La ternura invadió el corazón de Derek, ésta chica era sorprendente, estaba tan acostumbrada a ser relegada que prefería callar su sentimientos antes que hacer notar sus emociones.
— Entonces me alegro de haberte dicho lo mucho que me importas, cariño mío.
Ella se acomodo en el pecho de él y dijo:
— Quiero disfrutar de ésta felicidad mientras dure, mi amor.
Él nuevamente le alzó el rostro para besarla suavemente en los labios, después de esto hizo una promesa:
—¡Sé que voy a amarte para toda la vida amor mio!
Así estuvieron un buen rato, él manifestó tener que ir hasta la oficina, y después iría a ver a su padre, necesitaba reunirse con él pronto. Cuando ella escuchó a cerca del padre de Derek, recordó la visita de él unos días atrás y le informó:
— El vino hace unos dos días, pensaba que ya habías llegado, no quiso entrar, dijo que para evitar habladurías.
—¿En serio? Bueno eso habla bien de lo caballero que es— manifestó Derek.
Ella sonrió y dijo:
— Es tu padre, heredaste de él ser un buen hombre.
Prefirió callar aquella rara sensación que había sentido cuando él le había dicho que mejor no entraba, eso mejor lo guardaba para ella, se repitió, «August, él padre de Derek, era todo un caballero».
Esa semana fue idílica para ambos, cada se demostraban cuánto se gustaban, definitivamente Derek se decía un hombre enamorado, ese día en la oficina su jefe le dijo:
—¿ Derek, entonces para cuando nuestra cena familiar?
Él sonrió aliviado de no tener que mentir al decir:
— Para mañana estará bién que vayas a casa, mi mujer estará complacida de hacer la cena para tí y tu esposa.
— No se diga más, mañana a las siete y media, estaremos en tu casa, eso si envía la ubicación, no sé dónde está tu casa.
— No está muy lejos de aquí, solo diez minutos de ésta empresa, será un honor tenerlos en casa.
Esa tarde le anunció a Megan acerca de la cena para su jefe y esposa; ella sonrió al decir:
— ¡Que bueno que no tendremos que fingir!
— Lo mismo pensé.
Ese día ella se esmeró por hacer algo presentable y delicioso, Derek fue el primero en llegar, después de besarla con pasión dijo:
— Acá huele muy bien mi amor.
— Sí, se que les va a encantar, voy a arreglarme un poco para no oler a comida.
— ¡A mí me encanta como hueles!— dijo él con picardía.
El jefe de Derek fue puntual, allí como lo prometió estaba con su esposa; una simpática mujer de mediana edad, algo llenita, pero agradable a la vista.
Al culminar la cena el jefe de Derek dijo:
— La verdad Derek estoy impresionado con tu esposa, bella y excelente cocinera; ¿verdad querida?
— ¡Oh sí! Todo estaba delicioso, te felicito Megan, para, lo joven que eres cocinas muy bien.
— Es herencia de mi suegra— dijo Derek orgulloso.
Megan se sonrojó de pura felicidad y respondió:
—Me alegra mucho que les haya agradado la cena señor y señora Porter, la realice con mucho cariño.
— Fue realmente una delicia, y nada de señor Porter, Ronald y Alice, estamos en confianza.
— Gracias Ronald— dijo Derek— ha sido un honor compartir nuestra cena con ustedes.
— Bueno ahora, será en nuestra casa, claro que mi Alice no se destaca en la cocina como tu esposa, pero tenemos una excelente cocinera, ¿no es así, querida?
— Sí, la cocina no es mi fuerte, pero serán bien atendidos.
Después de ésto conversaron un rato y se despidieron, había sido una buena velada.
Unos días más tarde estaba reunido con su padre, ya habían pasado unas semanas desde que él y Megan empezaron a tener vida íntima. August le hizo el siguiente comentario:
— Hijo, estoy impresionado con tu cambio, se te ve realmente enamorado de esa chica, ni cuando andabas con Lorena te veías como ahora.
— Papá, lo de Lorena fue una ilusión de juventud, ya esa etapa está superada, ahora mi vida al lado de Megan es maravillosa, estoy enamorado, ella es lo que siempre esperé en una mujer, es el amor de mi vida; pronto te daremos una buena noticia.
— Eso suena a campanas de boda y nietos, me encantaría ver ensanchar nuestra familia.
— Lo sé papá, también tú deberías buscar a alguien que te acompañe, ya son siete años desde que mamá falleció, debe haber alguien por allí que te llene el corazón de ilusión.
— No te creas, lo he estado pensando, pero aún no me atrevo a dar el paso.
— ¡Ah, entonces estás viendo a alguien?
— Más o menos, pero nada serio, estoy tanteando el terreno aún, ya te lo haré saber; ahora hablemos de nuestro socio hijo, me dijo que en unos meses estaría en la ciudad, quiere que hablemos de negocios.
—Está bien, quiero proponer a Ronald una sociedad, él estuvo hace unos días cenando en casa y notó que no soy cualquier hombre, cuando supo que eras mi padre, lo vi interesado y quiero aprovechar esa puerta para invitarlo a ser parte de tu corporación; ¿que piensas?
— ¡Derek, si tu deseo de trabajar para otro me trae ese tipo de noticias, entonces me rindo ante tí, como él mejor estratega de negocios, eso suena genial!
— Veremos cómo se desarrolla todo, pero estoy en éso, avísame cuando todo esté listo para esa reunión con éste otro inversionista.
Se despidieron, padre e hijo se dieron un fuerte abrazo, palmeando sus espaldas, August se sentía orgulloso de su muchacho y de cómo estaba sentando cabeza al lado de Megan.
Ella mientras se sentía felíz, los miedos estaban muy en el fondo de su cabeza, tal como lo había prometido Derek estaban visitando a un psicólogo, al principio fue duro para ella abrir su corazón a aquel extraño, pero como buen profesional fue poco a poco derribando barreras y ella se veía mucho más segura a nivel emocional.
Derek después de visitar a su padre había ido a buscar algo para sorprender a Megan, esa semana había sido intensa de trabajo, tal como le había dicho a su padre Ronald Porter se había interesado en él como persona, al día siguiente después de haber tenido la cena en casa con Megan había dicho:
— Derek, me di cuenta que tienes un departamento muy regio y elegante, me imagino que es de arriendo.
Derek extrañado de aquella observación le había respondido:
— ¡Oh no, es un regalo que me hizo mi padre hace algunos años, es mío!
—¡Vaya, entonces tienes un padre con una buena suma en los bancos!
Fue allí que Derek aprovechó para hablar de su padre.
— Sí, ¿has oído hablar de August Ardernr?
— ¡Pues claro, es un magnate de la industria metalúrgica! ¡Siempre he querido ser parte de ese emporio!
— ¿En serio? August es mi padre Ronald.
El jefe de Derek había abierto la boca, fue allí que empezaron las conversaciones para que la sociedad se diera.
— ¡Imagínate, yo teniendo entre mis CEOS al hijo de éste hombre! ¡Es lo mejor que me ha pasado en mi vida!— había exclamado.
Derek al recordar ésto, sonrió con satisfacción, se le había dado bien trabajar para conseguir ampliar las arcas económicas de su padre, pero ahora un asunto diferente lo llevaba a una exclusiva joyería de la ciudad. Buscó lo que necesitaba y sin problemas lo adquirió, lo llevaba en su bolsillo como un preciado tesoro.
Al llegar a casa, allí estaba ella como cada día esperándolo con una sonrisa, como amaba a ésta bella mujer, se le llenó el pecho al suspirar y decir:
—¡No sabes cuanto te extrañe, mi amor!
Ella se apresuró a colgarse del cuello de su amado para besarlo con intensidad. Después de aquel apasionado beso él allí mismo en la entrada de la casa se arrodilló para decir:
—¡Mi amor! ¿Quieres ser mi esposa?