39. CENA CON LOS MÜLLER

1757 Words
Estuve en el despacho revisando mi correo donde encontré varias propuestas de trabajo en algunos países de Europa y en Estados Unidos, se veían bastante prometedoras, pero todavía no me sentía preparado para escoger nada hasta no terminar este viaje, luego de eso vería qué hacer. Mi pequeña había ido a tomar un baño antes de la cena tras revisar la propuesta de los Müller, aproveché también para llamar a Livi y comentarle la situación actual de ella, según los resultados de los exámenes, había logrado combatir lo último que quedaba en su cuerpo con el último antídoto que hizo Ares y ahora poseía los anticuerpos necesarios haciéndola mucho más fuerte que antes. También le dije que más tarde podía hablar con ella luego de cenar, se escuchó más tranquila por esa parte, aunque sentía que algo estaba pasando y las malas noticias no tardaron en volver desde ese momento. Livi me dijo que Marcus se había enterado de todo por un socio en común, al parecer también estaba en la mansión con Oliver y lo llamó para darle el pésame por la muerte de Rag. A ella le costó mucho contener a Marc quien casi termina viajando a Londres, pero dijo que hablaría con nosotros esta misma noche cuando regresara de una reunión. Conociendo a Marcus, sé que las cosas estarán tensas sin importar lo que digamos y dudo que ella vaya a mentirle, de todas formas está la evidencia y los testigos de todo lo que habrá dicho Oliver en ese lugar. —Disculpe que entre así señor, estuve llamando pero no contestaba —habla una de las mucamas. —No importa ¿qué ocurre? —La cena está servida ¿desea comer aquí o en el comedor con los demás? —Cenaré con ellos, iré en unos minutos. Tras dejar todo organizado y con una última llamada hecha que tenía pendiente, me dirijo al comedor donde los hermanos van llegando y damos una leve inclinación de nuestras cabezas como saludo, nos acomodamos; pero antes de sentarnos, vemos en la entrada a Rag con un vestido blanco hasta la rodilla que dejaba ver varias cicatrices en su cuerpo. Ellos no se contuvieron al asombro de verla, pero ninguno dijo nada, mi pequeña se sentó en la cabecera de la mesa, yo quedé a su lado derecho y ellos a la izquierda, se sentía un poco de tensión en el ambiente y el silencio era lúgubre hasta que llegó el momento del postre, el cual imagino fue por orden de ella. —Estuve revisando la propuesta que me dieron y solo quiero hacer algunas variantes que pueden traernos mayores beneficios. —Nosotros también revisamos la que nos entregó y… —ella levanta la mano interrumpiendo las palabras de Adler. —Antes que nada, dejen de tratarme de usted, creo que para este punto estará bien que nos hablemos de tú, será más cómodo para todos. —Es solo cortesía profesional. —Si me tratan de tú y me dicen por mi nombre me seguirán tratando con cortesía. Al decir eso se asoma su sonrojo, pues da el primer bocado al postre que es un Crème Brûlée, ellos dan una ligera sonrisa al escuchar esas palabras de ella, pero más porque los siguientes bocados los daba como una niña de cinco años. —Ve más despacio pequeña que podemos pedir más postre; y ten cuidado que te estás ensuciando. Ella repasa su pulgar en los labios para luego lamerlo de una forma tan sensual, que una corriente atraviesa mi cuerpo. —Lo sé, no te preocupes Oz, pero si no quieres tu postre puedo encargarme de él. —Puedes comerlo si eso te hace feliz. Fue tan bella esa sonrisa acompañada del brillo de sus ojos, que incluso los hermanos sonrieron más al verla así. Esa pequeña es una máquina de matar, pero si sabes cómo tratarla y te das la oportunidad de conocerla, sabrás que es como cualquier otra persona y una niña más cuando se tratan de estas cosas, pero no por eso hay que bajar la guardia. —Gracias Oz. ¿Ustedes están bien con sus habitaciones o quieren algún cambio? —Todo está bien, gracias por preguntar. Ragnar no quiero ser imprudente, pero si no te importa me gustaría saber qué te pasó para tener esas cicatrices —dice Ares. —En resumen, muchas personas me torturaron, fue así como las obtuve. —¿Tortura? Pero lo que se dice de ti es que Marcus es muy sobreprotector y un padre ejemplar, aunque al mismo tiempo también critican duramente el que te someta a los combates siendo una niña. —Es fácil criticar desde el ojo ajeno, pero Marcus es un buen hombre y entre mis padres y Oz me hicieron la persona que soy, no fue fácil para ellos criar a un monstruo como yo y menos cuando no poseo la sangre de nadie. Ellos quedan bastante impactados ante estas palabras, mi rostro está neutral, pero esas palabras me hicieron recordar el primer año cuando llegó a nuestras vidas. —¿Entonces no eres hija de Marcus Jhonson? —pregunta Adler un poco incómodo. —Soy su hija porque él me adoptó, recuerda que las familias no se unen solo por la sangre y la mía es una prueba de ello —ambos sonríen complacientes por su respuesta. —Por ti y por tu familia Ragnar Jhonson, porque siempre estén unidos —dice Adler levantando su copa y todos brindamos con él. —Espero algún día podamos ser buenos amigos Ragnar, sé que aún es muy pronto y quizás suene codicioso de mi parte, pero en estos días he pensado que las cosas podrían ser buenas entre nosotros a futuro. Mi pequeña se queda mirando muy intrigante a Adler, coloca una mano bajo su mentón y da una última cucharada a su postre. —Adler, si me estás proponiendo matrimonio a futuro te diré de una vez que no creo en eso, pero quizás en unos años podamos ser cercanos en otras formas —le guiña un ojo con picardía. Ares y yo tratamos de contener nuestra risa, Adler se sonroja, pero se mantiene firme al colocar una sonrisa en su rostro y esquivando un poco su mirada de ella… quien ya se apoderó de mi postre. —No sabía que tuvieras esos gustos tan depravados hermanito -comenta Ares socarrón. —No seas idiota y no aceptaré que alguien como tú me juzgue por nada. —¿Acaso eres un depravado Ares? —pregunta ella con inocencia y picardía. —No soy un depravado, es solo que me gusta experimentar en la cama aun cuando a mi hermano no le atraiga la idea del sexo… y eso que ya va para los diecisiete. —Cada quien tiene sus gustos, así como ustedes son diferentes en sus áreas laborales pero que al final se complementaron bien siendo aún mejores... Tal vez un trío con ustedes sería interesante. Ellos se ahogan con el postre y la bebida al escuchar sus últimas palabras, yo me río a carcajadas al no poder contenerme más, pues esa estocada estuvo magnífica, la crueldad y el descaro de esa pequeña no tienen límites. —Creo que estás muy pequeña para pensar en eso. —Que tenga el cuerpo de una niña no quiere decir que no comprenda sobre muchas cosas Ares, conozco bien sobre el sexo y hasta podría darte algunas lecciones, pero no quiere decir que lo practique ahora. —Supongo que no por nada puedes manejar un imperio a tan corta edad, pero igual no es un tema que debieses manejar. —La primera parte la supones bien Adler, pero la segunda no es algo con lo que esté de acuerdo... hay cosas que no tienen reparo y el pasado es algo que no se puede cambiar. Esas palabras sonaron tan duras y frías que me hicieron recordar todo lo ocurrido en los últimos días, incluso el motivo de sus cicatrices, no obstante, mi pequeña cambia su semblante a uno más cálido y sonríe tras dar otro bocado. —Dejando eso de lado, estaba pensando que podemos hacer algo divertido mañana, así aprovecharemos mejor el tiempo antes de volver al trabajo. —¿Qué tienes en mente? —Si confían en mí me aseguraré de no defraudarlos. Esa mirada… sea lo que sea que esté pensando hacer mañana, está bastante claro que hay algo maquiavélico detrás de esto. —Está bien, veamos qué tienes planeado —responde Adler emocionado. Parece que alguien quedó atrapado por la venus. La noche siguió su curso en un ambiente agradable conociendo a ese par, nos contaron un poco más de sus vidas las cuales fueron bastante buenas, padres amorosos, excelente posición económica con los títulos correspondientes a la nobleza, buenos estudios y herederos no solo de una gran fortuna, sino también dueños de su propia empresa como fabricantes de armas a diversos grupos a nivel mundial. Si esto fuese otra época, estoy seguro de que a Rag la harían casarse con alguno de ellos en un matrimonio arreglado, pero dudo que mi pequeña llegue a aceptar algo así en su vida, aunque se vería hermosa mostrando esa rebeldía dada la época en la que se desarrollan esas idioteces. Después de la cena nos retiramos a nuestras habitaciones, mi pequeña estuvo hablando con Livi un tiempo y después con sus hermanos, por mi parte me di una ducha y llamé a Travis para ponerlo al corriente de todo con ella, se escuchaba muy aliviado al saber que estaba recuperada y me pidió que en cuanto fuese posible nos viéramos nuevamente, a lo cual accedí sin dudar. —¿Qué planes tienes para mañana pequeña? —pregunto una vez estamos estamos listos para dormir. —Aún no lo sé, la verdad solo dije eso por impulso, quería que hiciéramos algo diferente con ellos. Apagué las luces dejando la chimenea encendida y nos acostamos quedando ella sobre mi pecho y yo admirando su silueta a la luz del fuego. —No sueles ser tan impulsiva con ese tipo cosas ¿hay algo que te agobie? —No estoy segura de cómo explicarlo, pero en cuanto lo sepa te lo haré saber. —De acuerdo, por ahora descansa y ya veremos qué hacer mañana. Levanta su rostro ligeramente con la inquietud marcada en él y dejo una acaricia que la hace relajarse un poco más, ella sube acomodando su rostro en mi cuello y caemos profundamente en los brazos del otro.
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