Mi dulce cachorro

capitulo introductorio: El enorme lobo albino se revolcó en su amplia cama al escuchar el lloriqueo de un pequeño cachorro a su derecha, su cabello enmarañado tapaba su rostro y el aire frío se colaba por su piel de brazos descubierta. Con pereza e intentando despabilarse, Aidan se acercó a la cuna a su lado, contempló con una sonrisa cansada al cachorro que no paraba de gimotear alzando sus manitas al aire, anhelado ser cargado por el alfa. El pequeño cachorro de tigre de apenas un año y meses comenzó aminorando su llanto cuando estuvo entre los brazos del alfa, dejándose calmar por el aroma tan relajante de este, se escondió en su cuello y rápidamente comenzó a dormitar en el. -¿Dormirás de nuevo, cariño?- Su voz era ronca y cansada, pero no faltaba la ternura en esta al dirigirse al bebé. Aidan sonrió al escuchar un leve ronroneo proveniente del cachorro omega en su pecho, contento le beso la cabecita mientras el pequeño aferraba sus puños en la camisa sin mangas del lobo. "me gusta mucho dormir entre tus brazos" A su mente vino de repente aquella frase, por lo que suspiro con una leve risa. Los ronroneos se hicieron cada vez más y más suaves, así como la respiración del pequeño omega mucho más calmada de lo que ya era, entonces el alfa supo que el bebé en sus brazos se había dormido. No tuvo el valor (nunca lo tenia) de volver a dejarlo en la cuna, así acomodo las sabanas tanto como pudo, para así, delicadamente bajar al cachorro hasta dejarlo en la superficie suave del colchón. El pequeño amurro la cara aún con los ojos cerrados, profundamente dormido, pero aun así se sintió dejado, por lo que movió su pequeña nariz en busca de un olor familiar. -Ya pequeño...-siseo el mayor pasando su pulgar por las mejillas abultadas del bebé, a la vez que se iba acomodando en la cama y arropaba al cachorro. Cuando estuvo seguro que el bebé no pasará frío, Aida se aproximó más a este, dejando que su olor le hiciera tener un buen descanso.- Descansa, mi amor... Separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador, separador… Aidan es el lobo alfa de la manada, su expresión y carácter imponen dominio y respeto pese a su corta edad lobuna, los conflictos siempre han sido parte del día a día entre las diferentes bestias, por lo que cuando una de estas se desato, el fue el primero en ir al frente de la batalla, sin esperar que a su regreso vería como la vida se iba del cuerpo de su compañero a manos de los enemigos. Cian era su alma gemela, una pareja hecha en los cielos, por lo que el dolor le golpeo con intensidad el pecho y las lagrimas brotaron sin aviso, dando paso a un desgarrador llanto. Justo en ese momento, una chica omega embarazada había entrado en labor de parto, y el llanto del nuevo ser llego hasta sus tímpanos, el cachorro omega parecia llamar por su atención y pareció comprenderlo. ¿Era posible que su amado Cian hubiese regresado a el?