que Oz haría lo mismo —afirmó con mucha convicción. —¿Por qué lo dices? —Porque su hijo lo ha cambiado bastante Isma, Oz vive, come, respira, sufre, trabaja y muere un poco cada día para que su hijo viva, a él solo le importa darle lo que nunca tuvo, cariño y felicidad, dos cosas que todavía no comprende bien aun con todo lo que hacemos, pero se esfuerza por dárselo. Algunos amargos recuerdos vinieron a mi mente haciéndome comprender su punto, pero igual no dejaba de ser sorprendente para mí al vislumbrar la imagen de ellos durmiendo. —Livi, sé que la condición de Travis es compleja pero… ¿es feliz? ¿no se ha arrepentido de tener a Travis? —una cálida sonrisa alumbró su rostro. —Le duele no poder darle amor como cualquier otra persona “normal”, según él, pero la verdad es que Oz sí sabe dar amor en actos silenciosos, como el de hoy por ejemplo, y respondiendo a tu pregunta, no, jamás se arrepintió de quedarse con Benji porque es el único que le enseña lo que es sacrificarse por amor y sonreír con total felicidad. —Gracias, me dejas un poco más tranquilo. —No te preocupes, igual mi abuelo y yo siempre los ayudamos y acompañamos en todo, no hay nada que temer. (…) Después que Livi fue a acostarse, quise quedarme en el jardín fumando un poco meditando todo lo ocurrido desde hace un año hasta el día de hoy. Es cierto que he tenido grandes avances en solo un año de carrera, he explotado todo mi potencial y me he apoyado mucho en Marc aun cuando estemos en diferentes universidades, incluso salíamos a divertirnos juntos, estudiábamos cuando era posible y nos manteníamos en constante contacto, solía decirme cuánto extrañaba a Livi y todos los planes que tenía a futuro con ella, quizás podría ser fastidioso escuchar toda esa melosería, pero al mismo tiempo era algo de envidiar al saber que su amor era correspondido incondicionalmente. Recuerdo que hace un par de meses me pidió que lo acompañara a una joyería para comprarle algo especial a Livi, al comentarme el propósito de esto creí que iría por un anillo de compromiso, pero él me sorprendió diciendo que primero quería la aprobación de Clyde y luego la de todos nosotros antes de darle el anillo, pero esto era una prueba de amor y la promesa de que en verdad quería algo serio con ella. Al escucharlo hablar con tanta ilusión y más cuando encontró la cadena perfecta según él, estuve revisando el lugar viendo todo lo que vendían, entonces encontré una cadena con un dije de estrella de mar en color ocre y lo compré impulsivamente, no sé si motivado por el romanticismo de Marc o qué, pero igual lo hice. Durante el trayecto a casa veníamos nerviosos, pero muy felices de volver a reunirnos nuevamente con la familia, tanto así, que incluso madrugamos para llegar a mediodía con todos. No obstante, venía con la mente revuelta al saber que vería nuevamente a la familia que me acogió y especialmente a Barb, quien a pesar de estar un año lejos sigue apoderándose de mis pensamientos, claro que a diferencia de Marc no desaprovecho la oportunidad de estar con alguna mujer y desfogar mi placer con otras, pero al final es ella quien regresa en esas solitarias noches donde quisiera tener a mis hermanos para no sentirme tan solo. Lo más chocante para mí fue al llegar y ser recibido por ese increíble abrazo de ella, lo peor es que este año pareciera haberla favorecido en todo sentido porque se veía mucho mejor, lo que no pude comprobar a profundidad en diciembre pues no estuvimos juntos (sexualmente hablando), pero ahora que traía menos ropa pude apreciarla mejor y mentiría si dijera que no me excité, por eso debí usar la carta de escape con Livi y Marc, aunque el escuchar la propuesta de ir al parque para compartir con Travis es algo que me emocionó más, adoraba a mi sobrino y verlo en brazos de Barb tan sonrientes despertó sentimientos e imágenes que no había plasmado hasta ahora. Nos divertimos mucho los tres mientras Samuel hablaba con una mujer de la iglesia que acompañaba a su hijo. Estábamos absortos en nuestro propio mundo, Travis reía con tanta emoción que me hacía borrar la cruel realidad por la que pasaba y ver a Barb sonriendo con él, hablándole tierno y disfrutando cada segundo de todo lo que hacían, desenfrenaba mi corazón, palpitaba por un deseo que no creí despertar tan pronto, pues el tema de formar una familia es algo que me dejaba dudando desde hace un tiempo, pero esta imagen me hizo desear una… con ella. —Pensé que era la única que no podía dormir —su voz resuena clavándose en mi pecho, pero no demuestro nada. —¿Te importa si te acompaño? —Adelante, es tu casa —toma asiento a mi lado, sigo fumando como si nada pero de reojo noto su nerviosismo. —Tranquila, él está bien y con algunas horas de descanso mejorará. —Eso espero porque no quisiera que las cosas empeoren, ya están bastante mal con Benji. —Barb… ¿Has pensado tener hijos? —solté empujado por el remolino de emociones. —Sí, pero primero quiero enfocarme en mi carrera, realmente deseo ser famosa y conquistar las pasarelas de toda Europa, ya después me enfocaré en formar una familia para que no les falte nada. —Lo dices como si fueras a terminar de madre soltera. —Nunca hay nada seguro en el futuro… sino mira a Oz —comentó desanimada. Le extendí mi mano para que se levantara y ella vino a mí sentándose en mi regazo quedando juntos en un abrazo que necesitábamos con urgencia. Ese episodio con Oz nos afectó demasiado, especialmente a mí al creer que quizás pude perder a mi hermano y más cuando vimos las marcas en su brazo, sé que él ha probado muchas cosas, pero hay drogas las cuales se ha negado a probar al conocer el nivel adictivo que puede generar, así que la sola idea de que sucumbiera a eso generó mil panoramas alarmantes para mí reviviendo dolorosos recuerdos. —Isma… ¿dormirías conmigo esta noche? —murmuró a entrecortada voz haciendo que la abrace más fuerte. —No tienes que preguntarlo. Apagué el cigarrillo y nos fuimos a su recámara tomados de la mano, lo que más me encantaba es que era la más apartada del segundo piso y brindaba más privacidad. Nos acostamos de lado viéndonos fijo en medio de la tristeza que nos rodeaba, ella se acercó un poco más y yo rodeé su cintura cortando toda distancia, no porque quisiera algo más, sino porque en verdad necesitaba su calor y compañía. Escuché un sutil sollozo de su parte estrujando mi corazón y la abracé queriendo refugiarnos de todo lo malo en el otro dándonos lo que tanto necesitábamos, hasta que levanta su rostro prendiendo todo mi ser como solo ella ha podido hacer. —Bésame. Nos fundimos en un profundo beso cargado de mil emociones con nuestras manos recorriendo la piel del otro en una absoluta necesidad, pero no en pasión, haciéndolo un dulce gesto antes de dormir el cual nos permitió descansar más tranquilos. A la mañana siguiente desperté con los rayos del sol teniéndola acostada en mi pecho y la envolví dejándome llevar por tan bella imagen, recordando el significativo beso que nos dimos anoche, entonces ella va despertando cruzando miradas conmigo, una fugaz sonrisa se dibujó en sus bellos labios la cual copié y la atraje a mí uniéndonos en otro beso cargado de algo más positivo a comparación del otro, su cuerpo se iba acomodando sobre el mío y mis manos recorrían las tierras más provocativas que he llegado a sentir hasta ahora. —¿Qué hora es? —preguntó sobre mis labios teniendo ambos una sonrisa maravillosa. —Las nueve. De pronto, parece que hubiera desatado una jodida bomba nuclear porque ella se alejó rápidamente de mí dejándome totalmente desconcertado. —¿Qué pasa? —pregunté preocupado. —¿Acaso no ves la hora? Tienes que salir de aquí, no quiero problemas con mi abuelo —si antes estaba confundido, ahora era peor. —¿Qué te hace pensar que Clyde no sabe lo de nosotros y todas las veces que hemos estado juntos en casa? —Sal de aquí Ismael, no quiero ganarme problemas. —No te entiendo Bárbara, primero me pides que duerma contigo, ahora me sacas como si estuviéramos cometiendo un crimen cuando no pasó nada y de haber pasado tampoco me habría importado, le daría la cara a Samuel por ti. —¡No digas estupideces y sal de aquí! —gritó desesperada. —Creí que nosotros… —¡No existe ningún nosotros Ismael porque no somos nada! ¡métete eso en la cabeza! y ahora menos porque tenemos vidas completamente diferentes y separadas. Y yo que pensaba que lo de mi hermano y sobrino sería lo más doloroso de afrontar, pero esto me sobrepasó en gran medida, aun más por su tono despectivo. Realmente me dolieron sus palabras porque creí que en este viaje podría hablar con ella para intentarlo igual que Marc y Livi, pero ella acaba de dejarme muy claro lo que somos. —La próxima vez búscate un maldito juguete Bárbara porque yo no seré el imbécil que te consuele para que luego me deseches como a todos los idiotas con los que te acuestas —solté con total odio recibiendo una bofetada de su parte. —No te atrevas a llamarme zorra cuando tú eres igual —pronunció con la misma ira que yo. —Lo peor es que nunca te llamé zorra —dije con profunda tristeza y desilusión. —pero es evidente cuáles son tus prioridades y yo no llego a tu vida ni tu corazón como algo mínimamente importante, excepto para ser abofeteado por ti y ser usado a tu antojo cuando te da la puta gana. La ira me recorría como lava, mis lágrimas amenazaban con salir al decirle eso aunque logré contenerlas, pero no soportaba verla un minuto más y menos al ser tratado de esa forma cuando no había hecho nada para merecerlo, cuando lo único que quería era estar con ella, apoyarnos, consolarnos… amarnos, porque sí, la amo profundamente.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD