La princesa Abigail volvió a llamar a la condesa Yehohanan, al ver que ya había pasado mucho tiempo y aún no pasó por la colonia del Norte. Yehohanan no lo hizo a propósito, simplemente se le olvidó porque anduvo muy ocupada ayudando al príncipe con los antimonárquicos y con sus propios sentimientos. Así es que, apenas recibió el segundo llamado, se dispuso a partir de inmediato. Cuando llegó, Abigail la estaba esperando en la oficina de la virreina Elyasa quien, en esos momentos, se tuvo que ausentar por motivos personales. Ambas se dieron un saludo formal, se sentaron frente a frente e iniciaron la reunión. - Sé que pudimos haber conversado a través del comunicador, pero preferí verla de frente. Así será más fácil leer sus expresiones. - Lo entiendo, su majestad

