Revenge: parte 3

1212 Words
Jake y Tom depositan a Harrison en su cama. El pobre habla incoherencias y se ríe solo. Paddy está grabando. Esto debe quedar para la posteridad. Zendaya está en el baño, cambiando el shampoo de Harrison. Martin se está colocando el disfraz, y yo tengo la peluca rubia en mis manos, preparada para cortarla en el momento en que se duerma. Siendo cerca de las cuatro de la madrugada, todo el resto está abajo durmiendo y roncando. Todo iba acorde a lo planeado. Cuando Harrison se quedara definitivamente dormido, comenzaríamos a llenar la piscina inflable que había comprado. Todo comenzaba a tomar forma. En unas horas, Harrison deseara nunca haberse metido conmigo, y yo me coronare como la reina de las venganzas. *** Harrison Algo toca mis pies, provocándome cosquillas. Los muevo y me volteo. Estoy en ese estado entre medio dormido, medio despierto. Algo rasguña mis piernas. Las muevo y sigo durmiendo. De pronto, una mano con uñas largas agarra mis tobillos y me tira hacia abajo. Despierto de un salto, pataleando y gritando. Delante de mí, una figura alta, de cabello n***o largo, con capa negra y manos con aspecto putrefacto. —¡AH!—exclamo, intentando arrancar. Le lanzo una almohada mientras me aferro al borde de mi cama. —¡Hazza!—escucho que grita Tuwaine del otro lado de la puerta. —¡Tuwaine!—le llamo. Aquella figura rasguña mis piernas y me acerca más y más a él. Pataleo intentando arrancarme, pero me tiene bien afirmado.—¡Es el babadook! Logro zafarme de sus manos y me levanto de un salta. Abro la puerta, sudoroso y con miedo. Me detengo en seco cuando veo que Tuwaine, los gemelos, Tony y Angourie están riéndose de lo lindo. Tardo en analizar lo que está pasando. La mano putrefacta se posa en mi hombro. Pego un salto y volteo a verlo. La figura se quita la máscara dejando ver el rostro de Martin riéndose a carcajadas. Detrás de él aparece Paddy con una cámara. Abro los ojos como platos. ______... pienso. —¿El babadook?—pregunta aquella pequeña diablita. Volteo a mirarla. —¿En serio? ¿Esta es tu broma? Asustarme es algo que hiciste el año pasado—le digo, cruzándome de brazos. Ella se encoge de hombros. —Nunca pasa de moda—replica ella. Ruedo los ojos. —Deberías agradecer que tuvo piedad y no hizo algo peor—me dice Jacob. —Al parecer perdiste tu toque—le digo, sonriendo con sorna. Una sonrisa traviesa aparece durante un segundo en su rostro. —Supongo que si—admite, aunque algo en mi dice que está mintiendo. La miro con recelo. —¿Por qué no te cambias y desayunamos? Estamos muertos de hambre—dice Zendaya, que está detrás de _______. —Me daré una ducha y bajare—informo, sin dejar de mirar a _______. —Menos mal, te hace falta amigo—dice Tuwaine, bromeando. Le doy una mirada asesina y volteo. Martin y Paddy salen rápidamente de mi habitación y cierro con llave. No vaya a ser que se le ocurra hacer otra de sus bromas. Entro al baño, abro la llave de agua y me quito la ropa. Me ducho y lavo mi cabello rápidamente. Apago el agua, cojo una toalla y me seco rápidamente. La amarro a mi cintura y cojo otra más pequeña para secar mi cabello. Algo extraño se queda atrapado en mi mano al usar la toalla. La miro y observo mechones de cabello rubio sobre esta. La dejo caer al suelo. No mi cabello pienso. Me acerco corriendo al espejo y quito el vapor para verme mejor. *** _______ —¡AAAAAHHHH!—se escucha que grita Harrison arriba. Miro a Tom. —¿Preparado?—pregunto. —Realmente eres perversa—dice Tuwaine, observándome. Estamos en la sala de estar, esperando a que Harrison baje. ¿Realmente creía que mi broma seria solo aquel susto? Que iluso. —Es un don—digo, encogiéndome de hombros. —Paddy, ¿lista la cámara?—le pregunta Zendaya. Paddy se coloca junto a la escalera y enciende la cámara. —Lista. —Jake, Tom, a sus lugares—les indico. —A su orden, capitana—bromea Jake, y sale junto a Tom por el ventanal hacia la terraza. Salgo detrás de ellos junto a Zendaya. Martin se queda con los demás en la sala de estar, asomándose para ver hacia la escalera. Caminamos hasta colocarnos a unos metros de la casa. Hacia algo de frio, pero esto valía la pena. —Ya sabes, actúa como si realmente no quisieras que se te acerque—me recuerda Zendaya. Miro hacia la casa y asiento. —¿Cómo crees que le quedo el cabello?—pregunto. Ella se ríe. —Ya lo veremos. Lo que es perverso es que lo hiciste creer que se le salió—comenta. La miro y sonrío. —Lo sé—admito, y nos reímos. —¡______!—grita Harrison. Se escucha un portazo y luego como baja corriendo las escaleras. Miro hacia la casa. Harrison aparece, no repara en Paddy y la cámara, ni el cómo esto lo sigue mientras se acerca al ventanal. Actúo nerviosa y doy un paso hacia atrás. Lleva solo unos shorts de buzo color azul, ni siquiera se ha puesto zapatillas. —Vaya,  Hazza, ese color sí que te queda—dice Zendaya a mi lado, y suelto una risita. —¡Me has pintado el cabello de rosa!—me espeta. Sale a la terraza, me mira furioso. No mires abajo pienso. —En realidad es magenta—le digo, y me muerdo el labio. El gruñe. —¿Y qué es esto?—pregunta, señalando su brazo. Toda su piel esta de un color anaranjado. —Autobronceante en el jabón—digo, Zendaya se parte de la risa. Harrison me mira con ojos desorbitados por la rabia. —Me las vas a pagar—dice. Actúo asustada. —Hazza, es una simple broma—digo, retrocediendo. —¡Una broma mis cojones!—grita, y comienza a correr en mi dirección. Salgo corriendo hacia atrás, como si realmente temiera que me fuese a atrapar. Harrison esta por alcanzar el borde de la terraza, Jake y Tom, que se habían ocultado, levantan la cinta y Harrison se tropieza en ella. Cae hacia delante y da de lleno en la pequeña piscina que hemos llenado de barro. Jake y Tom se sientan en el suelo, riéndose de lo lindo. Harrison se levanta, no puedo verle la cara porque está completamente cubierta de barro. Zendaya corre y me entrega la manguera. Nos acercamos con cautela. Adentro, los demás observan riéndose a carcajadas, mientras Paddy rodea la terraza, grabando todo ello. —Hey Hazza—le digo. Levanta la cabeza, pasa sus manos por sus ojos y me mira.—¿Qué tal un poco de agua? Zendaya abre el grifo y sale un chorro de agua que le da de lleno a Harrison en el abdomen, haciéndolo caer hacia atrás. Cierro la manguera y dejo que Harrison se levante. Al menos ahora tiene la cara limpia. —Te dije que no jugaras con fuego—le digo, con una sonrisa victoriosa. Asiente con la cabeza y levanta las manos. —Está bien, me rindo. Eres la reina de la venganza—dice.—¿Estamos a mano? —Casi—le digo, y vuelvo a abrir la manguera, haciéndolo caer nuevamente. Todos salen y comienzan a reírse. Paddy guarda la cámara y se ríe a carcajadas mientras observa a Harrison resbalar una y otra vez en aquella pequeña piscina. —Amigo, ayúdame—le ruega Harrison a Tuwaine. Este se acerca, le tiende la mano, y cuando Harrison la coge, lo jala haciéndolo caer en la piscina. Pronto todo se transforma en una guerra de agua y barro. Tom corre en mi dirección, salgo arrancando, botando la manguera. Me agarra de la cintura y me lleva hacia la piscina. Grito y me revuelvo entre risas, pero es en vano. Todos terminamos llenos de barro, jugando y gritando. —Dime que esto se sale—dice Harrison mientras nos lanzamos barro, señalando su cabello. —Sí, la próxima vez que te lo laves—replico. Suspira aliviado. —¿Y esto?—pregunta por su piel. —No lo sé—reconozco. Abre los ojos como platos. —¡¿Qué?!—pregunta. Me rio. —Tal vez el barro ayude—digo, y le lanzo a la cara.
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