Capítulo 12

1508 Words
DAMIÁN Maldita sea. – ¿Tienes sed o tienes hambre? Puedo cocinar algo rápido si tienes hambre Tengo hambre, pero mi tipo de hambre es por otra cosa. – No, gracias. Estoy bien así. Estas semanas fueron una tortura. En un inicio pensé que era por mi sentido de responsabilidad mis ansias por tener a Rubí cerca, mi deber como guerrero y el mandato de los dioses era algo que yo no podía ignorar. Por más que quisiera mandar al diablo todo, por más que me encontrara cansado por mi trabajo, me encontraba haciendo cosas que nunca creí hacer. Me ofrecí a ayudar con la remodelación, ofrecí instalar cámaras de seguridad y alarmas, incluso me ofrecí a cargar montones de cajas ¿qué estaba mal conmigo? ¿desde cuando yo me ofrecía tan libremente sin obtener algún beneficio? No era mi naturaleza, aunque hubo veces en la que ofrecí mis servicios siempre era por algo, para conseguir información, para conseguir poder, pero ¿qué conseguía ayudando a trasladar montones de moños a la parte trasera de una floristería? Y lo peor ¿Qué ganaba sacrificando mi sueño y mi comodidad por una simple humana? Era fácil poder mandar a alguien para que cuidara a Rubí en la noche, incluso en el día podía dejar que cuidaran de ella. Bastaba con que vaya a visitarla esporádicamente, pero ¿por qué lo hacía? Tragué grueso, Rubí acababa de sacarme de mis pensamientos. Ahora que estábamos en esa pequeña caja que ella llamaba departamento podía ver claramente por qué no iba a dejar que otro hombre viniera a vigilarla. La pelirroja se encontraba en medio de su pequeña cocina con tan solo un short corto, demasiado corto para mi gusto, y un polo a tiras que lo único que hacía era dejar volar mi imaginación. Esos shorts solo cubrían lo meramente necesario dejando al descubierto ese par de piernas blancas y suaves, y ese polo solo cubrían ese par de tetas que tanto deseaba ver. Toda su piel era blanca y yo solo tenía el instinto de lanzarme sobre ella y acariciarla. Tomarla de ese cabello rojo fuego y atraerla a mí. ¿le gustaría duro? Quería ver esas nalgas rebotar sobre mi mano, ¿su piel se volvería roja si mis manos chocaban contra ella? Esas tetas que se escondían de mí tentándome, ¿rebotarían bien cuando mi polla entrara en ella? Mierda. Tenía una erección. Tenía ventaja al estar sentado y con mi laptop abierta cubriendo mi evidente tienda de campaña. ¿cómo podía ser que una mujer así hiciera que mi lado s****l reviviera? No sabía siquiera que yo tuviera esta hambre s****l tan potente. En todos mis años de vida, incluso siendo humano, nunca sentí atracción por nadie, ni hombre ni mujer, solo tenía una cosa en mente, poder llegar a la cima y cuando lo hice, toda emoción se esfumó. Las únicas emociones que me movían eran cuando me tocaba pelear, cuando la adrenalina de lo desconocido me llenaba, no sabía si iba a vivir o si iba a morir. Pero ahora otro sentimiento me motivaba, deseaba con tanto fervor poder tocar, acariciar, besar, chupar, corromper esa piel tan suave y blanca. – Bien, entonces yo me iré a descansar. No te quedes hasta tarde, Damián. Fingí con todo mi ser no fijarme en ella, mi mirada se mantuvo en mi laptop como si en ella hubiera algo muy interesante por resolver, pero mis deseos me ganaron. Volteé a ver la dirección en la que se iba Rubí y, demonios, su trasero redondo se tambaleaba de un lado a otro de forma sensual, tentándome, seduciéndome para que vaya allá, pero me contuve. Esperé a que Rubí entró a su cuarto, di todo de mí para no ir tras ella, para no entrar sin permiso a su habitación y hacerle lo que tantas ganas tenía de hacerle desde que la vi. Me obligué a centrarme nuevamente en mi laptop, sí, tenía una noche larga como las otras noches desde que vi a esa aparición de cabellos rojos. ------------------------------------------------------------ Debía ser una puta broma. Me había acostado…no sé a qué hora, pero cuando al fin estaba entrando a un buen sueño alguien tuvo la fantástica idea de llamarme. Con mucho esfuerzo me levanté de ese incómodo sofá, era una mierda. Mi espalda dolía como si hubiera dormido en las montañas. Tal vez el dormir en el suelo de esta caja de fósforo sería una buena idea. – Será mejor que sea importante o tendremos un problema. – Necesitas venir aquí ahora. – ¿Por qué debería? Debes darme detalles o no moveré mi trasero por nada del mundo. – Damián. – Raelus. Debía ser una broma, eran las…¿3 de la madrugada? Mierda, me había dormido hace una hora. Necesitaba descansar, por más que quisiera dar más, mi cuerpo se cansaba y eso era un problema. Al parecer hubo un murmullo en la línea y una voz muy parecida a la de Raelus habló, supuse que era Kaelus. – Se encontró el cuerpo de una mujer en uno de los callejones. – Y eso me importa ¿por qué? – Tiene la señal del pavo real en su cuerpo. Mis palabras se cortaron ¿un pavo real? solo había una deidad que tenía un pavo real como símbolo. Hera ha muerto a manos de Cronos. – ¿Cómo estás tan seguro? Cronos no tolera la inutilidad. Si no le sirves para sus propósitos entonces se deshará de ti sin miramientos. – Está bien, voy para allá. Solté un suspiro pesado cortando la llamada, mi mirada fue a la habitación de Rubí, tenía que ir, pero no quería dejarla sola. ¿debería despertarla y llevarla conmigo? Estuve debatiéndome mientras arreglaba mis cosas, pero un ruido hizo que prestara atención. Una Rubí adormitada se encontraba acercándose a mí y yo solo podía admirar lo hermosa que era. Se veía tan adorable con su rostro somnoliento. – ¿Te desperté? – No, tengo el sueño ligero y escuché tu celular sonar y luego tu arreglando algo ¿te vas? Esa mirada inocente, como si el hecho de alejarme de ella le provocara pérdida me conmovió ¿ella se pondría triste si no me viera? Alejé esos pensamientos tontos de mi cabeza y me centré en ella. – Raelus me llamó y- – ¿Está bien? ¿Nora está bien? La pelirroja se puso en alerta, sus manos tomaron mis brazos, si no fuera porque tenía mi chaqueta seguramente podría haber sentido su piel contra la mía. Solté un suspiro en un intento por calmarme. A veces pensaba cosas estúpidas. – Tranquila, físicamente Nora se encuentra bien. – ¿Físicamente? – Raelus me llamó diciendo que encontraron un cuerpo femenino en un callejón. El cuerpo parece tener una marca de deidad, tenía marca de un pavo real. Los ojos ambarinos de Rubí se abrieron en sorpresa y luego reconocimiento. – La hermana de Nora. – ¿Cómo sabes? – Ella fue la que me engañó para secuestrarme y luego se presentó ante nosotros diciéndole cosas feas a Nora. Enojo puro me recorrió, ¿qué más le habría dicho esa mujer a Rubí? ¿cómo la habían tratado? La sola idea de imaginar a una Rubí asustada y propensa a ser tratada mal, m revolvía el estómago. Necesitamos irnos, Damián. – Lo sé, solo dame un momento, joder. Respiré profundamente, necesitaba calma, necesitaba pensar y luchar contra mis instintos que parecían querer quedarse con esta mujer. – Necesito que te quedes aquí, tengo que volver a la mansión. Volveré pronto. – De ninguna maldita manera. Iré contigo. – No. – Iré a ver cómo está mi amiga, no puedo dejarla sola. – No está sola, está bien protegida. – ¡No hablo de eso y lo sabes! – Mujer, entiende. No puedes venir conmigo. Es mejor quedarte aquí y descansar. – Pues lo siento, Puedes irte, pero te juro que apenas lo hagas tomaré el primer taxi y llegaré a la mansión. Quieras o no. – No seas terca. Es por tu bien. – No seas pesimista. Iré quieras o no. Solté un suspiro cansado. No podía ser que una mujer me estuviera condicionando. Podía dejarla, pero ¿De verdad sería capaz de tomar un taxi sola? ¿Y si la volvían a secuestrar aprovechando el momento? ¿Y si su casero la intimidaba? Un escalofrío me recorrió la espalda y supe que no tuve otra opción más llevarla conmigo. – Bien, pero harás lo que diga y…cambiate que así no sales. Ignoré las tetas de Rubí que subían y bajaban porque no tenía sostén. No era momento de perder el tiempo con cosas banales, tenía cosas más importantes que hacer, como pensar en lo que estaba pensando Cronos al matar a alguien que supuestamente estaba de su lado. Ya te lo dije, a Cronos no le interesa si estas de su lado o no. A él le interesa si eres útil para él o si ya no sirves para sus planes.
Free reading for new users
Scan code to download app
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Writer
  • chap_listContents
  • likeADD