Entre copas con la luna

35. ELIXIR MORTAL

Llegamos al hospital donde el maestro de Travis ya nos está esperando, dejo a Rag en una camilla y ellos la ingresan rápidamente mientras voy explicando lo ocurrido. Todo mi mundo se ha detenido desde que ella cerró sus ojos, intento mantenerme lo más profesional para así serle útil y salvarla, no pienso descuidarla otra vez cuando más me necesita.

Ellos intentan sacarme, me niego rotundamente alegando que también soy médico y el encargado de velar por ella, pero ellos me dicen que aquí solo soy un acompañante y no puedo ejercer dentro del hospital, lo cual hace que me desespere profundamente y Travis se da cuenta.

—Por favor papá espérame aquí, sé que sueles estar del otro lado, pero él tiene razón y ahora lo que más importa es la vida de Rag, entraré para asegurarme de que esté bien, confía en mí.

—No dejes que le pase nada Travis y si las cosas se ponen muy mal solo avísame, no vayas a esperar hasta el último momento.

Él afirma con su cabeza y sale corriendo para atenderla, caigo en uno de los asientos de la sala de espera sin saber cómo tomar todo esto, de pronto un mareo comienza a hacerse presente, pero no sé si es por lo ocurrido o algo más me pasa.

(…)

Travis

Las cosas están bastante mal, llevamos dos horas tratando de saber lo que le pasa a Rag y no logramos dar con nada, la medicación para la fiebre al menos debería hacer efecto y no es así, no he querido decirle nada a mi padre para no preocuparlo más, pero si esto sigue así tendré que acudir a él.

Luego de todos los exámenes correspondientes, trasladamos a Rag a una habitación donde mi padre podía estar al pendiente de ella, yo me quedé esperando los resultados de todo lo que hacía falta y ahora me dirigía a recoger el último. Con todo en mano voy a buscar al Doctor Rees, él revisa todo y la cara que pone a medida que va leyendo me preocupa más.

—¿Qué ocurre? —él da un profundo respiro y me mira bastante serio.

—Travis, ¿qué es esta niña de ustedes?

—Es mi prima y está de vacaciones con mi padre ¿qué pasa?

—Lo siento mucho, pero tendré que dar aviso inmediato a las autoridades, encontraron muchas sustancias en su cuerpo y algunas todavía no se han identificado, lo peor de todo es que se encontró heridas de una violación reciente y en esta misma zona se detectó que es la fuente del veneno o lo que sea que le colocaran en su organismo, eso sin mencionar las múltiples cicatrices que posee. No quiero señalar a nadie porque no me corresponde, pero entenderás que al primero que tendrán en la mira es a tu padre.

Sentí que todo mi mundo se vino abajo con esas palabras y caí en cuenta de que ese era el motivo por el cual ella estaba diferente. ¿Cómo permitió mi padre que le hicieran eso aun cuando sabe su pasado?

—Por favor no de aviso a nadie, al menos no todavía, permítame averiguar con él qué pasó y si de pronto hay alguna denuncia al respecto.

—Te daré una hora Travis, si no logras conseguir nada para ese entonces, daré el aviso y ve que nos estamos metiendo en serios problemas por esto, no se juega con la vida de las personas y menos cuando se trata de menores.

Me fui rápidamente a la habitación de Rag, estaba tan nervioso que me tomó un poco de tiempo calmarme antes de abrir la puerta, pero el tiempo estaba en mi contra y no podía perder más del transcurrido. Ingresé a la habitación encontrando a mi padre con un semblante muy oscuro, tenía su mano aferrada a la de ella sin dejar de observarla con dolor y furia, incluso sentí una corriente helada recorrer mi cuerpo. Me acerco a él lentamente pues mi cuerpo se ha puesto pesado, quedo al pie de la camilla, pero él no se inmuta para nada, tal vez, no sé si no se ha percatado de mi presencia, lo cual sería la primera vez que ocurre.

—¿Vas a decírmelo de una vez o seguirás dándole vueltas en tu cabeza?

Está sufriendo demasiado por ella, ese tono estuvo cargado de mucho sentimiento, sé que no quiso hablarme con desprecio, pero esta situación lo tiene muy mal.

—¿Por qué no me dijiste que la violaron?

Su mandíbula se tensó demasiado al igual que su cuerpo y tomó con mucha fuerza su pantalón, vi sus ojos cristalizarse, creí que lloraría, pero parece que se contenía demasiado para no hacerlo o al menos no frente a mí.

—¡Dime de una maldita vez lo que salió en esos exámenes Travis! —sentí tanto miedo de escucharlo gritar así que respondí en el acto.

—Encontraron varias sustancias en su organismo, algunas no han sido identificadas todavía, pero según los exámenes, el origen de estas proviene de…

No pude terminar la frase al recordarlo e imaginar miles de escenarios del cómo pudo llegar ese coctel allí.

—Dame la lista de lo que han encontrado —ordenó fríamente.

Le entregué el documento y él leyó a detalle todo, pero seguía sin comprender toda la situación.

—¿Cuándo pasó eso y quién se lo hizo?

—Un maldito que estará muerto dentro de poco ¿Cuánto tiempo tengo antes de que Rees llame a la policía?

—Una hora.

—Eso será suficiente. Y Travis, no importa lo que pase no quiero que le digas nada a Livi o a Marcus de esto, es mi responsabilidad y yo debo decirles; pero solo cuando sepa cómo ayudarla, por ahora no vayan a darle más medicación; solo el suero.

—¿Qué harás?

—Lo que mejor se me da, mi trabajo, ahora retírate que debo hacer una llamada en privado.

Oz

Una vez Travis salió de la habitación tomé el móvil que me había dado José y lo llamo de inmediato, por suerte no tarda en contestar, pero al escuchar mi voz sabe que algo no anda bien.

—¿Pasó algo con la señorita Ragnar?

—Sí, necesito que localices a Oliver, lo encadenes en un maldito sótano y me avises en cuanto lo tengan, esa noche le dio a Ragnar una mezcla de venenos y más, no sé si ella sabía o no, pero en este momento está muy mal y podría morir.

—Lo buscaré de inmediato, tengo uno de mis hombres entre sus filas y le daré aviso en cuanto lo tenga.

Cortamos la llamada y en seguida marco a un viejo conocido, si hay alguien que puede ayudarme a localizar pronto la fuente de esto es él.

—Sea quien sea no tengo lo que busca.

—Cierra la boca idiota, necesito que localices algo para mí y tienes quince minutos para hacerlo o esta vez te cortaré algo más que una mano.

—Envía lo que tengas, lo tendré listo en diez.

Abrí rápidamente el programa que tenía en el móvil para ingresar a los archivos del hospital y envié todos los documentos con las muestras que le extrajeron a Ragnar.

—Listo.

—Muy bien, te llamo en unos minutos, no hagas nada hasta entonces.

Cuelgo la llamada y vuelvo a sentarme junto a ella, está sudando frío, su labio tiembla y la fiebre va en ascenso, si no doy rápido con esto podría perderla antes de que salga el sol. La ventaja es que algunas sustancias no serían un problema; pues ella tenía lo necesario para combatirlo por todos los cocteles que le di en su momento, pero había otros con los que no sería así y sin conocer todos los ingredientes que usaron, sería imposible ayudarla sin llegar a matarla.

Pasaron los diez minutos y él retorna la llamada.

—Ya te acabo de enviar los resultados y el panorama es mucho peor de lo que imaginé, pero si tengo razón y estoy seguro que es así, a tu chica le prepararon un elixir especial.

—¿Sabes quién es el fabricante?

—Estoy contactándome con su hermano porque él no me contesta, pero es la única persona que conozco capaz de crear algo así, aparte de nosotros dos claro está.

Escucho que al otro lado de la línea contesta una llamada, esta angustia me pone peor, pero lo que llama mi atención en estos minutos es que mis voces no me torturan como siempre, es como si ya no estuvieran conmigo.

—Oz acabo de hablar con él y me ha confirmado que su hermano es el fabricante, al parecer un tal Oliver Wilkinson solicitó el producto hace poco y pagó una fuerte suma.

—Necesito el maldito antídoto o algo que pueda servirme para salvarla Borson.

—Ya le dije, pero su hermano en este momento se encuentra en Estados Unidos atendiendo algunos asuntos y no será posible, aunque él se encuentra en Francia y dice que puede atenderte por él.

—Envíame el número hablaré directamente con él, ya te hice la transferencia a la cuenta de siempre así que estás fuera por ahora.

—Buena suerte con tu chica.

Necesitaré más que suerte para salvarla de lo que ese maldito le hizo. Saco algunas compresas para bajar su temperatura y comienzo a repartirlas por todo su cuerpo, no es lo más adecuado, pero es lo único que puedo hacer considerando las circunstancias. Una vez me aseguro que ha bajado un poco la temperatura llamo a este sujeto, tarda un poco en contestar, pero al final lo hace.

—¿Debo suponer que deben ser viejos amigos para que él se atreviera a darte este número?

—Me da igual la mierda que supongas, necesito que tú o tu hermano me entreguen el maldito antídoto de inmediato.

—¿Qué te hace pensar que puedes venir a exigirnos algo? No te conozco y no te debemos nada.

—Lo pondré en estos términos, tu hermano ahora mismo se encuentra en mis territorios y solo bastará un mensaje para que un ejército vaya por él, creo que entenderás quiénes pueden hacer eso posible allá y más por la ciudad donde se encuentra él.

—¿Dónde te encuentras? Contactaré a mi hermano y volaré de inmediato a donde estés, solo te advierto que esto no te saldrá gratis y costará más de lo que pagó Wilkinson.

—Hospital infantil de Birmingham habitación 417. Y más te vale que traigas el maldito antídoto o enviaré lo que quede de tu hermano en pedazos por correspondencia.

Cuelgo de inmediato para rastrear la llamada, al parecer sí está en Francia y por la ubicación, no debería tardar demasiado en llegar en Birmingham, pero sí debo darme prisa para evitar a la policía. Hago un par de llamadas más donde aviso a un contacto que tengo para que tome el caso y también para que me traiga algunas cosas de un viejo colega en común, llamo a este último para que aliste todo lo que necesito y sé que en una hora a más tardar podría salvarla.

—No te preocupes mi pequeña, solo resiste un poco más y te prometo que después de esto te llevaré a Escocia para perdernos en sus valles.

Beso su frente y una lágrima escapa de mí, hace años no lloraba por nadie y solo bastaba que llegara ella a mi vida para hacer todo lo que creía imposible.