3.

1723 Words
¿Es una maldita broma? de todas las personas que pudieron haber escuchado mi comentario, justamente tenía que ser un entrenador y ratón de gimnasio, el destino debe estar jugando conmigo. — ¡Hey Aiden! ¿buscas a Carol? — ¡bien Carla! se casual, me felicito. No le dejes ver qué estuviste a dos segundos de masturbarte a su salud. Una vez más en el día, lo miro de arriba abajo, jeans, camiseta, jersey delgado, sus airmax y una snapback que lleva con la visera hacía atrás. — Antes que nada, ¿cómo te sientes? — se me seca la boca al pensar en como me siento ¿caliente? no eso no lo puedo decir ¡por Dios! ya déjate de cosas — ¿te duele el golpe? — niego y termino de bajar la escalera antes de que esto se ponga más raro. — ¡Pffff! no soy de cristal, ergo estoy perfecta — entrelazó mis dedos y los pongo bajo mi barbilla como en la pose de los niños para los retratos. — ¡Lo estás! — sonríe bastante pícaro y cambia su semblante a serio de inmediato, como si se arrepintiera de lo que acaba de decir — yo, voy a subir por Carol — lo último que escucho son sus pisadas sobre la madera de la escalera. Llegó hasta el refri y me pierdo agachada buscando algo que comer, mientras hurgo en los cajones un gran golpe es azotado en mi trasero ¡auch! Las carcajadas de mi hermana y su mejor amigo diagonal casi novio me enojan un poco, me quiero comer viva a Carol por haberme golpeado sabe que lo detesto, y deja de reír cuando ve que no me ha hecho gracia, mientras que Aiden aún sonríe llevándose un par de dedos a su barbilla. — ¡Lo siento Gordie! he visto tu trasero y me apeteció — empiezo a pelar un kiwi, sin responderle nada — a qué si te hubiera azotado Aiden no te habrías puesto tan ogro — mi vista viaja de ella hasta él, quien ahora vuelve a su semblante serio de "alma rota". — ¿A dónde van? — pregunto sin ganas, — al cine — responde él. Y me quedo en silencio esperando a que me pidan ir con ellos, pero pasan los segundos y eso no pasa. Mi hermana se acerca y deja un beso en mi mejilla mientras me abraza, luego pasa él y me da un pequeño pico en la frente — luego hablamos de la deuda — guiña un ojo y alcanza a mi hermana en la puerta, veo como lleva su mano a la espalda baja de ella y ambos se van sonriendo. — Hacen una pareja mona, de eso no cabe duda — me digo para mí, mientras destrozó el kiwi con un cuchillo sin darme cuenta. Y vuelvo a mi pensamiento de hace un par de horas donde llegue a la conclusión de que un chico así jamás se fijaría en una chica como yo. Estoy bastante acostumbrada a ser la chica de relleno y no duele, pero no es como que sea lo más bonito, en esta obra de la vida me toco ser el árbol número 2. No me queda más que poner la papilla de kiwi en un tupper y meterlo al congelador para que pueda usarse en algún smoothie. Ya mamá verá que hacer con el. Voy rumbo a mi habitación, y en el camino pido servicio a domicilio un delicioso rollo de sushi de salmón y atún mi favorito, mientras hago tiempo esperando comienzo a leer la historia en la que me quedé. "La respiración de Leah es pesada, se siente denso el ambiente a fuente del deseo que siente por Jonah, los dedos de éste comienzan a deslizarse por la suave piel de ella, se eriza, jadea — oh pequeña puedo apostar que ya estás mojada y aún no llego a tu zona — la mano de Jonah se escabulle por el dobladillo de la falda de Leah y toca sobre su ropa interior — tan mojada, tan mía — dice de manera arrogante". ¡Santa madre! empiezo a sentir mis mejillas calientes solo al imaginar eso, llevo mi mano a mi cuello y luego a mi pecho solo para verificar que si ha subido un poco mi calor corporal. Mi morbo puede más, y sigo leyendo, justo estoy llegando a la parte donde Jonah de un tirón a roto el interior de Leah y la ha embestido de una sola estocada, escucho que tocan mi puerta y siento como me ahogo con mi propia saliva. Mamá ingresa y me deja la bolsa de papel Kraft donde viene mi pedido — ¿todo bien cariño? estás muy roja — ¿cómo le dices a tu madre que estás leyendo sobre una chica a la que le están sacando los sesos a base de sexo caliente y ardiente? — Probablemente me dará gripa — me saco cualquier respuesta y parece ser válida para ella, se va y cierra la puerta tras ella. Poco me importa el sushi, cuando mi libido me pide seguir leyendo. "Jonah está dando estocadas fuertes, llegando hasta el fondo del estrecho coño de Leah — ¡más, más fuerte! — le rogaba la pequeña nerd al fuerte chico malo del que se había enamorado. Los tatuajes de Jonah perdían su forma al entrar y salir de ella..." ¡Mierda! cómo me ponen los chicos del tipo rudo y llenos de tatuajes, esos que tienen fachada de provocar un infarto en tus padres si los llevas a casa. Calor y más calor, me paro y pongo seguro en mi puerta, pongo cualquier canción potente a un volumen lo suficientemente alto como para no molestar y no ser molestada. Me saco el shorts y lo dejó caer a un lado de mi cama, dejo la comida sobre mi mesa de noche y me dejó caer en el colchón, comienzo a tocarme lento sobre mi playera es delgada y puedo sentir mi sujetador, bajo lento mi mano por mi estómago, sigo por mi pelvis hasta llegar a dónde quiero llegar. Pasó mis dedos sobre mi ropa interior imaginando la escena donde Jonah a tocado a Leah, suspiro hondo, cierro los ojos, aprieto los labios, y de a poco rozo mis dedos debajo de mi panties, y en mi mente la figura de Aiden se dibuja sola, sus músculos y calientes brazos me rodean, el besa, lame y muerde sobre mi cuello, con una de sus manos busca acceso en mi zona y yo gustosa me abro de piernas para él. El deseo me consume al punto de penetrarme con mis dedos, pero poder sentir que es él quien lo ha hecho, ¡mierda, mierda y más mierda! pequeños jadeos escapan de mi boca. Ahora es la escena donde Jonah está follandose a Leah, pero en mi mente es Aiden y está follandome a mí, dándome placer a mí y sin más logro correrme. Saco mi mano de mis panties, la acomodo un poco y estoy esperando a que mi respiración se regule. Ya que vuelvo un poco en mi, me dirijo al baño para poder asearme, después de hacerlo y terminar por lavar mis manos me apoyo sobre el lavamanos, no puedo dejar que esto vuelva a ocurrir. No es sano que yo fantasee con mi amigo de toda la vida y sobre todo la pareja de mi hermana, me pongo de nuevo el shorts y bajo a la cocina a poner la comida en el refrigerador, una vez más el día de hoy se me a escapado el hambre, esté día debería ser anotado en el libro de récords. Recojo mi pelo en un nudo alto aún siento un poco de calor, bebo un par de vasos de agua y la puerta de entrada se habré dejando pasar a la "parejita mona". Una punzada que no sé identificar se posa en mi estómago, ¡diosito por favor no me dejes tener celos de mi hermana y de mi "casi hermano"! te prometo leer menos cochinadas, pienso mi intento de plegaria, hasta que llega el objeto de mi deseo del día de hoy frente a mi — ¿te sientes bien? estás roja — juro que si alguien vuelve a preguntar si me siento bien, aplastaré cosas al estilo Hulk de los Avengers. — Bueno ¿tú no tienes casa acaso? — le peleó a forma de broma, no quiero responder que estoy caliente y que me he corrido a su salud. — Si y estoy por irme ¿pasó por ti mañana? — me ahogo — para ir al gym a terminar lo pendiente de hoy, puedo atender a mis clientes por la mañana así a ti te atiendo por la tarde ya que salgas de trabajar — habla a velocidad rápida, como si lo trajera ensayado con tarjetas. — Si, sobre eso no creo poder ya sabes tengo mucho que hacer en la oficina entonces no tengo hora de llegada — en su cara noto un poco de decepción. La verdad es que no quiero estar a solas con él, no con lo que ha pasado hoy. — Gordie el gym cierra a las 10 PM, tu ¡JAMÁS! — hace énfasis en eso último — has llegado después de las 6 PM a casa deberías aprovechas que el grandioso Aiden Blake va a entrenarte — habla la impertinente de mi hermana. — Carol tiene un punto, me llamas en cuanto llegues a casa nena — me da un beso en la mejilla y da dos pasos antes de regresar — el día de hoy tienes un brillo especial en los ojos — por inercia los abro tanto como puedo y el sonríe a gracia y galantería seductora, ¡Dios! Aiden no ayuda un carajo. — ¿ Y qué tal su cita? — pregunto dejándome caer enseguida de Carol sobre el sofá, aprovechando que el chico se ha ido. — ¿Cuál cita? — responde sin despegar la vista de su celular. — Tú, Aiden, cine, solos, Flaca para mí eso es una cita — ella bloquea su aparato. — Lo normal ya sabes cómo es con él — asiento, aunque siendo sincera después de hoy no sé cómo es con él.
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