111. UNA SALIDA PARTICULAR

3125 Words
Ismael Los tres nos levantamos cerca de la una de la tarde cuando Linda nos llamó para almorzar, la verdad no quería pararme y menos al encontrarme entre los brazos de las mujeres más hermosas del mundo, pero igual lo hicimos, almorzamos con los demás poniéndonos al día con muchas cosas y Travis propuso que fuésemos al jardín botánico que estaba junto al lago Zúrich, lo que emocionó a mis hijas quitándoles todo rastro de sueño y de paso a mí. Mis pequeñas parecían dos pequeños koalas aferradas de mis manos dándome apenas un respiro en pocas ocasiones; pues no querían separarse de mí bajo ningún concepto, tanto así, que incluso Jade propuso que nos ducháramos los tres y yo que no puedo decirle no a ese par, accedí. En ese momento era el idiota más maleable del mundo ante las órdenes de mis hijas, ellas podían decirme que me arrodillase sobre el fuego y lo haría, o que les hiciera el castillo más hermoso del mundo y yo lo construiría para ellas, pues desde el día en que vinieron al mundo me recordaron lo que era la entrega incondicional y a su vez, me enseñaron a dar mucho más de mí mismo para ser un mejor hombre. Llegados al parque fuimos recibidos por un sol brillante acompañado de una fría brisa que hacía perfecto el día para nosotros, ellas no se hicieron esperar con nada y salieron corriendo conmigo, llamaron también a Travis para que nos acompañara y él levantó a Norah haciéndola reír casi a los gritos por todas la vueltas que le daba en el aire, por mi parte, cargué también a Jade, aunque no le hice lo mismo porque sé que no le gusta, pero sí me abrazaba muy feliz dejando besos en mi mejilla que eran la gloria. —Prométeme que no volverás a irte así —su semblante apagado estrujó mi corazón. —No lo haré mi amor, pero la verdad no sé si puedan quedarse, yo por el momento no puedo irme hasta no terminar de ayudar a tu tío Oz con algunos asuntos aquí. —¿Podemos ir a los botes? —preguntó cabizbaja. —¿Solo los dos? —asintió. —Vamos. Avisé a todos que nos alejaríamos unos minutos, pagué por un bote donde nos subimos mi hija y yo y nos fuimos perdiendo en medio del lago quedando entre la brisa veraniega y el suave oleaje. —¿Qué ocurre cariño? Sé que no me habrías pedido esto solo porque sí. —Quería estar a solas contigo, pero también… —ella hace una pausa, yo dejo de movilizarnos y tomo sus manos dejando un beso en estas. —Dímelo amor, sabes que puedes confiar en mí. —Por un momento pensé que no íbamos a verte, de no ser porque el primo Travis habló con mamá hasta finalmente convencerla de venir, creo que no habríamos podido. —¿Pasó algo con ella en estos días? —pregunté ante un insistente presentimiento que martillaba mi cabeza. —Sí, pero… —Pero… —insistí. —No le digas que te dije, pero ella está muy molesta contigo y la escuché decirle a la prima Carmen que quería divorciarse para llevarnos lejos de ti, pero yo no quiero que me separen de ti. Ante su último “pero”, ella suelta un doloroso llanto que me destroza por completo y la tomo entre mis brazos consolándola mientras digiero la noticia, una la cual me obligaba a hablar pronto con Linda y más porque ahora Jade sabía del asunto, cuando en realidad no tenía por qué. —Por ahora no es seguro ya que tu mamá todavía no me ha comentado nada, pero hablaré con ella cuanto antes, no te preocupes. —¿Y qué pasará si sigue pensando lo mismo? Yo no quiero separarme de ti y sé que Norah tampoco quiere eso, menos porque mamá y ella se pelearon antes del viaje. —¿A qué te refieres? —la separé un poco ante su nerviosismo. —Norah y yo estábamos empacando con Travis quien nos ayudaba mientras mamá hacía otras cosas, pensamos que no estaba en casa y Norah se emocionó diciéndole a Trav que quería ir a Francia para conocer a la tía Bonny, también le enseñaría todos sus diseños y le daría muchas ideas para la colección de septiembre. Algo dentro de mí me decía el resto de la historia, pero aun así quise darle a Linda el beneficio de la duda. —¿Y qué pasó después? —Ella apareció de la nada justo cuando Travis dijo que podíamos ir, pero después de verte y pasar tiempo contigo, Norah gritó muy feliz y se puso a sacar muchas cosas de su armario para traerlas, pero en ese momento llegó mamá muy enojada, rompió las prendas que mi hermana había hecho con mucho esfuerzo, nos gritó diciendo que no iríamos a ninguna parte y Norah por primera vez le alzó la voz. No sabía qué parte me impactaba más, pero ahora necesitaba saber el resto de esa historia. —Ella le reclamó a mamá diciéndole que sí iría a Francia y conocería a la tía Bonny porque ella, aun cuando no la conozca, la apoyaría muchísimo y la ayudaría a ser una diseñadora famosa como ella, entonces mamá se molestó más y golpeó a Norah en la cara. —¿Cómo que golpeó a Norah en la cara? —agradecí profundamente estar en el agua o me habría ido contra Linda en ese instante. —Sí, lo hizo con su mano abierta igual que en la televisión y le dejó marcada la mejilla, luego Travis se interpuso alejándola de Norah y me pidió que la cuidara, mamá se negaba y nos gritó muchas cosas horribles, pero Trav cerró la puerta al salir. Abracé a mi hija quien se volvió un mar de lágrimas, apenas y levanté la vista hacia donde estaba Linda con Oz denotando la evidente distancia entre ellos, a Norah por otra parte se le veía muy feliz con Travis y es cuando caí en cuenta que en estas horas no quisieron estar cerca de su madre, de hecho, apenas y respondían alguna pregunta con ciertos sonidos, pero de resto estaban cerca de mí como buscando mi protección, la de Travis e incluso la de Oz, pero así mismo, también me percaté que Oz se mantenía más cerca de Linda y al mismo tiempo vigilaba a mis hijas, lo que me hizo pensar en algo. —Hija, ¿tu tío Oz sabe lo ocurrido con tu hermana y mamá? —Sí, Travis lo llamó cuando seguíamos en Montana y le comentó lo ocurrido, nosotras salimos de la habitación y nos escondimos en la escalera donde escuchamos la discusión de los tres, mamá se rehusaba a venir, pero el tío Oz dijo que no le importaba su opinión y Travis debía traernos a Suiza como sea, así que al final ella cedió, pero vino con nosotros de mala gana. —Comprendo —levanté su rostro limpiando sus lágrimas. —Igual no te preocupes por nada, ahora están aquí conmigo que es lo importante y yo no las dejaré solas. —¿En verdad te quedarás con nosotras aun si se divorcian? —Primero deja que hable con tu madre porque ante todo yo no puedo evitar que las siga viendo, pero eso no quiere decir que no vaya a tomar cartas en el asunto, lo que le hizo a tu hermana jamás debió pasar ¿Comprendes? —Sí. —Ahora no pienses más en eso que yo buscaré una solución y si al final nos separamos, entonces haré hasta lo imposible para mantenerlas conmigo, pero debes entender que ella siempre será su madre. —Bueno, pero prométeme que estaremos contigo. —Te lo prometo, pero quiero que dejes de lado esos pensamientos y disfrutemos este día ¿Sí? —Está bien —respondió más segura regalándome una tímida sonrisa. —¿Puedo pedirte también otra cosa? —Pídeme lo que quieras. —Durante todo el tiempo que estemos aquí Norah y yo queremos dormir contigo, pero no con mamá. —Está bien, así será. ¿Algo más? —Sí, pero Norah te lo dirá después. Con esa mirada tímida y pícara a la vez, es imposible no alegrarse y sucumbir a sus pies. Después de eso regresamos con los demás donde Norah corrió con todas sus fuerzas arrojándose en mis brazos, me pidió que compráramos un helado y fuimos a unos locales cerca del lugar, todos compramos uno disfrutando aun más de la compañía, aunque hubo un instante en que Linda dijo estar cansada y quería irse, así que Travis dijo que le pediría un taxi y en casa encontraría a la señora Hingis para que le abriera la puerta. Considerando lo que me contó Jade, no me pronuncié con nada al respecto, lo que llegó a disgustarla bastante y se fue sin decir una palabra más, por ahora opté por dejarlo de esa manera y seguir pasando el resto del día con mi familia. —Gracias por cuidar de mis hijas —dije a Oz y Travis en cuanto mis niñas se alejaron un poco viendo la vitrina de los helados. —Sabes que cuentas con nosotros y haríamos lo que sea por ti y por ellas —responde Travis haciéndome muy feliz. —También quiero agradecerte por protegerlas de la discusión con su madre. —Entonces ya te contaron. —Sí, me dolió bastante enterarme de eso, pero por ahora prefiero no discutir con Linda mientras estén ellas presentes. —La verdad no creí que sería capaz de algo así y me dolió ver la cara de Norah cuando Linda destrozó la ropa que le quería enseñar a Bonny, creo que eso la afectó más que la bofetada, claro, sin restarle importancia al asunto. —Te comprendo bien porque eso es algo muy importante para ella, aunque sé que recibir una bofetada de alguien tan primordial en tu vida no es tan fácil de asimilar. —Igual es importante que no dejes pasar mucho tiempo para hablar con Linda o las cosas pueden salirse más de control —intercede Oz con evidente molestia. Por su mirar, sabía que recordaba los acontecimientos con la madre de Travis, unos que nos dieron a todos amargos recuerdos, especialmente a él que cambió demasiado su vida con la llegada de esa mujer, siendo el increíble hombre que tiene por hijo lo único bueno que dejó ella. —Papi, papi, mira ¿Podemos ir allá? —Norah llega muy emocionada señalando al ventanal. Al fijarme hacia donde apunta noto que se trata de un local de tatuajes, lo que me deja un poco desconcertado. —¿Y para qué quieres ir allá? —Quiero ver mejor los dibujos, por favor, vamos —suplica con su vocecilla acompañada de un mohín que me derrite por completo. —Está bien, vamos. Todos salimos de la heladería rumbo al local donde mis hijas ven los diseños, en ese momento uno de los tatuadores sale preguntándonos si queríamos algo en especial y ellas interceden antes que yo pueda hacerlo. —¡Queremos un tatuaje! —canturrean al unísono haciendo reír al hombre. —Lo siento chicas, pero deben ser adultas para tatuarse. —Pero nosotras queremos uno, por favor —dice Norah haciendo un puchero tan hermoso que me derrite. —Lo siento, pero no, aunque su padre sí puede hacerse uno… o dos si lo desean. Estaba que lo mataba por decir eso y más porque ellas comenzaron a insistir con el tema, no sé qué les dio por algo tan loco como eso, pero presionaron bastante hasta que finalmente, y como era de esperarse, terminé cediendo al capricho de ellas, mismo que hizo reír al para de tontos a mi lado. Ingresamos todos al local donde el hombre en cuestión les mostró algunos diseños que no las convencían del todo, pero les dije que me haría dos koalas en nombre de ellas, pues para mí eran igual que estos animales al estar prendidas de mis brazos todo el tiempo. Mis pequeñas, que no creían en nadie, buscaron diseños de koalas entre las páginas hasta que se olvidaron del asunto por ponerse a ver otros animales que les iba apareciendo, yo creí que con esto las haría olvidarse del asunto, pero vaya que estaba equivocado. —Papá, ¿puedes tatuarte un gatico en vez de un koala por mí? —pregunta Jade muy entusiasmada. —¿Cómo que un gato? Ya habíamos dicho que serían dos koalas. —Sí, pero a mí me gustan más los gatos, por favor. —¿Y si mejor nos olvidamos del tatuaje y nos devolvemos al lago? Eso fue más que suficiente para traer la decepción al rostro de mis hijas, haciéndome sentir el peor padre del mundo por permitir que la tristeza tocase de nuevo sus bellos rostros. Así que inhalé profundamente y levanté el rostro de Jade regalándole una sonrisa. —Está bien, será un gato para ti y un koala para tu hermana, pero escojan pronto un diseño y el lugar donde quieren que me tatúe antes de que me arrepienta. Ella haló de mi brazo dejando un beso en mi mejilla y salió corriendo nuevamente donde su hermana para ver todos los diseños de gatos, esto, mientras hablaban con el tatuador sobre los colores, la forma, el lugar y mil preguntas más que le iban haciendo. —Sin duda tus hijas saben manipularte a la perfección —comenta Oz bastante entretenido. —No me lo recuerdes, ese par pueden pedirme que haga una bomba atómica y yo solo preguntaría en dónde quieren que la haga explotar. —No lo dudo, ¿pero estás seguro de hacer esto? —Solo míralas Oz ¿crees que después de la cara que hizo Jade soy capaz de sacarlas de aquí sin que esa máquina toque mi piel? —No —canturrearon él y Travis con suma diversión. —Se nota que eres su hijo —comenté con falso fastidio, pues en verdad me alegraba verlos tan unidos. Después el tatuador me llamó para que me quitase la camisa y me sentara en la silla, hice lo solicitado sin ver el diseño que ellas escogieron y entre los tres fueron organizándolo a gusto de mis pequeñas. —Creo que deberíamos hacerlo un poco más grande o la rama del koala se perderá con el tiempo —sugiere el tatuador haciendo que quiera estrangularlo. —Perfecto, entonces hazlo más grande —insistió Norah. —Disculpa jovencita ¿acaso no tengo derecho a opinar? —reclamé. —No porque dirás que de ese tamaño está bien, pero si el señor dice que es mejor más grande, entonces más grande se hará. —Norah, esto es para toda la vida, no se quita con agua. —Lo sé el señor nos explicó, por eso debe quedar perfecto, ahora no te muevas. A veces cuando ella sale con esa actitud tan demandante me recuerda demasiado a Bárbara quien era igual de terca; lo que nos llevaba a discusiones por cosas sin sentido, claro que no terminábamos en una pelea igual que ocurre con Linda; sino que terminábamos entre risas y besos igual que pasa con Norah. Es probable que al verla tanto en los desfiles por la televisión y también entrevistas copiase algunos gestos de Barb, lo que inevitablemente me hacía feliz, pero es un pensamiento que me guardaba solo para mí y que sé, Oz se percataba de lo mismo al ladear una sonrisa de la misma forma en que yo lo hacía. No le discutí más a mi pequeña y dejé que hicieran conmigo lo que quisieran, plasmaron nuevamente el diseño y una vez mis pequeñas dieron la aprobación, el tatuador encendió la máquina y yo di un profundo respiro al sentir las agujas penetrar mi piel. Durante algunas horas debí soportar el procedimiento en lo que mis hijas llamaban la atención de todo el mundo, daban sus opiniones, hablaban muy alegres con nosotros e incluso bromeaban un poco con el tatuador quien también reía con ellas y una vez finalizado el proceso todos se quedan en silencio evaluando el resultado. —¿Van a seguir viéndome o ya me puedo levantar? —Adelante, ahí está el espejo —dice el hombre bastante satisfecho con el resultado al igual que los demás. Tomo impulso y camino hasta el espejo donde veo en mi pectoral izquierdo a un gato durmiendo, debajo de él aparece el nombre “Dior” escrito en cursiva y arriba del gato, hay otro que está parado en dos patas jugando con unas hojas de la rama de eucalipto donde se sostiene el koala, todo se encuentra en blanco y n***o acompañado por algunas zonas en color, especialmente el bordeado de cada animal que están con una especie de aura en tonos naranja para Dior, azul claro para el otro gato y gris con verde para el koala y la rama. A través del espejo solo veía a mis hijas tomadas de la mano esperando ansiosas mi veredicto, Oz con cara de querer burlarse (como cosa rara) y Travis observando feliz el resultado, así que no las hice esperar más y las atraje a mí dándoles un beso a cada una. —Me encantó, creo que no pudo haber un diseño mejor —definitivamente haría lo que sea por su felicidad. El tatuador terminó su labor y una vez cancelado salimos del establecimiento devuelta al lago por petición de mis hijas que querían ver el atardecer, así que fuimos allá y nos quedamos jugando los cinco a orilla del agua descalzos. La verdad creí que duraríamos más tiempo por fuera, aunque más temprano que tarde, debimos volver a casa pues las pequeñas tramposas corrieron hacia la playa mojando completamente su ropa, pero la felicidad que emanaban no se compara con nada. En paralelo, cuando ocurrió esto, me di cuenta que Oz quedó con la mirada fija en ellas acompañada de una sonrisa que nunca antes le había visto, o quizás sí, cuando Travis era un niño muy pequeño y Oz sonreía por todo lo que él hacía, pero en esta ocasión estaba acompañado de cierta ilusión, un cariño que jamás llegué a ver el cual me desconcertó demasiado y fue entonces cuando pensé en esa mujer, creí que quizás habrán hecho algún recuerdo en especial similar al que estamos viviendo que lo hizo poner dicho semblante, pero sea como sea esto es una prueba más de que ella realmente apareció en su vida y Oz la ama profundamente, solo espero que algún día pueda contarme bien la situación con ella.
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