Capítulo 6

4340 Words
-Catalina P.O.V-   Me coloqué enfrente de Ian y le estudié detenidamente. Jamás se debe subestimar a un adversario. Hay que analizarlo detenidamente e intentar encontrar sus puntos débiles. Ian era un hombre-lobo de un gran tamaño, menos que Alpha Kayden, pero seguía siendo grande. Su musculatura y su tamaño probablemente provoquen que se mueva con menos agilidad y rapidez que yo. Primer punto para mí.  Ian y yo estábamos en el centro del campo de entrenamientos. Mis hermanos y el resto de los guerreros se habían colocado alrededor de el campo para poder mirar el enfrentamiento. Me había costado convencer a Marcos y a Lucas para que me dejasen aceptar la apuesta. Marcos estaba furioso, pocas veces le había visto tan enfadado conmigo. Pero les acabé convenciendo de que tenía muchas posibilidades de ganar. Y lo cierto es que el premio era muy atractivo. El dinero nos venía muy bien. Por lo tanto, acabaron cediendo.    Kayden era el árbitro de la pelea. Se colocó entre Ian y yo.   -“Cuando cuente tres dará comienzo la pelea”- Indicó Kayden-“El ganador será el primero que logre dejar inconsciente al otro. No se permite el uso de armas, ¿Entendido?”- Ian y yo asentimos –“Uno, dos y ... ¡tres!- Kayden se hizo a un lado.   Sin esperar ni un segundo Ian se abalanzó sobre mí. Con un movimiento rápido le esquivé y me coloqué en una posición defensiva. Los primeros minutos fueron básicamente Ian lanzándome golpe y yo esquivándolos. Cualquier persona normal habría pensado que Ian tenía el control absoluto de la situación, y que yo no tenía nada que hacer. Y eso es lo que quería que Ian pensase.    Mientras Ian atacaba aproveché para estudiar sus movimientos. Repetía excesivamente sus movimientos de ataque. Una izquierda dos derechas. Tenía menos fuerza y agilidad en el brazo izquierdo. Además, cuando golpeada con la derecha no protegía su cuerpo lo suficiente. Era más rápido de lo que había esperado, pero no tanto como yo. Sus movimientos reflejaban una actitud demasiado impulsiva. Por lo que esperé a que su impaciencia y confianza le traicionasen.    Y por fin llegó el momento. Ian me miró, sentenciándome. Se abalanzó con todas sus fuerzas, dispuesto a dar el último golpe. Me agaché y aproveché la desprotección de su cuerpo al lanzar el golpe con el brazo derecho, para darle un golpe en el bazo. Ian no se esperaba ese movimiento, y tardo un segundo en reaccionar. Aprovechando ese segundo de duda, me abrí de piernas y le pateé la cara. Cuando Ian reaccionó, levantando los brazos para protegerse la cara, moví rápidamente mi pierna, arrastrando sus pies con los míos, haciéndole caer al suelo. Salté sobre él y comencé a golpearle la cara repetidamente. Por fin Ian logró agarrarme y me lanzó hacia atrás.    Al caer me golpeé la cabeza. Pero no podía bajar la guardia ni un segundo, así que me levanté enseguida. La cabeza me daba vueltas. Ian me miró fijamente. Pude ver en su mirada que estaba harto de jugar. Instantes después, Ian había desaparecido, y en su lugar había un enorme lobo marrón oscuro. Sonreí y dejé que Electra tomase el control. Noté como mi ropa se rasgaba y un intenso dolor de huesos unos segundos. Ya sobre cuatro patas, cargué contra el lobo de Ian.    Conseguí morderle en una pata delantera, pero enseguida me lanzó por los aires. Se tiró encima de mí y me mordió en el lomo. Así estuvimos bastantes minutos. Atacándonos y mordiéndonos mutuamente. Empezaba a estar cansada, y él también. Lo notaba en su respiración. Los siguientes movimientos serían los que determinasen el desenlace de la pelea. Matar no era una opción, tenía que lograr dejarle inconsciente, pero ¿Cómo? Miré a mi alrededor y vi una piedra de buen tamaño cercana a nosotros. Tenía que conseguir que se golpease la cabeza con ella.  Ian aprovechó mi distracción cara atacarme, mordiéndome con fuerza una de mis patas de atrás. Aullé de dolor. Había sido un buen mordisco, y notaba como estaba sangrando intensamente. Logré zafarme de el y corrí hacia la roca. Ian interpretó que estaba huyendo, y corrió tras de mí. Cuando estaba a unos pocos centímetros de la roca me giré para mirar de frente a Ian. Pensando que estaba atrapada entre él y la roca, Ian saltó, con los colmillos dirigidos hacía mi cuello. Con un ágil movimiento me aparté hacia la derecha. Ian no esperaba ese movimiento y se estampó contra la roca. Aulló de dolor, pero no estaba inconsciente. Así que, sin darle ni un segundo para que se recuperase, clave mis colmillos en su cuello y volví a estampar su cabeza contra la roca.    Esta vez el cuerpo de Ian se relajó y no hubo reacción por su parte. Estaba inconsciente. Di unos pasos hacia atrás y permanecí alerta, esperando cualquier movimiento. Pero Ian no se movió. Me dolía todo el cuerpo y estaba agotada. Pero ¡Había ganado! No podía estar más feliz. Olas de orgullo propio me invadieron. Electra aulló, orgullosa.   Noté un movimiento a mi derecha, y cuando me giré me encontré con los hipnóticos ojos de Kayden. Durante un breve instante pude apreciar admiración en su mirada. Pero tan rápido como llegó desapareció, siendo sustituida por su habitual mirada inexpresiva. Me asintió levemente, reconociendo mi victoria y se acercó a Ian para comprobar que estaba bien. Un segundo después Casandra paso corriendo a mi lado, arrastrando detrás suyo al médico de la manada para que atendiese a Ian.    Una mano se posó sobre mi cabeza y cuando alcé la vista para ver quien era me encontré con los ojos orgullosos de Lucas. Detrás de el estaba Miguel, mirándome con una pequeña sonrisa. Para lo poco que sonríe ese chico, esa era una sonrisa enorme. Lucas se quitó la camiseta y me la tendió. La agarré con los colmillos y fui detrás de los árboles más cercanos a cambiarme. Mi examine rápido. La camiseta de Lucas me llegaba por las rodillas y mi cuerpo estaba lleno de sangre. Tenía un aspecto terrible, pero estaba feliz. Nada más salir detrás de los árboles Lucas corrió hacia mí y me agarró.   -“ A ver déjame que te mire”- Dijo Lucas examinándome las heridas-“Esta tiene mala pinta, hay que llevarte a la enfermería para que te la miren. ¿Algo más?”- dijo sin parar de mirarme.    -“Solo un poco de dolor de cabeza de algún golpe. Las demás son superficiales y ya se están curando”- Dije examinándome los brazos- “Yo creo que ni siquiera necesito ir a la enfermería”.    -“Vamos a ir a la enfermería. Se que ya te curas a velocidad de hombre-lobo, pero esa herida es profunda y tardara horas en curarse. Quiero asegurarme de que no se te infecta”- Me rodeó la cintura con su enorme brazo y me hizo empezar a caminar.   Lancé una última mirada a Ian. Ya estaba consciente y estaba tranquilizando a una agitada Casandra. Cas es la reina del drama, así que probablemente estaba histérica. De repente me crucé con la mirada de Kayden. Me estaba mirando fijamente. Sus ojos me miraron de arriba abajo. Su mirada se paró en mi muslo, que estaba lleno de sangre. Frunció el ceño. No parecía contento en absoluto, es más, parecía estar a punto de matar a alguien. Aparté la mirada de Kayden y me dejé arrastrar por Lucas a la enfermería.    En la enfermería me desinfectaron la herida y me la vendaron. En varias horas estaría curada, los hombres-lobo tenemos la habilidad de curarnos a rápida velocidad. Pregunté a la enfermera si habían traído a Ian. Me informo que sí y me dio su número de habitación. Seguida por Lucas, que no me dejaba ni un segundo sola, decidí ir a visitar a Ian. Llamé suavemente a la puerta y entré. Lucas se quedó fuera esperándome. Ian estaba tumbado en la cama. Al igual que yo, estaba lleno de heridas superficiales que estaban prácticamente curadas ya. La herida más profunda que le había hecho en el brazo estaba vendada igual que la mía. Sentada a su lado agarrándole la mano estaba Cas, quien me sonrió nada más verme. -" ¿Cómo te encuentras?"- Le pregunté -"Además de por el hecho de que casi me dejas tonto por el golpe en la cabeza, bien gracias"- Me contestó seriamente.  Me quede totalmente quieta sin saber que contestarle. Y, de repente, Ian se empezó a reír a carcajadas. Le miré sorprendida. -"No le hagas ni caso"- Me dijo Cas- "Está perfectamente. El médico le ha hecho un escáner y todo esta bien. Lo único que tiene herido es el orgullo"- dijo Cas con una sonrisa burlona.  Ian se agarró el corazón y actuó como si las palabras de Cas le estuviesen haciendo daño, fingiendo que se retorcía de dolor. Ante su pequeña actuación, Cas empezó a reírse sin parar. La risa de Cas provocó una enorme sonrisa en la cara de Ian. Vaya dos se han ido a juntar, pensé, sintiendo un pinchazo de envía en el pecho. -"Ian cierra la boca o se te va a caer la baba"- comenté burlonamente-"Bueno, yo voy a ir a casa a ducharme, os veo luego. Me alegro de que estés bien". Ambos me sonrieron, y salí al pasillo, donde Lucas seguía esperándome.  Lucas me acompañó hasta mi cuarto. Cuando abrí la puerta para entrar Lucas me paró. -"Cuando acabes de ducharte, Marcos me ha pedido que bajes a su despacho, quiere hablar contigo sobre lo que ha pasado hoy"-  Asentí. Me imaginaba que Marcos no iba a dejar pasar esto como si nada. Al fin y al cabo, era el Alpha de la manada y mi hermano mayor. Lucas se despidió y me metí en mi cuarto a ducharme. Me lavé el pelo y me quité toda la sangre del cuerpo, procurando que no se me mojaran los vendajes. Cuando estaba vistiéndome alguien llamó a la puerta. Al abrí me encontré a Miguel, que estaba ya duchado y vestido con un uniforme limpio. -"Hola Migue, pasa"- Le sonreí mientras me hacía a un lado para que entrase. -"¿Cómo estás?- me preguntó analizándome detenidamente. Se sentó en uno de los sillones de mi cuarto.  -" De verdad que estoy genial, podéis dejar todos de preocuparos". -"¿Me vas a contar ahora que ha pasado con Alpha Kayden?- Preguntó interrogativamente. Para mí, Miguel era como mi quinto hermano. Pero a diferencia de mis hermanos de verdad, Miguel no me trataba como a una muñeca de cristal que se fuese a romper ante cualquier golpe. Miguel sabía lo mucho que yo valía, y siempre me apoyaba en todas mis decisiones. Jamás me cuestionaba, simplemente me seguía e intervenía si lo veía necesario. Era como mi sombra, allá donde yo vaya, Miguel va. Cuando nos empezamos a hacer mayores, yo le contaba todos mis secretos porque era mi "army-mate". Las normas de nuestra manada nos obligaban a contárnoslo todo. Pero ahora se lo contaba todo porque me sentía francamente cómoda con él. Miguel me conocía mucho mejor que Cas. Además, era muy bueno escuchando.  Suspiré y le empecé a contar toda la historia con Kayden mientras me secaba el pelo y adecentaba la cara. Miguel estaba en silencio y de vez en cuando asentía. Como he dicho alguna vez, Miguel no es un hombre de muchas palabras. -"Así que voy a esperar a que me justifique por qué no quiere ser mi mate o a que se arrepienta. Y entonces, yo le voy a rechazar. Te digo Miguel, que se va a arrepentir de haberme rechazado. Y entonces, será demasiado tarde, porque yo no pienso aceptarle como mi mate". -"Me parece un plan francamente malo"- dijo Miguel con sinceridad. -"¿!Cómo que malo?! No tiene nada de malo, es un plan perfecto"- Estaba indignada, como se atrevía a cuestionar mi plan.  -"Creo que estas subestimando el mate-bond Cat. Yo no he encontrado a mi mate, pero dicen que es muy difícil resistirlo. Cuanto más tiempo pases con él ,más fuerte se va a hacer ese vínculo, y va a llegar un punto en el que no va a haber vuelta atrás. Cuando eso pase, te va a ser imposible rechazarle. Creo que te estas autoengañando. También creo que deberías darle una oportunidad al Alpha." Mi boca estaba abierta en una enorme O. Electra estaba encantada con las palabras de Miguel, pero yo estaba indignada. ¿Cómo podía ponerse de parte de Kayden y no de la mía? -"Antes de que digas nada"- dijo Miguel-"No estoy de parte de nadie, es mi opinión objetiva". Le miré con los ojos entrecerrados. Maldito Miguel, me conoce demasiado bien. Y por eso sabía que tenía que hacerle caso, Miguel siempre tenía razón. Pero la verdad es que ahora mismo no estaba preparada para aceptar sus palabras.  -"Tengo que irme, Marcos quiere hablar conmigo en su despacho"- Le contesté mientras comprobaba en el espejo que mi trenza estaba perfectamente hecha.  -"Muy bien, te acompaño abajo". Como he dicho, Miguel es como mi sombra, allá donde yo voy, Miguel va.  Cuando estaba cerrando la puerta de mi cuarto note su presencia. Levanté la cabeza y me encontré con sus preciosos ojos grises. Noté todo mi cuerpo en tensión. ¿Cómo se podía ser tan guapo? No es justo. Kayden me miraba fijamente. A su derecha estaba Ian, quién me saludó con una enorme sonrisa. Debían de haberle dado ya el alta médica. De pronto Kayden dejó de mirarme y su mirada se posó en Miguel. Si las miradas matasen, Miguel ya estaría a 300 metros bajo tierra. Pobre.  -"Alpha Kayden, Beta Ian"- Saludé educadamente con un ligero gesto de cabeza y pasé por su lado.  Cuando pase al lado de Kayden nuestros brazos se rozaron levemente. Este simple roce fue suficiente para que un volcán de emociones eructara en mi interior. Mi mente empezó a imaginarse mis manos recorriendo sus enormes y musculosos brazos. Noté la presencia de Miguel a mi lado y me puse roja de vergüenza, apartando rápidamente esos pensamientos de mi mente. Mi miró en silencio, pero no dijo nada. En ese momento agradecí que fuese una persona tan callada.  Por fin llegamos a la puerta del despacho de Marcos. Miguel se despidió. Llamé un par de veces a la puerta hasta que la voz de Marcos me invitó a entrar. Cuando entré, escaneé la habitación. Al hacerlo sentí la rabia crecer en mi interior. No solo estaban Marcos y Lucas, sino que también estaban sus mates, Amy y Cristina, y mis hermanos Nico y Juan. Todo el pack completo esperándome.  -"Nadie me había avisado que esto era una reunión familiar"- dije cruzándome de brazos. -"Cat, siéntate por favor."- Me indicó Marcos señalándome una silla entre Nico y Juan. Me senté a regañadientes, y después de estudiar uno a uno los rostros serios de mis hermanos, pregunté:  -"¿Qué os pasa?"- Se miraron entre ellos, decidiendo quien debía tomar la palabra.  -"No queremos que vayas a la manada Blood Moon con Alpha Kayden". dijo Lucas por fin. Me quedé en shock, no podía creer lo que estaban diciendo.  -"¿Os consigo el mejor trato de nuestra vida y a cambio queréis que me quede en casa?"- Increíble vamos. -"Kayden no deja de mirarte, claramente siente algún tipo de atracción hacia ti. No nos gusta, y no queremos que te vayas con él".- Contestó Marcos tajantemente. -" Eso no es verdad"- gruñí -"Cata, cielo, nos hemos fijado todos. Sigue todos tus movimientos".- dijo Amy apoyando a su mate, Marcos. Todos asintieron a la afirmación de Amy.  -"Cat, ¿Sabes que puedes contarnos lo que quieras verdad?"- dijo Lucas mirándome con cariño. Asentí, pero no dije nada. -"¿Sabes algo sobre Alpha Kayden, Catalina?"- Me preguntó Marcos muy serio.  -"Que es el Alpha de la manada Blood Moon. Que es una de las manadas más grandes del país y poco más, la verdad. Se todo sobre las manadas españolas, pero la verdad que las de aquí se me escapan". contesté.  -"Blood Moon no es una de las manadas más grandes del país, es la más grande y poderosa de todas. Jamás ha existido una manada así en Estados Unidos. Pero antes no era así. La manada comenzó a lograr su poder y prestigio desde que Kayden ocupó la posición de Alpha a los 16 años. Y, ¿sabes cómo llegó tan joven a dirigir su propia manada?"-Preguntó Marcos. -"¿Fallecieron sus padres?" -"Peor. Alpha Kayden los asesinó". Me llevé las manos a la boca para contener un grito de espanto. Las caras de Amy y de Cristina eran de puro terror. Mis hermanos se mantuvieron impasibles. -"¿Cómo es posible que haya asesinado a sus padres, y aún así su manada le acepte como Alpha?". Pregunté. Yo jamás habría aceptado a alguien que hubiese hecho algo así. -"Desde lo que pasó todo el mundo le tiene miedo, nadie se atreve a decirle nada ni a enfrentarse a él"- Contestó Marcos. -"Ese tío da muchísimo miedo"- afirmo Cristina, la mate de Lucas- "Lo hemos comentado varios de los guerreros antes. Nadie era capaz de mirarle a la cara sin sentir escalofríos de terror". -"Totalmente de acuerdo."- Dijo Amy apoyando las palabras de Cristina.-" Me he fijado que la gente se aparta cuando pasa, y agacha la cabeza para no mirarle a la cara. He oído rumores de que, si siente que le has mirado mal, te la arranca la cabeza sin dudarlo."  Cristina y Amy me caían bien, pero siempre me habían parecido bastante exageradas. Eran mejores amigas y pertenecían a una manada cercana a la nuestra. Marcos y Lucas las conocieron un día saliendo de fiesta. Desde que descubrieron que eran sus mates, los cuatro son inseparables. El problema es que no se habían criado y entrenado en nuestra manada. Entonces todo les parece siempre cruel o les da mucho miedo. A veces me sorprende que sean las mates de Marcos y Lucas. Pero bueno, son simpáticas y buenas personas. La discusión y los rumores sobre la manada Blood Moon siguieron durante un rato más. Yo me abstuve de intervenir, la verdad es que no tenía nada que decir. Después Marcos me regañó por mi actitud: por haber llegado tarde, por haber cuestionado su castigo delante de un Alpha y un Beta visitantes, por haber sido maleducada con Alpha Kayden y por, según él, no tener ningún respeto por mi vida al decidir enfrentarme a Alpha Kayden. Le escuché en silencio y no dije nada. No merecía la pena discutir con él. Cuando por fin terminó su discurso me levanté. -"Bueno, ahora que hemos terminado esta agradable reunión, os informo que, a pesar de lo que hemos hablado aquí, voy a ir a entrenar a la manada Blood Moon, tal y como acordé con Alpha Kayden." -"Tienes que estar de broma, ¿De verdad que después de todo lo que te hemos dicho sobre Kayden vas a ir?¿Y si te pasa algo?"- Marcos estaba furioso, y tenía las manos tan apretadas que se le estaban quedando blancas.  -"Nico y Juan van y no veo a nadie dándoles un discurso sobre por qué no deberían ir"- Dije señalando a mis hermanos. De pronto me di cuenta de que no habían dicho nada en toda la reunión. Los miré y me sonrieron. Juan hizo un leve gesto con la cabeza apoyándome a seguir.  -"Es distinto"- Intervino Lucas. -"No lo es"- Le corté-" Desde pequeños nos han enseñado que somos todos iguales dentro de la manada. Independientemente de si eres chica o chico, grande o pequeño, o la hermana o hermano del Alpha. Lo importante es que seas bueno en la batalla, no quién eres. " Todos se quedaron callados, sabían que tenía razón. Esos era la regla básica de nuestro ejército y nuestra manada. Finalmente, Marcos asintió, asumiendo su derrota.  -"Una cosa más"- dije- "Como todos hemos visto, he derrotado al Beta de Blood Moon. Eso demuestra que soy mejor que Nico y Juan. Por lo tanto, creo deberíamos ser Miguel y yo quienes dirijamos a los guerreros que vayamos a Blood Moon y no ellos." -"Estoy de acuerdo con ella"- Intervino Nico por primera vez. Le sonreí, sorprendida y agradecida por su apoyo.  -"Esta bien, pues así será, podéis iros a preparar vuestras maletas."-  Cuando Nico, Juan y yo salimos por la puerta nos encontramos con Kayden e Ian. Debían de estar esperando para firmar el contrato con mis hermanos. Noté que Kayden me miraba, pero evité su mirada y seguí andando.  -"Vamos a ir a hacer algo para cenar, ¿Te vienes?"- Escuché que Nico me decía, antes de alcanzarme con Juan.  -"Sii"- Dije enérgicamente. No me había dado cuenta de lo hambrienta que estaba, con todas las emociones del día me había saltado la hora de comer. No sé si lo he comentado, pero Nico y Juan son gemelos. Tienen el pelo rubio, corto y unos ojos verdes iguales que los míos. Se parecen muchísimo a mí. Marcos y Lucas son iguales que mi padre, castaños y de ojos marrones. Pero Nico, Juan y yo somos iguales que mi madre. Adoro a Nico y a Juan. Son súper divertidos. Tienen tres años más que yo, y ninguno de los dos ha encontrado a su mate. A diferencia que Marcos y Lucas, no se han criado con un puesto de responsabilidad, y eso les ha ayudado a crecer con menos preocupaciones. Salían muchísimo y estaban todo el día rodeados de mujeres. Normal, eran guapísimos y tenían la clásica labia española. Nico y Juan eran muy protectores conmigo en el tema chicos, no dejaban que mirasen si quiera. Cosa que no me importa demasiado, porque no tengo ningún interés. En cambio, siempre me han animado y apoyado en mi carrera en el ejército. Me han ayudado muchísimas tardes en mis entrenamientos extra y se han enfrentado a Marcos y a Lucas por mí en innumerables ocasiones. Mi debilidad es mi hermano Lucas, eso lo reconozco, tenemos una conexión especial. Pero si quieres parar un buen rato y despejarte, sin duda Juan y Nico son las personas a las que acudir.  -"Gracias por apoyarme chicos"- Les dije, sonriéndoles.  -"No nos des las gracias, lo hemos hecho egoístamente. Después de ver como pateabas a Beta Ian queremos que vengas a defendernos de Alpha Kayden, ya sabes, por si le miramos mal y decide arrancarnos la cabeza".- Dijo Nico en referencia a lo que había dicho Amy en la reunión e imito su cara de asco. No pude evitar reírme mientras Nico y Juan imitaban a Amy y Cristina. Que malos son. Me dolía la tripa de tanto reírme.  Miguel y Cas se unieron a la cena. Fue una cena muy agradable. Después subí a mi cuarto a preparar las maletas. Dos meses fuera de casa es mucho tiempo. Y, aunque entre semana solo se nos permitía llevar el uniforme, el sábado y el domingo, que eran nuestros días libres, podíamos vestir como quisiésemos. Y yo adoro la ropa. Así que tenía que llevarme ropa diferente para cada fin de semana y para los días que saliésemos de fiesta. Que conociendo a Juan y Nico serían bastantes. Una vez tuve todo listo, me acurruqué en mi sillón con una manta, dispuesta a avanzar en mi libro, que estaba en una parte súper interesante. Pero en ese momento alguien llamo a la puerta. Suspiré y me acerqué a abrir.  -"¿Qué haces que no estas lista?"- Me dijo Nico mirándome de arriba abajo. Miré a Nico y a Juan que estaban apoyados en el marco de mi puerta. Estaban los dos vestidos con camisas, vaqueros y zapatos de vestir. La verdad que estaban guapísimos. Nadie viste mejor que un hombre español.  -"¿Lista para qué?"- Pregunté sin entender nada. -"Es tradición que los guerreros seleccionados para ir a una misión se vayan de fiesta todos juntos"- Contestó Juan. -"Eso es mentira"- protesté-"Llevo 20 años siendo parte de esta manada y nunca había escuchado sobre esa tradición". -"Eso será porque nunca te han invitado"- Dijo Nico burlonamente.-"Tienes 10 minutos para vestirte, te esperamos abajo."-Puse los ojos en blanco y me senté en mi cama, ignorándoles.  -"Cat te aviso, no es una tradición voluntaria. Si en 10 minutos no estas abajo vendremos a buscarte y te llevaremos a la fuerza a la discoteca, aunque estés en pijama".- gritó Juan mientras cerraba la puerta.  Suspiré y me levanté de la cama. Sabía que no estaban en broma, vendrían a buscarme y me llevarían a la discoteca en pijama. Cogí el primer vestido que encontré y me lo puse. Era un vestido n***o, de seda, corto y con tirantes finos. Era un vestido simple, pero me remarcaba las zonas necesarias. Me quedaba genial. Me puse unas sandalias negras con un poco de tacón. Me solté el pelo, me lo cepillé y me puse un poco de maquillaje. No mucho, ya que con mi pelo y mis ojos siempre he pensado que demasiado maquillaje me hacía parecer una Barbie. Cuando llegué abajo me encontré a Juan, a Nico y a Miguel ya preparados.  -"¿Qué haces aquí?"- Pregunté a Miguel. No hay nada que Miguel odie más que salir de fiesta.  -"Me han obligado"- gruñó señalando a mis hermanos.  -"¿Qué parte no habéis entendido de tradición obligatoria?"- dijo Juan fingiendo estar molesto, como si estuviese explicando algo obvio a unos niños.  -"Si es obligatoria, ¿dónde está Cas?"- Pregunté, poniendo morritos de enfurruñada. -"Cas ya está en la discoteca con el Alpha y su Beta. ¡ale vámonos!- Dijo alegremente Nico abriendo la puerta.  Genial. A salir de fiesta con mi mate, al que quiero evitar. Ah y casi se me olvida. Mi mate, el que ha asesinado a sus padres a sangre fría. Que ganas, pensé sarcásticamente. 
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