121. LLAMADAS A DISTANCIA

2239 Words
1:27 p.m. Oz Teníamos todo listo en casa para celebrar el decimonoveno cumpleaños de Trav, Livi llegó con el pastel que hizo para él, Marcus con los regalos, los chicos tenían las bebidas y nosotros habíamos terminado de preparar el almuerzo. Al vernos reunidos me quedé pensando en los integrantes que hacían falta y justo en ese momento suena el teléfono dejándome un poco extrañado, aunque al escuchar la voz de Bárbara al otro lado de la línea me hizo feliz. —Me alegra encontrarte en casa, he intentado contactarme con Travis para felicitarlo y no contesta su teléfono ¿está contigo? —Sí, ya te lo comunico. Pasé la llamada a Travis quien se quedó hablando con ella un buen tiempo, aunque todos quedamos un poco desconcertados cuando él da un grito con mucho entusiasmo y después me informa que vaya para hablar con ella. —¿Acaso llevarás a mi hijo a Ámsterdam que quedó tan feliz? —Ya quisieras, él todavía está muy pequeño para esas cosas. —Considerando cómo se ve al despertar, no diría lo mismo —respondo haciéndolo sonrojar, mi pequeña muerde su labio colocando su mirada traviesa y les guiño un ojo. —¿Y qué puedo hacer por ti preciosa? —Quiero que seas mi modelo para una exposición muy especial que haré con Prada. —Dime que te tragaste una lata de cualquier químico para hacer semejante solicitud. —Lo digo muy en serio Oz, quiero que modeles para mí —y por el tono de voz, era evidente que sí hablaba en serio. —Barb sabes que no soy modelo, así que tendrás que buscarte otro —respondí tajante consiguiendo la atención de todos, aunque Livi estaba que no podía de la felicidad al escuchar la loca propuesta hecha por su hermana. —¿En serio? Qué lástima, porque justamente tengo algunas modelos especiales para hacer este desfile. —Tentadora oferta, pero la respuesta es no. —De acuerdo, como quieras, comunícame con Livi por favor —hice lo solicitado, aunque una espina estaba clavada en mí. Livi habla con ella en lo que voy al baño pensando en la propuesta. La verdad nunca me interesó el modelaje, pero es extraño que quisiera ofrecerme algo tan importante para un desfile. Al salir del baño las cosas se ponen peor porque todos se me quedan viendo como si el plan más macabro del mundo fuese a ser ejecutado en mi contra, excepto Rag quien permanece neutra. —Si planean asesinarme, les aseguro que poner esa cara no les ayuda en nada. —No exactamente —contesta Travis. —Serás uno de los modelos principales para el desfile de la tía Bonny —afirma con total orgullo. —¿Qué mierda? Yo no haré eso, así busquen a otro. —Sí lo harás porque ese será mi regalo de cumpleaños de tu parte. —Si lo pones en esos términos, entonces ya te di tu regalo en la mañana y nada superará eso. —Esto no lo supera, pero sí lo iguala. —Y antes de que digas algo —intercede Livi. —te advierto desde ya que no tienes derecho a negarte, tampoco te escaparás porque tú mismo tomarás ese vuelo desde aquí con nosotros o en su defecto iremos a buscarte a Suiza ¿Entendido? —Ya les dije que no haré nada de eso y es mi última palabra. —Lástima, la verdad todos estábamos ansiosos de poder verte desfilar, especialmente porque tengo unos negocios por hacer en Francia y quería llevar a toda la familia, así podríamos disfrutar de otro panorama —comenta Marcus con su aire de CEO. Más obvio no puede ser el hecho de que todos están involucrados, pero la voz de quien más me importa no se ha pronunciado hasta el momento, ni siquiera su gélida expresión ha cambiado y es lo que más me intriga del asunto. —No esperes que lo haga, es más, ninguno espere que lo haga —pronuncia ella al fin. —no te convenceré de desfilar para darle gusto a todos y si no quieres hacerlo, no lo hagas. Todos quedaron un poco fastidiados al ver la negativa de ella, por mi parte estaba tranquilo al saber que mi cómplice seguiría de mi lado. Después de eso se generó una discusión entre todos por el mismo asunto, aunque al menos me sentí con más confianza al tener a mi pequeña recostada en mi pecho, ella no intervenía a favor de nadie, pero sí me daba más aliento para negarme a todas las locuras que decía mi familia, las cuales no culminaron sino hasta el atardecer cuando otra llamada ingresó siendo Rag quien contesta. Ragnar —¿Hola? —¿Quién habla? —¿A quién buscas? —Seguro debe ser una de sus acompañantes —dijo el sujeto por lo bajo creyendo que no lo escucharía. —Comunícame con Oz por favor, es importante. —Seguro, en cuanto sepa quién es. —Soy Ismael. Ahora, disculpa que suene rudo, pero necesito hablar con él y no con una de sus amigas —responde con cierto fastidio. Quedé mirando a Oz en lo que empuñaba mi mano al saber a qué se refería, él se da cuenta de mi fastidio preguntándome con la mirada qué ocurría y opté por hacer una jugada especial sin apartar la vista de él, lo mejor es que estaba cerca para escuchar lo que diría en la llamada y de paso el cambio de voz que estaba a punto de hacer, pues esta vez sonaría mucho más a una mujer como nunca antes. —Enseguida te lo comunico, solo que para la próxima vez evita sacar conclusiones rápidas porque yo no soy una de sus golfas, soy quien le puso la cadena perfecta en el cuello —Oz queda con el ceño fruncido y ladeé una sonrisa cínica. —e infórmale a tu abogado que ya hice lo que me solicitó y mañana en la mañana el juez se comunicará con él, espero que te ayude en tu juicio Ismael Friedman —levanté una ceja con total orgullo y entregué a Oz la bocina sin esperar la respuesta sentándome en el sillón frente a él. Es el colmo, el hecho de que no folle con Oz no quiere decir que no sea importante para él, así como el idiota de su hermano tampoco tiene por qué sacar esas conjeturas de la nada. Oz Agradezco enormemente que la familia no haya escuchado a Rag al estar distraídos en otras cosas y un poco apartados, pero sea lo que sea que haya dicho Ismael me las pagará por provocarla. —¿Qué mierda fue lo que le dijiste? —intenté modular mi voz para no llamar la atención de nadie. —No me digas que ella es esa mujer —responde estupefacto. —Sí idiota, es ella, ahora dime qué le dijiste. —Maldita sea, te dije que regresaras con ella, no que la metieras a la casa ¿o qué, la próxima vez me dirás que te casaste y que ella está embarazada? Sé que debería fastidiarme el comentario de mierda que hizo mi hermano, pero en vez de eso vi a Rag quien estaba distraída en el panorama del balcón y sentí mi corazón estrujarse ante la realidad… Ni siquiera podía hacerla mía ahora, mucho menos podía quedar embarazada, pero es irónico que ese pensamiento viniera justo hoy después de lo ocurrido en la madrugada y de la imagen que tuve de ella con Travis en la mañana. —Nada de eso pasará Ismael, mejor dime a qué llamaste —cambié de tema abruptamente ante mi evidente dolor, el cual supo reconocer. —Disculpa, no sabía que estabas con ella, solo llamaba para saber si Travis estaba contigo y felicitarlo, tenía planeado ir con las niñas, pero el abogado me dijo que lo mejor era quedarme y más, porque supimos que el sujeto que persiguió a Linda años atrás fue el causante de mi arresto. —¿De qué estás hablando? ¿No se supone que ese sujeto estaba en la cárcel? —Eso mismo creímos Linda y yo, pero el abogado nos informó que fue liberado a los dos años por buena conducta, aunque en realidad es porque alguien le pagó a un juez, lo peor es que el imbécil ahora está desaparecido y le han llegado dos amenazas a Linda cuando estaba por fuera. —Maldita sea, hablaré con Marcus para que refuerce la seguridad. —No hace falta, uno de sus hombres me informó que alguien dio la orden y ya tenemos a más escoltas, solo que todos están camuflados y por eso no me había percatado de ellos —quedé viendo a mi pequeña pensando en si ella lo hizo, aunque bueno, considerando lo que le dijo no es de extrañarse. —Oye, ¿cómo es que tu novia sabe de este asunto? ¿le dijiste algo? —¿Mi novia? —pregunté en voz alta con un dejo de fascinación obteniendo la atención de ella, me mira intrigada y al notar que la detallo cual mujer, mi pequeña torna un semblante más oscuramente seductor sentándose como toda una diosa. —No le dije nada de tu caso, pero tampoco me extraña que metiera las manos al fuego al ser alguien cercana… Quizás algún día la conozcas. —Eso espero porque es un completo misterio, por ahora dale las gracias de mi parte y también una disculpa por lo que dije. —Se lo diré, pero después tú y yo hablaremos de eso, por ahora te comunicaré con Travis. —Gracias, cuídate. Me encantaría decirle quién es realmente, pero eso extendería la conversación y este no era el lugar ni el momento adecuado, pero esos dos definitivamente debían conocerse tarde o temprano. Caminé hasta ella estirándole mi mano la cual tomó dejándose llevar hasta el balcón donde quedó sentada en mi regazo, la helada brisa otoñal mecía su obscura cabellera, acomodé algunos mechones detrás de su oreja y ella acarició mi mano tranquilizando mis voces. —¿De qué novia hablabas? —pregunta con una furia oculta que ahora sabía reconocer perfectamente, eran sus celos hablando. —Una pelirroja que conocí hace un tiempo. —¿Cómo se llama? —¿Acaso importa? —Dame su nombre Oz —bramó tomando de mi camisa con fuerza. La abracé ocultando mi rostro en su cuello queriendo continuar con este juego, uno que me encantaba al disfrutarla siempre bajo esas reacciones que ella todavía no comprendía del todo, pero mis voces solicitaron pacíficamente que no lo hiciera, que no la lastimara esta vez, así que me dejé llevar por ellas cumpliendo su capricho. —Hablaba de ti —me sinceré. —le comenté un par de cosas a Isma sobre ti y por tus respuestas, él unió los puntos preguntándome si tú eras esa mujer. —No recuerdo que me propusieras ser tu novia —pregunta incitadora. —Ese título lo dio él, no fui yo —me aparté un poco detallando sus luceros. —pero quiero que te quede claro que en mi vida no existe ninguna mujer por encima de ti. —¿Dijo algo más? —Te pide una disculpa por lo que dijo y también las gracias por los escoltas extras. —De acuerdo, lo perdonaré por esta vez. —¿Cómo supiste de su caso? —Escuché a Livi y Marcus hablando de él, se veían muy preocupados y quise intervenir por mi cuenta, así que llamé al abogado para saber del asunto y he colaborado en lo necesario sin que ellos se enteren. —¿Y por qué lo hiciste si no lo conoces? —No hace falta conocerlo, me basta con saber que es tu hermano y el de mis padres, prácticamente es mi tío y solo por ser de la familia merece la misma protección. Al no poder besarla como quería debí abrazarla con fuerza, me estaba muy feliz al saber que ella protegería a toda la familia sin importarle nada, puesto que en estos años aprendió uno de los pilares que tanto nos caracteriza y eso significa todo para mí, especialmente ahora y con Isma quien era un integrante completamente desconocido para ella. —Solo te advierto una cosa Oz, será mejor que Ismael tenga cuidado con el sujeto que los persigue porque la familia que lo respalda es una con poder, ellos no se andan con juegos y el que quisiera afectarlo después de tantos años tiene su razón de ser. —¿Sabes quién es? —Sí, pero no puedo hacer nada al respecto y menos Marcus o eso nos traería muchas consecuencias ahora, por eso te lo digo, es mejor que se cuiden, si los hombres de ese sujeto desean ver muerto a Ismael o su familia, eventualmente lo conseguirán y no te gustará saber el trayecto. La frialdad en su mirada clavó un horrible presentimiento en mí, solo espero que lo que ella esté haciendo permita que todos estén a salvo, incluso a la irritante de Linda, pues aun cuando nuestra relación sea de lo peor sigue siendo la madre de mis sobrinas, e hizo muy feliz a Ismael en su momento y prefiero verla lejos a tener que ver el sufrimiento por una muerte en el rostro de mi hermano, o peor, en el de mis sobrinas.
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