Nicholas
Cuatro días.
Si, los había estado contando y por mucho que lo intentara, seguía sin poder creer lo rápido que había pasado el tiempo.
Cuatro días, y finalmente se casaría, saliendo de mi vida de forma definitiva, y yo, me sentía como una bomba a punto de explotar, aun con todos los esfuerzos que estaba haciendo por mantenerme calmado y tranquilo.
No podía engañarme, no estaba funcionando.
Estas últimas semanas, habían sido un verdadero caos, mucho trabajo y reuniones que hacían que pasara casi todo el día en la clínica ya que, tenía que derivar a todos mis pacientes y arreglar los tramites de mi renuncia. Además, los papeles del divorcio habían salido de forma definitiva, y era un cambio más, que se sumaba a la decisión que había tomado de irme a trabajar al exterior.
Por su
