Ben se recostó en el sofá y la colocó encima de él. Benjamín descubrió rápidamente que necesitaba controlarse, de lo contrario la llevaría a la cama. Y tendrían problemas, quería a Belinda como esposa y como encargada del club. Necesitaba mantener intacta su virginidad para evitar la “presentación”. En ese momento sonó su celular, si Ezequiel estuviera en casa no contestaría. El nombre en la pantalla del teléfono indicaba problemas, Glauco era el mensajero del club. El tenía contactos poderosos para presionar a los miembros del Men’s club y mantenerse con vida. – Necesito responder. ¡Lo siento! – Glauco, ¿todavía en el papel de mensajero? – Siempre, Benjamín. Sabes por qué llamé. – No me interesan tus mensajes. – Lo sé, pero los ancianos me dieron una orden, ya se corrió el rumor, no

