Revenge: parte 1

1137 Words
Como si fuese un monito, me lanzo a los brazos de mi mejor amigo para abrazarlo. Se ríe y me devuelve el abrazo. —Nunca más debemos pasar tanto tiempo sin vernos—le digo, mientras me deja en el suelo. —No soy yo el que se ha ido—me recrimina a modo de broma. Ruedo los ojos. —Burro—le digo, le saco la lengua. Suelta una carcajada. —Hola Martin—le saluda Tom. Se abrazan. Zendaya mira a mi mejor amigo como embobada. —¿Quieres comer algo?—pregunto. —Me vendría bien un café—responde él. —Te preparare uno. —Te ayudo—me dice Zendaya. Caminamos hacia la cocina y enciendo la cafetera. —En una hora debemos estar en casa de Harrison—me recuerda Tom. —Lo sé—replico. —¿Cambiaste la mesa?—pregunta Martin a mi novio. Levanto la cabeza con las mejillas sonrojadas. Tom se rasca la nuca y se ruboriza. —Si—afirma, desviando la mirada. —¿Por qué?—pregunta él. —No quieres saber—le responde Zendaya, y suelta una carcajada. Minutos más tarde, me encuentro en el coche con mi bolso. Harrison se había quedado solo el fin de semana, sus padres y su hermana habían decidido irse de vacaciones a la costa francesa, y él había decidido quedarse. Por eso se le ocurrió la brillante idea de que, para celebrar la llegada de Martin, hiciésemos una fiesta. Aquello resultaba perfecto para mi plan de venganza, por lo que en mi inocente bolso con ropa había echado todo lo necesario. En el plan, participaba Martin, Zendaya, Tom y Paddy. Estábamos ansiosos, aunque notaba a Tom ligeramente preocupado por mis dotes maquiavélicas. El coche aparca frente a la casa de Harrison, que esta tan solo unas cuadras más abajo que la de Tom. Nos bajamos. Tuwaine y Harrison salen a abrirnos y nos reciben. —¿Qué tanto llevas? Si te quedaras solo una noche—se burla Harrison al ver mi bolso. —Un pijama y dos mudas de ropa, por si me ensucio con algo. No me fio de ti y tus bromas—le replico, sonando muy convincente. —Después de que me quebraste las costillas, no me acercare a ti sin un policía a mi lado—replica, cruzándose de brazos. Ruedo los ojos. —Que exagerado. No te rompí las costillas, fue un pequeño hematoma—le contradigo. Abre los ojos como platos. —¡Tuve que tomar antibióticos! ¡Porque me mordiste!—exclama él. Tuwaine se ríe y Harrison le da una mirada asesina. Tuwaine se calla y mira a otro lado. —Las mordidas humanas son las más sucias, por eso tuviste que tomarlos—digo, restándole importancia. —¡Casi me sacas un pedazo! —¡Pensé que me estaban secuestrando! Por supuesto que me iba a defender con uñas y dientes—me defiendo. —Y que dientes—dice Tuwaine, y suelta una risita. Harrison lo fulmina con la mirada, Tuwaine carraspea y mira a Martin.—¿Entramos? —Eres una salvaje—me dice Harrison. —Y tú un llorón—le recrimino. —Dime que tienes el video de cómo lo golpea—le susurra Martin a Tom. —Tuwaine lo tiene—le replica este. Harrison voltea a ver a Tuwaine. —¿Todavía tienes el video? Te dije que lo borraras—le regaña este. Tuwaine niega con la cabeza y esconde sus manos en la espalda. —Por supuesto que lo borre—dice. Mira de reojo a Martin, y veo que con las manos le muestra el pulgar hacia arriba. —¿Vas a dejarnos afuera o nos permitirás entrar?—pregunto, cruzándome de brazos. Harrison vuelve a mirarme, con los ojos entre cerrados. —Está bien—dice luego de un minuto.—Pero te estaré vigilando, niña salvaje. —No soy salvaje—digo, y le empujo al pasar junto a él. —Díselo al cuello de Tom—me replica. Volteo a mirar a Tom. No había reparado en el chupón que le había dejado en el cuello. Tom inmediatamente se lo cubre con la mano y fulmina a Harrison con la mirada. Los demás se ríen mientras entramos a la casa de Harrison. Eso solo alimenta mis ganas de venganza. Paddy aparece en la entrada y nos saluda. —¿Listo para esta noche?—le pregunto en voz baja. Paddy sonríe y asiente. —Siempre. Nos reímos por lo bajo. —Dejen sus cosas en la habitación de invitados. Les advierto que las paredes son algo finas—indica Harrison, y sonríe travieso. Le enseño el dedo medio y continuo caminando. Dejamos el bolso allí y volvemos a la sala de estar. Nos sentamos en un sillón y saludamos a los gemelos. Aún falta que lleguen Jacob, Tony, Angourie, pero Jake ya está allí, en una silla, tomando una cerveza. —¿Lista?—susurra Tom en mi oído, haciendo que se me erice la piel. —Fase uno comienza—le digo, sonriendo. La fase uno constaba de una cosa muy simple: emborrachar a Harrison. Pan comido. Esa era tarea mía y de Tom, mientras, cuando ya estuviera lo suficientemente ebrio, Zendaya iría a su baño y prepararía la parte dos de la venganza. Cuando los que faltaban llegan, comenzamos. Tom se va junto a Harrison a la parrilla, donde le ofrece cerveza mientras cocinan. Observo a mi mejor amigo saludar a Jake, nervioso. Por supuesto, él también era fanático de Jake. —¿Tienes todo preparado?—pregunta Zendaya, sentándose a mi lado con un cuenco de papas fritas. —Si—digo, y saco una papa.—No me he pasado ¿cierto? —Después de lo que te hizo con el secuestro, no merece piedad—dice ella, y nos reímos. —Me gustaría poder estar así siempre. Relajada, divirtiéndome con ustedes—comienzo a decir. Suspiro.—Tengo miedo, Z. —¿De qué?—pregunta ella. —De que todo se vaya a la mierda por Oxford. Será muy difícil, y aunque amo lo que hago, también amo esto—digo, señalando a los demás. —No creo que tengas que elegir lo uno o lo otro—me dice ella.—Puede ser difícil, pero si te organizas, no hay razón por la que no puedas balancear tu vida profesional con tu vida personal. —No soy muy buena organizando. —¿Estas bromeando?—pregunta ella.—Una venganza, como las que diseñas, no son fáciles de realizar. Si concentraras todo ese poder en tu vida, estoy segura que podrías hacer todo. —Podría crear una empresa: “venganzas a domicilio”—bromeo. Ella se ríe. —Honestamente, creo que habría que gente que contrataría tus servicios—dice. Suelto una carcajada. —No lo dudo. —Ven—dice, y saca el teléfono de su bolsillo.—Momento de friendship selfie. Me rio pero le hago caso. Me acerco y poso junto a ella, sonriendo. Luego, sacando la lengua. Y finalmente, una como si nos fuésemos a besar. Zendaya las sube a su ** y nos reímos de lo lindo. —Eh ¿otra vez?—pregunta Martin, cruzándose de brazos. —Que te puedo decir, la gente nos shippea—dice Zendaya. —Es bueno saber que ahora Tom está disponible—dice Jake, siguiendo el juego. Todos se ríen a carcajadas. —Poliamor—dice Sam. —¿Qué es poliamor?—pregunta Paddy. Harry le pega un manotazo en la cabeza a su gemelo. —Serás tonto. Tendrás que explicarle—le dice Harry. Sam suspira. —Ven Paddy, esta conversación es algo complicada—le dice Sam, rascándose la nuca. —¿Qué está pasando?—pregunta Tom, entrando junto a Harrison a la casa. —Sam propuso que tú, Jake y ______ tuvieran una relación poliamorosa—dice Jacob riéndose. Harrison se ríe a carcajadas. —Apuesto que…—comienza a decir, pero le doy una mirada asesina y su sonrisa se desvanece.—Nada, iré a buscar otra cerveza. —Vaya, por una vez usaste el cerebro—le digo, fingiendo sorpresa. Harrison me saca la lengua y se va a la cocina. —No creo que quiera volver a recibir una paliza—dice Tuwaine, y suelta una risita. —Hablando de palizas ¿Por qué no muestras el video en el televisor?—sugiere Harry. —¡Sí!—exclaman todos.
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