Arabelle no pudo con la molestía de Kerem, tal vez se le había pasado la mano. No podía olvidar que en vez de forzarla a algo a lo que posiblemente terminaría cediendo porque estaba usando hasta su última fuerza de voluntad para lograrlo, se había marchado sin decir una palabra dejando un aura cargada de rabia por donde había salido. Se había controlado, porque de ira estaba a reventar. ¿Debía disculparse? Tal vez necesitaba un poco de odio en su corazón, dadas todas las cosas que él le había hecho, pero es que ella no podía ser tan cruel como lo era él. Se colocó su camisón de seda y preguntó a Cemil si no había mirado salir, pensó que había ido a su habitación pero no había sido de esa forma, había bajado. Arabelle pensó en volver imaginando que tal vez había hecho lo que ella le ha

