Había una mezcla de deseo en él como de advertencia, deseaba a esa mujer lejos de su vida, pero luego de aquella noche nada podía ser igual dentro de su cabeza. Si decía que no la deseaba posiblemente se mordería la lengua porque no había visto nada más erotico en toda su vida que a Arabelle debajo suyo.
Su aroma le robaba el aliento y esas notas florales de su cabello le transportaban al día en que la había follado por primera vez. Recordaba la sensación de su cuerpo y eso le hizo cuestionarse las dificultades que podía traerle.
Ella iba a irse, de una u otra manera por lo que no había problemas con acostarse con ella de nuevo, después de todo estaba vetado a cualquier otra mujer hasta que se fuera. La había desvirgado y ya estaba, había cruzado una línea que se prometió no cruzar per
