Era el turno de Benjamín de acercarse. Pero Belinda se apartó de él y pudo ver el dolor en los ojos de Benjamín, era la primera vez que veía emoción real en esos ojos duros. No sabía, si era el color claro, o el hielo lo que realmente veía allí, lo que le causaba esa sensación de vacío cuando miraba a ese enorme hombre. Sin embargo, había otro sentimiento detrás de él, era más fuerte e iba más allá de toda esa frialdad. Benjamín se alejó y fue hacia el dormitorio, estuvo tentada de ir tras él, no sabía por qué, ni qué diría. Ezequiel besó su mejilla y luego la acarició. – Ve a hablar con él. Él te necesita más que yo. – ¿Por qué dices eso? Ustedes dos me confunden. – Solo digo la verdad, pero tienes que dejar que nos acerquemos, no hay nada de malo en eso. En el fondo, Belinda enten

