- Hemos reclutado a futuros camaradas, Patrona. Pronto iniciarán su primera misión.
- ¡Bien ahí! Me alegra que cada día se sumen más jóvenes a nuestra causa.
Keisha estuvo de muy buen humor por la noticia, algo muy inusual en ella. Y es que, a pesar de la gran opresión que las virreinas imponían en sus colonias, muchos rebeldes se las ingeniaban para vencer al sistema y apoyar a los antimonárquicos aún si fuera desde la distancia. También escuchó malos rumores sobre la reina Brida, la princesa Abigail y el príncipe Rhiaim, quienes intervinieron como los mandamases, creyéndose superiores y que con solo su presencia lograrían intimidar a los antimonárquicos.
Lamentablemente, el buen humor le duró poco porque otro de sus camaradas se le acercó y le informó lo siguiente:
