3

1132 Words
Miré detenidamente los papeles y respiré hondo, me duelen los pies de estar tanto tiempo parada, mentiría si dijera que no entiendo la mierda que quiere hacerme Andras, pero ¡No podía resistirme a escucharlos hablar! Toqué la puerta de su despacho, cuando me dijo que podía pasar abrí la puerta con calma. —Ah, eres tú. Suspiré ligeramente y le entregué los papeles. —Ya las copias están en su correo, señor. Empezó a ver los contratos uno a uno. El tiempo realmente pasó muy lento, cuando acabó de verlos los dejó dónde estaban. —Para ser tu primera vez con un trabajo así… Es impecable, he de confesar que me sorprende bastante, Ahora, deja de meter la nariz dónde no te llaman. — Si su definición de castigo era ponerme a trabajar así, prefería mantener mi distancia. —No eres la primera ni la última en intentar averiguar lo que hablo por teléfono, pero, considérate muy afortunada, tienes trabajo aún debido a que eres útil y buena en lo que haces. Te aconsejo que no lo intentes de nuevo, no tengo buen humor todo el tiempo. —“Es un evento cósmico muy raro” pensé — ¿Qué tanto escuchaste? — Me preguntó mirándome a los ojos. —Todo... — al instante en que escuchó la respuesta me señaló la silla frente a su escritorio. — Bueno, te lo resumiré simple, no es nada que no se sepa, primero, Viktoria es una persona que lleva en mi vida muchos años y nadie se muere por enviar un ramo de flores, aunque tienes cara de que ni amigos tienes. —Este hombre me rompe la paciencia, pero es tan ridículamente frío y crudo que no sé si odia todo o solo no le interesa nada — segundo, se que te imaginas cosas raras, tu cara te delata, no estoy casado por gusto, y eso todo mundo lo sabe —. No todo el mundo, porque yo siempre los veía juntos, ya sea en entrevistas, algunos eventos sociales y fotos. Pero… en si, tiene sentido, el jamás parecía feliz o interesado, era distante y apático— tercero, no me importa si me crees un patán o un infiel solo porque no me gusta pasar mi cumpleaños encerrado con una mujer que no amo, ni quiero, ni siquiera tengo intenciones de ver, porque eligió por mi algo que jamás hubiera hecho, así que si vas a imaginarte estupideces mejor dejo esto claro —Apreté los labios. —¿Y por qué jamás intento llevarse bien con Úrsula? —Sentí como si me dispararán entre ceja y ceja, el ambiente se hizo muy pesado, frío y casi era palpable la incomodidad, cuando me di cuenta, este se había levantado de su asiento y con ambas manos apoyadas en el escritorio. Yo me encontraba bajo su sombra, es muy grande, Andras Attentäter, es realmente alguien con un aura macabra implícita en su ser —¿Para qué intentar arreglar un espejo roto si de todos modos me voy a lastimar haciéndolo?, Yo no elegí esto y si ella lo quiso así, que se atenga a las consecuencias. Nunca alzó la voz, jamás perdió la calma, pero… Si que mantenía un tono severo y con una ligera amenaza implícita en su molestia. Tomo los contratos. —¿Alguna otra pregunta sin sentido? —Respiré hondo —¿Quiere el café con azúcar y leche o solo expreso con azúcar? El ambiente me estaba ahogando. —Un café con bombón. —…¿¡Eh?!, ¿Acaso este hombre no toma ácido y cloro?, Creí que si lo hacía.—¿Le gustan las cosas dulces?.- Pregunté automáticamente. Ya este, en la puerta de su despacho me miró de reojo. —Solo busca el café — Este hombre es muy contradictorio. Me levanté y Salí tras él. Apenas pase en dirección al elevador este se abrio. —Vaya, que grata sorpresa, sobreviviste hoy.—andras se detuvo y retrocedió unos pasos casi quedando a mi lado, yo mire a la enorme amazona que estaba saliendo del elevador, su voz es como la seda, es... un poco profunda, ligeramente ronca y tiene un marcado acento ruso, peto es que la sensualidad de su voz es imposible pasarla por alto, ella es sensual y tan elegante, tiene una apariencia impecable, es tan femenina, pero no parece muy delicada.—Señorita Empire.— Ninguna otra cosa salí de mi garganta y honestamente no se que decir. Me quedé como una tonta mirándola, sus zapatos de tacón corto color negros de gamuza, el pantalón de color n***o ajustado, el suéter blanco de lana, creo, con un cuello en V, la gabardina color caquis, el collar fino de cadenilla dorada y un colgante en forma de gota azul, sus zarcillos largos con piedras azules al final de las tes cadenillas, su cabello largo, hecho una cola alta y ajustada, su maquillaje era impecable, apenas si tenía una ligera sombra de ojos color cobre y un labial color miel, los lentes de sol en su mano, sus uñas cortas y con un color blanco perfecto, honestamente... Debo verme como una arrastrada a su lado.— Hola, Buenas tardes señor Attentäter.— tras ella estaba Louis, de traje, de saco y pantalón n***o, zapatos negros y camisa azul oscuro, su corbata era un n***o con líneas n***o brillante y realmente se ve increíble así, el reloj en su muñeca es más caro que cualquier cosa que haya visto, tenía igual que yo una tableta en su mano. Y con esta luz, se nota que tiene cara de niño.—Buenas tardes, ¿A que debo si visita?. Yo me quedé como idiota mirando. —¿Aun no están los contratos?, que raro, Sueles tener todo listo.— Aclare mi garganta, ella me miró con sus perfectos y vivos ojos amarillos. Andras por su lado, me apuñaló con sus verdes y fríos ojos endemoniados.— Disculpe señorita, pero el contrato ya está hecho. Y también si me permite, ¿No quisiera algo de tomar?, casualmente voy por un café que el licenciado Attentäter me pidió —Sonrei. Viktoria parecía interesada en lo que dije.— Me parece bien, Tal vez un Cappuccino.—la mirada burlona se dirigió a Andras, Este la miró a los ojos y luego suspiró.—Me gusta el café bombón, no lo cambiaré. Siguio mirando los papeles. —Como gustes, cuando no entres por la puerta no me pidas ayuda.—ella empezó a caminar hacia la sala donde estaban los demás.— Se perfectamente cuánto puedo resistir, y no importa cuánto café o dulces tenga, siempre me veré igual.— Me miró a mi.— ¿Y mi café?.- Preguntó molesto. Yo me apresuré buscarlo.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD