57. CONVIVENCIA

2477 Words
Marzo No puedo creer cómo han pasado tan rápido estos meses, unos donde hemos vivido los cinco bajo el mismo techo sin muchas dificultades, exceptuando el comienzo que fue un poco caótico para todos. Para empezar, Isma y Bonny solían tener sexo en casa y estuvieron a punto de ser descubiertos más de una vez por Clyde, de no ser por la intervención de Livi y la mía esos dos estaría tres metros bajo tierra. En otras ocasiones ella solía buscarme, pero conmigo las cosas eran muy diferentes, yo procuraba tener más cuidado pues prefería evitarme problemas, así que solíamos hacerlo en la escuela u otro lugar que no fuese la casa, supongo que a pesar del tiempo de conocernos no me sentía tan seguro estando con ellos. Es cierto que no me importa nada ni nadie, pero de alguna forma es como si al estar en esa casa todo fuese diferente para mí. Livi por otra parte se volvió la hermana mayor de todos, siempre estaba al pendiente de que hiciéramos nuestros deberes, todos debíamos estar puntuales para el desayuno y la cena, exceptuándonos a Isma y a mí cuando debíamos trabajar horas extras, pero igual nos tenía lista la comida al llegar. Un día él y yo mencionamos que más que una hermana era como tener una madre, lo que resultaba gracioso cuando hacía alguna jugada para que no lo descubrieran con Bonny, porque no imagino una madre como ella alcahueteando esas cosas. Marcus solía venir después de la escuela con nosotros para almorzar y se quedaba hasta el anochecer, a veces hasta dormía en casa, su familia no le reclamaba demasiado, antes consideraban que les hacía un favor al tener una boca menos que alimentar, suena cruel, pero al tener en cuenta que llegaron muchos problemas económicos en su casa, Isma y yo optamos por pagar sus gastos en lo que Marc nos ayudaba con algunos temas de la escuela, a buscar becas para la universidad y demás. Bonny además de sus locuras y desenfreno s****l, es una chica que se abrió bastante con nosotros en lo emocional, nos confesó las inseguridades que tenía ante la vida, sobre sí misma y el no querer decepcionar a su abuelo pese a ser la oveja negra de la familia. Isma y Marc fueron los que más la alentaron a enfocarse en lo realmente importante, creo que de alguna manera ella e Isma sentían cierta atracción, pero nunca daban pie a nada más allá de la hermandad y el sexo. —¿Te quedarás callado o algún día le dirás lo que sientes? —pregunto a Isma en lo que le entrego una cerveza. —No sé de qué hablas. —¿En serio te parece que soy un imbécil? Admite que desde hace mucho tiempo lo de ustedes dejó de ser solo sexo, esas miradas que se lanzan, las agarradas de mano que intentan disimular y los besos robados no son solo de amantes. Él se tira hacia atrás en la silla soltando un frustrado respiro y da un trago sin quitar su mirar del cielo en lo que se ahoga con la situación. —Hemos sido malos para disimularlo. —Eso es obvio, lo que no sabemos es cuándo se decidirán en estar juntos. —No lo sé, ella dice que no quiere tener nada formal y lo mejor es seguir así, pero cuando alguno de los dos está con alguien más se vuelve frustrante para el otro, incluso hemos tenido discusiones por eso. —Discusiones que siempre terminan en sexo. Saco la cajetilla de cigarrillos entregándole uno y damos esa calada con el mismo placer de siempre. —En verdad quisiera estar con ella en algo serio, pero Barb simplemente se niega a ello. —Bueno, al paso al que van uno de los dos terminará primero con otra persona o todos estaremos solteros celebrando la boda de Livi y Marc en un par de años. —Ese bastardo es un afortunado, se llevó a una gran mujer y lo mejor de todo es que corresponde a sus sentimientos con intensidad. —Sí, más le vale a ese idiota que no la haga llorar o Clyde lo aniquila, sabía que estaba loco por estar con nosotros, pero hacerse novio de Livi es un suicidio —ambos reímos en lo que damos un trago y otra calada. —Oz, sé que no estás interesado en nada formal ahora ¿pero te ves casado y con hijos algún día? Di una profunda bocanada a mi cigarrillo pensando en sus palabras, sabía la respuesta, conocía mis deseos y al mismo tiempo mi condena. —En la vida Isma a veces se puede tener un futuro prometedor, pero para otros no existen los finales felices y ese es mi caso, yo no me casaré porque no pienso someter a una mujer a soportar mi locura y menos a un hijo, lo peor que podría hacerle a un bebé es heredarle esta maldita condición mental de mi familia, es mejor que todo muera conmigo. —Pero nada asegura que lo herede, tú mismo lo dijiste una vez. —Es una ruleta rusa y no dejaré que el tiro se lo lleve una vida inocente. —¿Y si encuentras a alguien que tenga tu oscuridad y esté dispuesta a soportarla contigo, igual la dejarías ir o aceptarías estar con ella? —Lo más seguro es que terminemos muertos en algún punto, aunque no estaría mal morir en los brazos de una hermosa mujer con la misma locura que yo mientras tenemos sexo, hasta sería poético. —No sé cómo sería una relación con alguien que tenga tu misma oscuridad, pero creo que sí sería hermoso morir así. Isma y yo miramos desconcertados a Livi quien está imaginando la escena muy sonriente… además de aparecerse de la nada, algo muy propio de ella que creo, aprendió de mí. —¿Acaso se te está pegando la locura de Oz? —comenta Isma en broma. —No es eso, sino que en verdad es hermoso porque morirías en brazos de la persona que amas realmente y a su vez te ama, no habría dolor ni tristeza, solo abundaría la felicidad como último sentimiento antes de morir. Ambos nos miramos pensando e imaginando la idea que ella plasma, una que se vuelve realmente hermosa haciendo la muerte algo deseable, pero en mi caso sé que no existe nadie para mí, yo solo tendré un lugar vacío y solitario anhelando ese sueño que ella menciona ilusoria. —La encontrarás, yo sé que lo harás algún día Oz y cuando eso pase estaré en primera fila para decirte “te lo dije” —no sé qué tiene la sonrisa de Livi, pero siempre te brinda esperanza cuando la dibuja en su rostro. —Ahora dejen la vagancia, te recuerdo Isma que el abuelo dijo que debías arreglar el auto y a ti Oz que debías arreglar el techo del garaje. —¡Sí mamá! —contestamos al unísono ganándonos un zape en la cabeza por parte de ella. —Ya dejen las tonterías y muévanse —ella da media vuelta contoneando sus caderas haciendo que ambos la veamos con morbo. —¡Y dejen sus cochinadas conmigo par de pervertidos! —grita antes de ingresar a la casa sin voltearse, lo que nos hace reír y chocar las botellas. —Marc es un maldito afortunado. —De eso no hay dudas e incluso me atrevería a decir que ella es una fiera en la cama. —¿Crees que ya lo hicieron o te dijeron algo? —pregunta Isma sumamente curioso. —No, ya sabes que esos dos nunca cuentan nada de su intimidad, pero es obvio que ella ya se entregó a él, ahora sus caderas son un poco más grandes al igual que sus senos y las mueve más sensuales que antes. —Bastardo con suerte, espero que nos regale un poco, no nos caería mal. —Entonces apresúrate en despertar los celos de Bonny, quizás si ve que te pierde por otra mujer se decida en estar contigo. No dije una palabra más y me fui a hacer lo correspondiente al igual que Isma, nos tomó gran parte de la mañana terminar nuestros deberes y durante ese tiempo veía a la distancia a Bonny observándolo con mucho deseo, prácticamente se lo devoraba con los ojos, él de vez en cuando le lanzaba una sonrisa lobuna y su faz de conquistador provocándola más, lo que me daba una clara idea de lo que pasaría después, así que lancé una piedra al jardín cerca de Livi y le hice una señal para que supiera lo que ocurría, así podíamos cubrirlos en caso de que llegara Clyde. Esos idiotas deberían pagarnos por esto. (…) Ismael Desde que nos acercamos más a la familia, empecé a sentir algo por Bárbara, al comienzo creí que era por el juego de seducción que teníamos, pero con el pasar del tiempo me di cuenta que ella sí despertaba algo en mí más allá de una erección. Entre las curvas de sus labios, su mirada seductora de tigresa y las provocaciones que siempre me da, es imposible que pase desapercibida para mí, pero el conocerla en lo emocional, sus gustos y la personalidad tan extrovertida que tiene me enamora más cada día. —¿Necesitas ayuda? Miro a un lado encontrándola con un short de cuero y una blusa ceñida al cuerpo que resalta su figura. —No hace falta, solo necesito poner el aceite y quedará listo. —Excelente, al parecer te has vuelto bueno para arreglar autos desde que trabajas en el taller. —Debo serlo si quiero conservar el trabajo. Ella lanza su mirada matadora y frunce sus labios muy sensual, acto que sabe no pasa desapercibido para mí. —Aunque para ser un excelente mecánico te ensucias bastante. Se acerca y saca un pañuelo que tenia en su bolsillo pasándolo lentamente en mi hombro, desciende hasta mi pecho y su otra mano repasa mi abdomen con sus uñas despertando el calor en mi cuerpo. —Creo que mejor me daré una ducha, no creo que un pañuelo ayude mucho —respondí un poco seco y separé sus manos de mi cuerpo. Sabía que quería matarme por lo que había hecho, así como también sabía que esto no se quedaría así, entonces se fue contoneando sus caderas adrede sacándome una risa en lo que seguí con mi trabajo. Una vez termino, noto que Oz y Marcus están en la cocina ayudando a Livi con algunas cosas, así que sigo de largo al segundo piso para tomar un baño. Una sensación de tranquilidad inunda mi cuerpo en cuanto siento el agua caer, pero esta desaparece ante unas manos que recorren mi pecho, cierro la llave y paso las mías por mi rostro y cabello aclarando la vista, las suyas siguen recorriendo mi cuerpo y pega el suyo a mi espalda en un movimiento serpentino, mismo que me permite sentir sus cálidos senos resbalarse con ayuda del jabón hasta que se separa y son sus pezones los que marcan mi piel. —¿Sigues sin querer mi ayuda? Deja una mordida en mi espalda y es cuando me giro cortando toda distancia en un profundo beso, la pego a la pared levantando una de sus piernas deleitando mi erecto m*****o entre el calor de ellas, bajo por su cuello excitándome más con los suaves gemidos que da al chuparle sus duros y firmes senos que me enloquecen y que ella me regala al arquear su espalda. Acomodé mejor su pierna en mi cintura, tomé su trasero con firmeza y con mi otra mano masturbé su húmedo centro, nuestras bocas se abrieron al sentir cómo introducía mis dedos en ella quemándome con su éxtasis y nuestras lenguas se enlazaron perversamente. Acelero el movimiento provocando gemidos más fuertes que silencio en mi boca y al sentir sus uñas enterrarse en mi hombro, salgo inmediatamente e ingreso de un golpe embarrando mi falo con sus fluidos. —Tenías razón, sí necesitaba ayuda. Sonreímos y sigo penetrándola en lo que se aferra a mi espalda con fuerza, la tomo entre mis brazos al sentirme más encendido en este fuego, acomodo su otra pierna en mi cintura obteniendo mayor profundidad y sus senos rebotan frente a mi exquisitamente invitándome a saborearlos. Al sentir que estaba a punto de correrme la bajo dejándola de espaldas, pero ella se gira maquiavélica, se arrodilla e introduce mi duro falo en su boca, de nuevo lanza su hipnotizante mirada, veo pasear su lengua hacia lo largo, en la punta y mete todo hasta el fondo sacándome un gruñido. Ella conoce los puntos más excitantes en mi cuerpo, sabe cómo repasarlos entre sus dedos y su boca, es enloquecedor la succión que hace, tomo su cabeza acelerando el movimiento y sus uñas se entierran nuevamente obligándome a tomar con fuerza su cabello. —Barb Ella me mira soltando una sonrisa como puede, me masturba con una mano y concentra sus chupadas en todo mi glande, me sostengo con una mano de la pared, con la otra su cabello y todo este deseo que corre en mi cuerpo aumenta en segundos. La tomo del brazo con firmeza levantándola hasta dejarla de espaldas y abro sus piernas lo suficiente dejándome llevar por esta pasión que despierta en mí. —Sí, más…más —suelta suplicante, excitada. Acelero mis embestidas masajeando sus senos, profundizo el movimiento al acercarme más para besarla y ella saca su trasero en lo que arremeto sin parar. —Sigue…sigue, ya casi Isma. —No lo contengas. Su voz era tan deliciosa que siempre me estremecía y me encantaba más cuando ya estaba al borde del orgasmo como ahora. Me separo un poco de ella, abro su paraíso invadiéndolo y bañándolo con todo mi placer, a su vez que ella me regala el suyo muriendo ambos en un último gemido, el mío profundo, el de ella agudo y entre la respiración errática dejo caer mi cabeza en su espalda sintiendo el palpitar de nuestros sexos. Una vez nuestros cuerpos se han calmado entre besos y caricias procedemos a ducharnos juntos, me dejo llevar por su risa, los juegos traviesos de sus manos y los besos robados en la boca y el cuello que nos damos, era tan íntimo que me enamoraba. Luego de la ducha nos cambiamos en nuestros respectivos cuartos y bajé a la cocina para buscar algo de comer, pero entonces encuentro a Marc, Oz y Livi sentados en el comedor mirándome inquisitivos. —¿Estuvo bueno el baño? —pregunta el idiota de Oz con su habitual tono bufón. —Normal, nada del otro mundo —respondí seco. —Seguro que sí —soltaron los tres canturreando al unísono sin abandonar sus socarronas sonrisas.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD