Entre copas con la luna

68. NO MÁS

Samuel

Era consciente que la situación de Travis era bastante grave por lo poco que nos explicó Raquel, pero lo que dijo Oz es algo mucho peor haciéndome sentir realmente mal cuando le hice la pregunta de si Travis tenía dos años de espera hasta ese momento, lo que a su vez me hizo comprender su desesperación por conseguir dinero ya que eso no era para destinarlo en comida, juguetes, ropa y demás cosas, sino que todo era para el trabajo investigativo y también para adquirir un plan de salud con mayores beneficios para Travis, de esa manera obtendría una cobertura bastante amplia.

Ante esta situación me quedé pensando en casa qué podía hacer respecto a eso, por ahora lo importante era adquirir el plan de salud, lo que obviamente costaría un capital mensual que no teníamos, pero sabía quién podría ayudarnos con ese tema, también estuve pensando de dónde sacar el extra para ahorrar un poco más e ingresar todo en una cuenta bancaria a nombre de Oz y Travis, así, en caso de que algo llegara a pasarme él contaría con un capital extra para todo lo que llegara a necesitar su hijo y no se vería tan desesperado en un comienzo.

Lo bueno es que no tenía que preocuparme por mis nietas al saber que ellas contaban con un seguro de vida que tenían sus padres, el cual he ahorrado e invertido para entregárselo a ambas cuando decidan independizarse después de la universidad y así puedan comenzar sus empresas o comprar una vivienda que les permita tener un techo en dónde vivir además de esta casa, otro punto a favor era que al menos acababa de asegurar la salud a futuro de toda la familia al saber que Oz aceptó mi propuesta y sé que cumplirá con su palabra puesto que sus acciones me lo han demostrado a lo largo de este tiempo.

—Livi, necesito que te quedes con Travis unas horas en lo que hago unas diligencias.

—Sí claro, ¿llegarás temprano o comerás por fuera?

—No sé, te llamaré después para comunicarte, por ahora te dejé todo listo en la habitación de Oz y también la fórmula en la cocina.

—No te preocupes abuelo, ya le cogí el ritmo a esto, confía en nosotros que todo saldrá bien.

Su cálida sonrisa me recuerda tanto a mi esposa que en verdad siento como si ella nunca se hubiese ido de aquí, sino que a través de Livi me da mucha fortaleza y ánimo para despertar cada día, más ahora que tenemos a Travis con nosotros, un pequeño que se ha robado mi corazón por completo al igual que el loco de su padre.

(…)

Livi

Tras la partida de mi abuelo quedamos Benji y yo en casa solos pasando el día, tenía que estudiar para unos exámenes que me harían puesto que la escuela me ofreció adelantarme el último año si obtenía los resultados correspondientes, es decir, si todo sale bien me graduaría en unos meses entrando a la universidad este mismo año, lo que sería excelente para mis referencias.

Desde pequeña tuve claro que quería ser maestra de escuela, aunque hasta ahora no me había definido por una rama en particular al tener fascinación por las matemáticas, historia y lenguaje, pero es algo que decidiría a mitad de año cuando tuviera mi diploma en mano, eso, o haría lo mismo que Isma y dejaría al destino escoger mi futuro.

Por otra parte, también debía tener en consideración mis horarios para buscar un trabajo de medio tiempo y ponerme de acuerdo con mi abuelo para cuidar de Benji, pese a no ser mi hijo le he tomado mucho cariño, él es un niño que te roba el corazón con solo una mirada y si te obsequia una sonrisa, no hay escapatoria, lo que me hace recordar mucho a Oz con su habitual coquetería, solo que Benji no es un pervertido como él, pero los dos tienen un espacio en mi corazón muy importante.

Realmente me alegra que Oz tomara la responsabilidad de su hijo permitiéndole estar con nosotros en vez de entregarlo a una familia, independientemente de su condición o los tormentos de Oz, creo firmemente que ellos deben estar juntos porque se necesitan el uno al otro y le cumpliré mi palabra a ambos de contar siempre con mi apoyo sin importar nada.

Otro punto que me ha gustado de Benji desde que llegó a nuestras vidas, es que extrañamente no era como otros bebés que solían llorar bastante, hacer berrinches o embarraban todo al comer, por el contrario, él siempre era juicioso y le gustaba jugar y explorar, pero por lo general no molestaba, no lloraba a no ser que estuviera mucho tiempo con el pañal sucio, que le doliera algo, molestia por los gases, en fin, detalles mínimos que ocurrían muy rara vez porque Oz lo acostumbró rápidamente a una rutina que nos hacía más fácil todo, lo que me sorprende considerando que hablamos de un bebé.

Ahora que era mediodía y le había dado un baño a Travis, su biberón y jugamos un poco en mi alcoba, se quedó dormido un rato permitiéndome estudiar tranquilamente y hacer el almuerzo sin que llegara a levantarse, porque sí, ese niño es un tronco a la hora de dormir, a diferencia de su padre cuyo sueño es acorde a qué tan agotado esté o qué tanto lo molesten las voces en su cabeza… siendo ese otro punto con el cual debí aprender a lidiar para evitar problemas como hace unos meses con la alcoba y las cosas de Benji, lo que menos quiero es darle otra carga a Oz.

Justo será la una de la tarde, tengo el almuerzo listo y escucho una llamada entrar la cual atiendo de inmediato después de darle una revisada a Benji quien está en su cuna. Atiendo escuchando la voz de mi abuelo al otro lado de la línea informándome que llegará al atardecer, así que seguiremos siendo los dos por hoy. Me apresuré en servir mi comida para arreglarme, quedar más fresca y dedicarme a estudiar después de darle el biberón a mi niño el cual ya tenía listo.

Me dirigí a la recámara de Oz para despertarlo y lo muevo suavemente sin tener respuesta alguna, así que lo cargo pero no reacciona despertando un poco mi angustia, reviso su temperatura sintiéndolo un poco caliente, coloco el termómetro para estar segura que no sea nada grave, no quiero angustiar a nadie y menos volverme un manojo de nervios innecesariamente, pero es justo lo que termina ocurriendo al ver que tiene treinta y nueve de temperatura.

Tomo rápidamente la maleta de salidas, mi bolso y algo de dinero que tenemos para emergencias, todo eso mientras esperaba el taxi que había llamado y el cual no tardó en llegar para ventaja mía, lo que es un verdadero milagro. Le pedí al conductor que apresurara el paso al ver que Benji seguía muy mal y su carita se iba poniendo más roja, pero lo que más me preocupaba es que seguía sin despertar, procuraba estar atenta a su respiración como me había enseñado Oz y lo pegaba a mi pecho tratando de calmarme. La ventaja es que pude llegar pronto al Hospital Universitario de Princeton, pero lo malo era que no tenía cómo comunicarme con Oz ni mi abuelo, igual le pedí a una de las enfermeras que en cuanto llegara Oz le hicieran saber la situación cuanto antes.

Estaba muy angustiada en la sala espera al no tener noticias de Benji, rezaba para que las cosas no fuesen a mayor y quizás solo sea un resfriado que le dio fuerte o algo similar, pero nada que tuviera que ver con su condición.

—¡Livi! —escucho a Oz quien se acerca rápidamente muy angustiado. —¿Qué pasó?

—No lo sé, todo estaba bien en la mañana, estaba feliz, comió bien y antes de mediodía tomó una siesta como siempre, pero cuando fui a darle el biberón no despertaba y su temperatura era muy alta.

No sé de dónde saqué la fortaleza para decir todo eso considerando cuánto temblaba mi cuerpo, él me abrazó tratando de consolarme y levantó un poco mi rostro.

—Tranquila, no llores, entraré para que me den un informe más detallado de todo y vendré por ti.

—Lo siento Oz, en verdad no sé qué pasó.

—Deja que lo averigüe, pero no te culpes —aun cuando dijo eso no podía evitar sentirme mal ante la situación.

(…)

Oz

Lo que menos me imaginé sería llegar a mi trabajo con la noticia de que Livi estaba en urgencias con Travis, lo peor es que mi preocupación se disparó en cuanto ella me dijo que tenía fiebre y su llanto no me tranquilizaba para nada, menos a mis voces. Ingresé a la sala de urgencias preguntando por él y me informan que está con el doctor Diggs, llego rápidamente con ellos viendo a Trav canalizado a una intravenosa, me informa que lo tienen con suero y medicación, también le tomaron exámenes de sangre para dar con el origen del problema pero lo más seguro es que pase la noche en urgencias, especialmente por su diagnóstico al nacer.

Hablé con Diggs para que le permitiera a Livi acompañar a Travis, sabía cuán angustiada estaba y el tenerlo cerca la haría estar un poco más tranquila, por suerte él no negó mi petición y salí del lugar para hacerla ingresar, me sentía mal al verla llorar en la silla con una cara de culpa que le era imposible eliminar, caminé hasta ella sentándome a su lado y coloqué mi mano en su hombro llamando su atención.

—Travis se quedará esta noche en observación, todavía no saben qué tiene, pero ya le sacaron las muestras correspondientes.

—En verdad lo siento Oz, te juro que estuve pendiente de él —dice entre lágrimas.

—Ya deja de decir eso como si tuvieras la culpa de lo que pasó, antes te agradezco por actuar rápidamente y traerlo enseguida al hospital.

—Tú fuiste claro con todo, incluso estuve revisando su respiración con el espejo como me enseñaste, pero él no despertaba por mucho que le hablara o lo moviera.

—Livi —levanté su rostro antes que soltara una palabra más aumentando mi suplicio. —lo hiciste excelente, pero no puedes culparte por esto y menos si vuelve a ocurrir, lo importante es que te controles en esas situaciones y actúes rápidamente.

—Pero yo…

—No, no más —interrumpí tajante. —deja de actuar como una niña con él, dijiste que te harías responsable y son este tipo de cosas las que debes afrontar, comprendo que te duela y llores, pero debes ser fuerte por él.

Se veía conflictuada ante mis palabras y la manera tan severa en que hablé, pero si ella seguía con esta actitud cada que le ocurriera algo a Travis, entonces no podría hacerse cargo tanto tiempo de él, necesitaba a alguien fuerte y que ella solo se echara a llorar no podía ser admisible porque sé que esta no sería la última vez que pasaríamos por esto, las recaídas serían demasiadas, pero más adelante cuando su enfermedad muestre síntomas más agresivos tendría que ser diferente todo.

—Sé que esto es demasiado para ti y no tienes que cargar con este peso, pero piensa lo que te dije y si sientes que la situación te sobrepasa, entonces buscaré otras formas de lidiar con todo para que no te veas involucrada.

—¿Acaso… piensas dejarme a un lado? —pronunció nerviosa sin creer nada de lo mencionado.

—Si tengo que hacerlo, así será, porque no te dejaré arrastrarte a esta espiral cuando no te compete.

—No, yo dije que te ayudaría.

—Y te lo agradezco, pero debes entender que las cosas serán peor y si tienes un ataque de nervios cuando algo muy grave ocurra con él, entonces lo mejor será que busque otras alternativas.

De pronto escucho a Diggs llamarme y la dejo un momento a solas mientras voy con él, quien me dice quiere hacer otros exámenes para descartar algunas ideas que le surgieron, le di el visto bueno y él regresó con mi hijo en lo que yo volví con Livi para que entrase al lugar y acompañe a Travis.

(…)

Livi

Quedé bastante desanimada por lo que me dijo Oz, pero quizás él tenga razón y no estoy del todo capacitada para cuidar de Benji, o al menos no sin la supervisión de otra persona, me dolía la sola idea de que él me dejara a un lado pensando que no podría con la enfermedad de su hijo cuando le dije que contaría con todo mi apoyo, pero la verdad nunca me vi en una situación parecida, ni siquiera con mi abuela al ser cuidada por mis padres y mi abuelo hasta que su cuerpo dejó de respirar.

Tenía un enredo en mi cabeza que no sabía cómo solucionar, comprendía las palabras de él y sé que vendrían días más oscuros para todos, especialmente para Benji y Oz. Pero ¿cómo saco la fortaleza que él me pide? ¿cómo demostrarle que sí puedo reaccionar rápidamente ante una emergencia mayor con su hijo? Quizás debería pensar bien lo que me dijo y de ser necesario, ayudarlo de otras formas para que sea alguien realmente capacitado quien esté al pendiente de todo mientras él está trabajando y estudiando.