ESPOSA SECRETA DEL PRESIDENTE

Amor a primera vista.

Después de pasar por todo lo que me hicieron me siento extraña, nunca me había arreglado tanto ni para mi misma.

—¡Todo listo, es una novia preciosa! Puede verse en el espejo.

—Usted lo dice porque le están pagando, seguro me veo igual.

—Por supuesto que no, levantase y véase en el espejo y cambiará de opinión —me dice la mujer un poco molesta.

Me levanto de mala gana y me poso frente al gran espejo.

«¿Quién es ella? Me cambiaron hasta el alma y la nacionalidad. Es increíble, me veo hermosa, es algo que no había sentido en mucho tiempo».

—Espero que haya cambiado de opinión, señorita.

—Sí, me encanta, gracias.

Todos salen de la habitación dejándome sola, la felicidad que siento al verme vestida de blanco se desvanece al recordar que me casaré con el hombre que más odio en este mundo, un maldito infeliz sin corazón.

¿Qué dirán mis padres? Ellos se sentirán decepcionados si se enteran de esto.

Me asusto al ver a Isaac en la puerta, observándome detalladamente.

—Te daré un halago y espero que lo disfrutes, porque nunca se los doy a nadie. Te ves muy bien, el vestido esconde tu feo cuerpo y resalta lo único bueno con lo que naciste, que es tu rostro que no vamos a mentir, es bonito.

—¡¿Eso es un halago?! Que bueno, no me imagino si fuese otro insulto.

—Como sea, bajemos mi abuela ya está en casa y quiere verte. Te advierto que todo será rápido, solo firmas mi abuela lo verá y todo listo.

—¡Espera! Primero quiero leer el contrato, no confío en ti.

—Vamos a mi oficina.

Llegamos a su oficina y me entrega el contrato que nada más contiene tres hojas. Leo atentamente cada cosa, con este bastardo no se sabe.

Me doy cuenta de que todo está en orden, además los ocho meses que él vivirá conmigo y hará todo lo que yo le pida.

Firmo los documentos y alcanzo a ver una sonrisa que se forma en sus labios.

Después bajo junto a él, antes de llegar a la sala me toma de la mano, me siento extraña, sus manos son suaves y cálidas. Por un momento me había perdido en mis pensamientos, hasta que la voz dulce de la anciana me hace volver a la realidad.

La mujer mayor se encuentra en una silla de ruedas y se ve realmente enferma y desgastada.

Al verme sonríe y sus ojos se iluminan.

—¡¿Es ella?! Es una niña preciosa, estoy tan feliz contigo, hijo. ¿Cómo te llamas, pequeña?

—Un gusto conocerla, señora. Soy Zoé Belrose.

—Soy Adelinda Ferrara, pero no me llames señora, dime abuela. Me alegra que mi nieto escogiera una mujer decente y lamento lo de tus padres, mi niña.

Volteo a ver muy molesta a Isaac.

—Mi amor, le conté de la muerte de tus padres en ese accidente y que eres huérfana.

—Ah, es verdad, mis padres murieron y solo soy yo, bueno, no solo yo, sé que Isaac es todo para mí, el amor de mi vida y el hombre con el que quiero pasar el resto de mi vida.

—Que linda eres, mi vida. Contrate a un fotógrafo famoso e increíble. Santonimo es un fotógrafo italiano y les hará varias fotografías.

El hombre entra a la sala y se presenta con nosotros, después la abuela le explica sobre cómo quiere las fotografías y aprovecho para hablar con Isaac.

—¡¿Qué es lo que pasa contigo?!

—¿A qué te refieres? No entiendo.

—¡Mis padres! Sabes que ellos no han muerto.

—Es mejor, si la abuela lo sabe no descansará hasta conocerlos y toda nuestra mentira y el contrato se irá al carajo. Piensa, Zoé.

Él golpea con sus dedos mi frente y yo le doy un puñetazo en el estómago. Lo veo quedarse sin aire.

—Sabes que desde este momento te haré pagar cada maldito día, es hora que me respetes, te haré vivir el infierno sobre la tierra.

La abuela nos llama y nos reunimos frente a ella. El hombre que llevará a cabo la boda se presenta y prepara todo para los paneles.

—Hijo, respeto tu decisión, pero hubiera querido para ti una boda grande y con muchos invitados.

—Lo sé, abuela, pero a Zoé le aterran las personas por sus traumas y ella me pidió que no invitara a nadie.

—Es verdad, lo siento, querida. Es mejor de esta forma.

No puedo creer la facilidad con la que este hombre miente, así es como se lleva a la cama a muchas.

Todo pasa tan rápido, firmo los documentos y la abuela aplaude, a partir de este momento soy esposa de este maldito.

El fotógrafo se prepara y la abuela nos pide que nos besemos para las fotos.

Volteo a ver a Isaac con cara de asco y pánico. No quiero besar a este pervertido.

Él me abraza y habla en mi oído.

—Disfrútalo, Zoé. Nunca volverás a besar a un hombre como yo.

—Espero que sus palabras se cumplan, no quiero volver a besar a un hombre tan desagradable como tú, además, solo dios sabe en donde ha estado su sucia boca.

—¡Vamos, mis niños! Quiero un hermoso beso apasionado, el fotógrafo espera.

Me siento nerviosa, soy más virgen que el aceite.

—Abuela, quiero hablar con mi esposa a solas, regresaremos en un momento.

—Está bien, pero rápido, mis lindos nietos.

Isaac me toma de la mano y me lleva a la cocina.

—¡¿Por qué estás temblando?! Bueno, sé que cualquier temblaría, estás a punto de besar a un dios griego.

—¡¿Qué te importa?! Solamente vamos y continuemos con esta farsa.

—¡Espera un momento! Ahora lo entiendo, ¡nunca has besado a nadie!

—¿Qué te importa? Imbécil.

—No lo negaste, entonces es verdad, mi querida esposa.

—¡Sí, es verdad! Nunca he besado a nadie, solo me he dedicado a mis padres y a ti, no tengo tiempo de nada ni de salir con hombres.

—Está bien, Zoé tranquila, es tu día de suerte, tienes al mejor besador ante tus ojos, yo te enseño. Imagina que mi lengua es una paleta que tú saboreas, eso es todo.

—Imaginaré que es una de sandia, es que odio esas paletas tanto como a ti.

—Como sea, únicamente hazlo, Zoé.

Él me toma de la cintura y besa mis labios, son suaves y carnosos, su lengua acaricia la mía.

Este es el hombre que más daño me ha causado y que más odio. Lo empujó con mis manos inmediatamente.

—Está bien, ya entendí. Vamos y terminemos con esto, quiero ir a casa de una vez.

Me siento tan extraña, es como si por un momento hubiera olvidado que lo odio con todas mis fuerzas.

Él me toma del brazo antes de salir.

—Zoé, no te confundas, nunca estaría con una mujer que no es de mi nivel como tú, nunca he sido tierno, mucho menos amable, soy un hijo de puta y lo acepto. Por eso no quiero que te enamores de mí, sé que eres tan frágil.

En este momento me hace recordar el porqué lo odio tanto y con todas mis fuerzas.

—No te preocupes, lo sé. Además, solo una persona estúpida destruiría su propio corazón, ¿no?

Me suelto de su agarre y salgo de la cocina.

Perdida en mis pensamientos choco con alguien.

—¡Lo siento, señor!

Él me mira directamente a los ojos y su sonrisa perfecta me hace sentir una electricidad que estremece mi cuerpo por completo.

—No tienes que disculparte, yo soy el culpable, soy Antoni.

—Hola, soy Zoé.

—Con todo respeto, Zoé, eres hermosa, estás flores son para ti, pero ahora me siento mal, no mereces solamente estás flores, mereces el cielo, ¿qué viste en mi hermano? Parpadea un par de veces si estás secuestra.

Al verlo con más detenimiento me siento impactada, esos ojos azules y profundos, ese cabello rubio oro y todo en él es una versión más joven y simpática de...

—¿Qué haces aquí, Antoni?

—¡Hermano! Termine la universidad, felicítame y dame un abrazo, soy un doctor graduado ahora.

—¡¿Hermano?!

—Sí, Zoé. Soy el hermano menor de Isaac. La abuela me invito, espero no llegar tarde. Hermano, te extrañé tanto.

Antoni abraza a Isaac, pero él ni se inmuta, solo lo aparta con frialdad. No sabía que tenía un hermano.

Isaac se va y me deja a solas con su hermano.

—Siento venir sin avisar, Zoé.

—Me tomo por sorpresa, no sabía de tu existencia, es que...

—Lo sé, mi hermano nunca me menciona, desde el accidente de mis padres me odia, pero no me importa, él es mi hermano mayor y yo lo amo como tal.

—¿Qué edad tienes, Antoni?

—25 años.

—Yo también tengo 25 años.

—¡Increíble, podemos salir alguna vez y divertirnos! Bueno, si tu esposo lo permite. Me siento tan feliz por él, además por mí también, tengo a una hermosa cuñada.

—Gracias, Antoni.

Me siento extraña, su energía, su forma de ser, sus labios, su belleza. Isaac es un dios griego, pero él también lo es, además tiene mi edad, nunca había sentido esto.

¿Crees en el amor a primera vista?