Capítulo 10

1619 Words
RUBÍ – ¡Mira, Nora! Estos rosales son tan hermosos. Este jardín era un paraíso, si bien tenía mis dudas con respecto a esta enorme mansión, no esperé que tuviera un jardín tan hermoso y tan bien cuidado. Mis manos picaban para meter mis manos en la tierra. Mi mente fue a mi negocio y una leve punzada de dolor me atravesó. No, no me dejaría derrumbar, si pude salir ilesa del secuestro de los titanes con poderes sobrenaturales, yo podía con mi negocio y los acosadores. Y ahora que tenía a estos guerreros tenía una esperanza más renovada con respecto al cuidado de mis bienes y mi bienestar. Lo que iba a mis planes para que Nora trabaje conmigo, me había comentado levemente sobre su trabajo y cuando tuve la oportunidad de ver lo que ella hacía no dudé en pensar alguna manera de contratarla. Tal vez no le pagaría mucho, pero tenía la esperanza que aceptara ayudarme. – Sí, son hermosas. ¿tienes rosas así en tu negocio? – Mh, pues estas están muy bien cuidadas, pero son rosas solo para ser vistas en el jardín. Las que ofrezco en mi negocio son especiales para soportar un tiempo más estando sin raíz. Así que cada una es especial a su manera. ¡oh! Es cierto, ahora mismo no puedo abrir mi negocio, pero en cuanto lo haga te mostraré las bonitas flores que tengo. Incluso puedes trabajar conmigo, ya sabes, necesito de alguien que maneje las redes, no te podría pagar mucho por ahora en comparación de lo que seguramente ganabas, pero… – Acepto. – ¿Eh? Aún no te he dicho el salario ni nada por el estilo. Incluso preparé un discurso y todo. – No es necesario. Elegí mi carrera porque me gusta, aunque a madre no le parecía, luché con uñas y dientes para ser quien soy ahora. Es interesante todo reto que me pongan. Nunca he estado ligada a ese tipo de negocio, pero espero poder trabajar contigo. Un nudo se formó en mi garganta, la sonrisa amable y noble que me dio. Yo sabía que tal vez lo que yo le iba a pagar no era nada comparado con lo que ella solía recibir, pero esa aceptación desinteresada me conmovió. Tu puedes hacerlo Rubí, no estás sola. – …Siento interrumpir. Giré mi mirada hacia el origen de aquella voz, no muy lejos de nosotras estaban parados Raelus y su gemelo ¿cómo decía que se llamaba? ¡Ah! Kaelus, sus rostros eran iguales, físicamente y si Raelus tuviera el cabello largo, se podrían confundir si les dabas una simple mirada, pero todo cambiaba si los observabas con detenimiento. No era que yo los conocía a fondo. A Raelus lo conocí hace unas horas y a su hermano, bueno, hoy era la primera vez que lo veía. Ahora que los detallaba un poco más, sí había detalles que los hacía diferentes y eso era la mirada. Raelus tenía tormento y sufrimiento en su mirada y Kaelus tenía…nada. Era como un robot sin sentimientos, sin emociones y eso me daba algo de miedo ¿era de verdad un ser humano o era una especie de androide? Mi mirada se desvió a un lado y entonces lo vi. Ese hombre tatuado que me dejó sin habla en aquella sala de juntas. Su cabello n***o peinado hacia atrás me permitía ver todo su rostro. Se encontraba vestido de cuero desde los pantalones hasta su chaqueta, a pesar del sol que estaba haciendo se veía fresco como una lechuga, bajo esa chaqueta se encontraba un polo suelto color gris, sus botas de combate negras culminaban su vestimenta. No tenía barba, pero su cuello y las manos estaban adornados con tatuajes ¿tendría más bajo esa ropa? Sus cejas bien formadas, mirada peligrosa y gris que combinaba de alguna manera con su aura, nariz griega, mentón afilado. Era tan peligroso, pero se me hacía tan atractivo. Nunca tuve un tipo de hombre, nunca tuve tiempo para eso, pero ahora mismo me acababa de dar cuenta que me gustaban los hombres con aura de peligro. Protégeme Señor con tu espíritu. Esa mirada atormentada, pero tan penetrante me desnudaba entera. ¿Han escuchado alguna vez de eso que se denomina “tensión s****l”? Pues yo lo sentía en todos los lados de mi cuerpo, me daban ganas de lanzarme sobre él y frotarme contra él, quería desnudarlo y averiguar si tenía más tatuajes y si así era ansiaba poder dibujar y lamer toda esa tinta. – Nora, Rubí. Espero les haya gustado mucho el jardín. Caesar es fanático de las rosas así que se esmeró en buscar los mejores jardineros y cuidadores para que florecieran de una manera espléndida. – Eh…si, las…las flores son bellas. Como florista puedo decir que estas rosas son de alta calidad. ¿Esa era mi voz? Rubí, tu eres una mujer segura ¿por qué tartamudeas? Respira, aprende a respirar. Una vez mis latidos se calmaron un poco y até mi seguridad fuertemente a mi lado, me sentí más tranquila, pero todo eso cambió con las palabras de Raelus. – Vaya, eres una gran conocedora de las plantas, desde que vi tu casa llena de hermosas flores pensé que tenías una afición muy bonita, pero que seas una experta es perfecto. Damián está aprendiendo en estos días un poco de jardinería así que sería genial si le enseñas un poco de tus trucos. ¿qué te parece si vas con él y le das algunos secretos? Mi hermano y yo tenemos que hablar con Nora un rato. Mi corazón volvió a martillear ferozmente ¿tendría que estar a solas con ese hombre? Tal vez me lleve a una habitación oscura y te deje desvestirlo. ¡Basta! Miré a Nora y luego a los otros dos hermanos, por el ambiente entendía que tal vez querían hablar a solas por lo que simplemente asentí con la cabeza. Ante mi aceptación, Damián tomó el liderazgo y me guio. Por un buen rato caminamos alrededor del jardín, descubrí que lo que Nora y yo habíamos visto no era nada comparada con lo que veía ahora. Minutos después llegamos a una especie de invernadero y al entrar los nervios que tenía por estar a solas con él se esfumaron. Apenas entramos me adelanté y comencé a recorrer y a mirar todas las flores. – Oh, estas flores no florecen aquí. ¿cómo consiguieron que la raíz se acentuara? – …A uno de nosotros le gusta experimentar. Me ayudó a que estas flores pudieran aceptar el tipo de tierra. Mi mirada giró hacia Damián ¿en serio le gustaban las plantas? No se veía como alguien que le gustara la jardinería, pero ¿las apariencias engañaban? ¿era eso cierto? Parecía que ese hombre leyó mi mirada porque bufó y volteó los ojos. – Déjame adivinar ¿no parezco alguien amante a las plantas? – No, solo… Soltó un suspiro y cruzó los brazos a la altura de su pecho, su chaqueta abrazó sus gruesos brazos haciéndolos que parezca más abultados, cosa que por cierto me llamó la atención, sus manos tatuadas se veían mucho mejor y de repente me dieron ganas de acercarme a mirar más de cerca. – Mira, no necesitas darme excusas. Solo estoy aquí porque así me lo pidieron. – Oye, no tienes por qué ser tan grosero. – Así soy. – ¿La mayoría de guerreros son tan amables como tú? No he hablado con todos, pero el único que parece ser un caballero es Raelus que parece haberse llevado todos los genes amables sin dejarle nada a su gemelo y eso que ha estado encerrado un tiempo. – Kaelus era como su hermano. – ¿Qué? Damián soltó otro suspiro como si la sola idea de tener que explicar algo lo cansara ¿es que acaso ese hombre hacía algo de buena gana? Guardé silencio y esperé a su explicación solo porque la curiosidad me carcomía. – Kaelus es el menor y como hermano menor que era tenía poca responsabilidad así que siempre fue alegre y hasta bromista. Era el más sensible entre los dos, pero una vez los dioses entraron en nosotros algo pasó con él. No sé muy bien la historia porque eso solo quedó entre los dos hermanos, pero de manera resumida te digo que Kaelus no siente o más bien, no puede procesar los sentimientos de los demás, no entiende el término de “ponerse en el lugar de los demás” porque no entiende más que su propio dolor físico y frustración. Tal vez diga cosas que para ti son ofensivas, pero para él son normales y muy racionales por eso cuando sientas algo así explícale que es mal educado y él se disculpará o intentará corregirse. Parpadeé un par de veces intentando procesar toda la información, ¿podía alguien vivir bien sin tener sentimientos? No me imaginaba poder vivir sin sentir ira, alegría o amor. Ahora entendía el porqué su mirada perdida, desinteresada y vacía, no había nada porque justamente no podía procesar nada. Entonces sentí mucha tristeza por Kaelus, ¿cuánto tiempo ha estado sintiendo el vacío? ¿la soledad? – ¿Sientes pena por él? – ¿Qué? – No lo sientas, él ya olvidó cómo se siente, no siente nostalgia o remordimiento, no puedes extrañar algo que no puedes sentir, algo que ya olvidaste. – ¿Él olvido su vida antes de convertirse? – No lo sé muy bien, pero según lo que escuché así es. Kaelus no tiene consciencia de lo que vivió o sufrió, solo ha quedado en su mente cosas que necesita para ser lo que es. Ni más ni menos.
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