Una vez estoy en el auto por fin puedo recostarme cansada, mis ojos se cierran y estoy a punto de quedarme dormida cuando escucho la voz del idiota quien no pudo esperar un poco más para discutir.
—Ni siquiera te recordaré lo peligroso que ha sido todo eso porque tu ya lo sabes, ¿Tienes idea de lo que acabas de desencadenar?
Abro los ojos dirigiéndolos a el y le doy una mala mirada.
—¿Tienes idea lo cansada que estoy para escuchar tus sermones? Claro que estoy consciente de lo que he hecho, no hago las cosas sin pensar en las consecuencias.
Espeto y se que he dado justo en el clavo.
El auto se sume en un silencio incómodo el cual es difícil de llenar pero que es necesario, ¿Que le da derecho a reclamarme algo? Lo que si seria bueno es que cerrara el pico y se fuera a su casa, después de todo nadie lo llamó.
—Respecto a lo que dijiste... si era primera vez que entraba en aquel lugar.
Ignoro sus palabras dado que ya no le creo, puede que sea cierto pero eso no cambiaría nada, lo hizo y nada puede cambiarlo, solo el hecho de que era yo, después de todo para eso entró, no continúo al darse cuenta de quien era porque si no estoy segura que hubiera sido uno a los que la policía hubiera agarrado en pleno acto.
Cierro los ojos para descansar un poco hasta que llegamos a la casa, april estaciona dentro del garaje y me avisa que hemos llegado como si no lo supiera, sonrío en su dirección y bajo del auto ignorando la presencia del idiota.
Entramos todos en la casa y pego un brinco al escuchar un trueno, trato de regular mi respiración mientras me dirijo a la sala para recibir un sermón por parte de los otros tres chicos, aunque no me importa recibirlos se que si subo a mi habitación sin siquiera escuchar como descargan su preocupación me seguirán hasta allá.
Me siento en sofá esperando que entren y April se sienta a mi lado divertida.
—Espera el show.
Musito cansada y suelto un bostezo.
Finalmente entran Sergio, logan y Charles, sus ceños fruncidos y expresiones serias me dan a saber que desde el inicio supieron que yo tuve todo que ver en la redada de hoy.
—Eso no estuvo bien Victoire—me señala mi hermano con expresión de reproche.
Suspiro esperando que diga algo más y Logan se adelanta.
—¿Y si te mataban ahí dentro y no nos enterabamos?—pregunta y yo arqueo una ceja.
—Tenia todo controlado, además que April sabía todo por si tenía que llamarlos.
Sus expresiones no cambian mucho y aunque Charles no diga nada sus ojos se encargan de juzgarme.
—La próxima vez que vayas a hacer una tontería de esas...
—Volveré a llamar a April y no a ustedes, ¿Como quieren que crea que van a ayudarme y no encerrarme en casa como prisionera?—pregunto y Nard bufa.
—Como si pudiéramos.
Y a causa de eso una sonrisa se forma en mis labios, tiene razón, no pueden detenerme mucho tiempo, yo les enseñé gran parte de lo que saben, el que puede detenerme es Nard y su moral no le permitiría detenerme, después de todo el ha hecho cosas peores y sin ayuda, lo único que hace que no le diga nada es el hecho de que es hombre.
Bendito machismo.
Ruedo los ojos incontables veces por unos minutos mientras mi hermano y Logan terminan de sermonearme, al terminar Sergio y Charles se dirigen a su habitación para jugar videojuegos mientras Logan alega que se irá a casa, sin embargo no se lo permito, esta lloviendo y no quiero que le pase nada, menos si aún no he podido descubrir quien fue el que ocasionó el accidente.
No me arriesgare a que finalmente terminen con el, y conmigo, no estoy preparada para una pérdida más, menos en estos momentos tan difíciles
Le indico a Logan que puede dormir en la habitación de invitados o la mía y finalmente se va con April quien con solo una mirada ya me imagino lo que le diría.
Una vez que ellos dos se van me levanto para hacerlo también y no quedarme sola con Nard pero este me toma de la mano para volver a sentarme a su lado, no pongo resistencia y siento mi corazón acelerarse con su toque el cual no se separa.
—¿Qué estás...?
—Escuchame—cierra los ojos un momento haciendo que me preocupe—Solo... déjame hablar y luego podrás decidir si creerme o no.
Asiento sin decir nada y espero que hable, sus ojos se mantienen cerrados unos minutos mientras el silencio inunda la sala.
—No tengo excusa para lo que hice, se que no la tengo, pero desde que estuve con Michel me di cuenta que no podía seguir huyendo de ti, de lo que había pasado entre nosotros, quiero que empecemos otra vez Vic, que olvidemos el pasado y puedas dejar que yo te enamore, se que las cosas son diferentes ahora pero podemos hacer que funcione.
Termina y yo no se que decir.
—Las cosas no serán como antes Leonard, no volverás a verme la cara de idiota—digo seriamente y el niega con la cabeza.
—Si eso pasa podrás encargarte de que no vuelva a verte—asegura y yo cierro mis ojos un momento ordenando mis pensamientos.
Hace mucho había soñado con este momento, esperando que en el algún punto de nuestras vidas pudiéramos volver a encontrarnos, volver a ser felices porque en el fondo los dos sabemos que seguimos siendo los dos, que no importa cuánto pase el tiempo seguiremos buscando terminar en el mismo lugar, solo que justo ahora no se si sea mejor opción, no cuando ha pasado tan poco tiempo desde que todo explotó entre nosotros.
Aunque podemos intentarlo, nadie dice que no puede funcionar, el que quiere hacer algo puede hacerlo, sin importar cuán difícil sea.
Sin embargo por un lado siento mucho temor, a que vuelva a hacer lo mismo o incluso más, que terminemos peor de lo que ya estamos, porque no quiero perder a quien fue mi mejor amigo, porque más que mi novio y el amor de mi vida Nard fue mi mejor amigo, la persona a la que confiaba todo, es difícil que de un momento a otro todo eso desaparezca, fue difícil, no quiero imaginarme si ambos llegamos a restablecer todo lo que un día fuimos.
Porque es fácil alejar a una persona que hace tiempo no está en tu vida, no es alguien incondicional, mucho menos necesario, pero cuando esa persona forma parte de tu día a día, tus sentimientos y emociones se ligan a ella haciendo que sea difícil cuando se vaya, porque ya está en tu mente y corazón.
Hay personas que nunca se van por más que intentes sacarlas, y el es el claro ejemplo de que eso es real, dado que nunca se ha ido por completo de mi vida aunque intenté por todos los medios que lo hiciera.
Abro los ojos sintiendo las lágrimas en ellos y miro directamente a Leonard, su expresión expectante me hace saber que esta diciendo la verdad, que esta dispuesto a intentarlo, sin embargo las cosas no serán tan fáciles.
—Debes ganarte mi confianza de nuevo Leonard, así como yo lo haré con la tuya, no solo tu fallaste y lo admito, no he sido la persona más comprensiva del mundo pero quiero que empecemos de cero, el pasado se quedará donde esta y nosotros avanzaremos.
Una gran sonrisa se curva en sus labios al escucharme y observo como se acerca a mi, no me opongo a ello y dejo que una sus labios a los míos en un beso lento, casi tierno, que me deja delirando por unos momentos, recordandome aquellos tiempos en donde podíamos pasar horas juntos sin que nada más afectara nuestras vidas, ni la mafia, ni los enemigos, ni los ataques, nada.
Todo éramos nosotros dos, vivíamos en una burbuja de la que ni siquiera Sergio que parecía un pinche chicle nos podía sacar, pero a pesar de que esos tiempos no vayan a volver, se que podemos hacer nuevos recuerdos, unos que no impliquen culpar al otro o llorar.
Solo empezar de nuevo.
Me separo de Nard segundos después y me uno a el en un abrazo, ya es costumbre mía hacerlo, recuerdo que el siempre me preguntaba "¿Que ocurre?" Y mi respuesta era sonreír y soltar un "Te quiero" que nadie más que yo entendía, porque esas pausas son en las que me preguntaba ¿Esto es real? Pero nunca me respondieron esa pregunta y cuando todo pasó me di cuenta que ese pedazo de realidad en la que estaba había acabado y solo quedaba el recuerdo que me decía que era demasiado bueno para mi.
—Te amo Leo.
Digo cerrando los ojos, talvez fui imprudente pero lo que se siente no se calla, mucho menos en estos momentos.
Siento como su corazón late más rápido y se que no le soy indiferente, que el siente exactamente lo mismo que yo solo que hay personas que no pueden expresarse con palabras y las acciones son su fuerte, así es Nard, no le gusta hablar, pero si hacer.
—Te amo Vic.
Responde haciendo que sonría, ambos nos pusimos apodos que la mayoría no usa, recuerdo que un día alguien lo llamó Leo y el se enojó muchísimo por ello, desde entonces nadie más lo hizo, nadie comprendía cual era la razón para que aquello pasara pero se mantenían a raya.
Después de todo no era de la incumbencia de nadie.
Por otro lado aún pienso en Michel, la forma en la que terminamos hace mucho tiempo me hace preguntarme si seria buena idea hablarlo, después de todo no es bueno dejar cosas inconclusas, ni siquiera con ella.
La historia entre ella y yo se remonta al tiempo en el que Nard y yo estábamos juntos, ella y yo éramos amigas, de esas que piensas que nunca van a fallarte y que estarán para ti hasta que mueras, así éramos nosotros.
Sin embargo en ese tiempo llegó Nard a mi vida, nuestro amor surgió de manera instantánea, no tuvimos dudas ni tropiezos porque no teníamos ojos para nadie más, yo era muy ingenua y crei que ella estaba feliz por mi pero luego de un tiempo se le declaró a Nard, le rogó que me dejara y que estuviera con ella o que tan siquiera le permitiera ser su amante.
El no aceptó y me lo contó a mi para que yo no me hiciera ideas equivocadas, el siempre fue así, intentaba que yo me sintiera en confianza con todo lo relacionado con el.
Sin embargo ella siguió insistiendo hasta que yo la encare, me golpeó el rostro y prometió que algún día ella lograría quitármelo, claro que en lo que ocurrió el accidente y me alejé de él ella aprovechó el momento y empezaron a salir, digamos que eso fue lo más difícil de mi vida, sin embargo me resigne luego de un tiempo porque yo misma me había encargado de alejarlo.
Pero todo empeoró cuando supe que estuvo con ella luego que estuvo conmigo.
Sin embargo dijimos que dejaríamos todo atrás, y así será.
—Gracias Vic, por aceptar darme una oportunidad.
Voy a responder cuando escucho un estruendo, como una explosión, escucho la puerta principal der forcejeada y me levanto para buscar mi arma.
Mis ojos se mueven con preocupación por los de Nard y es el momento donde pregunto... ¿Que rayos?