capítulo uno

1243 Words
capitulo uno: ¿Podrás con eso? — El alfa asintió sin mirarle. — No sé si sea lo correcto, alfa Aidan— El mencionado gruño irritando ante la sola mención. —No me importa, él es mi omega, y nadie ni nada va a cambiarlo, así que empieza a ahorrarte tus comentarios Armi. — El alfa suspiro y asintió ante su superior. Tomo al pequeño cachorro de las manos de la beta y sonriéndole al pequeño quien como si se tratase de un hechizo miro embobado hacia el. —Vamos a casa, ¿sí? — Susurro al pequeño quien sin apartar la vista del alfa metió la pequeña mano en su boca.   > ¿Tanto me amas? — Se río el rubio— Eres bastante cursi Aidanie, y pareces todo rudo cuando das una orden a la manada— El alfa rodó los ojos divertidos ante el pequeño omega que yacía entre sus brazos. >Puedo ser más cursi, pero no diré más, eres bastante mata pasiones— Fue el turno de reír del alfa, mientras acariciaba el cabello de otro.   Aidan dejó al cachorro en la superficie suave de la cama, desde arriba podía apreciar de mejor manera al pequeño, era sumamente lindo y tan pequeño que daba la impresión de no ser real. —Tendré que comprarte una cuna...—Se inclinó un poco tomando la mano hecha puño que tenía el pequeño en su pecho y la beso. — después compraré mucha, mucha, muchísima ropa bonita para ti, pequeño, ¿si? El bebé continuó mirándole, pero nada más que eso, Aidan sonrió hacia él, en sus ojos bailo un poco de tristeza, pero no podía darse el lujo de tenerla, no cuando la madre luna había sido muy generosa con él. Pudo haber pasado los siguientes mil años esperando que su mate volviera a él, pero no fue necesario, era casi un milagro que unos cuantos minutos bastaron para volverle a ver. —Eres sumamente adorable, mi vida— Dijo suavemente, mientras cargaba otra vez al bebé y se paseaba por la habitación pensando e intentando hacerle dormir. Entonces luego de un rato, el cachorro pareció acurrucarse en su cuello haciendo a Aidan gemir de alivio y anhelo. Realmente era su YoonGi, él lo sintió en el momento que le vio. Acarició la cabecita del cachorro y este se acomodó frunciendo la naricita y soltando un pequeño suspiro, Aidan a propósito soltó feromonas haciendo relajar al pequeño, quien más que cansado comenzó a dormitar en su cuello. Aidan comenzó a cantar una nana, totalmente enamorado de las pequeñas cosas que hacía el cachorro, su cachorro, y así sin ser realmente consciente las dos de la mañana dieron y él no podía conciliar el sueño, no cuando no podía dejar de ver al bebé tigre que descansaba plácidamente agarrado de su dedo pequeño.  Separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador… El cachorro de tigre de un año y medio, miraba curioso como el alfa estiraba los brazos, aunque anteriormente había estado corriendo en un mismo sitio. A Cian le pareció gracioso aquello, mientras que sentado en el suelo mordisqueaba un juguete especial para los dientes. Aidan volteo a mirarle, solo para cerciorarse que su cachorro estuviese bien, al verle distraído en su juguete simplemente sonrió y continuó con sus ejercicios matutinos, entonces Cian regreso su mirada a el, y nuevamente vio como el mayor alzaba las manos estiradas. Entonces se sacó el juguete de la boca y dejándolo en el suelo, con lentitud se apoyó en la mesita (que más bien parecia un extraño almohadón todo suave), haciendo un poco de flexión logró pararse solito apoyado en esta. Y es que, pese a que su edad iba más allá del año y medio, Cian no podía caminar todavía. Vio una vez más como Aidan alzaba las manos y sonriendo divertido hizo lo mismo, por un segundo fue divertido, pero después no, no cuando cayó sentado en el suelo y Aidan le miró rebotar en su esponjoso trasero. Podría ser una ley, todo cachorro lloraba cuando se caía, y más si era visto. —Cachorro — Corrió hasta él, entonces él bebé al notar la mirada preocupada de Aidan, no supo qué más hacer, aparte de poner sus ojos acuosos.— No, no llores, pequeño...— le susurro agachándose hasta el. Aidan estaba sudado y por un momento dudó en alzar en brazos a su pequeño omega por no querer mojarlo e impregnarlo con su sudor, sin embargo no tuvo de otra cuando Cian alzó sus brazos hacia el soltando una pequeña lágrima que el no dudo en limpiar, besando justo después la mejilla donde había caído. —¿Te duele algo, mi pequeño? — Cian Simplemente se acomodó en el hombro de Aidan, dejando que su aroma, ahora más potente le hiciera sentir seguro. Aidan sonrió encantado por tener entre sus brazos a su omega, su pequeño y hermoso bebé. —Creo que me daré un baño, y tu vendrás conmigo — Susurro hacia el cachorro, quien frunció la nariz ante aquello. Una vez en la bañera, a Cian no parecia agradarle la idea, así que aferrado a Jimin se puso a gruñir ante el agua, haciendo al alfa enamorarse de aquello, y es que su omega era un completo felino reacio a mojarse, aunque un poco irónico, considerando cuanto los tigres amaban el agua. —Cachorro, no hagas esto difícil, ¿si?— Cian le miró con los ojos brillantes — Eso....eso no va funcionar, el agua está tibia... Siente— tomó una de las manitas del bebé y la paso por el agua completamente verde, debido a las sales.— ¿Te gusta? Cian asintió, pero rápidamente negó con la cabeza cuando entró en razón, apartando la mano de aquella asquerosa agua, el no quería entrar ahí, no le gustaba la sensación de sentirse mojado, así que cuando Aidan lo despojó de su ropa a pesar del leve llanto que soltó, su forma de tigre se hizo presente, huyendo torpemente de ahí. Para Aidan, siempre había sido curioso y a la vez hermoso, ver al cachorro de tigre siberiano andar tan torpemente, Cian no podía caminar en su forma humana, y en la animal si, sin embargo solía tropezarse casi siempre, por ello el alfa estaba a su lado todo el tiempo que le era posible. Cian no se había mostrado en su forma de tigre a nadie más, solo Aidan parecia conocerlo de esa forma, y eso le agradaba al lado posesivo del alfa, el cual no quería que nadie viera tan hermoso a su cachorro. —Cachorro, ven aquí— Exclamó Aidan saliendo del baño, encontrándose así a Cian jugueteando con un peluche que estaba tirado por ahí, Aidan sonrió acercándose lentamente— Te tengo — Le tomó en brazos, asustan levemente al pequeño, quien al ver que se trataba de Aidan, lentamente cambió a humano. Sonriente, Aidan le beso las mejillas por un pequeño momento, y cuando parecía que todo esta bien: —Ahora vamos a darte un baño— Cian gimoteo lloroso.
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