Al final, nada fue como esperaba. El sexo en sí, le resultó doloroso y una rotunda pérdida de tiempo, sin embargo, no se atrevió a decirle nada a Eduardo. Eso no fue lo peor, la marihuana que fumó le sentó tan mal, que terminó vomitando casi toda la noche. Sin mencionar el palpitar intenso en su cabeza y una extraña sensación de pánico que la agobiaba. Todo era confuso y extraño, porqué de a ratos se sentía ajena en su propio cuerpo. Definitivamente nunca más en su vida volvería a probar alguna droga. Cuando finalmente se sintió un poco mejor y logró meterse en la cama, Eduardo se mostró distante y esquivo. ¿Estaba enojado con ella? Realmente no tenía motivos para estarlo, ella no se quejó a pesar de lo desagradable que le resultó el acto s****l y si se sintió mal después, es porque la ob

