Capítulo 1

3127 Words
Capítulo 1           Observarla desde la distancia, es lo único que puedo hacer para reprimir mis deseos por ella, pensar en ella como mujer, está prohibido para mí…                 La carga sobre hombros de un hombre suele ser muy grande y pesada cuando, lleva sentimientos y deseos en su interior por alguien a quien es considerado su propia familia. Todos confían en que siempre debo protegerla de todo y ante todos, es por eso que me siento el peor de los traidores del mundo. Pero, y, ¿cómo no convertirme en un traidor?, si, aunque ella es aún una niña para todos, para mí, no lo es… ella es pecado hecha mujer, a pesar de su corta edad. Y aunque he intentado reprimir esos deseos repitiéndome a mí mismo la misma frase, es tu hermana, no es correcto, es prohibido, no puedo evitar hacerla mía en mis más impuros pensamientos. Y por si fuera poco, con el paso del tiempo este deseo por ella ha ido creciendo cada vez más hasta que se transformó en algo más fuerte que yo mismo. En una maldita obsesión.             Alison Marchetti, ese es el nombre de mi bendita tortura, mi mayor tentación, mi pecado, mi némesis… ella es la mujer que tortura mi mente de día o de noche sin descanso ni tregua alguna. No hay un horario para los deseos de un hombre, cuando el diablo convertido en mujer vive bajo el mimo techo que él. Porque ella sin duda es el pecado hecho mujer, mi mayor debilidad y el fruto prohibido que no puedo codiciar, porque es, para mi mala fortuna, mi hermana.             Desde el día que la vi por primera vez, supe que daría mi vida entera por ella, bajaría el sol, la luna y las estrellas si ella me lo pidiera, ese pequeño ser era la bebe hermosa y más tierna que jamás había conocido. Los ángeles son divinos y con una sola mirada quede cautivado y rendido a sus pies, ese día Alison me robo el corazón.              Me había convertido en el hermano mayor de una hermosa princesa, una pequeña ninfa como mi padre suele llamarla de cariño, y no es para menos si ella y su madre poseen una belleza inigualable. Y desde entonces no existía nada que no hiciera por y para ella, pues desde ese momento jure cuidarla y protegerla. Con el tiempo crecimos como los mejores hermanos, era un perro guardián cuando se trataba de verla feliz, viví con ella los mejores momentos de su vida, la adoraba como a nadie y siempre tuve a su lado cuando necesitaba de mí.              Pero, sin más, un día todo cambió para mí, mi visión sobre ella fue distinta, cuanto comenzamos a crecer y desarrollar para convertirse en una preciosa mujer, cuando convertirnos en hombre y mujer. Ya no pude verla de la misma manera, amor de hermano a hermana, poco a poco se fue transformando en algo más fuerte que ya no podía controlar en mi interior. Alison, había heredado la belleza inigualable de su madre, una belleza que volvió loco de amor a mi padre, que ahora a mí me está llevando por el mismo camino. A la locura. Amo no solo su belleza natural, amo su esencia, su personalidad, su locura, su alegría y su tristeza. Inexplicablemente, desarrollé sentimientos y deseos prohibidos hacia ella sin siquiera buscarlos.                 Sé que está mal, pero no puedo ir en contra de lo que siente mi corazón, a este órgano rebelde no podemos decirle a quien amar o no, él solo se entrega, sin razones ni prejuicios, sin importar si está bien o mal, si es correcto o incorrecto. Miles de veces me he reprendido a mí mismo por no ser capaz de parar, pues era consciente de que no podía sentir lo que sentía por ella, pero tal parece que a mi corazón le importaba un carajo lo que mi conciencia pensaba, si había o no lazos de sangre.               Mi cuerpo enfermo de deseo solo anhelaba poseerla, yo también crecí y me hice hombre, era 5 años mayor que ella, así que recurrí al sexo con otras mujeres, para reprimir mis deseos frustrados. Tenía que deshacerme de esos pensamientos que rondaban en mi cabeza, porque tenía miedo a cometer una locura, tenía miedo a que ella me viera como un maldito depravado, pero sobre todo tenía terror a decepcionar a mis padres. Pero, con el tiempo, lo único que logre fue que mis deseos se hicieran aún más fuertes, estar con otras mujeres no apagaba el fuego en mi interior, necesitaba irme lejos de ella, pues tenerla cerca me hacía más daño.                          Es por eso que ahora que tengo la edad suficiente para independizarme un poco de mi familia, decidí que lo mejor para evitar que mis deseos me traicionara, era irme a estudiar fuera. Mis abuelos paternos vivían en Roma, así que no lo dude y en cuanto termine la preparatoria, me fui a estudiar la universidad allá con el pretexto de querer estar cerca de mis abuelos. Esa noticia fue un gran golpe para ella, porque hemos estado juntos desde siempre, y si no fuera de mis bajos deseos, no tendría que hacerlo, pero no sé por cuanto tiempo más pueda mantener mi limitado autocontrol. Alison y yo, siempre hemos tenido una muy buena relación hermanos-amigos, pues no solo éramos hermanos, sino también muy buenos amigos y cómplices en todos. Compartíamos, gustos, pasatiempos, secretos, bueno o compartíamos todo, no había una sola cosa que no supiera de ella ni de su vida, dentro y fuera de su casa, como ella de mí. Bueno, solo hay un acosa que no sabe y espero que nunca lo sepa.               Ella siempre me miraba de una manera tan dulce que, a veces, me hacía preguntarme a mí mismo, ¿si existe la diminuta posibilidad de que ella sentirá lo mismo que yo?, creo que, de ser posible, ambos nos quemaríamos en el infierno.              He vivido los últimos dos años en Roma, me fui desde que tenía 18, y he venido hasta ahora para pasar mis vacaciones de verano con mi familia en NY, a petición de mi madre tuve que venir, si de mí hubiera dependido, no habría venido, pero no puedo negarme a los deseos de mis padres. Al principio todo para mí fue una completa tortura, acostumbrarme a estar lejos de ella era como haber dejado una parte de mí en NY, mientras yo estaba al otro lado del mundo, pero todo mi esfuerzo por reprimir mis deseos ha sido en vano, porque ahora que la he vuelto a ver de nuevo, mis deseos se han vuelto a encender y me han golpeado con más intensidad, porque su cuerpo se ha puesto aún más hermosa.                  Sobre todo, porque es modelo, gracias a la influencia de la tía Mariam, quien la inicio en el mundo de la moda desde que ella era pequeña, Alison desarrollo un gran pasión por la misma y piensa estudiar diseño. Ahora es modelo Teen, y le va muy bien y como no si a su corta edad tienen un cuerpo de muerte, curvas bien definidas, piernas torneadas, trasero y pechos redondos, perfectos y exquisito. Además de una inigualable belleza que hacen pecar a cualquiera con los más perversos y sucios pensamientos con tan solo verla.                              Al principio papá se negó a dejar que ella modelara y que se exhibiera, pero solo basto una cara triste y tierna de ella para convencerlo, no hay nada que las caras de Ali no logren con papá. Como dice mamá, sus hijos son la mayor debilidad de mi padre, así que con la condición de que solo lo tomara como un hobby, accedió a dejarla realizar sus sueños de modelo, porque hay que admitir que es demasiado hermosa.                    Ahora mismo me encuentro observándola desde el ventanal de mi habitación, la cual me da una excelente vista de su cuerpo, mientras ella toma el sol en la tumbona de la piscina. Trae un hermoso bikini color rosado con lunares azules, el cual no deja nada a la imaginación. Relamo mis labios cuando me imagino recorriendo cada centímetro de su piel con mi boca, ese solo pensamiento me pone al mil, y el gran bulto en mi pantalón es un resultado de ello. El dolor en mis pelotas es intenso, así que debo darle solución inmediata, camino hacia la puerta, la cierro con seguro y luego regreso a la ventana. Oculto entre las sombras, desabrocho mi pantalón, lo deslizo hacia abajo a la altura de mis rodillas, dejando salir mi m*****o erecto, sin más preámbulo comienzo a deslizar mi mano de arriba hacia abajo. Realizo un muñequeo contante y apresurado, mientras me la imagino completamente desnuda ante mí, mientras imagino todo lo que podría hacer con su exquisito cuerpo… es enfermo, lo sé, pero solo a través de mi imaginación puedo tenerla, así como deseo hacerlo.               Y aunque ella no es mi hermana directamente, somos primos de sangre, así que imaginar algo entre nosotros, jamás dejara de ser prohibido. Estoy clavado en los perversos deseos de mi bestia interior, estoy a punto de correrme en mi mano, cuando de pronto alguien toca a la puerta, maldigo internamente ante mi liberación frustrada. Inmediatamente, me subo el pantalón, corro al baño para lavarme las manos, no demoro ni un minuto, y salgo del baño directamente a la puerta, inhalo para regular el ritmo de mi respiración agitada y luego abro. Me encuentro con hermosos ojos bicolores de mi madre. -       Hijo – saludo mi madre de manera muy cariñosa, me dio un beso en la mejilla y luego acaricio mi mejilla como siempre. – ¿estás ocupado? -       Mamá – respondí correspondiendo el afecto, nos separamos y luego la mire un poco curioso. – Para ti, nunca, ¿Qué se te ofrece? – ella sonríe. -       Tu padre llamo y quiere que lo vayas a la oficina, parece que necesita decirte algo importante. -       Ok, enseguida salgo para allá. -       Por cierto, Alison quiere ir a la plaza, quedo de reunirse con las chicas… em – comentó dudosa. – puedes llevarla y luego regresar por ella, por favor. Yo lo haría, pero tengo una reunión muy relevante y llevarla me desvía mucho del lugar de mi cita – concluyo su petición y obviamente no puedo negarme. -       Claro que sí, mamá… no te preocupes, yo la llevo con gusto – ella me dio otro beso – pero, ¿Qué no estaba tomando el sol en la piscina? – pregunte con el ceño fruncido. -       Sabes que esa niña, cambia de planes cada segundo, ahorita, hace una cosa y luego otra. – dijo un poco irritada, Alison es una consentida y mis padres casi siempre la complacen todo. – pero no te preocupes ahora mismo…                    Su teléfono timbró interrumpiendo lo que iba a decir, ella lo observo y puso una cara de preocupación. Le indiqué con la mano que debía contestar y así lo hizo, la llamada debía ser de su trabajo, cuando se tensa siempre pones caras raras. -       ¿Pasa algo? -       Me tengo que ir de ya, el cliente cambio la cita para una hora antes… dios, me irrita que hagan eso, pero en fin trabajo es trabajo. -       Tranquila, vete a tu reunión… yo me encargo de mi hermana. -       Muchas gracias hijo, eres un sol. – me dio un beso y luego salió casi corriendo.               Me cambié de ropa antes de salir a donde mi padre, me puse un pantalón de vestir azul marino, una camisa azul celeste, mocasines cafés y un saco gris a que combinaba a la perfección, mi reloj, perfume. Y por último peine mi cabello hacia atrás como siempre, ya listo salí en busca de mi pequeña hermana, estaba por bajar a la planta baja e ir a la piscina, pero la música que proveniente de su habitación llamo mi atención. Así que fui para decirle que debía darse prisa, al llegar note que la puerta estaba entre abierta, llame, pero por el alto volumen de la música ella no me escucho, así que entre sin pensarlo, pero hubiera preferido no hacerlo. No la vi por ningún lado, así que me adentré aún más en la habitación y fue donde la vi, casi me da un infarto. Alison estaba en el baño completamente desnuda, secaba su cuerpo de manera delicada con una toalla. Me quedé estático por un instante mientras contemplaba la maravillosa imagen de su ser, cuando ella se inclinó ligeramente hacia abajo para secar sus piernas, me regalo la mejor vista del mundo, su rosado y virginal sexo.         – Joder el paraíso existe… Dante te irás directo al infierno y sin escalas – grité en mi interior. Ella se enroló en la toalla lista para salir, así que corrí a fuera de la habitación, pero antes de llegar ella me atrapo. -       ¡Dante! -       Oh, lo siento, la puerta estaba abierta, llamé, pero no contestaste, así que entre. – dije un poco apenado. – veo que estás indispuesta, así que te dejo a solas… yo -       Tranquilo, no pasa nada… no es como que ver a tu hermana sea algo traumatizante, además de niños solíamos bañarnos juntos. – respondió como si nada. -       Alison, ya no somos unos niños y no es correcto que dejes la puerta abierta de esa manera cuando te estás bañando. – tome mi postura de hermano mayor, aunque por dentro moría por acercarme y tocar cada parte de su precioso cuerpo, las manos me picaban y no se diga las palpitaciones de mi erección fuera de control. -       Exageras – dijo con una enorme sonrisa - ¿se te ofrece algo? -       Si, mamá, me ha dicho que iras a la plaza comercial con las chicas, y me pidió que te llevara, porque le surgió algo de improvisto y ha tenido que irse antes. -       Ya, comprendo… en ese caso solo dame 20 min y bajo, sí. -       Ok, te espero a fuera en el auto.                Salí casi corriendo de ahí, antes de bajar las escaleras, decidí ir al baño, entre y abrí el grifo, escuchar el agua, correr por la coladera, me relaja un poco. Tome agua entre mis manos, me moje la cara y la nuca, cuando estuve un poco más relajado levante la vista y me observe al espejo. – No sé cómo podré soportar esto por tres semanas, sin volverme loco. – le hablé a mi reflejo, Alison es una inocente tentación y tenía que buscar la manera de mantenerme ocupado, para no pensar más en ella. Al salir de la casa, con las llaves en mano, fui por mi auto al garaje, lo estacione en la entrada de la casa y mientras mi hermana bajaba, llame a mi mejor amigo Ezra. -       A qué debo el milagro de tu llamada, mal amigo, has llegado y no me habías avisado, – respondió con sarcasmo. -       Ja, ja, ja, lo siento, sé que debí llamarte desde que puse un pie en la ciudad, pero sabes que la familia Marchetti es algo intensa. -       Me lo imagino... por cierto, ¿cómo está mi bella Sasha? – pregunto el muy bastardo.                       Ezra es mi mejor amigo desde que entre al colegio, él fue el único que se ofreció a ser mi amigo desde el primer día y desde entonces se convirtió en mi inseparable amigo. Luego conocimos a Gina y Aldo, los cuatro hemos estudiado siempre juntos, hasta que llego el momento de ir a la universidad. Tuvimos que separarnos, ya que todos tomamos carreras y caminos diferentes, pero a pesar de las distancias seguimos siendo amigos. Pero, es un maldito bastardo de Ezra, dice estar enamorado de mi madre desde que somos adolescentes, mi madre es su amor platónico. -       Deja de estar de idiota, o le diré a mi padre – respondo jugando y él se tira a reír. -       Ya va… me calmo, pero eso no le resta lo hermosa que está. -       Estás enfermo, podría ser tu madre. -      Podría, pero no lo es. -      Ya déjate de tonterías, ¿Quieres salir esta noche? -       Amigo, eso no se pregunta, se ordena, tú dices rana y salto… les avisaré a los chicos para que se unan. -       Me parece perfecto, muero de ganas de verlos.                   Acordamos vernos en la noche para ir a nuestro club favorito, donde también nos reuniríamos con Gina y Aldo, nuestros otros amigos. Después de colgar, escucho la puerta, abrirse, dejando entrar la brisa de su dulce y delicioso aroma a frutas, un aroma que me embriagaba hasta hacerme enloquecer. Cerré los ojos por un momento disfrutando del increíble aroma. -        ¿Qué te pasa? - su pregunta me regreso a la realidad.           La volteé a ver y ella me observaba curiosa con una hermosa sonrisa, traía un pantalón entallado de pretina alta de mezclilla, crop top n***o que deja ver su abdomen bien definido, chaqueta de cuero roja y botines negros de tacón bajo, se veía hermosa.  -       Nada, es solo que me gusta tu perfume, me gusta como huele en ti - respondí y la verdad es que no supe ni porque dije esas palabras, la volteé a ver y se había sonrojado un poco, dato curioso; las mujeres de mi familia, se sonrojan con facilidad y se ven aún más bellas. -       Pues… gracias… supongo. - contesto divertida. -       ¿Nos vamos? -     Cuando quieras.            Puse el auto en marcha y mientras yo conducía Ali puso un poco de música, bajo las melodías de Harry Styles llegamos a la plaza comercial donde sus amigas esperaban por ella. Antes de bajar del auto se quitó el cinturón de seguridad y luego me volteó a ver con una carita tierna. -       ¿Quieres venir con nosotras? -       No, puedo pequeña – su cara demostró decepción – papá espera por mí en la empresa, pero avísame cuando termines para venir a recogerte, ok. -       Ok, nos vemos tarde – respondió haciendo un lindo puchero inconformidad, inesperadamente se acercó a mí quedando a solo centímetros de distancia, el golpe de su aroma inundo mis fosas nasales y el foco rojo en mi cabeza me aviso que debía alejarme de ella antes de cometer una locura. Su cara de confusión me decía que lo había hecho mal. -       Solo te daré un beso como siempre, ¿Por qué te alejas? -       Lo siento – solo pude decir, pues no sabía cómo explicarme, así que solo me acerque dándole mi perfil para recibir el beso en la mejilla, ella me lo dio, bajo, espere a que entrara y luego arranque como loco, mi corazón latía desbocado como si se quisiera salir de mi pecho y correr tras de ella.
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