79. PATROCINIO

2484 Words
Días después Oz Al volver; debí explicarle a Clyde lo ocurrido, pues era bastante extraño tener que verme a esa hora en casa en vez de estar en la universidad o la biblioteca, él escuchó atento toda la situación diciendo lo mismo que el cantinero, con la única diferencia que él no bromeó sino que estaba furioso por el accionar del personal médico, incluso dijo que hablaría con la directora para interceder por mí, pero le dije que no se molestara porque igual sabía las consecuencias de mis actos al haber hecho eso, todo fue a consciencia y no me arrepiento de nada. Pese a mi desconcertante panorama, Clyde estaba orgulloso por lo que hice dándome un abrazo muy fraternal que extrañamente me hizo sentir bien. Al no querer hacer nada más, opté por pasar ese día con Travis jugando, enseñándole cosas, incentivándolo a caminar y gatear con algunos ejercicios en la bañera y la sala, y vimos un película juntos en lo que leía algunos artículos de los avances de tratamientos en Suiza, mismos que me dejaron con varias incógnitas al percatarme que la traducción dejaba muchos baches; trayendo consigo la loca idea de que sería bueno estudiar algunos idiomas para leer los apuntes que no mencionaban en los artículos que sí estaban en los textos originales. Para el atardecer, ayudé a Clyde a preparar la cena en lo que Livi me ayudaba consiguiendo algunos libros para empezar a estudiar alemán, francés e italiano, quería abarcar lo suficiente por si encontraba más cosas en el camino y así no perder tiempo empezando nuevamente algo que retrasara mis planes. —¿No crees que te estás sobrecargando con tanta información? —Considerando que ahora mismo carezco de trabajo y una carrera, diría que tengo tiempo suficiente para estudiar los tres idiomas, entretanto sigo con la investigación y ya veré cómo resuelvo la forma de hacer las pruebas. —Oz… si no tendrás acceso al hospital ni el campus ¿cómo harás para seguir dándole los glóbulos blancos a Travis? Porque él continuará con el tratamiento gracias al seguro, pero lo que tú hiciste también lo ayuda bastante, ni siquiera se enferma seguido como antes y sus problemas respiratorios parecen mejorar. Era evidente su preocupación al saber que en medio de mis locas decisiones mi hijo sí tenía un progreso en su salud, pero efectivamente traería inconvenientes si el recuento volvía a bajar. —No te preocupes, me haré cargo con un conocido, solo necesito adquirir un par de cosas para tener en casa y así seguir suministrándole todo a Trav. —Sabes que lo que necesites te ayudaré —ladeé una sonrisa y lo vi seguro de mí mismo. —No te preocupes, dije que no renegaría más la ayuda de ustedes, pero aun debo pensar bien lo que necesito porque le pediré a Isma que haga algo para mí, si él me dice que puede hacerlo, entonces tú y yo buscaremos los materiales para enviárselos. El semblante resultante en su rostro evidenciaba cuán feliz lo había hecho mis palabras al saber que me apoyaba más en todos, especialmente en él al tenerlo en consideración. Para la hora de la cena Livi volvió con todo lo que le pedí y un poco más, siendo unos artículos en alemán sobre el linfoma no Hodgkin, no sé qué tan buenos resultarán, pero quedé bastante satisfecho al saber que su compromiso con esta situación era alto; llegando a memorizar cosas importantes aun cuando no comprendiera en su totalidad. (…) —Bien pequeño, ahora te dejaré muy apuesto para que conquistes muchas chicas, igual tranquilo que llevaré un par de biberones extras por si alguna preciosura se lo gana —menciono emocionado a mi pequeño, quien me ve muy risueño con sus mejillas sonrojadas. A pesar de todo no me sentí desganado cuando desperté esta mañana ni en los cuatro días transcurridos que he estado en casa, mis voces tampoco me torturaban sino que estaban enfocadas en todo lo que haríamos y aunque extrañamente me encontraba muy optimista hoy, no le di vuelta al asunto al querer enfocarme en dar un paseo con mi hijo como hace mucho tiempo no lo hacía, tampoco sabía si Travis comprendía algo de la situación, pero tanto Livi como Clyde me dijeron que también había estado muy feliz estos días, a lo que él señaló que podía deberse al verme más tiempo a su lado, algo que no solía ocurrir desde que nació por enfocarme en su diagnóstico. —No puedo creer que quieras convertir a Benji en un mujeriego como tú. —Se le dice ser casanova o seductor y mi hijo debe aprender desde ahora cómo se hace, así que no seas aguafiestas nena. Ella me fulmina con una mirada matadora que me fascina y la tomo de la cintura con mi otro brazo, pues al lado izquierdo sostenía a Travis quien tenía una felicidad que no le quitaba nadie. —Si me vas a mirar de esa manera, será mejor que no tengas ropa interior debajo de ese vestido. —Deja tus perversiones que Benji está aquí y no quiero que aprenda esas cosas —recriminó con firmeza. —Igual no me alejarás como otras veces porque Travis está conmigo, así que ríndete y bésame con locura —denoté descaradamente. —Sigue soñando. —¡Ya basta los dos! —intercede Clyde al ingresar a mi alcoba. —Salvada por la campana —murmuré. —Tampoco la necesitaba —responde altanera agrandando mi ego como siempre. —¡Suficiente! Oz, acaban de llamar del hospital, la directora quiere hablar contigo de inmediato —y hasta aquí llegó mi felicidad… —No puedo Clyde, tengo un compromiso esta mañana con mi hijo y no lo cancelaré, prometí que le enseñaría a ligar muchas chicas en el parque ¿No es así pequeño? —él asiente con una enorme sonrisa que nos contagia a todos y levanto una ceja a los presentes con orgullo. —Eres el colmo Oz —reclama Livi ante mi descaro. —Entonces llévalo contigo al hospital, habla lo que vas a hablar y luego van al parque, pero es importante que aclares tu situación sin importar el resultado. —¿Para qué? De todas formas sé que estoy despedido, por algo no se pronunciaron en tantos días. —Porque es lo correcto, ahora ve —me lo pensé mejor y vi a mi pequeño quien parecía inquieto al notar mi semblante apagado. —Tienes razón, al menos recogeré lo que me deben de este mes, tampoco pienso regalarles mi trabajo de esa forma —beso la frente de Trav para calmarlo. —Haremos una parada al hospital para sacar nuestro dinero y después iremos a conquistar muchas nenas tú y yo ¿Te parece? Al verme con la emoción de antes, se tranquilizó, llegando a copiar mi gesto y asintió feliz, sin más, vestí a mi pequeño, me aseguré de llevar todo lo necesario y nos fuimos en mi auto, en el camino iba cantando algunas canciones de rock a lo que él me seguía el paso entre fuertes balbuceos, risas, gritos y aplausos, no creo haberme divertido tanto con él como lo he hecho estos días, pero han sido los mejores en todo este tiempo dándome mucha vida con los recuerdos que hemos creado juntos. Tal fue el punto, que incluso ayer cuando gateaba con soltura, decidió por iniciativa propia sostenerse fuerte de mis brazos logrando levantarse por sí mismo, manteniéndose de pie unos segundos, también intentó caminar pero al primer paso terminó cayendo. Igual fue un momento memorable para todos, especialmente para mí al ver cuánta confianza me tenía pese a mi ausencia en su vida y estoy convencido que esta increíble sensación que tuve ante su hazaña se repetirá cuando camine o hable. En cuanto ingresamos al hospital la gente se quedó mirándonos atónitos, no sabía de qué, pero igual seguí mi camino con mi pequeño quien veía todo con suma curiosidad, como si fuera la primera vez que venía, pero creo que al igual que yo solo estaba muy emocionado por los días tan increíbles transcurridos. En el trayecto, Raquel nos vio a lo lejos y vino corriendo hacia nosotros, mi pequeño al conocerla bien, se fue a sus brazos en cuanto ella los estiró llegando a darle algunas palmadas en sus senos cuando ella besó su mejilla. —¿A quién se parecerá? —comentó con picardía y una enorme sonrisa al ver que él no dejaba de palmear. —¿Qué quieres que te diga? Es un Oz —guiñé un ojo y ella muerde su labio sensual provocando mis ganas. —Espero que sea tan bueno como su padre cuando crezca. Justo al decir eso mi pequeño le da un beso en su mejilla, ella lo mira sonriente haciéndolo sonrojar y él acuesta su cabeza muy inocente en el pecho de ella estrujando un poco uno de sus senos, lo que definitivamente nos hizo reír ante el verdadero descaro de él, pero ella no lo detuvo, sino que dejó un beso en su frente acariciando su espalda. —No sé tú, pero creo que eso es prueba suficiente para saber cómo será en un futuro —afirmé orgulloso. —Ahora no lo dudo ¿Y qué hacen aquí? —No sé, recibí una llamada donde solicitaron mi presencia, aunque no entiendo por qué si ya no trabajo aquí. Ella sabía lo ocurrido y así como todos los demás, también llegó a esa conclusión al ver que no había regresado en estos días. —Si quieres puedo quedarme con Travis para que no te moleste mientras hablas con ella. —Tranquila, no quiero incomodar, pero si quieres nos acompañas hasta la oficina ya que él está tan cómodo como yo quisiera estarlo en este momento. —Mejor vamos antes de que te haga desviar de la reunión. —Por ti, sería un placer retrasarla. Continuamos nuestro camino conversando sobre todo lo que han dicho en los corredores por mi accionar de aquel día, hubo opiniones diversas pero al final con la misma conclusión, no era nadie para haber hecho lo que hice, aunque ella defendía mis acciones diciendo que hice bien y no debía arrepentirme de nada, lo cual no hacía. Al llegar a la oficina divisamos a la directora con otro hombre que estaba de espaldas y al percatarse de mi presencia me da una señal para que ingrese, en ese momento iba a tomar a Travis, pero él estaba bastante feliz entre ese par de monumentos, así que ella insistió en quedarse con él y opté por dejarlo en sus manos para no quitarle tan exquisito privilegio, entregué la pañalera e ingresé a la oficina saludando formalmente a todos. —Tome asiento señor Oz —dice la directora. —No pretendo ser grosero con ninguno —pronuncie antes que alguien dijera nada. —pero necesito que sea una reunión corta, tengo un compromiso importante esperándome afuera el cual no pienso cancelar bajo ningún concepto. —¿Es su hijo? La voz de un hombre que va ingresando nos alerta a todos y al detallar mejor su rostro me doy cuenta que es el sujeto que estaba en el baño, incluso tiene la herida de la traqueotomía que le hice la cual está sanando adecuadamente. —Así es, por eso no puedo tardar. —Señor Oz, si lo mandé a llamar es para hablar respecto a sus pasadas acciones hacia el señor Borson —señaló la directora al paciente quien permanecía de pie a un lateral de la oficina. —¿No se suponía que me habían despedido por intervenir a un paciente? No entiendo entonces para qué hacerme venir hasta acá, igual podían enviar un cheque con mi pago. —¿Acaso no tiene respeto por sus superiores? —alegó el decano de la facultad de medicina. —Técnicamente no trabajo aquí y estoy bastante seguro que usted y sus trabajadores me habrán eliminado del sistema como estudiante de Princeton, de lo contrario, me habrían llamado al día siguiente para presentarme y los docentes no me habrían expulsado de mis clases —aseveré de tal forma que incomodó a los presentes, menos a Borson, quien me escudriñaba silenciosamente con la mirada. —Si lo llamamos es para aclarar algunas cosas referentes a lo ocurrido, queremos saber sus motivaciones para actuar de esa manera con el señor Borson. —Lo que debería preguntarse es por qué su personal no hizo nada para salvarlo dejando todo en mis manos por pura cobardía, porque ninguno de los idiotas que estaba conmigo quiso hacer algo para ayudarme, en vez de eso, recriminaron todo mi proceder sin pensar que la vida del paciente estaba en juego y en una urgencia lo importante es actuar rápido ¿O me equivoco? Una bofetada monumental justo al ego de los directivos. Maldita sea, de verdad que mi ego estaba a mil y mis voces no hacían más que vitorear mis acciones. —Ahora, si no tienen algo realmente importante para decir, me retiro, espero que no vuelvan a desperdiciar mi tiempo y quiero mi cheque por correspondencia —me levanté con mucha altivez mirando firme a los presentes. —Tengan todos un buen día. Me encaminé hacia la puerta sintiéndome jodidamente bien porque sabía que igual no tenía más por perder al no tener nada que me atara a ellos y el hospital, e igual estaban en el deber de atender a mi hijo por el seguro médico tan costoso que se estaba pagando, era eso o ganarse una demanda de mi parte la cual dudo quieran recibir. —Señor Oz —pronunció Borson impidiendo mi salida. —Quiero darle primero las gracias por salvar mi vida, independientemente del modus operandi, recuerdo bien que fue usted quien me auxilió y es algo que tengo en consideración, por eso quisiera compensarlo. —Escuche señor Borson, en este momento no le debo nada a Princeton, tampoco lo conozco ni sé sus intenciones, pero no estoy dispuesto a trabajarle de gratis a nadie ni mucho menos disculparme por mi actitud, sé bien lo que quiero, lo que necesito, reconozco a la perfección mis prioridades y no creo que tenga nada que pueda servirme, con permiso. —Tenga más respeto que no está hablando con cualquier persona, él es el nuevo benefactor del hospital y alguien que estará muy involucrado en todo lo que respecta al mismo —riñó furiosa la directora, pero poco o nada me importó. —Para mí es una persona más el cual tuvo la desgracia de compartir un espacio conmigo justo cuando estaba a punto de morir, lo cual habría ocurrido de haberlo dejado en manos de SU personal —el veneno a la cara… —Y es justo por eso que quiero convertirme en su patrocinador directo, señor Oz —pronunció Borson dejándonos estupefactos.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD