Isaías, al igual que Isaac, vio a Misha dirigirse rumbo al jardín, pero a diferencia de su hermano gemelo, él prefirió mantenerse al margen, ya que por lo que hizo anoche, posiblemente no sería muy bien recibido por Misha. Sin mencionar que algo dentro de él le gritaba que no debía continuar empeorando la relación que deseaba mantener con el rubio, pero pese a las advertencias que continuamente le gritaba esa extraña voz. Su mente y sus acciones, no sabían cómo reaccionar frente a esas advertencias, prefiriendo así, ir por el camino seguro, que eran en pocas palabras. Comportarse como un idiota. —Pero que lindos, parecen novios caminando de esa forma. Y tu Isaac todo un caballero llevándole el paraguas a la linda damisela — Exclama Isaías entre una pequeña risita, cuando se encuen

