Capitulo 4

1036 Words
La madre de Salax notó que su hijo había estado borracho, pero no lo regañó. Muchas veces, en el fondo también sufría, vivir aquí tenía sus consecuencias, estaba preocupada sobre su futuro, tenía grandes deseos para su hijo, pero a esa edad no podía hacer mucho. Por momentos pensaba que el viaje a la Tierra realmente era un verdadero fracaso. Solo esperaba el día inaudito, dónde fuesen llevados nuevamente a su tierra natal. Salax se sentía muy solitario, aún en medio de multitudes, solo intercambiaba comentarios pero no se adentraba en las personas realmente. Era un auténtico desconocido para los demás, ya que nunca mostraba todo lo que era, con pocas personas era realmente abierto. Hugo noto su superioridad intelectual y de espíritu, se elevaba por los cielos al hablar, tenía visiones de vida muy elevadas, parecía que sufría de aires de grandeza de vez en cuando. No era eso, solo que estaba acostumbrado a vivir de manera sublime en KB16B. Pero en otras cosas era muy novato, un completo inepto cuando se trataba de chicas. Hugo mostraba sus características natas en la conquista, en eso era incuestionable su superioridad. Los demás salían con chicas, pero el rehusaba ir. Tenía un profundo deseo de amor. Veía a las chicas acercarse, las miraba con respeto, eran muy graciosas, limpias y agraciadas. Aquel ambiente lo percibía con mucha pureza, no se creía digno de disfrutar de algo así. No se acostumbraba a la bebida, de hecho, nunca le gustó realmente, lo hacía obligadamente. Deseaba tener amigos buenos y amigables, pero, por la compañía de Hugo pensaban que era un libertino más. Salax se dirigio al centro sur de la ciudad del Cairo, salió a dar un paseo, estaba imbuido en pensamientos y preocupaciones desagradables, surgidas por problemas económicos y también emocionales por no tener identidad. Aquella mañana de invierno caminando por el parque notó a una chica que le atrajo mucho su atención, estaba vestida elegantemente, empezó a penetrar en su fantasía, era ella. La impresión que le dejo era superior a la de las anteriores, algo así era definitivo: le gustaba demasiado. Nunca había logrado acercarse a ella y tampoco en esta ocasión lo consiguió. Por poco la veneraba, creyó que si seguía en una situación así, terminaría dándole culto a su rostro. Se sentía como un devoto adorando su cuerpo. Sentía que tenía un ideal, algo de lo que aferrarse. Deseaba pintarla para si mismo. Empezó pintando paisajes, plantas, aves, peces y corales. Después, con más práctica, empezó a retratar rostros. Intento recordar su expresión facial, pero fracasaba a la hora de intentarlo, de los más de cien rostros retratados, los tres últimos tenían gran parecido. Ninguno era de una persona real, pero le gustaba, no parecía ella, tenía más rostro de chico que de mujer. El paisaje en el que estaba retratada era su propio planeta, estaba rebosante de animales prehistóricos, lagartos y reptiles similares a los dinosaurios en la Tierra. Las bestias en KB16B eran enormes, al igual que los árboles, dibujó sus ochenta satélites, todos en órbita. Los satélites giraban en dirección contraria a su planeta. Sus Formas orbitales van de casi perfectamente circulares a muy excéntricas e inclinadas. Era su cuerpo humano habitando un mundo desconocido para la humanidad. La idolatró, la soñó. El retrato no se lo mostró a nadie, era su secreto. Con el pasar del tiempo sentía que cada vez se parecía menos, ya no era ella, parecía que perdía sus colores y se volvía más opaca. En ese momento pensó que si no hacía nada, ella terminaría igual que el retrato, desvaneciendose en el olvido. Salax soñaba con ella, el paisaje era el mismo de KB16B pintado en el retrato, ella era la misma del instituto, se encontraba perdido en esas enormes selvas. Los árboles inmensos - similares a los Hyperiones en la tierra - estaban repletos de una sustancia brillosa similar a la escarcha, podía subirlos. Su amada se ocultaba entre las ramas de los árboles, se subía en ellos, desaparecía en la maleza y el no la podía encontrar. Tal era su inquietud en el sueño, que deseaba que realmente se tratase de un sueño o pesadilla y que algo así jamás le ocurrieron en la vida real. Se le presentaba con la misma vestimenta escasa de KB16B, el atuendo clásico, integrado de un traje de una pieza con los hombros descubiertos, similar a la túnica griega, otras veces se le aparecía con un leotardo blanco con falda de cuero y metal. Era un pasaje espectacular. Solo había una diferencia con como realmente son las cosas. Ésta era que su planeta se le aparecía oscuro, como en las noches de la Tierra, así comprendió que se estaba volviendo más terrestre. La chica le robaba su atención, llegó a hacerse un poco descuidado en sus estudios, sentía que se trataba de un ser superior. Hugo se acercó mientras descanzaba en el tiempo del receso. Le dijo: —Salinger, ¿Por qué tanta nostalgia y Laxitud? — No le pasa nada. — ¡Ya se quién es! Es la piba que apareció en el bar, noté como la mirabas— Salax quedó se quedó en silencio, parecía no tomarse en serio su discurso. —Conozco a muchas personas aquí, si quieres puedo traerte información. —¿Harías eso por mi?— dijo sorprendido de que alguien como Hugo mostrara tal empatía. —Claro, para eso están los amigo, sabes que me gusta el chisme también. —entonces, gracias. —Animate,¿ sabes algo sobre ella? — no quería que ella fuera tema de conversación ni que se enterara de sus sentimientos. —No se nada, solo se que nunca había sentido algo así— volvió a poner cara de drogado o atontado. —Todo está bien, solo no la vayas a embarrar. Bueno, a mi solo me atraen las mujeres para follar. —¿Es en serio? — dijo un poco sorprendido. Solo que cada planeta tiene su karma, en la Tierra el dinero y el sexo son demasiado atrayentes para las personas en general. Salax aún miraba el sol, como queriendo perderse en el horizonte, casi no miraba a Hugo. Finalmente se marchó, se sintió más libre.
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