25. AVENTURA EN EL NORTE

2152 Words
29 Octubre - En algún lugar del cielo sobre el mar ártico. Llevábamos dos botellas de whisky, muchas risas en el medio y una hora jugando Blackjack; donde los perdedores en cada ronda debían quitarse una prenda y por ende, las cosas ya estaban en un punto muy interesante. Rag y Lucy quedaron en ropa interior mientras que yo aún conservaba varias prendas más que ellas, entonces decidimos apostar el siguiente destino de nuestro viaje escogiendo cada uno un país. —Si yo gano iremos a Suecia, si Lucy gana iremos a Dinamarca y si eres tú el ganador entonces iremos a Noruega —confirma Rag perspicaz. —Muy bien, veamos cuál será nuestro próximo destino, mostraremos las cartas a la vez y avisaré al capitán del cambio de ruta —dice Lucy emocionada. —Espero que estén preparadas para perder señoritas, porque en la siguiente ronda haré que pierdan las últimas prendas que les quedan. Los tres nos miramos con mucha seguridad, son caras de póker dignas de un campeonato, afirmamos con la cabeza y mostramos las cartas a la vez percatándonos de nuestro siguiente destino. —Muy bien, avisaré al capitán y al hangar para que preparen nuestra llegada. (…) 3 Semanas después —¿¡Se puede saber en dónde han estado las últimas tres semanas y por qué no se habían comunicado!? —Relájate nena, gané una partida de Blackjack y estuvimos perdidos al norte de Noruega hasta hace dos semanas aproximadamente. —No sé si preguntar lo que eso significa. —Significa que nos perdimos en otro mundo, fueron increíbles esas semanas mamá y tomamos muchas fotos para ustedes —dice Rag con mucha alegría. —Mi niña ¿Estás bien? —Más que bien, este viaje ha sido asombroso, cada día hemos hecho algo diferente conocimos muchos lugares, pueblos, culturas, no tienes ni idea de todo lo que hay en este lugar. —¿A dónde va? —me pregunta luego de que Rag se aleja de la cámara. —Seguramente fue a buscar algunas fotos que mandamos a imprimir, aunque igual te envié al correo muchas de las que tomamos. Ragnar regresa al computador con las fotos y algunas cosas que nos regalaron, comienza a mostrarle a Livi cada una de estas y cómo terminamos con una caja llena de recuerdos. Resulta que después de ganar esa apuesta; fuimos al norte de Noruega donde pasamos la primera semana, mi pequeña estuvo bastante emocionada al ver esta tierra, tanto, que terminó olvidando que veníamos a conocer esas historias de vikingos que tanto le gustaba y se perdió entre toda la naturaleza, parecía que había nacido para vivir entre ella y no en la ciudad. —Mira, en estas estuvimos montando en Kayak en la noche y lo más hermoso fue cuando salieron las auroras boreales, es increíble verlas junto a las estrellas, hay millones de ellas y el cielo parecía no alcanzar para todas —dice con gran entusiasmo. La atraigo para que se siente en mi regazo y voy abriendo espacio para acomodar la caja y evitar un accidente con las bebidas. —Oz pensó que no iba a poder manejar uno sola, pero le callé la boca cuando lo dejé atrás. —Oye, déjame algo de orgullo, no has contado nada del viaje y ya me estás humillando. —Ese es tu problema, jamás debiste provocarme. Livi se ríe al vernos discutir y más al ver a Ragnar tan alegre, en casa nunca había mostrado esa faceta y hacerlo ahora es toda una novedad para ella. —Eso está bien mi niña, muéstrale a tu tío Oz que no debe meterse con las mujeres de esta familia. —Créeme, le quedó muy claro que no debía hacerlo, quizás sea bueno en Blackjack, pero yo soy mejor en otras cosas. —Mi amor tu padre viene para acá, deja que llegue para que también escuche tus aventuras. Al cabo de unos minutos aparece Marcus en la pantalla muy sorprendido al ver a Rag sonriendo y él obviamente termina haciéndolo también. —Mi pequeña me tenías preocupado ¿por qué no habían llamado? —Porque estaba pateando el trasero de Oz en la tierra, el agua y el aire, le enseñé que no debe apostar nunca contra mí. Todos reímos y ella continúa mostrando las fotos y relatando cuando hicimos rafting, al comienzo ella se veía muy aburrida por tener que usar el equipo de seguridad y más porque íbamos en una zona donde el agua era tranquila. Ella pidió al guía que nos cambiara con otro grupo para ir a la zona más extrema, por obvias razones no querían dejarla ir, pero ella igual se metió a la balsa sin importarle nada y los demás le seguimos el paso. Durante el trayecto dejó sorprendido a más de uno al ver cuán buena es en el deporte, sabía moverse bien y nos dirigió como una profesional, todos siguieron sus indicaciones y disfrutamos muchos momentos llenos de adrenalina, incluso más de los que el mismo guía pudo dar. Al final otros grupos quisieron ir con nosotros al escuchar los comentarios de los primeros e hicimos otro recorrido donde la experiencia fue igual de buena para todos, ella estaba encantada de dirigirlos y más al sentir la adrenalina del recorrido y terminar bañada en esa agua helada. Ella me había comentado al final del recorrido que era la primera vez que hacía rafting, lo cual me generó la duda de cómo supo qué hacer en cada momento, entonces, me explicó que lo importante no era tanto saber el deporte; sino la coordinación, el reconocimiento del terreno y la confianza de los involucrados; y como todos obedecieron sus órdenes al pie de la letra, bueno, todo resultó excelente. En otras fotos les muestra cuando fuimos a esquiar, ella dijo no haberlo hecho antes, así que solía caerse bastante, entre el instructor y yo le fuimos enseñando hasta que unos chicos se burlaron de ella, entonces les hizo una apuesta donde el perdedor debía bajar la montaña desnudo, los chicos se rieron y aceptaron… grave error. Si hay algo que no debes hacer nunca es provocar a esa pequeña; porque entonces sacará las garras igual que Cerbero y atacará sin piedad. Nos acomodamos todos en la cima y el instructor dio la señal, él no quería que ella lo hiciera, pero nadie iba a detenerla. Permanecí a su lado en todo momento ya que ella se movía un poco torpe, al tomar los chicos la delantera, ella me dice que acelere tanto como pueda y es cuando la veo descender con suma agilidad. Al final no importó la ventaja que les dio, porque ella en un giro que hizo al aire les arrojó nieve tomando la delantera y en menos de lo que todos imaginamos estaba en la meta retirando su equipo, todos llegamos con ella y vio a los sujetos con maldad dispuesta a cobrar su recompensa. Por supuesto, todos quedamos bastante sorprendidos y el instructor le preguntó si en realidad había practicado el deporte, mi pequeña mantuvo ese rostro maquiavélico y dijo que sí lo había practicado en un viaje que hizo con Marcus. Había escuchado a algunas personas en Italia hablar de esto y le dijo que quería hacerlo, así que mi buen hermano y futuro cadáver Marc la llevó a los Alpes Suizos donde la instruyeron un fin de semana completo. Obviamente resonó la segunda pregunta que todos nos hacíamos y era saber la razón para pedirnos que le enseñáramos si ya sabía, pero ella levantó un hombro restándole importancia al asunto y respondió con altivez: —No quería perder la oportunidad de que un hombre tan apuesto me diera su atención y a diferencia de una mujer, tengo la ventaja de hacer lo que quiera con él sin negativas o reclamos de su parte —le guiñó un ojo al instructor quien reía avergonzado. Una vez mi pequeña terminó de coquetearle al instructor, me miró fijamente hablando con la misma altivez característica de ella: —Y también, porque me gusta que me enseñes ya que te esmeras mucho en cada explicación y tengo tu total atención. Sin lugar a dudas esa pequeña es un peligro de mujer y eso que todavía es una niña de casi once años, pero bien sabe moverse y atacar como un depredador. Seguido a su explicación Rag fue a cobrar su premio; ellos quisieron negarse, pero unos turistas nos apoyaron y los llevaron a la cima donde mi pequeña rompió sus ropajes. Por un momento me preocupé de que terminaran en el hospital por una hipotermia, pero al ver a mi pequeña feliz cuando los vio descender desnudos me olvidé del asunto y disfruté junto a los demás ese divertido momento. Tomamos muchas fotos ese día, donde dos de esas quedaron colgadas en una pared de recuerdos que había en la cabaña principal, en una aparecían ellos desnudos y siendo humillados por ella, y en la otra, aparecíamos los dos junto a Lucy, los chicos desnudos, el instructor, el personal del sitio y algunos turistas que quedaron felices con las acciones de ella. —Y te aclaro de una vez que me cobraré esto por no decírmelo antes Marcus. —No iba a decirte cada una de las cosas que hago con ella, es un tiempo que compartimos como padre e hija y entre ella y yo también hay secretos que guardar. —Ya dejen de discutir por tonterías, lo importante es que me divertí con cada uno y todas las experiencias fueron increíbles —interrumpe mi pequeña. —Mi niña tiene razón, mejor cállense y déjenla seguir relatando su historia —reclama Livi. —Un momento, antes que continúes, quiero que Oz me expliqué por qué te permitió coquetear con el instructor. —Lo hice porque quise y Oz no detuvo nada porque no le di la oportunidad a nadie de que notaran mis intenciones. Él y yo nos quedamos mirándola con cara de idiotas; mas Livi y ella se miran con complicidad. —¿Qué hicieron las dos que nosotros no sepamos? —reclama Marc. —Ustedes no son los únicos con secretos ¿o qué creen, que me la paso únicamente cocinando todo el día con mi hija? Ahora cállense y dejen escuchar o tendremos que castigarlos. …Ahora sé quién le ha estado reforzando las asignaturas que le doy en secreto y lo peor es que Rag nunca me dijo nada, pero después me encargaré de cobrarle eso a mi pequeña luna. De pronto veo la siguiente foto que está sobre la mesa y una sutil sonrisa se dibuja en mí. Recuerdo que ese día descubrimos el poder de la naturaleza al ver unas fuertes tormentas en el mar y las montañas, era impresionante ver esa titánica furia desatada. Estábamos tan fascinados con la escena que tomamos nuestras manos con fuerza, teníamos muchas ganas de ir hacia esa tormenta, pero sabíamos que debíamos controlarnos para evitar inconvenientes y solo disfrutamos del panorama, los sonidos y el agua de mar que nos caía por el oleaje. Una vez salimos del norte de Noruega, seguimos el viaje entre los fiordos tomando muchas más fotos de esos majestuosos paisajes, practicamos montañismo, escalada y senderismo, disfrutamos en demasía el silencio de la humanidad y la orquesta de la naturaleza, era tan tranquilo que incluso mis voces disfrutaron cada día de este viaje sin reclamos, insultos o gritos. Algunos de los momentos que más atesoro es cuando llegábamos a un punto alto maravillándonos con el panorama que yacía frente a nosotros, realmente no hay un punto de comparación, ni siquiera el hombre puede crear algo tan majestuoso como todas esas vistas que hemos tenido a lo largo de estas semanas. Recuerdo que uno de esos días logramos llegar a la cima justo al atardecer, veíamos a lo ancho del cielo ese hermoso degradado que dejaba el sol en su caída y los fiordos otoñales bañados en esos tonos verdes, rojizos, naranja y mostaza eran exquisitos. Nos sentamos cerca del borde y seguimos viendo la panorámica, escuchábamos las aves cantar suavemente, el río que dividía las montañas corría con intensidad precedido por una enorme cascada que se veía a lo lejos y el viento danzaba entre los árboles como si las ninfas jugaran y rieran entre sus hojas. Creo que si fuese a morir en ese instante ese lugar sería mi paraíso y más al tenerla a ella conmigo. Ese fue un momento tan especial para mí porque en él me sentí más unido a su existencia, a su vez que apreciaba más la mía. Solo tres mujeres han logrado mover mi vida hasta los cimientos positivamente, tres a las cuales les debo mucho de lo que soy y lo que tengo y de las cuales dos de ellas siguen a mi lado velando mi bienestar, así como yo también cuido de ellas.
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