22. LUCY

1975 Words
Octubre Tal y como dijo Rag, solo le tomó un mes encargarse de todo su trabajo, así como yo también me tomé ese tiempo para hacer tanto como fuera posible por mis pacientes, adelanté cirugías y contacté con algunos colegas para ver en dónde podía trabajar después del viaje. Marcus me había ofrecido pagarme por estos años de servicio con Rag, pero rechacé esa oferta porque nunca lo hice por trabajo, sino porque la quería a salvo. Lo bueno es que tenía dinero suficiente para solventar este viaje y seguir respaldando a mi hijo en lo que necesitara, así que no tenía nada de qué preocuparme durante estos meses. Tenía lista mis maletas, dejé todo asegurado en la casa y en cuanto recibí el llamado de Jhon; salí de inmediato para dirigirnos a la mansión donde nos esperaba la familia en la puerta. —¿Todos irán al hangar? —Así es señor, la señora Olivia dijo que los acompañarían hasta allá. —Al parecer fue la única forma de evitar que Marcus viniera con nosotros. —No sabría decirle, pero considerando las circunstancias creería que sí, usted sabe que él no tolera nada con la señorita Ragnar. —Nadie en esta familia tolera nada con ella, al menos no creció siendo una tonta consentida. —Consentida sí, tonta no. Pobre de aquel que se enamore de ella, con todo el ejercito que tiene a su merced será una mujer de temer. —Ya lo es Jhon, ya lo es. Luego de subir las maletas de ella nos dirigimos al hangar donde estaba el avión esperando por nosotros, nos despedimos de la familia, subimos y nos acomodamos en nuestros asientos para dirigirnos a nuestra primera parada que sería en Reikiavik, Islandia. —Es increíble que Marcus ni siquiera escatime en gastos para decorar su avión. —Este avión es mío; no de Marcus, pero sí; la decoración es de él, dijo que iba a hacerle algunas renovaciones para que estuviéramos cómodos durante el vuelo. —¿Cuándo compraste un avión? —No lo compré, hace una semana lo gané en una apuesta, no quería tomar el de Marcus para que él pueda desplazarse sin problema en estos meses. —¿Y a quién se lo quitaste? —A un idiota que me sacó de mis casillas, quise golpearlo, pero vi más viable el quitarle su avión, cien millones de euros y de paso su orgullo —dice como si nada levantando su hombro restándole más importancia al asunto. —Cada día te pones más despiadada. —Supongo que sí; aunque Livi dice que no debo dañar a otros, pero hay quienes se lo merecen. Por cierto, traje algo para ti. Oprime un botón para llamar a la azafata y un minuto después viene una mujer de piel canela, labios gruesos, cabello azabache rizado y curvas prominentes que encienden todo en mí. —Oz te presento a Lucy, ella será nuestra azafata en cada trayecto, cualquier cosa que necesites puedes pedírselo sin restricciones. —Un placer conocerlo señor Oz, como dijo la señorita Jhonson, si necesita algo estaré a su entera disposición durante el viaje ¿Desean que les traiga algo de tomar? —Trae por favor dos vasos y a Jack, eso es todo por ahora Lucy; a menos que Oz desee algo más. No sabía qué me intrigaba más, si la mujer que estaba a mi disposición o las palabras de esa chiquilla frente a mí, creo que en este viaje aprenderé más de ella en esa faceta de mafiosa. —Así estoy bien, ya veremos más tarde. La azafata me da una sonrisa coqueta y se retira para buscar el pedido, nos quedamos en silencio hasta que ella vuelve con todo y sirve las bebidas para luego retirarse nuevamente. —¿Qué estás tramando Ragnar? —Nada, solo quiero que disfrutes del viaje y todas las comodidades que Marcus y yo colocamos en él. —Claro y Marcus puso a una mujer a mi entera disposición a sabiendas de que estaría contigo. —No, eso lo hice yo, sé que no puedo darte lo que deseas y necesitas; es por eso que la contraté para el vuelo y en tierra habrá otras personas que se harán cargo de nosotros. —Pequeña estoy bien, no necesito que contrates a nadie porque el propósito de este viaje es disfrutarlo contigo. —No me trates como una estúpida Oz, sé muy bien que soy menor de edad, pero no quiere decir que tenga la mentalidad de una niña, conozco el deseo y la lujuria de las personas y tres meses es mucho tiempo para que estés sin tener sexo. Su mirada se había tornado muy fría y esas palabras salieron con rabia y fastidio, ella toma uno de los vasos bebiendo todo el whisky sin dejar de observarme. —¿Qué es lo que te molesta? —Tal vez lo mismo que a ti y si me disculpas iré al cuarto a dormir un poco, si necesitas a Lucy ella te llevará a otra habitación para que estén más cómodos; está equipada con todo así que no tienes nada de qué preocuparte, con permiso —la veo dirigirse a un pasillo ingresando en la última puerta. No creí que empezaríamos así este viaje y menos que ella se tomara la molestia de pensar en ese detalle. Es verdad que tres meses es mucho tiempo para mí, pero quería enfocarme solo en ella y en nadie más. Tomé mi whisky y serví otro poco. Llamé a la azafata, ella tomó asiento al llegar y acarició mi rodilla, había bajado su escote para dejarme ver esos voluptuosos senos, era hermosa y provocativa. —¿Qué te dijo esa pequeña que debías hacer? —Todo lo que quieras para complacerte. —¿Cuánto te está pagando? —Un millón de euros al mes más viáticos, la oportunidad de disfrutar del viaje a mi manera y si te sobrepasas conmigo entonces me dará otro millón como compensación. —Y según tú ¿cómo sería sobrepasarme? —Una fractura, hemorragia, ITS, entre otros, aunque en ese último dijo que estabas limpio y me mostró un examen que te hicieron hace poco, así como también me hizo hacerme algunos. Conociendo a Rag es mejor no preguntarle cuándo me hizo esos exámenes. —¿Me crees capaz de llegar a ese extremo? Ella detiene sus provocaciones para sentarse mejor y me mira un poco más seria. —Te diré lo mismo que ella me dijo cuando le hice esa pregunta, eres una persona cuya locura y lujuria te domina como a todos, así que eres capaz de hacer lo que sea con tal de obtener tu placer. —Mi pequeña es muy inteligente y astuta —sonreí orgulloso. —La verdad, sí. Me sorprendió el día que la conocí, pensé que estaban bromeando hasta que vi su mirada y esa forma de hablar tan adulta, pero se nota que se preocupa mucho por ti por la forma en cómo hablaba. —¿A qué te refieres? —Ella dijo que eres un gran hombre, pero que no te muestras fácil ante otros, me prohibió enamorarme de ti y también… —guarda silencio, pero su rostro se torna un poco preocupado. —Y también… —insistí. —Por favor no le digas que te dije, pero ella trabajó muy duro ese mes, me entrenó para hacer todo lo que te gustaba y cada cosa me la explicó con detalle, también estuvo viajando bastante y tuvo muchos enfrentamientos para hacer este viaje contigo. —¿Cómo sabes eso? —La acompañé todo ese tiempo y también lo escuché de sus hombres, ellos la admiran y la respetan demasiado, es por eso que todos nos preocupábamos cuando ella terminaba herida o pasaba muchos días sin dormir. —Ella no dijo que estuviera lastimada. Su sonrisa es un poco triste, al parecer es buena actriz o en verdad le cogió afecto a Rag. —Ahí donde la viste está herida de tres tiros que le dieron hace una semana, más otros golpes que recibió a raíz de algunas peleas y también lleva cuatro días sin dormir. —Puedes retirarte, gracias por decirme esto. —Por favor cuídela bien, ella trabajó mucho para hacer este viaje y quería que usted lo disfrutara tanto como fuese posible —ella se marcha en lo que termino mi whisky. No entiendo cómo pudo callarse esto si sabe que habría curado sus heridas como siempre… Maldita sea, esa pequeña va a acabar con mis nervios antes de que lo hagan mis voces. Salgo directo a la habitación que ella había ingresado encontrándola dormida, su ropa está en una mesa, hay algunas vendas ensangrentadas en una bolsa y el botiquín junto a estas. Me acerco a la cama y levanto la cobija encontrándola desnuda, pero con algunos vendajes, así que me siento para revisar sus heridas. —Creí que estarías con Lucy en la otra habitación —menciona abriendo sus ojos de a poco. —¿Por qué no me dijiste sobre esto? —No es importante y puedo manejarlo sola. —¿Entonces para qué estoy en tu vida si puedes manejarlo sola Rag? —se sienta, pero me esquiva la mirada, veo enojo y confusión en su rostro. —Ve con ella, lee un libro, escucha música, haz lo que quieras que yo seguiré durmiendo hasta el aterrizaje —acaricio su mejilla y volteo su rostro para que me mire. —A mí no me importa nadie más que tú, follar con ella o con cualquier otra persona solo me dará un placer momentáneo, pero tú me das mucho más Rag, tú llenas mi alma y calmas mis voces, eres mi luna y siempre estaré para ti —sus ojos se cristalizan y sus pulmones toman un poco más de aire. —Mi pequeña ¿acaso no ves que me tienes en tus manos? No me apartes de tu vida por favor. Ella se abalanza sobre mí escondiendo su rostro en mi pecho, la abrazo con cuidado y su respiración se agita más, supongo que evita derramar esas lágrimas y apostaría que está mordiendo su labio para contenerse como siempre. —Lo siento no quería comportarme de esa manera, pero detesto tenerte tan lejos. —Entonces necesitaré que te alejes de nuevo. Ella levanta su rostro un poco asustada, mas sus manos se aferran a mi ropa y comprobé que sí mordía su labio con fuerza. —¿Te irás? —Necesito que te alejes para acostarme a tu lado y sabes que odio dormir con ropa. Su sonrisa es tan hermosa que me contagia, sus manos me liberan y retiro mis prendas para acostarme a su lado, nos cubro con la cobija mientras ella se pega a mi cuerpo generando ese choque térmico, beso su frente y la abrazo haciendo que su rostro quede en mi cuello para que ambos nos inundemos de la fragancia del otro. —Pequeña, después de este viaje será mejor que sigamos durmiendo con ropa, no está bien que hagamos esto y podemos ganarnos un problema si alguien nos encuentra. —No me importa, no quiero esconderme de ti. —No lo harás; solo evitaremos problemas, especialmente para mí. —De acuerdo, pero solo si me prometes estar desnudo conmigo en todo el viaje. Sonrío como idiota cruzando nuestras miradas, ella me muestra un bello sonrojo en sus mejillas y una calidez se desprende de mi pecho. —Será difícil hacerlo todo el viaje, pero sí lo haremos al dormir. —Está bien… Oz. —Dime pequeña. —¿Sanarás mis heridas? —Siempre mi pequeña, siempre. Beso su mejilla sin que ninguno abandone esa sonrisa y nos dormimos abrazados. Ella siempre será mejor que cualquier otra mujer porque tiene todo lo que necesito.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD