73. CAÍDA INESPERADA

2181 Words
Oz —A veces no sé si admirarte o sorprenderme por las estupideces que cometes. —Admírame y cállate que no tengo la jodida cabeza para soportar una retahíla. Cubrí mi rostro con un brazo bloqueando la luz en mi cara en lo que sentí la aguja traspasar la piel por la parte interna del codo en mi otro brazo, la migraña acababa conmigo a la par de los gritos de mis voces y la debilidad en mi cuerpo era evidente. —Oz esto lo puedes hacer cualquier otro día. —No tengo otro puto día, así que saca las dos jodidas unidades y deja de quejarte que no te pago para ser mi madre. No hacía falta verlo para saber que ese idiota estaba con su típica negativa silenciosa por mis acciones, pero tampoco haría nada por contradecir mi decisión. Desde el nacimiento de Travis solía ir a diversas clínicas para vender sangre mensualmente, por reglamento general solo podía hacerlo cada tres meses, pero el dinero era necesario y al menos pagaban bien en los lugares que había seleccionado, además que podía quebrantar esta norma al tener un registro con diversos nombres en cada una, pero el día de hoy fue bastante abrumador considerando cómo ha sido mi ritmo de vida desde que supe el diagnóstico de cáncer, motivo por el cual me siento débil, enfermo y muy irritado. Es cierto que mi nombre ahora era más conocido por muchos en el campus universitario a raíz de mi intromisión en las clases avanzadas, además de las clases de pre-medicina a las que asisto las cuales son obligatorias durante cuatro años antes de entrar oficialmente a la escuela de medicina, que son otros cuatro años, después dos a tres años de residencia y dos a cuatro de especialización. Básicamente son quince años los me tomaría obtener mi título con la especialización que escoja, pero mi hijo no tenía quince años de vida asegurados y creo que si fuese posible vender hasta mis órganos para obtener más capital, lo haría. Ronald, quien es la persona que me está mirando desaprobatoriamente, me sugirió hace mucho vender también mi semen, incluso me recomendó un par de lugares que pagan bastante bien, pero no fui capaz de hacerlo considerando la condena que podría traerle a ese bebé que pudiera nacer, además del sufrimiento que tendría unos padres ilusionados en tener un hijo o hija sano, reitero, soy un jodido demente de mierda, pero tampoco me llega la crueldad a ese nivel. —Espero que al menos no vayas a tomar en cuanto salgas de aquí. —Me encantaría más follar en este momento, pero no tengo la fuerza para tanto. —Entonces creo que sería mejor hacerlo ahora, así arruinamos tu reputación en el lugar —arremete a sabiendas de que me he acostado con varias enfermeras aquí. —Maldito idiota, jamás te daré ese placer —reímos, aunque yo debí detenerme ante el dolor severo. Llevaba cerca de tres días sin dormir ante algunos avances que había hecho en la investigación para darle a Travis una medicación experimental, en todos estos meses asistí a las clases de las especialidades de inmunología y oncología, algunas de pediatría y neurocirugía, profundicé en todo lo relacionado a las afecciones de mi hijo y revisé todas las opciones que había disponibles para él, incluído los tratamientos experimentales que se desarrollaban en Estados Unidos, Suiza e Inglaterra. También me pasé el último mes inmiscuyéndome en las clases de bioquímica apropiándome de un conocimiento fascinante que me absorbió por completo, permitiéndome obtener el medicamento experimental para él junto a otros que seguían en papel, pero hacía dos semanas que quise probarlo primero en mi cuerpo, el objetivo era incrementar las defensas en el organismo y darle un impulso al sistema inmunológico, algo así como ponerle adrenalina al cuerpo, solo que en esta ocasión sería algo específico al sistema aumentando el recuento de glóbulos blancos. Ante esta locura decidí venir una segunda vez este mes a la clínica y le pagué a Ronald para que extraiga dos unidades de sangre, misma que sería procesada para separar los componentes y tomar los glóbulos blancos que inyectaría en Travis dándole un refuerzo a su cuerpo, por supuesto, esto lo hice al ver que el medicamento surtió efecto elevando increíblemente la cifra de lo que necesitaba y una vez finalizado el proceso, retornarían las plaquetas y glóbulos rojos de una unidad de sangre, mientras la otra sería llevada a la bodega con las demás… Un chistecito que me costó mil dólares, mismos que obtuve al “recuperar” una paca de marihuana que fue robada hace una semana a un imbécil. Tras una hora en la que debí soportar el dolor, las estupideces de Ronald y un par de visitas de algunas enfermeras que calmaron mis males con una buena mamada, pedí un taxi para ir a casa, lo peor sería tomar el transporte público y tampoco quería llamar a Clyde, lo más seguro es que estuviera reunido con todos hablando muy felices y lo que menos quería era un batallón gritándome al oído, sin embargo, al llegar a casa no encontré a nadie, hice omisión de todo por el mareo que tenía y fui a ducharme. Una vez listo me dirigí a la cocina para comer algo, pero un extraño ruido en el segundo piso me alertó, subí silencioso siguiendo el sonido que me indicaba perfectamente lo que pasaba a medida que me acercaba, quedé recostado en la pared escuchando el final de la faena entre Livi y Marc llegando a excitarme ante los gemidos de ella que son sumamente sensuales. Imagino que después de eso se habrán acostado considerando lo románticos que son y es justo en ese momento cuando quise irme, pero una horrible punzada en la cabeza junto a un mareo me obligaron a sentarme. De pronto ellos comenzaron a dialogar un poco dejándome tan sorprendido como Livi ante la pregunta que hizo Marc, la verdad no creí que él me creyera capaz de bajarle a su chica, lo que en parte alimenta mi ego, pero por otro lado me sentí tan ofendido como ella al creer que nosotros le haríamos algo así, reconozco que Livi es una preciosura de mujer y sin duda me encantaría tenerla en mi cama, pero la veo más como una hermana y solo me gusta jugar seductoramente con ella porque es algo a lo cual nos acostumbramos. Entonces, al ella dejar claro su punto, nos vemos sorprendidos por la declaración de matrimonio de Marc sacándome una sonrisa y a la vez una profunda envidia. Cada que tenía un espacio a solas desde hace cuatro años, me preguntaba qué se sentía tener el amor de una mujer, si los besos eran diferentes, si despertaría mi interés por querer dormir con una aun cuando no tuviéramos sexo, o tal vez… llegar a comprobar si en verdad es diferente tener sexo que hacer el amor. Mi sonrisa se ensanchó tristemente a la par que unas lágrimas rodaron al escucharlos tan felices hablando de sus planes a futuro, los hijos que tendrían y los nombres que les pondrían, todo eso fue una especie de puñal para mí porque sé que no existe una mujer en el mundo que llegue a amarme, que soporte a la bestia que habita en este cuerpo junto a las voces y los demonios que le torturan constantemente, nadie en su sano juicio se sometería a algo así. No pude soportar un instante más de esta tortura y me levanté aun cuando no estaba en condiciones de hacerlo, tambaleaba en mi dificultoso andar y al bajar las escaleras las cosas se pusieron peor al incrementar el mareo, trataba de aferrarme a la agarradera tanto como era posible, pero a mitad de camino un horrible frío recorrió mi cuerpo por la presión y entonces todo a mi alrededor se oscurece. (…) Samuel Fue increíble pasar nuevamente el día juntos, sabía que mi nieta y Marcus querían estar a solas y quise brindarles el espacio, quizás parezca alcahueta de mi parte, pero sé que ellos son jóvenes responsables, nunca me ocultaron nada e incluso llegaron a hablar conmigo cuando quisieron tener su primer encuentro, lo que fue demasiado extraño para mí, pero al mismo tiempo me sentí feliz al saber que me tenían tanta confianza como para llegar a ese punto. Otro motivo por el cual quise salir fue para usar a Travis de excusa para unir a Isma y Bonny, quienes al parecer mantenían el sentimiento por el otro, pero no se decidían en tener una relación. Sé que esos dos también hacen una buena pareja y si soy honesto, me quedaría muy tranquilo al saber que mis nietas estuviesen con ese par porque he visto la calidad de hombres que son y desde hace mucho tienen mi aprobación para estar con ellas, pero eso es algo que cada uno deberá decidir, aunque al menos reconozco que Travis hizo un excelente trabajo uniéndolos y haciéndolos reír más, hasta me dio una bella imagen de cómo se verían si formaran una familia, la cual me encantaría llegaran a formar dentro de varios años. Tras pasar poco más de la hora en el parque nos regresamos para hacer unas compras y luego fuimos a casa, Bonny se veía hermosa con Travis en sus brazos e Isma la veía con suma ilusión, no sé si tenía el mismo pensamiento que yo, pero sé que en un par de ocasiones la idea atravesó su mente al verla tan contenta con el pequeño. Sin embargo, toda la felicidad que teníamos se vio opacada al ingresar a casa escuchando el grito de Livi y Marcus y encontrando a Oz desmayado al pie de las escaleras. Solté las cosas y corrí para auxiliarlo rápidamente, pero me dejó bastante inquieto encontrar algunas marcas en el brazo levantando todas mis alarmas al pensar lo peor, aunque rápidamente me negué a la idea, no quería creer que él se estuviera drogando y menos con heroína, vi a muchos sucumbir en las drogas en mi juventud y pensar que él lo hiciera era inconcebible para mí. Le dije a Bonny que se quedara en la sala con Travis para que él no siguiera viendo a su padre en ese estado, pues al estar todos alterados el pequeño comenzó a llorar pidiendo estar con él entre gimoteos. No perdí tiempo y tomé en mis brazos a Oz llevándolo hasta su recámara y pedí a los demás que me trajeran algunas cosas, escuché a Livi llamando a la línea de emergencias para que enviaran una ambulancia, Marcus trajo las cosas rápidamente e Isma revisaba en la habitación buscando cualquier indicio de drogas que pudiese consumir Oz, pero no encontró nada, así que decidí actuar como si solo fuese producto del golpe por la caída. En diez minutos llegó la ambulancia, Marcus se había terminado de alistar y nos fuimos siguiéndola en lo que las chicas quedarían en casa, no quería que Travis estuviera en ese lugar a no ser que sea necesario y menos tener que ver a su padre en ese estado. Llegamos rápidamente al hospital donde nos tomó una hora de espera hasta que nos informaron el estado de Oz, nos hicieron algunas preguntas que no supimos contestar, pero que generó más inquietudes ante la explicación del médico, igual dijo que mantendrían a Oz en observación y si al despertar seguía mal, le harían otros exámenes. —¿Qué mierda ha estado haciendo Oz? —pregunta Isma en un murmullo al querer comprender a su amigo. —No sé, porque no me hace sentido nada de lo que dijo el médico, pero ustedes vieron las marcas de las agujas y por lo que nos dijeron, fue de hoy. —Clyde ¿crees que Oz se está drogando? —no sé si me afectó más la pregunta o el tono de preocupación en que Marcus la hizo. —No sé hijo, no quiero creer que él lo está haciendo, pero sé que es capaz de hacer lo que sea y más considerando lo que pasa con Travis. —Pero no tiene sentido, él no abandonaría ahora a su hijo después de batallar todos estos meses. —Lo sé Marcus y por eso mismo me niego a creerlo, pero conocí personas que sucumbieron a esas porquerías por motivos insignificantes sin importarles sus familias y sé que él no la está pasando bien. —Señor Clyde —nos levantamos al escuchar la voz de Raquel. —ya despertó por si quieren pasar. —Ve tú y después iremos nosotros —asentí a la solicitud de Isma. —No será necesario, si no perturban el ambiente entonces los dejaré seguir a los tres, pero no pueden tardar. A veces no sé si somos afortunados o al diablo le encanta hacer de las suyas para provocar a Dios, jamás pensé de esa manera en mi vida, pero después de conocer a Oz es un pensamiento que atraviesa mi mente de vez en cuando por todo lo que he vivido con ellos.
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