Capítulo 29

1643 Words
-¿Por qué siquiera consideras la idea de que soy tu hermana? Cualquier en tu lugar se burlaria en mi cara y me daría un tiro entre ceja y ceja, ¿Por qué lo haces si no me conoces?-pregunto atenta. -Sé leer muy bien a las personas, percibo más de lo digo, además de que todos merecemos una oportunidad, no todo tiene que acabar entre disparos y sangre. Termina haciéndome saber que a pesar de que haya perdido la memoria el verdadero Sergio sigue allí, ahora sé cómo es que se convirtió en el líder de la mafia, simplemente siendo él, tan sabio y único como solo el sabe serlo. Porque aunque no fuera mi hermano podría notar fácilmente el poder y esencia que desprende Sergio, no importa cuanto veneno puedan echarle, su corazón no tiene espacio para eso, ni siquiera con cinco años de aprendizaje. Vuelvo adentro buscando a los demás y me doy cuenta que todos se fueron a sus habitaciones, suspiro empezando a caminar hacia la oficina que tengo aquí y al llegar miró con alivio las carpetas sobre el escritorio, tal como se lo pedí a Logan, aquí están los registros de las últimas ventas, necesito ponerme al día con esto dado que los últimos días solo me concentré en el tema de Sergio. Me siento sabiendo que voy a durar un largo rato aquí y empiezo a hacer mi trabajo. Pasan las horas y el sueño comienza a hacer de las suyas, suelto un bostezo y me levanto para irme a la cama sin embargo el sonido de la puerta siendo abierta me devuelve a mi puesto, saco la pistola de mi espalda preparada para cualquier cosa pero me relajo al ver a Nard cruzarla. Observo atenta como se sienta frente a mi sin dejar de mirarme, hago lo mismo por unos intensos minutos en los que ninguno dice nada. -¿Estás bien?-asiento a su pregunta extrañada. Se supone que yo soy la mala, no debería estar teniendo consideración conmigo. Sin embargo no le diré eso. -¿Tú lo estás?-pregunto de regreso. -Puede decirse que si, supongo que ya debo volver a Paris, no tengo más nada que hacer aquí-suelta fríamente y mi corazón se encoge en mi pecho. -Puedes volver conmigo. Quien diría que yo le pediría que no se fuera, indirectamente pero lo hago. -No será necesario. -Sé que es mi culpa-suelto irritada por su actitud y el arquea una de sus cejas. -¿De que estás hablando? -Se que es mi jodida culpa que no quieras ni respirar el mismo aire que yo, ¡pero estoy intentando que nos llevemos bien!-digo frunciendo el ceño. -¿Llevarnos bien?-su mirada dura me hace quedarme quieta en mi lugar mientras el se acerca-Llevo cinco años intentando llevarme bien contigo, solo ahora que sabes que hiciste mal, me buscas, no soy un juguete que puedes tener cuando se te dé la gana Victoire. -¿Eso te parece que pienso?-pregunto ofendida, el se acerca a centímetros de mi y se encoge de hombros. -Me parece que ahora vienes como perro arrepentido después de saber la verdad. Abro la boca evitando bajar la mirada a la suya y respondo: -¿Me estas llamando perra? -Si la bota te queda, pontela, dulzura. Y eso hace hervir mi sangre a más no poder. -Vete a la mierda Nard-suelto intentando alejarme, siento como toma mi brazo acercándome de nuevo. -Ya estoy en ella-susurra en mis labios, le doy una cachetada y saco mi arma poniéndola en su frente, el hace lo mismo casi igual de rápido que yo y ambos quedamos así, uno frente al otro. Nos miramos a los ojos por unos minutos en los que lo reto con la mirada. -Vete antes que te pegue un tiro, porque esta vez no dudaré en hacerlo. Digo orgullosa con la rabia pululando a mi alrededor. -Hazlo. El suelta el arma y se cruza de brazos, mis ojos se entrecierran en su dirección, le quito el seguro al arma pero la seguridad en su mirada me hace vacilar un poco. -No vas a dispararme-dice pasando por encima del arma haciendo que baje la mano, su rostro se acerca al mío hasta que nuestros labios se rozan-¿Sabes por qué?-niego con la cabeza sin poder decir una sola palabra-Porque estas loca por mi. Y con eso une sus labios con los míos en un beso que me desestabiliza, el aire se escapa de mis pulmones haciendo que me encuentre en trance, no correspondo al beso por unos segundos hasta que caigo en cuenta de ello, el recuerdo de años atrás me azota al punto en el que puedo decir que nada a cambiado en el, el sabor de sus labios, la forma de sujetarme, el ritmo del beso, todo. Paso mis manos por su cuello queriendo acercarme a él aún más y sus ojos se mantienen cerrados mientras que los míos lo miran con atención sin dejar de mover mis labios, después de unos segundos los cierro disfrutando de cada sensación, su lengua se adentra en mi boca haciendo el beso aún más caliente y apasionado. Mis manos se meten por su camisa y no puedo evitar elevar mi pelvis para chocar su entrepierna con la mía, un jadeo escapa de mis labios al sentir sus manos metiéndose por mi camisa rozando mis pechos, sin embargo nada es suficiente, esta noche quiero todo. Me levanto pegándome más a el, sus brazos me sujetan facilitandome la tarea y por el desespero de ambos no tardamos mucho en acabar desnudos. -Ven aqui-llama acostadose en el suelo, mis ojos brillan al verlo allí como muchas veces en el pasado y no dudo en ir a su encuentro, me subo sobre el sintiendo mi centro palpitar expectante, siento como me acomoda sobre el y suelto un sonoro gemido al sentirlo todo dentro. Durante varios minutos solo se escuchan nuestros jadeos y gemidos en toda la oficina hasta que finalmente terminamos sin saber exactamente cómo reaccionar ante lo que acaba de suceder. Me levanto tomando mi ropa y me la pongo desordenadamente, mis ojos se dirigen a el quien ni siquiera me mira, sus ojos están fijos en la puerta cerrada, observo como toma su ropa y sale sin quiera decir buenas noches. Como persona normal, aunque estoy consciente de que Leonard vial no es una persona normal, sin embargo esperé que dijera algo, tan siquiera una mísera oración que me demostrara que esto no fue un error, porque para mi no lo fue, porque siempre ha sido el, sobre todas las personas que han pasado por mi vida en estos cinco años, los momentos junto a él siempre han sido algo que recordar, porque cuando alguien es especial para ti no importa el lugar o momento, solo lo que ocurre cuando nadie ve. Esos momentos en los que creen que no ha pasado nada pero que para ti significan todo, porque siempre hay una persona en tu vida que rompe los límites, que es la excepción a todo lo que dijiste que nunca harías o siquiera imaginaste, pero que aunque pase el tiempo sigue siendo "esa persona" No muchos saben reconocer al amor de sus vidas pero envidio a esas personas que no saben hacerlo, porque es más doloroso cuando la reconoces y sabes que no puede estar en tu vida, porque simplemente no es para ti. Me quedo mirando la puerta pensando si moverme y al decidirme salgo cerrando la puerta detrás de mi, camino hacia mi habitación todavía en trance por lo que acaba de pasar y al llegar a ella me dirijo al baño para darme una ducha, me pongo una pijama bastante cubierta por el frío y me siento en la cama junto a mi laptop. Busco los hospitales más cercan de aquí y decido ir mañana para una prueba de sangre, solo necesito decirle a Sergio que vaya conmigo para comprobar que somos hermanos, mis padres estarán tan felices de saber que de verdad Sergio esta vivo. Ahora para mi será sumamente difícil... El simple hecho de que haya pasado eso entre nosotros puede ayudar a que el se aleje aún más, y ese es mi gran temor, porque cuando amas a una persona buscas tenerla cerca en todo momento, tan siquiera para saber que esta bien, aún más en este mundo donde hoy estamos y mañana podemos no estar. Temo por mi estabilidad, porque con el ultimo descubrimiento quiero tenerlo cerca, aunque sé que el no lo quiere así y lo mejor es alejarme para no salir lastimada, porque antes me mantuve alejada alegando odiarlo, ahora no que voy a hacer. Cuando ahora no tengo razones para odiarlo. Suelto un pesado suspiro abrazando mis piernas y busco el correo que dejé abierto con Sergio. Quisiera que mañana pudiéramos hacernos una prueba de sangre, así podrás saber que eres mi hermano. Dejo el mensaje y me quedo en la misma posición a la espera, esto es lo único que puede mantener mis estabilidad en este momento, nada más. Escucho una notificación en la laptop y acerco el rostro rápidamente. Esto te importa ¿verdad? Mucho. No sabía que fuera importante para alguien que ni siquiera conozco. Que tu no me conozcas no quiere decir que yo no lo haga. Sonrío al reconocer su astucia, Sergio siempre fue así, aunque ahora no tenga memoria intentaré con todas mis fuerzas que recuerde. Dame hora y lugar, allá estaré. Con una sonrisa aún más grande le envío los datos y cierro la computadora luego de despedirme, me acuesto pensando aún en lo que paso, porque si habían dos personas que podían alterar mi existencia, esos son Sergio y Leonard, y ambos volvieron a mi vida sacudiendome. Mostrándome que una vida perfecta no existe y que yo no soy la excepción.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD