80. TRABAJARÁS PARA MÍ

1918 Words
Oz La cara de los directivos me hizo saber que esto no fue consultado previamente, pero al parecer es algo que sí venía pensando Borson con detenimiento; el único dilema era saber el motivo de esto, pero igual no importa, sé que los hombres como él contratan personas que luego desechan como basura una vez les exprimen todo y yo no estoy dispuesto a permitir que me jodan una vez más, para eso tuve a mis progenitores, el de Isma y Madison, no necesito otro infeliz en mi vida que me arrebate antes de tiempo lo que más me importa. —Le agradezco el gesto y me alegra saber que está vivo, al menos no lo dejaron morir esos ineptos, pero no creo que tenga lo que necesito. —Sé el diagnóstico de su hijo, así como también me informé de su persona —pronunció al notar que estaba a punto de salir. —Es usted un joven altanero, maleducado, se ha colado en clases que no le corresponde, cae mal a gran parte del personal en la misma medida que hay otros dispuestos a defenderlo, personas que, según recuerdo, dijeron que tenía una inteligencia de envidiar, un compromiso como el de ningún otro que hayan conocido y alguien dispuesto a romper las reglas de ser necesario. —Por lo visto se entretuvo bastante durante su estadía —pronuncié disgustado. Mi buen ánimo se fue por el piso al mencionar a Travis, de mí, el mundo hablará lo que quiera, pero mi hijo es otra cosa. —Lo suficiente para querer saber quién era el hombre con uniforme de conserje que se atrevió a generar cuatro descargas en mi pecho y abrirme la garganta sin importarle que estuviéramos en un baño. —No siempre se tiene una cama de oro a disposición —lancé mordaz. —Lo sé perfectamente —mencionó melancólico descolocándome un poco, pero no lo demostré. —por eso quiero patrocinarlo Oz, sé que lleva menos de un año queriendo ingresar a los grupos de investigación, solicitud que ha sido rechazada múltiples veces, también conozco el compromiso que tiene con su hijo al querer salvarlo de su diagnóstico y es por eso que estoy interesado en usted. —¿Por qué? Cuando perfectamente podría tomar a otro más capacitado que yo. —Porque nadie ha hecho lo que usted ha hecho y ambos sabemos perfectamente qué es. —¿Además de electrocutarlo y medio decapitarlo? —dije sarcástico, pero su faz se mantuvo austera. —¿Le suena el nombre de Ronald McDaniel? —maldita sea… este imbécil lo sabe. —No sé quién es. —Creo que sí, porque él le ayudó en múltiples ocasiones para extraer su sangre bajo indicaciones específicas brindadas por usted. —Lo que haga con mi sangre es problema mío, ahora, me largo de aquí, tengo cosas importantes que hacer. —¡Oz! —joder, necesito salir como sea, no estoy dispuesto a perder a mi hijo por culpa de este infeliz. —No quiero afectarlo, solo quiero patrocinarlo porque estoy interesado en su investigación y quiero dar parte de mi fortuna para que obtenga lo que quiere. —¿Y qué quiero según usted? —gruñí con profunda ira contenida. —Lo mismo que yo, que nuestros hijos vivan para que puedan crecer sanos —creo que mi cara lo dijo todo porque él suelta un pesado respiro. —Necesito que nos dejen a solas un momento —ordenó a los directivos. Todos quedaron tensos, se notaba que no les había agradado la idea, pero igual salieron del lugar dejándonos solos a Borson y a mí quien me da una señal para que tomemos asiento. —En verdad no quiero perjudicarte Oz… Mira, estuve hablando con Diggs y Renné quienes comentaron todo lo que has hecho por tu hijo, te investigué bastante y en el proceso descubrí las múltiples ventas de sangre para obtener dinero, también que le pagaste a Ronald para que te ayudara con los glóbulos blancos y lo que hiciste con ellos. —¿Entonces qué quiere de mí? Sabe perfectamente que no tengo la cura del cáncer si es lo que está insinuando. —No tienes la cura, pero quizás con el apoyo necesario puedas hacer grandes avances en la oncología, salvarías cientos de vidas y serías reconocido por tu trabajo —me incliné apoyando mis codos en el escritorio observándolo amenazante. —Me importa un carajo el puto reconocimiento y las cientos de vidas, lo único que quiero es salvar a mi hijo sin importar el costo. —Y yo también quiero salvar a mi hija de ocho años —menciona desesperado con la voz entrecortada a punto de llorar. —ella tiene el mismo cáncer que tu hijo, pero está más avanzado, en este momento se encuentra en quimioterapia nuevamente padeciendo un infierno Oz y lo que más me jode es que no importa cuánto dinero tenga, este no me sirve de nada para evitarle el sufrimiento. Me hice una clara idea de lo que ocurría con ella ante todo lo investigado, además que he ido secretamente en algunas ocasiones al piso de oncología infantil para saber el futuro de Travis si logra avanzar a ese punto… suponiendo claro está que en octubre, o antes, no sea un cajón de madera lo que termine cerrando en vez de una caja de regalo para su primer cumpleaños. —Borson, aun con sus millones no hay certeza de que pueda salvarlos, ni siquiera a mi hijo, cada día es un maldito calvario porque sé que es un día menos de vida y a la vez un regalo, ya que el llegar a casa y verlo descansar tranquilamente, es un jodido regalo para mí que se torna cada vez más tortuoso. —Por eso te lo suplico Oz, déjame ayudarte para que puedas ayudarlos, tú eres la única esperanza que tengo ahora porque la quimio, las cirugías y las miles de medicinas me han borrado la posibilidad de ver un futuro para mi hija. —Puede llevarla a Suiza, allá la investigación está más avanzada. —¿Crees que no lo he hecho? Vivimos en Londres, allá hicieron de todo con ella, luego me trasladé a Nueva York y finalmente terminé en Suiza, pero hasta ahora no he visto un avance como el de tu hijo. Si antes ya estaba afectado con todo, ahora sentí que mi furia se disparaba. —¿Con qué puto derecho te atreviste a revisar los exámenes de mi hijo? —gruñí embravecido. —Con el mismo derecho que lo habrías hecho tú con tal de salvarlo ¿O me equivoco? —responde a la defensiva, lo peor es que no podía negarlo. —Escúchame bien, seré tu patrocinador, pagaré tu universidad de principio a fin, seguirás trabajando en Princeton para que hagas la residencia y también trabajarás para mí. —¿Qué? —Así como escuchaste, tendrás tu propio grupo de investigación, cada cierto tiempo viajarás a Suiza para que atiendas también a mi hija en lo que buscas algo que pueda salvarlos, no importa si no encuentras la cura del cáncer, pero si salvas a nuestros hijos me daré por bien servido. Excelente discurso el de este hombre, pero no soy un idiota primerizo. —¿Y qué pasará si tu hija muere antes de tiempo? —pude ver a través de sus ojos cómo la pregunta apuñaló su alma. —Tienes mi palabra de que seguiré patrocinándote, si mi hija llega a morir al menos quiero que el tuyo se salve… que otros se salven, pero si es el tuyo el que fallece, te pido que no renuncies e intentes salvarla como si de tu hija se tratase. Realmente estaba desesperado para hacer algo de semejante magnitud con una persona como yo, pero si estaba dispuesto a tanto, entonces yo también tendría que sacar provecho de todo esto. —Quiero una propuesta formal por escrito, la haré revisar con mis abogados y debe ser válida en Estados Unidos, Inglaterra y Suiza, incluso si metes otros países deberás mencionarlo en el contrato, deberás especificar todo lo que darás y todo lo que quieres de mí, lo revisaré, de ser necesario negociaremos lo que haga falta y harás uno nuevo con los cambios. —¿No confías en que cumpla mi palabra? —La única palabra en la que creo es la de mi hijo y solo porque todavía no sabe hablar. Ahora, también deberás darme una remuneración y te sugiero que pienses bien si quieres que siga trabajando en Princeton o prefieres acapararme para ti solo, porque de una vez te advierto que también sacaré más horas para mi hijo y eso implicaría restarle a ambos empleos, por último, no quiero que pagues mi carrera, pero sí quiero que te asegures de que me regresen la beca completa, esa me la gané a pulso y ningún ricachón me quitará ese mérito. Sé que Clyde dijo que dejara mi ego a un lado por Travis, pero tengo mis límites y tanto mi carrera profesional como mi trabajo me conciernen únicamente a mí, así que no estoy dispuesto a negociar lo que tanto me costó para que luego me lo echen en cara como si mi esfuerzo no hubiese valido nada. —De acuerdo, así será, ¿algo más? —Sí, pagarás los viáticos tanto míos como de mi familia y todo el trabajo que haga será mío, nadie más tendrá derecho sobre él a no ser que así lo decida, también… —sé que me pondré la soga al cuello, pero quizás pueda ser beneficioso a futuro. —Si logro salvar a nuestros hijos o solo la tuya, entonces continuaré trabajando para ti dos años más y en caso de que no logre obtener la beca para los doctorados, tú te encargarás de costear al menos dos de ellos y yo trabajaré para ti cinco años en vez de dos. —Apuntas bastante alto… ¿dos doctorados? —No Borson, eso solo es para asegurar los posts doctorados, porque estoy dispuesto a llegar lejos con tal de salvar a mi hijo y pasaré por encima de quien sea para conseguirlo. —Que así sea, solo espero que no me decepciones Oz, quiero la misma entrega que has tenido en este tiempo y no solo eso, también quiero que respondas en mi trabajo para que seas mi pupilo —ladeé una sorna sonrisa. —Le aseguro que tendrá más de lo que he hecho, si me cumple; le cumpliré Borson, la única garantía que no le daré es la salvación de nuestros hijos porque no soy un puto dios… y a todas estas… ¿De qué es el trabajo? —Cierto… con tanto en la cabeza olvidé presentarme adecuadamente —se levanta rodeando el escritorio quedando a mi lado. —Mi nombre es Lawrence Borson, doctor en bioquímica molecular y física experimental, y sería un placer tenerte como pupilo en mis instalaciones porque considero que tienes mucho por aprender y quizás pueda enseñarte sin tantas restricciones legales… creo que entiendes bien de lo que hablo —murmura lo último con un aire macabro que conozco perfectamente. —Puede estar seguro que sí, igual me investigó lo suficiente, pero también quiero eso en el contrato, doctor Borson. —Así será Oz, lo buscaré en dos días para llevarle el contrato y hablaremos con nuestros abogados para asegurar todo, negociar lo que haga falta y dejarlo firmado, no tenemos tiempo que perder.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD