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1122 Words
No recuerdo mucho de lo que pasó ayer, pero, ya después de todo lo que hablaron, Andras me entrego unas diez carpetas llenas de papeles, me quedé mirando los papeles, son las dos de la madrugada y se supone que esto es para cuando volvamos en dos días, puedo hacerlo mañana, no hace mucho llegamos al hotel, tal vez cinco o seis minutos, él parece más sobrio que cuando los fuimos cada quien se fue a su habitación y bueno, yo me tiro rendí en la cama sin ganas de levantarme, este hotel tiene las mejores amas que he probado en mi vida. honestamente siento que olvide algo. Una rara vibración me despertó, me siento en la cama aún con los ojos cerrados, torpemente busco con la mano alguno de los celulares, tome uno que vibra. —¿Quien es y porque llaman tan temprano?—digo con desgano.—¿uh?, son las nueve de la mañana, tu eres la que va tarde, además, ¿Que haces con el celular de Andras?.—abri los ojos y procese lo que acaba de pasar, tal vez es su esposa... me quite el celular de la oreja y mire la pantalla... Viktoria Empire... Volví a mirar al suelo, me van a despedir.—Creo que me lo dio por error, es un momento se lo comunico.— me lave la cara tan rápido como pude, me puse otra ropa y subí corriendo por las escaleras ya que elevador estaba bajando. Toque la puerta, escuché algunos ruidos dentro, unos pasos y finalmente abrió la puerta. El frío me golpeó de frente, y el olor a perfume también. — Buen día, ¿Qué quieres?.—dijo tranquilo y con el mismo tono de indiferencia, tenía un peine en la mano y el cabello a medio arreglar…si que tiene el cabello largo…¿Por qué se tiene que ver tan bien con todo?.— Señor, usted tiene mi celular y me dio el suyo por error.—se lo entregue.— la señorita Empire…—señale el celular. Este miró el celular y luego a mi.—¿que hiciste?.— Ambos miramos el celular al escuchar un ligero ruido proveniente de el.—...nada, solo venía a devolverle su celular,con permiso.—me aleje en silencio.—Buen día...¿ahora de que te ries?...—lo escuché entrar y de inmediato volví a escuchar de que hablaban.—¿eh?, no, no fui yo...¿y eso que tiene que ver?... preciosa, yo no te daría chocolates y menos sabiendo lo mucho que amas las flores, y tu amor por los crisantemos... pues pregúntale a Bastian... —¿así de confianza hay?, para decirle preciosa, hay mucha confianza — Ese si fui yo, honestamente quería lirios pero son delicados... supongo que es cierto...¿y eso es mi problema?, Úrsula quiso casarse conmigo yo no le obligué a nada, no le propuse matrimonio, fue su idea de un momento a otro... —¿Eh?, que patán, si no te negaste por algo fue.— Precisamente por esa tonteria es que cada que cumplo años tengo que ir a otro lado...no, no volveré a pasar el día con ella, prefiero quedarme aquí... ¿y Elizabeth que tiene que ver?.—Guarde silenció.— no considero que sea mala realmente, hace su trabajo bastante bien... eso no lo discuto... no, no es mi tipo, para empezar, es básicamente una mocosa, no es muy interesante... Bueno, a primera vista cuando llegó dió una impresión interesante, digo, la otra persona que está tan tranquila al verme eres tú, de resto es lo mismo con todas.—...¿Este es mi jefe?.— Realmente me interesa que haga su trabajo, espero que haya arreglado esos documentos, hay unos que necesito hoy, ¡Y no que este pegada en mi jodida puerta como una loca escuchandome hablar!.- Me aparte de la puerta de golpe y huí. —si vas a espiar a alguien, procura no jadear y murmurar.—escuche un portazo, me detuve a descansar en la escalera.—Mas te vale ser tan productiva en el trabajo que te falta, como en los chismes.—un escalofrío recorrió mi cuerpo, no lo escuché caminar hasta aquí. Sostuvo mi brazo.—Cinco minutos y bajas, no tengo tiempo para niñerias.- Está muy cerca, su voz es un susurró severo y ese aliento a menta me tiene atontada junto con el perfume tan sutil. Es como si tentara a acercarse más. Asentí como una idiota y me soltó. —y esos informes los necesito en mi escritorio antes de las diez, no sé si puedas recordar esto, pero no me importa, Los órdenas, los contratos de Hexagon, Headspace y Astral, los digitalizas, guardas en un USB, y de cada uno me envías un PDF a mi correo y luego sacas tres copias de cada uno en físico, los archivas, luego de eso, los documentos de renovación de clausulas de Ninety Nine, la extención de contrato de Owlistic, sacas una copia, lo llevas al piso catorce, a la parte de administración buscas a Daniel Mountain y se lo entregas y otra copia la archivas y el nuevo contacto con las casinos Eternal Garden, Queen's Palace y Lucky Star, elaboras esos contratos con todas las anotaciones y las clausulas que ya están marcadas, en orden, con sangría Francesa, interlineado de 1.5, espaciado al inicio de cada párrafo y justificas el texto, centrado y dos copias de cada uno en físico, una en PDF en mi correo y otra en un pendrive y la carpeta gris con marcadores rojo, verde, rojo y azul a contabilidad y la amarilla con marcadores, azul, verde amarillo y verde a administración. ¿Entendiste?.— Apreté los labios en silencio.— Si no puedes con esto, entonces espeto tu renuncia a las once.— Se alejo caminando a paso decidido y firme. Maldito mounstro. Me miró desde el otro extremo del corredor de habitaciones mientras el subía al elevador. —cinco minutos.- Fue lo único que sus labios formularon. Las puertas se cerraron y yo bajé rapidamente hasta mi habitación, abrí la puerta con rabia y me meto a bañar, me maquillo lo mejor que puedo, me acomodo la ropa me pongo los tacones y tomo tanto la tableta como el celular y los documentos. Se arrepentira de joderme tanto. Bajo por el elevador mientras me pinto los labios y arreglo mi cabello. Tome los documentos del suelo del elevador y sali. Ya estaba el auto n***o de afuera, el chófer me abrió la puerta y Andras ya estaba dentro. El ambiente era muy pesado. Demasiado pesado. Hoy será un día muy largo.
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