Capítulo 1 Café

1119 Words
Nuevamente empiezan las noticias que a todo mundo aterra: el desempleo ha aumentado en estos meses considerablemente. No basta con el miserable trabajo que tengo, ahora debo conseguir uno más, el tan solamente pensarlo me entran unas terribles ganas de salir corriendo o mejor aún de irme a mi natal Colombia; pero no puedo hacerlo. Todos confían en mí y se esforzaron mucho para que yo pudiera venir a Londres y poder cumplir mi sueño de ser una gran chef. - ¡Vamos Jaz! ¡Deja de estar parloteando! – me grita Samuel Trabajar en este intento de restaurante me da jaqueca, al ver lo triste que es cada uno de estos platillos. Se necesita un poco más de color y un toque especial “el secreto de Mamá” que consta de una salsa de pimientos y jalapeños, pero cada vez que intento hacer algo novedoso Samuel vuelve a regañarme y me amenaza con despedirme - Recuerda que estás aquí gracias a mí – sonrío al verlo pasar Sin que se dé cuenta le hago la señal con el dedo medio; es un pesadito de jefe. Me apresuro para salir a mi hora, no quiero que me pongan más tareas de lo normal, además hoy tengo mi examen profesional y en unos meses ya seré toda una Chef - ¡nos vemos mañana Samuel! – le grito desde la puerta Debo abrigarme muy bien, hoy está haciendo más frío que de costumbre. Así que me apresuro para tomar el metro y poder llegar a tiempo. Estoy preparada para este examen. Todos están muy nerviosos, pero yo no, al contrario, estoy muy centrada. - Llegó el momento – respiro hondo y comienzo con la prueba Ya han pasado cuatro horas y sigo muy concentrada en mi examen, solamente me quedan unas pruebas más y habré terminado. Mi celular comienza a vibrar, algo que me distrae un poco, pero no quiero interrumpir, así que continuo. - Jóvenes únicamente tienen una hora – nos informa el Profesor Miro de nuevo todas mis respuestas y estoy contenta, así que entrego mi sobre y salgo muy feliz. Nuevamente suena mi celular, es Isabel - ¡Qué pesadita eres Isa! – bromeo - Tienes que apurarte, hoy iremos a celebrar por tu graduación - Está bien – finalizo la llamada Frustrada suspiro, en estos momentos lo que más deseo es un café latte y demasiada espuma. No es novedad que a esta hora esté llena la cafetería, me desespera tener que esperar demasiado, así que decido ir a casa y obligar a Isabel que me prepare su especialidad. Después de varias horas de maquillaje, peinados, por fin estamos listas - No entiendo tu obsesión de querer ir a un antro – miro a Isabel que está arropando a los niños - Es una celebración ¡no siempre te gradúas con honores! - Pero no podemos gastar mucho, recuerda – suspiro – nos han subido la renta, está la escuela de los niños - Ya, tranquila – cierra la puerta con delicadeza – he estado ahorrando para este momento - Pero… - No hay peros, el taxi nos está esperando Hace mucho que no salgo a divertirme, así que trato de relajarme y comienzo a bailar. El lugar es espectacular. Muchos de los chicos que nos miran tratan de coquetearnos, pero no me interesan, hoy no. - Disculpen señoritas – nos interrumpe un mesero – les mandan estas bebidas - ¿Quién? – pregunto - Aquel hombre – señala un VIP - Gracias – responde Isabel El sujeto sigue inmóvil, piensa que iremos con él al VIP - ¡Ve Jaz!, quizá tenga mucha plata y sea nuestra salvación – me grita - ¡vete a la mierda Isa! Sabes lo que pasó la última vez - Perdón, no quería - Déjalo así – molesta fui a los baños No es de extrañarse que siempre esté la enorme fila de chicas esperando. Ahora que terminé la universidad, será bueno que busqué un trabajo de verdad. Fueron los 20 minutos más largos de mi vida, al salir me apresuro a buscar a Isabel, le marco a su celular, pero no responde - ¡joder! – me pongo de mal humor Tengo la extraña sensación de mirar aquel VIP y ahí la encuentro, sentada en las piernas de aquel hombre. Me quedo pasmada al ver que está inhalando ese polvo blanco, Me apresuro para sacarla de ese lugar, aprovecho que todos están distraídos - ¡Isabel! – le grito, pero no me hace caso Así que la tomo del brazo y la saco a rastras del lugar; jamás entenderá que no es bueno para su corazón, pero sigue haciendo lo mismo. Trato de conseguir un taxi, pero no tengo éxito - Aquí está la zorrita de Isabel – es el mismo hombre - Ya nos vamos, mi amiga no se siente bien - Yo las llevo – trata de ayudarme con Isabel, pero se lo impido - ¡no, gracias! – trato de no sonar nerviosa - ¡Vamos! Les pagaré muy bien Al decir eso, lo miro con furia. ¿Qué se cree ese idiota?, es el típico hombre con sonrisa espeluznante, su traje es horrible y apesta a Coñac - ¡vete a la mierda! – digo muy furiosa La cara de ese hombre cambia drásticamente - ¿Qué dijiste? - ¿Estás sordo o qué? Te dije ¡vete a la mierda! Mis piernas temblaban, este hombre en cualquier momento nos haría daño; tomó del brazo a Isabel y yo comencé a gritar, pero él logró darme una bofetada - ¡putas como ustedes me sobran! – seguía gritando aquel hombre Cerré los ojos esperando lo peor, pero no hubo nada. Con cautela abrí un ojo y me llevé tremenda sorpresa al ver aquel hombre en el piso - ¡discúlpate con la señorita! – tremendo susto me llevé al ver aquel hombre - Lo… lo … - tartamudeaba - ¡habla bien! – lo tomó por el saco y volvió a propinarle un golpe en el estómago - Lo siento – logró decir Tuve que arrastrarme para llegar hacia Isa, rápidamente le tomé el pulso, es muy débil. - ¡mierda, mierda, mierda! – le daba pequeños golpecitos - Será mejor llevarla al hospital – levanté la mirada, me quedé helada al verlo Si me dijeran que no existen los hombres sacados de las revistas de modas, ¡es mentira! Su traje debe de ser de diseñador, el brillo de sus zapatos hace que abra más la boca; ¿Quién en su sano juicio le mira los zapatos a un hombre?, al parecer yo lo hice - Te ayudo – tendiéndome la mano
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