94. SOLO ACÉPTALO

1803 Words
Oz Fui la primera palabra de mi hijo y el motivo para dar sus primeros pasos ¿Acaso este niño se da cuenta de la locura tan grande que lo motiva a cometer esos actos? No lo sé, pero soy el hombre que posee una maldición abismal y al mismo tiempo una fortuna inigualable por tener a mi hijo en mi vida, lo más bello de todo es que su carita, como siempre, se torna en un hermoso color rojizo que acelera mi pulso, sacándome una sonrisa orgullosa y a su vez demencial por su acto, misma que le fascina ver en mí, sin embargo, mi felicidad se ve opacada al ver las heridas en su cara y cuello, ladeo su rostro para detallarlas en su totalidad y miro a Livi con profunda rabia, a lo que ella cambia su expresión de felicidad a una de desencanto y culpa. —Disculpa, te juro que hice lo posible para que no lo tocara, pero yo… —una silenciosa lágrima sale de ella, quien es abrazada por la Sra. Cooper. Levanté el buso de mi pequeño al recordar la ficha policial notando algunos moretones en su tórax, resultado del agarre de Madison, mi pequeño hace un pequeño mohín nublando su firmamento y mi rabia me consume más, pero no quiero que él vea esto en mí, solo por él me contengo tanto como puedo. —Mírame pequeño —levanta levemente su rostro. —te prometo que esa mujer no volverá a tocarte y si por algún motivo logra hacerlo, lo pagará de la peor forma, nadie te lastimará sin pagar las consecuencias. Él me observa confundido, dolido, se aferra nuevamente de mi cuello sollozando levemente en él y lo refugio entre mis brazos pensando en mi promesa. Así, con mi pequeño en brazos, pido a los presentes que me den unos minutos antes de ir a la delegación. —Livi ven conmigo, tenemos que hablar a solas —recalqué a sabiendas de que los demás vendrían con nosotros. No observo nada y no espero a nadie, sigo mi camino a mi alcoba donde me siento en la mecedora con mi pequeño y de reojo veo a Livi ingresar temerosa. —Cierra la puerta y siéntate. Seguí examinando a mi pequeño en lo que ella obedecía, revisé cada parte de él haciéndole algunas cosquillas para que volviera a sonreír, lo que hacía a ratos, quedando entre la risa y la tristeza, entonces volví a abrazarlo dejando varios besos en su cuello y rostro hasta sacarle una dulce sonrisa que nos tranquilizó a ambos. Después, clavé la mirada en Livi quien estaba abrigada en una increíble culpa y palmeé el escritorio, a lo que ella se acerca sentándose en la silla. —Oz, yo… —levanté mi mano silenciando sus palabras. —Muéstrame tus heridas y no quiero negativas estúpidas —ordené con frialdad. Al detallar mi semblante supo a lo que me refería, así que acercó la silla tanto como pudo, se sentó recogiendo su cabello y retiró la blusa, me incliné detallando una a una las heridas provocadas por Madison, algunas zonas estaban un poco inflamadas, se notaba que había sangrado en otras al igual que mi pequeño, pero ninguna era grave. —Aparte de lo dicho en la delegación ¿hay algo más que deba saber? —la tensión en su cuerpo la delató por completo. —Por favor no me odies, te juro que hice lo posible por protegerlo. —No fue lo que pregunté —se queda mirando a Travis bastante nerviosa y cierra sus ojos. —Sí, hay algo más, pero te juro que haré hasta lo imposible para que no vuelva a ocurrir. —¿Qué es? —Benji… él… —presionó sus manos sin abrir aún sus ojos. —él me dijo mamá dos veces, la primera cuando Madison casi me lo arrebata y la segunda cuando discutía con el policía poco después de eso. Observé a mi pequeño quien me veía con una mezcla de vergüenza y travesura, pero ni una gota de arrepentimiento pues sabía lo que pensaba al respecto. Dejé un beso en su frente y luego abracé a Livi dejando un beso en su mejilla. —Ya se estaba tardando en decirlo —murmuré al oído de ella. —¿Qué? —susurró incrédula. —Pensé que tardaría más en decírtelo, pero al parecer necesitaba motivación y qué mejor manera de hacerlo que verse envuelto en algún peligro siendo alejado de ti. Me recosté en el mueble dejando la espalda de mi pequeño sobre mi pecho, acariciaba sus heridas bajo la prenda mientras ambos veíamos la cara de desconcierto de Livi, pero al acomodar mi mentón sobre el dorso de mi mano con una maquiavélica sonrisa que la hizo mirarme perspicaz, la hizo olvidarse por completo de la culpa. —Dime que no lo hiciste. —¿El qué? ¿Enseñarle a mi hijo a decir mamá? —pregunté con descaro. —Pero… ¿por qué hiciste eso? Sabes que yo no soy… —levanté mi mano deteniéndola. —Primero, te recuerdo que mi hijo debe aprender a hablar, y segundo, él no es un mentiroso y si te dijo mamá es porque así te ve, te relaciona de esa forma porque eso has sido desde su nacimiento, la figura materna en su vida. —Oz eso no está bien —recriminó. —¿Acaso quieres que le diga mamá a esa mujer? —¡JAMÁS! —gritó con tal irritación que por unos segundos me excité. Por eso adoro a Livi, sabe ser cruel conmigo y a la vez prender mis ganas con todo. —Entonces acepta los hechos, eres la madre de mi hijo sin importar el parecido, la sangre, ni el apellido, lo eres y punto y antes de que me saques de excusa a Marcus, él opina lo mismo, todos en esta familia pensamos igual. —¿Marcus? ¿él te dijo algo? —He hablado con todos del tema y cada uno te acepta de la misma forma, Marc ni siquiera tiene inconveniente con el asunto, por el contrario, opina que no pudo tener una mejor figura para que lo guie y ame y yo pienso igual. —Oz… ¿y qué pasará cuando Benji haga preguntas? Es que… solo míranos. —¿Qué tienes? Además de que te falta arreglar un poco tu cabello, eso no es propio de ti a no ser que estés jugando a la maestra —solté con picardía haciéndola sonrojar. —Eres un idiota. —Corrección nena, soy un encanto y sé que me adoras, pero es en serio lo que digo, eres la mejor madre que pudo tener mi hijo y eso nada ni nadie lo cambiará. —Oz, no soy tonta y tampoco quiero un título de esa magnitud ¿o qué pasará el día que encuentres a alguien y acepte a tu hijo como suyo y viceversa? —Simple, Travis te seguirá llamando mamá porque eso nunca ocurrirá —respondo con obviedad. —Hablo en serio, no te quedarás sin estar con alguien el resto de tu vida. —Así será, no habrá una relación formal porque no tengo tiempo para eso y tampoco necesito buscarle una madre a mi hijo cuando ya la tengo frente a mí. Respecto a Marc, no tienes de qué preocuparte porque él acepta el hecho y tengo su bendición, la única que hacía falta era la de mi hijo y él también dejó claro lo que representas en su vida. —Lo dices como si nada, pero en unos años Benji hará preguntas, las diferencias son evidentes y él no es ningún tonto. —Es simple. Pequeño —Trav levanta su rostro hacia mí. —¿Quién es ella? Él la mira un poco avergonzado con una gran sonrisa que amplía al retornar su mirar a mí y cubre un poco su boca con sus manos. —Mamá. —Apenado pero seguro ¿Necesitas más pruebas? —Eres un idiota. —Ya deja de decir eso o mi hijo aprenderá las groserías contigo y eso depende de mí —voltea sus ojos fastidiada. —Livi, no es el color de piel, de ojos, ni nada de esas estupideces en las que estás pensando, un niño no mira eso y mi hijo ve el mundo a través de nosotros, enséñale lo bueno de la vida como has hecho hasta ahora, ámalo como él te ama, protégelo como lo protegiste y demuéstrale que siempre estarás para él, así él no tendrá dudas de nada ni nadie. —Sigue sin parecerme correcto. —Nena —tomo su mano atrayéndola a mí y la siento en el brasero donde rodeo su cintura. —¿Sabes lo que habría dado por tener una mujer como tú que me diera el mismo amor que le das a Travis? Quizás lo habría tenido de no haber muerto Becca, pero eso es algo que nunca sabré y no quiero que mi hijo quede con el mismo vacío que yo, o peor, que ahora que lo conoce bien de alguien le sea arrebatado dejándolo en el limbo. —Oz… Me encantaría decir que esto era una actuación perfecta de mi parte, pero en realidad era sincero con ella, quería que viera en nosotros dos cuán importante es en nuestras vidas y lo que representa para mi hijo. —Acéptalo nena, solo acéptalo y hazlo feliz, de esa manera ya me haces feliz a mí. En ese instante mi pequeño acuesta su cabeza en la pierna de Livi y yo ni corto ni perezoso, le sonreí levantando una ceja reafirmando con tan dulce acto mis palabras, además de acomodar mi cabeza entre esos increíbles senos en los que mi hijo se refugia cada día, a lo que ella acaricia mi cabello sin decir nada a la vez que hace lo mismo con mi hijo… El hecho de que sea sincero no implica que no pueda aprovecharme de vez en cuando de Livi. —Haré lo posible por no decepcionarlos y ser la mejor figura materna para Benji. Levanté mi rostro restregándolo sobre la tela del brasier mirándola inquisidor. —Ser la mejor madre —aclaré. —Asume tu rol o tendré que castigarte señorita Clyde —mordí su seno provocando un gemido en ella que la hizo halarme fuerte del cabello. —Vuelve a hacerlo y te morderé más fuerte bajo la tela. —Eres un…. —Shhh… ve que mi pequeño nos está observando y a él no le gusta que discutamos, nena. Esa mirada asesina de ella me prende con ganas, pero por muy bueno y excitante que fuese este momento, debía terminar, tenía un asunto más por resolver el día de hoy y ya después me encargaría de Livi y mi hijo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD