138. HUELLAS BORRADAS

2477 Words
Oz A pesar de todo Isma y yo nos sentíamos bien al saber que el asesino de mis sobrinas había pagado con su vida por el dolor provocado, pero ahora nos encontrábamos en un aprieto mayor al saber que su hermano había logrado escapar y lo peor de todo, fue que no perdió tiempo logrando salir lo antes posible de la ciudad entre vías alternas perdiéndole la pista. Sin más opciones, regresamos a L.A. para recoger todas las cosas de él que por suerte ya estaban empacadas, pero nada nos preparó para la increíble sorpresa que nos estaba esperando. —Maldito hijo de perra, seguramente debió llamarlos en el camino —dice Isma con evidente frustración al ver por lo menos diez patrullas de la policía rodeando su casa. —Dejemos que tomen todo por ahora y desaparezcamos de aquí. Sé que no quería irse sin sus cosas porque más que la ropa y los zapatos eran los recuerdos de sus hijas lo que él quería recuperar, de igual forma salimos sin ser vistos por los oficiales y le dije que fuera a una propiedad en Santa Mónica. Mientras tanto escribí a Marc para informarle toda la situación, pero él me dice que en lo transcurrido desde que Valentín escapó; se activó una orden de captura contra Ismael donde se le acusa del homicidio múltiple de su familia, también del asesinato de los hermanos Oseguera y atentado terrorista en una propiedad de su familia en San Diego. Es obvio que esto ya lo tenían preparado y de ser así es porque sabían que él estaba vivo, pero lo extraño era que Camilo no parecía tener idea de ese dato, ya que al momento de ver a Ismael palideció como si de un fantasma se tratase, en cambio Valentín y Rocco no estaban sorprendidos, por el contrario, cruzaron algunas palabras donde hablaban de ejecutar un plan, pero no sé si sea este o algo más grande esté por venir contra Isma. Por ahora no dije nada a mi hermano y al llegar a Santa Mónica me concentré en atender las heridas de ambos, pensaba en todo el panorama que nos rodeaba y cómo librarlo llegando a un par de opciones viables por el momento. Sin que él se diera cuenta, le inyecté una pequeña dosis de sedante mezclada con el analgésico dejándolo dormido al instante, mi cabeza me taladraba en medio de la horrible migraña que tenía y mis voces apenas y me dejaban pensar un poco, lo peor era que no tenía una jodida botella de Jack para callarlas. Pese a esto, llamé a Marc para que buscara la forma de recuperar las cosas confiscadas de la comisaría y después llamé a un viejo contacto para sacarle otra identidad a Ismael, sé que el idiota me recriminará por lo que haré, pero al menos me reiré un poco cuando despierte. Esta persona me informa que sacará los papeles en Ohio, dándome una excelente idea al saber que estará más cerca de nosotros en caso de que algo ocurra y con eso en mente, revisé el mapa de Ohio escogiendo un pueblo al azar y le envié a Marc un mensaje para que adquiriese una propiedad allá amoblándola con todo lo necesario para él, pero que no fuese un lugar tan llamativo. —Sé que no tendrá nada divertido el lugar, pero al menos estarás a salvo —murmuré viéndolo dormir profundamente. De pronto entra una llamada inesperada, una la cual creí no llegaría nunca, pero quizás el destino tenga una forma muy interesante de hacer las cosas en este momento. Contesté escuchando lo que tenía por decir mi informante en lo que leía el informe enviado, mis voces silenciaban con cada palabra, el dolor de cabeza se tornaba más punzante y mis latidos parecían ralentizarse con cada segundo transcurrido. —¿Tienes el nombre de la persona que dirigía el lugar? —No señor, por desgracia todos estos archivos quedaron destruidos, pero sí tengo algunos en lista, no son cabezas tan importantes, pero sé que algunos de esos nombres le sonarán familiares, los encontrará en la última página. Revisé la lista empuñando mi mano con fuerza al encontrar nombres de personas muy importantes, políticos, jueces, párrocos, CEO’s, muchos hombres y mujeres fueron partícipes de los horrores perpetrados en ese lugar, pero ahora yo tenía un poder mi grande en mi mano al poseer esta información anexo a los historiales de cada participante. —Espero que le sirva señor Clyde, si necesita algo más sabe que estaré disponible para usted. —Gracias por tus servicios, te acabo de transferir el restante acordado y un extra por los historiales. —Gracias señor, un placer servirle al diablo —ladeé mis labios macabramente deleitándome con esta información y colgué la llamada. —Al menos valió la pena tomar tu nombre prestado, espero que no te importe que lo hiciera, pero fue por una buena causa, de esas que tanto te gustaba hacer —murmuré para mí mismo pensando en Samuel y encendí un cigarrillo tirando mi cabeza hacia atrás en el sofá, inundándome de una profunda tranquilidad. —Por fin encontré tu cuna mi pequeña. (…) A la mañana siguiente nos dirigimos a un centro comercial, él no comprendía el propósito de esto, pero le dije que se quedara en el lugar durante una hora y después regresara a casa, me escabullí entre el mar de gente sin que él me viera y salí sigiloso tomando un auto rentado. —Ya está listo —escribo a Marc recibiendo la misma respuesta de su parte. Me dirigí al vecindario donde vivía Ismael e ingresé a una casa que quedaba a varios metros de la suya, vi a varios hombres entrar y salir de esta. Pasada la hora Ismael llega, envío el mensaje de texto en lo que ingresa y al cabo de cinco minutos la casa explota alertando a los vecinos. Di un largo trago de Jack trasladándome hasta el sótano donde abrí una compuerta que estaba en el suelo y al cabo de cinco minutos él sube las escaleras. —¡Eres un imbécil! Al menos pudiste decírmelo antes de dejarme en el centro comercial —reclama furioso arrebatándome el vaso de la mano. —Así era más divertido —respondí jocoso. —Debería asesinarte por eso maldito idiota. —Venga Isma, diviértete un poco. Nos quedamos fumando un cigarrillo en lo que tomamos dos maletas que había en la cocina y nos cambiamos rápidamente, ingresamos a otro vehículo y emprendimos la huida hasta el aeropuerto. —¿En qué mierda pensabas para no decirme antes que me tenían preparada una bomba? —En lo mismo que Valentín, necesitaba que los despistaras haciéndoles ver que no sabías nada, de esa forma ellos pensarían que tú no sabías nada y te tomarían por sorpresa. —Vaya maldita sorpresa. —Ya relájate que todo lo tenía preparado con Marcus, por algo te envié el mensaje diciéndote que corrieras hasta el sótano. —Sí, y por poco no la cuento pedazo de imbécil. No pude evitar reírme en medio de su enojo al saber que a pesar de todo seguía importándole vivir, sé que ahora pasaría una larga etapa depresiva por la muerte de su familia, pero al menos podría hacerlo más tranquilo al saber que el asesino de ellas estaba muerto y el único sobreviviente de esa familia no sabía que Marc estaba involucrado, a su vez, pensaría también que había logrado vengarse al “asesinar” a Isma. (…) Seis horas después —¿Me dirás por fin a dónde iremos o seguirás con tu jodido misterio? —pregunta Isma por enésima vez. Adoro a mis hermanos, pero cuando quieren, saben muy bien cómo incrementar mi dolor de cabeza. —Vamos de cacería como en los viejos tiempos, solo los dos en medio del frío bosque —respondí con una sensación vacía que iba incrementando a medida que nos acercábamos al lugar. Él parece comprender que no deseo hablar del tema y queda en completo silencio viendo el panorama, yo iba grabando el camino recordando mi vida hasta los trece cuando apareció Ismael, todo el dolor que padecí, la soledad y las veces que venían los tórridos recuerdos cuando me drogaba en el bosque metiéndome de cuanta mierda me pasara por el frente, incluso las preparaciones que llegué a crear en medio de mis investigaciones donde volví a esos viejos hábitos hasta que llegó el accidente de Livi y retomándolo años después con la muerte de Clyde en dosis más altas y con efectos más intensos y dolorosos. Creía que con la llegada de Rag dejaría de hacerlo, pero irónicamente volví a ellos para salvarla a ella, a aquella pequeña niña que me había enamorado con su sola presencia sumida en tan profundo letargo, la misma niña por la cual llegaba ahora a mitad de este enorme bosque viendo la mansión en ruinas donde ella creció. Agradecí profundamente que Isma no dijese nada, aunque sé que solo con verme tan afectado (y más porque reconocía cada gesto en mí) le era suficiente para saber que no necesitaba oír una palabra, pero irónicamente mis voces tampoco se pronunciaron. Caminamos viendo detalladamente los alrededores de la mansión que yacía en ruinas mostrando apenas los escombros carbonizados del pasado, aquel del cual escapó mi luna. Ingresé al lugar forcejeando un poco la puerta, el olor era nauseabundo, pero para mí era como otro cadáver más en avanzada descomposición —¿Qué era este lugar? Al ver hacia donde Isma descubro el por qué hizo esa pregunta con tanto dolor, pues frente a él reposaba el esqueleto de un niño. Ismael Oz queda a mi lado viendo la misma horrible imagen que yo, ambos nos conteníamos demasiado ante los restos que reposaban frente a nosotros al saber perfectamente que se trataba de un niño. —Estuve buscando este lugar por años e invertí demasiado para llegar aquí, pero aun cuando me encuentro entre estos muros sigo sin creer que sea real. Hubo algo en su voz que me fue familiar, pero no solo al traer su pasado a este lugar, sino que esa misma mirada la llegué a ver cuando estábamos en Suiza y me contó de aquella mujer, no estoy seguro si ella tenga algo que ver con este lugar, pero sé que lo mortificaba demasiado al punto de que sus demonios y voces también sufrían. Seguimos recorriendo la mansión tanto como nos fue posible, era difícil considerando que muchas zonas se venían abajo, pero eso no nos impidió recorrerlo hasta otros pisos tanto superiores como inferiores, lo más increíble era la temperatura tan baja que prevalecía, ya que era incluso menor a la que había en el exterior. Quizás los lugares abandonados donde hubo más sufrimiento sí dejan algún rastro oscuro del pasado y esta mansión era la prueba de ello. A veces no sabía si perder la vista en el lugar o en las silenciosas reacciones de Oz al ver lo mismo que yo, aparatos de tortura oxidados y quemados, restos de esqueletos humanos repartidos en diferentes lugares tanto de adultos como de niños, incluso encontramos una habitación donde había muchas cunas incineradas, algunas con mantas donde envolvían el cráneo de lo que fue un bebé. Era tan duro el escenario que no sé si era mayor mis ganas de llorar o vomitar, pero reprimí ambos tanto como pude. Una vez finalizamos el recorrido salimos quedándonos un momento en la entrada, Oz se queda mirando unos segundos en cada dirección como buscando algo y al mismo tiempo dejándose llevar por algún pensamiento, recordándome a los días cuando vivía en el bosque y hacía exactamente lo mismo, dejando la vista en un punto cualquiera mientras su mente divagaba en quién sabe dónde. —Ten. Me extiende un cigarrillo, ambos damos una profunda calada y nos sentamos en el auto con las puertas abiertas. —¿Ahora qué? —Tú dime, ¿qué pasará ahora contigo si se supone que estás muerto y con una orden de captura? —No lo sé y la verdad poco me importa, lo único que me quedaba eran las cosas de mis hijas y ya ni siquiera tengo esos recuerdos al destruirse en la explosión. —Claro que no, sabes que no lo permitiría. Oz me extiende una bolsa con el título de propiedad de una casa en Ohio, más exactamente cerca de la frontera con Canadá, todo el dinero que tenía ahora está en una nueva cuenta bancaria, además de unos papeles falsificados con un seguro de vida de mi esposa e hijas donde me daban un total de cinco millones de dólares. Él me explica que ese documento lo sacaron Rocco y Valentín para ponerle más peso a mis cargos, pero ya que fue legítimo, igual el dinero acabó en mi cuenta bancaria la cual desapareció completamente del sistema dejando un residuo falso en caso de que alguien quisiera indagar, de esa forma encontrarían las cifras sin tocar pero no habría realmente dinero. No obstante, quedo un poco desconcertado al ver mi nueva identificación, él se queda mirándome conteniendo la risa a sabiendas de que voy a reclamarle fuertemente y es entonces cuando doy una muy profunda bocanada para evitar asesinarlo aquí mismo. —De todos los putos nombres en la faz de la Tierra ¿ese fue el único que se te ocurrió? —¿Qué quieres que te diga? Mis voces estaban torturándome con una horrible migraña y no tenía alcohol, bien sabes que si no tengo alcohol no funciono muy bien, pero relájate, nadie creería que el buen vecino Boby Spencer sería capaz de asesinar a alguien —contesta tan jocoso que todavía no sé por qué mierda no lo estoy moliendo a golpes. —Eres el mayor idiota de todos. —Y aun así estás aquí conmigo —reí al igual que él. —Disculpa que no regrese a casa con ustedes. —No te preocupes, todos comprendemos la situación y sabes que igual las puertas estarán abiertas para cuando quieras volver, todo depende de ti, tan solo prométeme que no vas a suicidarte sin mí mientras ves las cosas de tus hijas. Sin poder evitarlo, termino nuevamente en un horrible llanto al recordarlas y más al ver todo lo que había en esa mansión. —Te lo prometo. Aun después de tantos años y en los peores momentos, él siempre estuvo y sigue estando conmigo, así sea para acompañarme en silencio viéndome llorar otra vez por la pérdida de lo más valioso en mi vida. Es irónico que uno de los peores hombres de la sociedad pueda sostener mi mano con fuerza, diciéndome en ese gesto cuánto significo en su vida, que aquel joven que empujó en un parque lo sigue viendo como su hermano y seguirá siendo importante para él.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD